Los pueblos del mar eran una confederación de asaltantes navales que atacaron las ciudades costeras de la región mediterránea entre alrededor de 1276 y 1178 a.C., concentrándose especialmente en Egipto. Están considerados como una de las principales causas que contribuyeron al colapso de la Edad de Bronce (en torno a 1250 - 1150 a.C.) y en algún tiempo se consideraron como la causa principal.
La nacionalidad de los pueblos del mar sigue siendo un misterio, ya que los documentos que existen sobre sus actividades son principalmente fuentes egipcias que solo los describen en términos de batallas, tales como la Estela de Tanis, que dice "Vinieron del mar en sus barcos de guerra y nadie pudo oponerse a ellos". Esta es una descripción típica de las referencias egipcias a estos misteriosos invasores.
En los documentos egipcios se nombra a algunas de las tribus comprendidas entre los pueblos del mar, y los nombres dados son sherden, sheklesh, lukka, tursha y akawasha. Fuera de Egipto, también asaltaron las regiones del Imperio hitita, el Levante, y otras zonas alrededor de la costa mediterránea. Se ha sugerido, y debatido, que eran de origen e identidad etrusca, troyana, italiana, filistea, micénica o incluso minoica, pero como no se ha descubierto ningún relato hasta la fecha que pueda arrojar más luz sobre este tema, todas estas afirmaciones no son más que conjeturas.
Ninguna inscripción de la antigüedad habla de la coalición como los "pueblos del mar": esta es una designación moderna acuñada por primera vez por el egiptólogo francés Gaston Maspero en torno a 1881 d.C. A Maspero se le ocurrió este término porque los informes de la antigüedad afirmaban que estas tribus venían "del mar" o "de las islas", pero nunca decían de qué mar ni de qué islas, por lo que el origen de los pueblos del mar sigue siendo un misterio.
Los tres grandes faraones que registran sus conflictos y victorias sobre los pueblos del mar son Ramsés II (el Grande, que reinó de 1279-1213 a.C.), su hijo y sucesor Merenptah (que reinó de 1213-1203 a.C.), y Ramsés III (que reinó de 1186-1155 a.C.). Todos ellos afirman haber logrado grandes victorias sobre sus adversarios, y sus inscripciones nos proporcionan las pruebas más detalladas sobre los pueblos del mar.
Los pueblos del mar y Ramsés II
Ramsés el Grande fue uno de los gobernantes más eficientes de la historia del antiguo Egipto y entre sus muchos logros se cuenta afianzar las fronteras contra las invasiones de tribus nómadas y asegurar las rutas comerciales vitales para la economía del país. A principio de su reinado, los hititas se apoderaron de un núcleo de comercio importante en Qadesh, en la actual Siria, y en 1274 a.C. Ramsés lideró a su ejército con la intención de expulsarlos. Ramsés logró una gran victoria e hizo poner la historia por escrito detalladamente para leérsela al pueblo.
Las historias hititas respecto a este enfrentamiento ponen en entredicho la victoria total que reclama Ramsés, pero la inscripción es importante por muchas otras razones aparte de las que Ramsés tenía en mente, y una de ellas es lo que dice sobre los pueblos del mar. Según su relato, los pueblos del mar eran aliados de los hititas, pero también dice que servían en su propio ejército como mercenarios. No se menciona de dónde provenían ni quiénes eran, cosa que para los eruditos parece sugerir que los lectores ya habrían sabido esta información: no hacía falta presentar a los pueblos del mar.
Ramsés también cuenta cómo, en el segundo año de su reinado, derrotó a estas gentes en una batalla naval frente a las costas de Egipto. Ramsés permitió que los barcos de guerra de los pueblos del mar, así como sus barcos de suministros, se acercaran a la desembocadura del Nilo, donde tenía una pequeña flota egipcia posicionada en una formación defensiva. Después esperó en los márgenes a que los pueblos del mar atacaran lo que parecía ser una fuerza insignificante antes de lanzar un ataque total sobre ellos desde los flancos y hundir sus barcos. Parece que en esta batalla solo participaron los pueblos del mar sherdan, o, por lo menos, son los únicos que se mencionan, porque tras la batalla muchos fueron presionados para unirse al ejército de Ramsés y algunos sirvieron como su guardia de élite. Ramsés, que siempre muestra mucha confianza en sus inscripciones, da la impresión de haber neutralizado la amenaza de los pueblos del mar, pero las inscripciones de sus sucesores cuentan una historia diferente.
