El Apocalipsis bíblico

Artículo

Rebecca Denova
por , traducido por Natalia Andrea Padilla Sánchez
Publicado el 22 julio 2021
Disponible en otros idiomas: inglés, árabe, francés
Escucha este artículo
X
Imprimir artículo

Apocalipsis (en griego: apokalypsis, una "revelación de secretos") no es un evento, es un texto que contiene profecías sobre la futura intervención de Dios, y apocalipticismo es una referencia a actitudes y visiones del mundo en textos bíblicos no canónicos que comparten conceptos en la creencia de que el Dios de Israel intervendrá en la historia humana una vez más para tratar los males percibidos en la sociedad.

Four Horsemen of the Apocalypse
Los cuatro jinetes del Apocalipsis
Viktor Vasnetsov (Public Domain)

Los textos apocalípticos utilizan conceptos religiosos para criticar gobiernos opresivos, así como puntos de vista sociales y culturales de otros individuos fuera del grupo. En terminos modernos, el término "apocalíptico" se utiliza para describir grandes catástrofes. La escatología (en griego: eschaton, "los últimos días") es el estudio de los textos apocalípticos que profetizan los "últimos días", cuando Dios instituirá su reino en la tierra. Historiadores aplican la frase "escatología apocalíptica".

Eliminar publicidad
Publicidad

Ideas apocalípticas en el mundo antiguo

Las culturas antiguas creían que los dioses controlaban e intervenían en la vida de los seres humanos. Los códigos de leyes emitidos por los dioses organizaban el comportamiento humano. Periódicamente, ocurrían crisis. Una tabla asiria (en torno a 2800 a.C.) se lamentaba del estado de las cosas (lo que suena extrañamente moderno):

Nuestra tierra está degenerada en estos últimos días. Hay signos de que el mundo se está acabando rápidamente; el soborno y la corrupción son comunes; los hijos ya no obedecen a sus padres; todo hombre quiere escribir un libro y el fin del mundo se acerca evidentemente.

Surgieron historias de que a veces los dioses decidían empezar de nuevo. La mitología egipcia tenía una historia del dios sol, Ra, que envió a la diosa Sejmet para castigar a los humanos. Mesoptamia produjo La epopeya de Gilgamesh, en la que los dioses enviaban una gran inundación para destruir la corrupción de la tierra. Estas historias de diluvios eran comunes; los judíos tenían la historia de Noé y la mitología griega presentaba a Deucalión, quien salvó a la humanidad. El culto estatal del Imperio persa, el zoroastrismo, enseñaba que al final habría una batalla entre las fuerzas universales del bien y del mal. A esto le seguiría la resurrección de los muertos, y las almas tendrían que superar pruebas al ser juzgadas.

Eliminar publicidad
Publicidad
El "fin de los días" nunca se entendió como una completa aniquilación; Dios nunca destruiría su creación original.

El antiguo judaísmo emergió en una línea de tiempo lineal; hay un comienzo (la creación), y por lo tanto habrá un final. En las escrituras judías, la historia de la nación relata las muchas veces que Dios se manifestó en la tierra para actuar, ya fuera para castigarlos o para salvarlos de una crisis. Israel sufrió dos desastres nacionales: en 722 a.C., Asiria invadió el reino del Norte de Israel y se llevó al exilio a diez tribus, y en 587, el Imperio babilónico conquistó y destruyó la ciudad de Jerusalén y el templo. Estos eventos históricos crearon una crisis de fe: si Dios tenía un pacto (contrato) con los judíos, ¿por qué no los protegió?

Teología de la restauración judía

Los profetas de Israel abordaron esta crisis. Dios aún reinaba soberanamente, pero había permitido que esas naciones castigaran a Israel por sus pecados. Este gran pecado era la idolatría. Sin embargo, también ofrecían un mensaje de esperanza que decía que Dios intervendría nuevamente, todos los males del mundo serían eliminados e Israel recuperaría su antigua gloria.

