El colapso de la Edad del Bronce

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Joshua J. Mark
por , traducido por Carlos A Sequera B
Publicado el 20 septiembre 2019
Disponible en otros idiomas: inglés, chino, francés, alemán, griego
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The Great Temple of Hattusa (by Carole Raddato, CC BY-NC-SA)
El gran templo de Hattusa
Carole Raddato (CC BY-NC-SA)

El colapso de la Edad del Bronce (también conocido como el colapso de la Edad del Bronce tardía) es un término moderno que se refiere al declive y caída de las civilizaciones mediterráneas principales durante los siglos XIII y XII a.C. La causa precisa del colapso de la Edad del Bronce ha sido debatida por académicos por más de un siglo, así como también su fecha de inicio y de finalización, pero no se ha alcanzado un consenso. Lo que se sabe claramente es que, aproximadamente entre los años 1250 y 1150 a.C., grandes ciudades fueron destruidas, cayeron civilizaciones completas, se rompieron relaciones comerciales y diplomáticas, desaparecieron sistemas de escritura y hubo devastación y muerte generalizadas a una escala como nunca antes.

Las causas principales para el colapso de la Edad del Bronce son:

  • Catástrofes naturales (terremotos)
  • Cambio climático (el cual causó sequía y hambruna)
  • Rebeliones internas (guerras de clase)
  • Invasiones (principalmente las de los pueblos del mar)
  • Interrupción de las relaciones comerciales/colapso de los sistemas (inestabilidad política)

Cuando el colapso terminó, la región mediterránea entró en una “edad oscura" en la cual el hierro reemplazó al bronce como el metal preferido, las relaciones comerciales y diplomáticas eran prácticamente inexistentes y el arte, la arquitectura y la calidad general de vida se resintieron en comparación con la Edad del Bronce.

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Lo que siguió a la Edad del Bronce (en torno a 3300 – 1200 a.C.) fue la Edad del Hierro (en torno a 1200 – 550 a.C.) la cual fue un periodo de transformación y desarrollo y, en general, no tan “oscuro” como creían los académicos de los siglos XIX y XX d.C. La Edad del Hierro parece que solo les pareció así a estos escritores cuando era contrastada con la grandeza y prosperidad de la Edad del Bronce, pero, aún así, mientras las civilizaciones se reconstruyeron y desarrollaron, se perdió mucho que no pudo ser replicado, y las lecciones del colapso de la Edad del Bronce son especialmente pertinentes para el tiempo presente, en un momento en el que el mundo globalmente interconectado se asemeja mucho a la intrincada red de naciones que caracterizó esta época.

La Edad del Bronce

La Edad del Bronce se denomina así por la popularidad del uso del bronce en la metalurgia y es una designación conveniente para el período. Esta era vio el desarrollo de la civilización en todas las regiones del Mediterráneo y en todo aspecto. La Edad del Bronce es el período mejor conocido por sus avances en la cultura, el lenguaje, la tecnología, la religión, el arte, la arquitectura, la política, la guerra y el comercio.

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La mayoría de la gente piensa en la Edad del Bronce al escuchar el término “historia antigua” porque fue durante ese tiempo que se construyeron las pirámides de Giza (durante el Imperio Antiguo de Egipto, en torno a 2613-2181 a.C.) y se construyó el templo de Karnak (comenzando en el Imperio Medio, 2040-1782 a. C., hasta el Imperio Nuevo, en torno a 1570 - en torno a 1069 a.C.). En Mesopotamia, el período Uruk (en torno a 4100 – 2900 a.C.) contempló la invención de la rueda y la escritura, entre otros avances, y esta era se une al así llamado Período Dinástico Temprano (en torno a 2900 – 2334 a.C.) y luego el Período Acadio (2334-2218 a.C.) durante el cual fue fundada la primera entidad política multicultural en el mundo (el Imperio acadio) por Sargón de Acad (que reinó entre 2334 y 2279 a.C.). Posteriormente, Babilonia se convertiría en el gran centro de cultura y aprendizaje en Mesopotamia y Elam erigía grandes ciudades.