La inscripción de Merenptah
Merenptah siguió teniendo problemas con los pueblos del mar, que se aliaron con los libios para invadir el delta del Nilo. Merenptah escribe que en el quinto año de su reinado (1209 a.C.), Mereye, el líder de los libios, se alió con los pueblos del mar para invadir Egipto. Se refiere a los aliados libios como "los que vienen de los mares del norte" y menciona los territorios de Ekwesh, Teresh, Lukka, Sherden y Shekelesh. Desde entonces, los eruditos han intentado identificar dónde estaban estas regiones y por qué nombres se acabaron conociendo, sin lograrlo. Hay tantas teorías en torno a quiénes eran los pueblos del mar como expertos hay para refutarlas. Fueran quienes fuesen, Merenptah los describe como adversarios formidables y, en su inscripción en las murallas del templo de Karnak y la estela de su templo funerario, presume orgulloso de haberlos derrotado.
En ese momento de la historia, parece que los pueblos del mar querían establecer asentamientos permanentes en Egipto, ya que las fuerzas invasoras trajeron consigo decenas de bienes del hogar y herramientas de construcción. Merenptah, tras orar, ayunar y consultar la estrategia con los dioses se enfrentó a los pueblos del mar en el campo de Pi-yer, donde las fuerzas combinadas de infantería, caballería y arqueros mataron a más de 6.000 oponentes y tomaron cautivos a algunos miembros de la familia real libia. Merenptah reclamó una victoria completa y las fronteras de Egipto quedaron aseguradas de nuevo. Para celebrar este logro, hizo inmortalizar la historia en las inscripciones de Karnak, así como en la famosa estela de Merenptah que se encuentra en su templo funerario en Tebas. La conclusión de la estela de Merenptah dice:
Los príncipes se postraron y dijeron "'¡Paz!" Ninguno de los Nueve Arcos se atreve a levantar la cabeza; Tehenu es saqueado mientras Hatti está en paz, Canaán se ve acechada por todo mal, Ashkelon es secuestrada y Gezer arrebatada, Yenoam queda como lo que nunca existió, Israel perece sin semilla, Kohr se convierte en viuda de Egipto, todas las tierras están en paz. Todos los que viajan han sido sometidos por el rey del Alto y el Bajo Egipto.
Los "Nueve Arcos" mencionados son el término habitual que usaban los egipcios para sus enemigos, y Tehenu es el nombre de Libia. La inscripción anuncia que Merenptah había derrotado a todas las regiones polémicas que se habían sublevado contra Egipto y las había subyugado, lo que trajo consigo la paz. La Estela de Merenptah es la primera mención de Israel en la historia, pero curiosamente no se refiere a un país ni una región, sino a un pueblo. Los estudiosos todavía no saben qué significa esta referencia. Al igual que los pueblos del mar, esta referencia a Israel sigue intrigando a historiadores e investigadores en la actualidad. Al propio Merenptah no le importaban ni Israel ni ninguno de los demás países que nombra; estaba satisfecho con saber que los pueblos del mar habían sido derrotados y que Egipto estaba seguro de cara al futuro. No obstante, al igual que su predecesor, el tiempo demostraría que Merenptah se equivocaba y los pueblos del mar acabarían regresando.
Ramsés III y la Batalla de Xois
Durante el reinado del faraón Ramsés III, los pueblos del mar atacaron y destruyeron el núcleo de comercio egipcio en Qadesh y después volvieron a intentar invadir Egipto. Comenzaron sus actividades con incursiones rápidas a lo largo de la costa, tal y como lo hicieran en la época de Ramsés II, antes de dirigirse al delta. Ramsés III los derrotó en 1180 a.C., pero regresaron en grandes números. En su inscripción de la victoria, Ramsés III describe esta invasión:
Los países extranjeros conspiraron en sus islas. En un momento, las tierras se removieron y se dispersaron en la refriega. Ningún país pudo resistir sus armas, desde Hatti, Kode, Carchemish, Arwaza y Alashiya quedaron aislados en un momento. Establecieron un campamento en Amurru. Desolaron al pueblo y la tierra era como nunca había sido. Estaban acercándose a Egipto, mientras preparábamos la llama contra ellos. Su confederación eran las tierras unidas de Peleset, Tjeker, Shekelesh, Denen y Weshwesh. Pusieron sus manos sobre las tierras hasta el circuito de la tierra, sus corazones confiados al decir "¡Nuestros planes funcionarán!"
Los países mencionados en la confederación de los pueblos del mar puede que sean las regiones de Palestina (Peleset) o Siria (Tjeker), pero no es seguro. No obstante, está claro que eran la misma gente, con algunas adiciones, que había atacado Egipto con los libios en la época de Merenptah. En esta invasión, al igual que en la anterior, los pueblos del mar se aliaron con los libios y, tal y como apunta Ramsés III confiaban en la victoria. Ya habían destruido el país hitita, que en las inscripciones se menciona como hatti, en torno al 1200 a.C. y cuando Ramsés III escribe que "estaban acercándose a Egipto" lo más probable es que estuviera diciendo que estaban avanzando constantemente sin encontrar oposición alguna.