Eliminar publicidad
Publicidad

La rúbrica académica para este mensaje de esperanza se conoce como la teología de la restauración judía:

  1. Dios intenvendría una vez más en los "días finales", también conocidos como "el día de la ira de Dios".
  2. En ese tiempo, Dios alzará un mesías ("ungido") de la estirpe del rey David. El mesías liderará el ejército de ángeles de Dios y humanos buenos en contra de los malvados.
  3. Dios reconocerá un grupo pequeño de creyentes que no han pecado, el "remanente justo", los que permanecieron leales a través de eventos catastróficos.
  4. Los judíos que viven en exilio, fuera de la tierra de Israel, serán reunidos y regresarán.
  5. Algunos gentiles (no judíos), se "convertirán" (arrepentirán) y adorarán al Dios de Israel.
  6. Habrá una batalla final entre Israel y las demás naciones.
  7. Después de la victoria de Dios, todos los muertos se levantarán y serán juzgados. Los malvados serán enviados a Gehena (una forma temprana del infierno), y los justos recibirán lo que Dios pretendía originalmente, la utopía, un nuevo jardín del Edén en la tierra. A esto se refería el profeta Isaías cuando decía, "el lobo vivirá con el cordero" (Isaías 11:6) y las personas "convertirán sus espadas en rejas de arado" (Isaías 2:4).

Los "últimos días" o "el fin de los días" nunca se entendieron como un aniquilamiento completo; Dios nunca destruiría su creación original. Después del diluvio de Noé, la tierra aún existía. Más bien, marcaría el final de una era, la vida como se entiende ahora sería transformada totalmente y reemplazada con el reino de Dios en la tierra.

Detail, Noah Window, Chartres
Detalle, Ventana de Noé, Chartres
Walwyn (CC BY-NC-SA)

La conquista griega de Israel

Cuando Alejandro Magno (que reinó de 336 a 323 a.C.) conquistó todas las tierras que bordeaban la cuenca del Mediterráneo, instituyó todos los aspectos del idioma y la cultura griegas en la región. Junto con otros grupos étnicos, los judíos adoptaron estas ideas, particularmente la comprensión de conceptos de la filosofía griega sobre la relación entre el universo (el cosmos) y los humanos. Es entonces cuando encontramos el surgimiento de diferentes grupos de judíos, conocidos como sectas judías. Muchos judíos lucharon por encontrar un lugar en este nuevo mundo cosmopolita pero también querían conservar sus signos de identidad étnica propios (como la circuncisión y las leyes dietéticas). Los judíos se rebelaron contra el dominio griego en 167 a.C. (la rebelión de los macabeos), y la familia de los asmoneos, quienes lideraron la revuelta, luego gobernaron Israel.

Eliminar publicidad
Publicidad

Escrito en esa época, Daniel es el único apocalipsis que se incluye en las escrituras judías, y los cristianos lo conservaron más tarde porque se cita en el juicio de Jesús ante el sanedrín. Relata historias antiguas de los judíos bajo el gobierno babilónico, pero también incluye visiones sobre el final de los tiempos. El capítulo 7 relata la visión apocalíptica de Daniel de las bestias del mar, en el que describe a cada una en forma de animales. Una tras otra son devoradas. Un ángel reveló que las cuatro bestias representan cuatro reyes, y el cuarto pelearía contra el "pueblo santo" por "un tiempo, tiempos y medio tiempo" (7:25). Los académicos debaten la identidad y el tiempo de los cuatro reinos:

En mi visión miré, y he aquí delante de mí uno semejante a un hijo de hombre, que venía con las nubes del cielo. Se acercó al anciano de días y fue conducido a su presencia. Se le dio autoridad, gloria y poder soberano. Todas las naciones y pueblos de todas las lenguas lo adoraban. Su dominio es un dominio eterno que no pasará, y su reino es uno que nunca será destruido (7:13-14).

Los manuscritos del mar Muerto

En desacuerdo con el gobierno asmoneo, algunos judíos, conocidos en la historia como los esenios, abandonaron Israel y se asentaron en Qumrán en el mar Muerto (en torno a 150 a.C.) a esperar la intervención final de Dios. En 1947, se recuperaron los manuscritos de su biblioteca. Estos ofrecen una ventana a esta antigua comunidad apocalíptica. Para entonces, los profetas tradicionales habían sido reemplazados por videntes. Estos hombres experimentaban viajes extra corporales a los cielos, donde les eran revelados los secretos de los días finales. Estos textos afirmaban que o bien los ángeles o uno de los patriarcas de Israel les habían servido de guías en el cielo. Estas obras se atribuían a figuras como Enoc, Moisés, Isaías, David, Salomón y Esdras.