The Late Bronze Age Collapse c. 1200 - 1150 BCE
El colapso de la Edad del Bronce tardía en torno a 1200 - 1150 a.C.
Simeon Netchev (CC BY-NC-ND)

Los hatti se establecieron en Anatolia (en torno a 2700-2400 a.C.) y construyeron su gran ciudad de Hattusa (en torno a 2500 a.C.). El Imperio hitita (1400-1200 a.C.) floreció y el reino de Mitani se extendió desde el norte de Irak hasta regiones de Turquía. La cultura chipriota se desarrolló en Chipre, la ciudad fenicia de Ugarit, en el Levante, entre otras, prosperó y la civilización micénica de Grecia (en torno a 1600-1100 a.C.) alcanzó su cénit.

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ASIRIA, Babilonia, Egipto, EL IMPERIO hitita, y mitani estaban ESTRECHAMENTE CONECTADOS POR una red comercial y diplomática denominada por académicos modernos como el “club de las GRANDES pOTENCIAS".

A medida que cada entidad política se hizo más estable y centralizada, el comercio floreció hasta que, alrededor del año 1350 a.C., Asiria, Babilonia, Egipto, el Imperio hitita y el reino de Mitani estaban estrechamente conectados entre ellos por una red comercial y diplomática denominada por académicos modernos como el “Club de las Grandes Potencias” (Ancient Egypt, van de Mieroop, 188). Se trataba de una red internacional muy estrecha de relaciones entre los más poderosos monarcas de la época y su existencia está bien documentada a través de las cartas de Amarna del siglo XIV a.C., la correspondencia entre los reyes de Egipto y otras naciones.

Estas relaciones cordiales significaban prosperidad para los pueblos de los territorios involucrados. El comercio floreció, como es evidenciado en los grandes proyectos de construcción del Nuevo Reino de Egipto entre otras evidencias, y cada nación prosperó a través de los lazos del comercio y la diplomacia. Toda esta forma de vida se alteraría drásticamente para peor a partir de la segunda mitad del siglo XIII a.C., y este es el llamado colapso de la Edad del Bronce. Al terminar, de todas las naciones que constituían el Club de las Grandes Potencias, solo Egipto permanecería intacta pero, en una forma significativamente reducida.

Causas del colapso

Desde el tiempo del egiptólogo francés Gaston Maspero (1846-1916, quien por primera vez en 1881, acuñó el término “pueblos del mar" en referencia a las fuerzas invasoras de los siglos XII y XIII a.C.), las causas del colapso de la Edad del Bronce han sido presentadas por los académicos como lineales, ocurriendo en una secuencia establecida: los terremotos derrumbaron ciudades, y las pobres cosechas (cambio climático) causaron hambruna la cual condujo a inestabilidad social y política resultando en rebeliones internas mientras que, al mismo tiempo, grandes poblaciones desarraigadas de sus propias tierras por las mismas dificultades migraron al Mediterráneo y, en su búsqueda por un nuevo hogar, perturbaron a las poblaciones existentes y todas estas presiones finalmente resultaron en la pérdida de las relaciones diplomáticas y comerciales y en la caída de la civilización en el Mediterráneo.