Ramsés III había conocido los enfrentamientos de sus predecesores con estas gentes y habría sabido tomárselos en serio. Decidió no enfrentarse a ellos en el campo de batalla y, en vez de eso, usó tácticas de guerrilla como estrategia. Organizó emboscadas a lo largo de la costa y por el delta del Nilo e hizo un uso especialmente eficaz de sus arqueros al apostarlos escondidos a lo largo de la costa para que, a su señal, dejaran caer una lluvia de flechas sobre los barcos. Una vez que las tripulaciones de los barcos hubieron muerto o se ahogaron, prendieron fuego a los barcos con flechas llameantes.
El ataque por mar había sido aplastado, con lo que después Ramsés III puso la vista en lo que quedaba de la fuerza invasora en tierra. Volvió a emplear las mismas tácticas y los pueblos del mar fueron derrotados de una vez por todas a las afueras de la ciudad de Xois en 1178 a.C. Aquí otra vez los registros egipcios detallan la gloriosa victoria en la que mataron a muchos pueblos del mar y otros fueron capturados y obligados a unirse al ejército egipcio, a la marina, o fueron vendidos como esclavos.
Aunque Ramsés III había salvado a Egipto de la conquista, la guerra resultó tan cara que drenó las arcas reales y no podían pagar a los constructores de tumbas del pueblo de Set Maat, la actual Deir el-Medina. Esto llevó a la primera huelga laboral documentada de la historia, donde los trabajadores abandonaron el trabajo y se negaron a regresar hasta que los recompensaran adecuadamente.
Tras la derrota de los pueblos del mar a manos de Ramsés III, estos desaparecen por completo de la historia, y puede que los supervivientes fueran asimilados por la cultura egipcia. No hay ningún documento que indique de dónde venían, así como tampoco hay ninguna mención después de 1178 a.C., pero durante casi cien años fueron los asaltadores marinos más temidos de la región mediterránea, así como un constante reto para la prosperidad y el poder egipcios.
El misterio perdura
Tal y como se ha dicho antes, nadie está de acuerdo en quiénes eran los pueblos del mar, a pesar de que es fácil encontrar a muchos expertos y posibles eruditos argumentando acaloradamente por un pueblo u otro. Las inscripciones egipcias que se mencionan aquí nos proporcionan prácticamente todo lo disponible sobre estos pueblos más allá de las referencias en cartas de los hititas y asirios, que no aclaran tampoco el tema. El hecho de que nunca se presenten como un pueblo extranjero deja claro que los egipcios ya los conocían, y la posibilidad de que fueran amigos, o incluso aliados, de Egipto se sobreentiende por su presencia en el ejército de Ramsés el Grande y el sentido de sorpresa que se expresa frente a sus invasiones. El historiador Marc van de Mieroop escribe:
Tanto Merenptah como Ramsés III presentan [los ataques] como sucesos repentinos e inesperados en los que participa un gran número de personas. Los relieves de Ramsés III incluso muestran carros llenos de mujeres, niños y bienes, como si se hubiera producido un movimiento de población. Su relato sobre la aparición de los pueblos del mar en el norte de Mediterráneo oriental sugiere que fue inesperada, muy repentina y destructiva. Pero Merenptah había hablado de otras ocurrencias de la misma clase treinta años antes. Ni tampoco los nombres de las tribus que componían los pueblos del mar eran nuevos para los egipcios. Varios ya habían aparecido décadas antes. (251-252)
Los pueblos del mar también se mencionan en la literatura de Egipto, en la que cabe destacar El cuento de Wenamun, en la que aparecen como figuras familiares del entorno mediterráneo. Los historiadores y eruditos siguen desconcertados en cuanto a los motivos de los alzamientos tan regulares de estas gentes contra Egipto, si es que realmente se levantaron contra el país. Algunos historiadores, tales como Marc van de Mieroop creen que la cuestión de la identidad de los pueblos del mar no se resolverá nunca y que ya no tiene sentido intentar descubrirla. En cuanto a este tema, escribe: "podemos preguntarnos por qué engendraron tal pasión los pueblos del mar", y añade "hay que preguntarse por qué siguen apareciendo en todos los libros de texto sobre la historia mundial". Sin embargo, la respuesta es simple: la verdadera identidad de los pueblos del mar sigue siendo un misterio, y los seres humanos siempre se han sentido, y seguirán sintiéndose, atraídos por el misterio.