Dead Sea Scroll of Pesher Isaiah
Manuscrito del Mar Muerto de Pesher Isaías
Osama Shukir Muhammed Amin (Copyright)

Los esenios conservaron los elementos básicos de la teología de la restauración judía a la vez que reformularon sus creencias mediante de conceptos polarizados:

Eliminar publicidad
Publicidad
  1. Toda la historia se dividía en dos períodos de tiempo mutuamente excluyentes: la era maligna actual y la era que estaba por venir.
  2. La humanidad también se dividía entre "los hijos de la luz" (los esenios) y "los hijos de la oscuridad". No había ninguna zona gris en el medio. No había posibilidad de arrepentirse en el último momento; ya era demasiado tarde. La historia estaba predestinada por Dios, y los esfuerzos humanos no podrían cambiarla.
  3. La pureza se mantenía dentro del remanente justo. Los esenios tenían reglas comunitarias diseñadas para mantener la pureza de la comunidad y que esta no fuera mancillada por forasteros. Esto suponía evitar la cultura dominante, tanto la judía como la grecorromana.
  4. Mientras que los profetas de Israel proponían una batalla final entre Israel y las demás naciones, ahora la batalla final abordaría a todas las fuerzas del universo, buenas y malas. Todos aquellos que no estaban de acuerdo con los esenios se describían como agentes de Satanás. Satán sería destruido en la batalla final.
  5. El drama del pensamiento apocalíptico se acentuaba con las escenas espeluznantes de violencia y destrucción que les esperaban a los hijos de la oscuridad. La convicción era que esta época estaba tan corrompida que solo se curaría mediante la acción violenta. El final estaba precedido de tribulaciones, que serían los signos de la intervención final: guerras, hambrunas, plagas.
  6. Los apocalipsis usaban lenguaje codificado y símbolos. Se escribieron en tiempos de crisis o persecución por parte de los gobernantes o por grupos de creyentes en competencia, y como tal, conformaban una literatura subersiva que criticaba el régimen de la época. En el mundo antiguo, tal criticismo era considerado como traición, que siempre conllevaba la pena de muerte. Al formular sus profecías de futuros eventos con códigos y palabras de moda, solo un grupo selecto entendía las referencias. No se mencionaban nombres ni lugares reales, lo que proporcionaría a los textos apocalípticos una elasticidad increíble en cuanto a su interpretación a lo largo de los siglos. Los textos apocalípticos se actualizaban, y se siguen actualizando, a medida que los regímenes y culturas cambiaban con el tiempo.

Jesús de Nazaret, un profeta apocalíptico

En el evangelio según san Marcos (en torno a 70 d.C.), se presenta a Jesús con la proclamación, "...el reino de Dios está cerca. Arrepiéntanse..." (1:14). Para el siglo primero después de Cristo, la lista en la teología de la restauración judía se había reducido a una frase corta: el reino. Esta es la "buena noticia" (el evangelio) que predicaban los seguidores de Jesús tras su muerte. Tanto los evangelios como las cartas de Pablo citan constantemente a los profetas para afirmar que el tiempo final se había manifestado en la vida y enseñanzas de Jesucristo. El título preferido de Marcos para Jesús es el "hijo del hombre", del libro de Daniel. Más tarde, la teología cristiana afirmaría que, como el hijo del hombre, Jesús preexistía y estaba presente en la creación de Dios.

El contexto histórico para el evangelio según san Marcos es la gran revuelta judía de 66 d.C., cuando Roma destruyó la ciudad de Jerusalén y el templo. Marcos 13 se describe como el pequeño apocalipsis:

Cuando Jesús salía del templo, uno de sus discípulos le dijo, "¡Mira, Maestro! ¡Qué piedras tan macizas! ¡Que magníficos edificios!" "¿Ves todos estos grandes edificios?" replicó Jesús. "Aquí no quedará piedra sobre piedra; todos serán derribados". (13:1-2)

Marcos acortó el tiempo entre la época de Jesús y los eventos que estaban ocurriendo en ese momento al hacer que Jesús predijera que el templo sería destruido por Roma. Para Marcos, esta fue la primera señal del fin.

¿Te gusta la historia?

¡Suscríbete a nuestro boletín electrónico semanal gratuito!

Pablo (que escribió en los años 50 y 60 d.C.) también proclamó el mensaje del reino venidero, con la urgencia de la crisis inminente. Pero, ¿por qué no se instituyó el reino cuando Jesús estaba en la tierra? Un cristiano primitivo racionalizó que Jesús regresaría. Entonces se cumplirían todos los elementos del reino. Este concepto fue conocido como la parusía, la segunda aparición.