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The Sphinx Gate, Alacahöyük (Hittite settlement)
La puerta de la Esfinge, Alacahöyük (asentamiento hitita)
Carole Raddato (CC BY-SA)

El problema con el concepto lineal de las causas no es solo que es demasiado simple (todas estas civilizaciones habían sobrevivido a invasiones, terremotos e inestabilidades anteriormente) sino que también asume una fecha fija para cuando el colapso comenzó y terminó y luego encuentra eventos históricos que se ajustan a la narrativa y apoyan esa fecha. Es mucho más probable que, como adelantaron académicos como Eric H. Cline, A. Bernard Knapp y Stuart W. Manning, y Brandon L. Drake, entre otros, que todas estas presiones se ejercieron sobre las civilizaciones mediterráneas en una sucesión rápida, quizás casi simultáneamente, al punto que las naciones no pudieron recuperarse de una catástrofe antes de que les sobreviniera otra. Cline se refiere a este fenómeno como “una tormenta perfecta de calamidades" y explica:

Quizá los habitantes podrían haber sobrevivido a un desastre, tal como un terremoto o una sequía, pero no podrían sobrevivir a los efectos combinados de terremoto, sequía e invasores, ocurriendo todos en una rápida sucesión. Se produjo entonces un “efecto dominó”, en el cual la desintegración de una civilización condujo a la caída de otras. (165)

Esta sugerencia es más probable ya que, como se mencionó, las civilizaciones mediterráneas habían experimentado muchos de estos desafíos en el pasado y habían sobrevivido. Cline evita el inconveniente de tratar de fechar el año preciso del colapso al denotar que su fecha de 1177 a.C. es solo un tipo de “atajo académico” para cuando comenzó el colapso y no debería entenderse como una fecha definitiva:

Se podría argumentar que el año 1177 a.C. es al final de la Edad del Bronce tardía como el 476 d.C. es al final de Roma y del Imperio romano de Occidente. Es decir, ambas son fechas a las cuales los estudiosos modernos pueden convenientemente señalar como el final de una era importante. Italia fue invadida y Roma fue saqueada varias veces durante el siglo V d.C., incluso en 410 d.C. por Alarico y los visigodos y en 455 d.C. por Genserico y los vándalos. Hubo muchas otras razones también por las que Roma cayó, además de estos ataques, y el relato es mucho más complejo, como cualquier historiador romano fácilmente atestiguará. Sin embargo, es conveniente y se considera como un atajo académico aceptable el vincular la invasión de Odoacro y los ostrogodos en el año 476 d.C. con el fin de los días de gloria de Roma. (172)

Con eso en mente, las causas del colapso de la Edad del Bronce deben ser consideradas como sugerencias de probabilidades en cuanto a las fechas, pero se acepta un lapso de tiempo general (aproximadamente entre 1250 y 1150 a.C.) y hay ciertos aspectos del colapso durante este periodo, tal como el cambio climático, que se afirman más profundamente porque no hay constancia de tales eventos, a tal grado, previo a este periodo del colapso.

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Amarna Letter Tablet from Tushratta
Tableta de carta de Amarna de Tushratta
Priscila Scoville (CC BY-NC-SA)

Catástrofes naturales: Knapp y Manning señalan que los terremotos en el Mediterráneo eran habituales, en los siglos XIII y XII no habría sido diferente que antes. Ellos citan al académico Robert Drews en su estudio, quien “presentó una lista de 47 sitios en la región que habían sido destruidos en ese periodo de 50 años [del colapso]” pero sostiene que es difícil saber con certeza cuáles fueron destruidos por terremotos y cuáles por las invasiones o rebeliones internas (113). Knapp y Manning también señalan la posibilidad de “tormentas sísmicas” (una serie de terremotos en rápida sucesión) las cuales podrían explicar la destrucción generalizada.

El cambio climático podría haber DESEMPEÑADO un PAPEL significativo en el colapso.