Resurrection of Christ by Piero della Francesca
La resurrección de Cristo, por Piero della Francesca
Piero della Francesca (CC BY-NC-SA)

Las cartas de Pablo a sus comunidades detallaban cómo se transformaría el universo entero. Todas las convenciones sociales serían derrocadas: en el reino, "no hay ni judío ni gentil, ni esclavos ni libres, ni hombre ni mujer" (Gálatas 3:28). Mientras esperaban el regreso, sus comunidades debían vivir prolépticamente, como si el reino ya estuviera aquí. Pablo vio esta demora como un tiempo para terminar su llamado de Dios, para ser el apóstol de los gentiles.

Con el pasar de las décadas, se establecieron comunidades cristianas en todo el Imperio romano. Mientras esperaban el fin de la era, desarrollaron la jerarquía (la elección de obispos) y reglas de comportamiento para los creyentes. La separación del cristianismo del judaísmo se completó para el siglo II d.C. Ahora, la Iglesia era un modelo del reino hasta que Cristo regresara. La vida después de la muerte ya no se interpretaba como estar en la tierra, sino como recompensas o castigos en el cielo o el infierno. Durante esta época, se produjeron los apocalipsis cristianos (atribuidos a Pablo, Pedro, y otros). El apocalipsis de Pedro proporcionó uno de nuestros primeros recorridos por el infierno, con las torturas detalladas que cabía esperar según las diferentes categorias de pecados. La versión posterior de esto se encuentra en la literatura medieval, concretamente en el infierno de Dante Alighieri.

El libro de las Revelaciones de Juan de Patmos

Durante el reinado de Domiciano (81-96 d.C.), los cristianos fueron perseguidos por negarse a participar en los cultos imperiales y estatales de Roma. Los cristianos fueron acusados de ateísmo, o incredulidad en los dioses. Esto era un crimen, el de traición, ya que enojar a los dioses significaba que podías amenazar la prosperidad del imperio. Así, los cristianos eran enviados a los leones por negarse a honrar a los dioses.

Quizás uno de los libros apocalípticos más famosos fue escrito por Juan, un cristiano exiliado en la isla de Patmosa finales del siglo I d.C. Escribió sobre sus visiones de los últimos días utilizando los libros de Daniel y Ezequiel. Al igual que los esenios, Juan se imaginó un mundo polarizado entre el bien y el mal; los cristianos y Roma. En términos de lenguaje simbólico e imágenes, las Revelaciones son uno de los textos apocalípticos más complicados.

Juan fue llevado a los cielos, donde observó todo en sietes y doces, números sagrados en el judaísmo. Presenció la liberación de los cuatro jinetes del apocalipsis, que representan todos los males que serán desatados en la tierra. Los ángeles abren pergaminos, de uno en uno, que predicen los desastres venideros. Juan afirmó que Satanás (originalmente uno de los ángeles de Dios), había sido enviado anteriormente al inferno encadenado. Esta es el origen de la idea de la caída de Satanás del cielo. Satanás envía a su agente, el impostor, a la tierra. El término "anticristo" no aparece en este texto, pero se ha convertido en sinónimo de este agente. Engañará a la gente haciéndola creer que es bueno. A lo largo de los siglos, a muchas personas se les ha asignado el rol de anticristo: Atila el huno en el siglo V d.C., Napoleón, y por supuesto, Hitler y Stalin. Aquellos que siguen al impostor están marcados con un signo secreto,"666". La especulación permanece centrada en el significado de este número.

Famine, the Third Horseman of the Apocalypse
Hambruna, el tercer jinete del Apocalipsis
Kimon Berlin (CC BY-SA)

Juan afirmó que Cristo regresaría a la tierra y gobernaría por mil años. Esta idea del milenio más tarde se confundiría con el reloj de la tierra. En el año 1000, los cristianos en Europa estaban preocupados por establecer una línea de tiempo que decodificara los eventos predichos, especialmente los imperios enumerados en el libro de Daniel. Cuando llegamos al año 2000, abundaban los rumores sobre el virus Y2K que destruiría nuestros ordenadores.

En la batalla final, los ejércitos de Dios se reunirán en Meguido y se moverán al sur a Jerusalén. El término Armagedón, que se describe como una ubicación cerca de la montaña de Megido (en hebreo: harmegeddan), se convirtió en sinónimo de la batalla final y se usa frecuentemente como una metáfora moderna. Al final, Satanás es liberado del infierno y es derrotado por Cristo. Un nuevo templo desciende en una nueva Jerusalén y finalmente el reino de Dios comienza.

El concepto conocido como el "rapto" no aparece en el libro de las Revelaciones. Un pastor británico del siglo XVIII estaba preocupado por las tribulaciones esperadas. Cuando Dios desatara la destrucción, ¿cómo evitarían los cristianos buenos quedar atrapados en el fuego cruzado? Encontró la respuesta en la primera carta de Pablo a los tesalonicenses, donde describía lo que pasaría cuando Cristo regresara. Decía que "nosotros los que aún vivimos, los que quedamos hasta la venida del señor" (4:15) en ese momento seríamos transportados a los cielos para recibir a Cristo. Esto es lo que él llamó el rapto: que justo antes del final, los fieles serían llevados para salvarlos de la violencia y la destrucción inminentes.

Hay varios libros y producciones conocidas como las series de los que se quedan atrás que describen la vida en la tierra después del principio del fin, de aquellos que no eran lo suficientemente puros para ser llevados en el primer rapto.

Las ideas apocalípticas en el Islam

Al reformar el judaísmo y el cristianismo tradicionales, el profeta Mahoma (570-632) mantuvo las mismas ideas del final de los tiempos. El día del juicio (en árabe: Yawm al-Qiyamah), es cuando todos los muertos resucitarán y serán juzgados consecuentemente. En el intermedio, a los musulmanes se les unen dos ángeles en sus tumbas y les muestran imágenes de lo que les espera en el cielo o en el infierno.

El legado del pensamiento apocalíptico

El libro de las revelaciones se ha interpretado muchas veces a lo largo de los siglos y cada generación ha descrito sus propias evaluciones de quién es bueno y quién es malo. En el contexto histórico, el libro original estaba dominado por la venganza contra el Imperio romano del momento.

Cuando Martín Lutero protestó contra la corrupción del Vaticano y la Iglesia católica (1519), se establecieron varios grupos de comunidades cristianas como denoinaciones protestantes. El libro de las revelaciones se hizo popular cuando estas denominaciones fueron perseguidas en Europa (calvinistas, anabaptistas, puritanos, peregrinos). Al emigrar a América, la nueva tierra prometida, se establecieron reglas de conducta para mantenerse como el remanente justo hasta el regreso de Cristo.

Como género, la ciencia ficción contiene una crítica a la sociedad contemporánea. Ambientadas en el futuro, estas historias detallan la forma en que la sociedad ha abordado los problemas (o no). La influencia de las ideas apocalípticas domina las producciones de Hollywood sobre sociedades posnucleares, frecuentemente con un remanente de sobrevivientes que luchan por abrirse camino en un mundo radicalmente alterado. Actualemente, los escenarios apocalípticos se utilizan en las discusiones sobre el cambio climático.

Recurrir a la Biblia para validar nuestros puntos de vista proporciona la convicción de que los males actuales se acabarán resolviendo por la intervención divina.

Eliminar publicidad
Publicidad

Bibliografía

La World History Encyclopedia está asociada a Amazon y recibe una comisión por las compras de libros que cumplan los requisitos.

Sobre el traductor

Natalia Andrea Padilla Sánchez
Mi nombre es Natalia Andrea, soy una historiadora con gran pasión por la historia y la educación. Nací y vivo en Colombia.

Sobre el autor

Rebecca Denova
Rebecca I. Denova, Ph D. es catedrática emérita de Cristianismo Primitivo en el Departamento de Estudios Religiosos de la Universidad de Pittsburgh. En julio de 2021 se publicó su libro de texto titulado «The Origins of Christianity and the New Testament» (Wiley-Blackwell).

Cita este trabajo

Estilo APA

Denova, R. (2021, julio 22). El Apocalipsis bíblico [Biblical Apocalypse]. (N. A. P. Sánchez, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-1801/el-apocalipsis-biblico/

Estilo Chicago

Denova, Rebecca. "El Apocalipsis bíblico." Traducido por Natalia Andrea Padilla Sánchez. World History Encyclopedia. Última modificación julio 22, 2021. https://www.worldhistory.org/trans/es/2-1801/el-apocalipsis-biblico/.

Estilo MLA

Denova, Rebecca. "El Apocalipsis bíblico." Traducido por Natalia Andrea Padilla Sánchez. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 22 jul 2021. Web. 06 dic 2024.

Afiliación