Cambio climático: el arqueólogo David Kaniewski cita al cambio climático como el factor clave en el colapso, afirmando que “el abrupto cambio climático al final de la Edad del Bronce tardía provocó pérdidas de los cultivos en toda la región, conduciendo a crisis socio-económicas y condiciones insostenibles” (Knapp y Manning, 103). Esta crisis, apunta Kaniewski, luego habría causado las invasiones y migraciones masivas que fueron registradas por los pueblos de Chipre, Anatolia y Egipto. El problema con esta afirmación es la cronología para el colapso de la Edad del Bronce. No hay, como se ha señalado, una fecha fija para cuando comenzó, o incluso cuanto duró. Las fechas para el inicio del colapso de la Edad del Bronce abarcan desde 1250 hasta 1186 a 1177 a.C., entre otras, por lo que no es posible identificar un cambio climático como una causa única. Knapp y Manning enfatizan el punto de que “no se dispone de datos climáticos útilmente definidos del Mediterráneo oriental” para este periodo, aunque reconocen que el cambio climático podría haber jugado un papel significativo en el colapso (117).

El académico Brandon L. Drake, no obstante, indica que “la cueva Soreq en Israel contenía un registro de 150.000 años de precipitaciones en el Levante septentrional” el cual exhibe una reducción constante y sin precedentes de las lluvias continuando hasta 1150 a.C.,que para ese entonces era lo suficientemente significativa como para haber causado una sequía. Citando los trabajos de Kaniewski y Harvey Weiss, Drake apunta que una supuesta megasequía (expresión de Weiss) asoló la región entre en torno a 1200-850 a.C. y esto está evidenciado a través del análisis de registros polínicos y aluviales, así como también por las cartas entre los monarcas de la época (Drake, 1863). Drake concluye:

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Una disminución en las temperaturas superficiales del Mediterráneo antes de 1190 a.C. redujo el flujo anual de agua dulce al disminuir las tasas de evaporación. Los vientos del oeste trajeron menos vapor de agua, lo que resultó en la disminución de las precipitaciones. (1868)

La disminución de las precipitaciones condujo a la sequía, la cual afectó las cosechas y terminó en hambruna. La hambruna habría luego propulsado la migración/invasión.

Soreq Cave
Cueva de Soreq
Dany Sternfeld (CC BY-NC-ND)

Rebeliones internas: Las guerras de clase (definidas como las clases bajas rebelándose en contra del privilegio de la élite) son citadas como otra causa. Durante el reinado de Ramsés III (1186-1155 a.C.), está registrada la primera huelga laboral de la historia cuando el pago para los constructores de tumbas en Deir-el-Medina no fue enviado. El robo de tumbas también se generalizó en esta época y el académico William H. Stiebing indica: “es interesante que el bien que los ladrones compraban más a menudo con su botín era comida" (227). Cline cita la destrucción de la ciudad cananea de Hazor como “causada por una rebelión interna de sus habitantes” quienes pueden haber carecido de suministros adecuados de alimentos (148). La evidencia arqueológica y literaria sugiere una escasez de alimentos que alentó a las clases bajas a rebelarse contra los que consideraban que retenían los recursos.

Invasiones: el colapso de la Edad del Bronce fue una vez atribuido únicamente a la invasión de los así llamados "pueblos del mar" entre,m aproximadamente, 1276 y 1178 a.C. La identidad de esta coalición todavía es debatida en la actualidad pero, quienes quiera que fuesen y de dondequiera que hayan venido, causaron estragos en las civilizaciones del Mediterráneo. Los nombres de las tribus incluyen a los shardana, los shekelesh, los lukka, los tursha, los akawasha y los peleset, entre otros. Inscripciones egipcias del Imperio Nuevo dejan claro que ellos fueron enfrentados por Ramsés II (Ramsés el Grande, que reinó entre 1279 y 1213 a.C.), su hijo (y sucesor) Merenptah (que reinó entre 1213 y 1203 a.C.) y Ramsés III quien los derrotó en 1178 a.C. Las invasiones en otros lugares, por parte de otros, también se han mencionado como causa principal. Stiebing destaca la teoría de Drews para las invasiones, especialmente de los pueblos del mar:

Robert Drews ha propuesto una interesante variante de la explicación de la invasión que observa los cambios en la guerra como la razón para el final de la Edad del Bronce. Según este punto de vista, bárbaros como los pueblos del mar, que habían sido empleados por mucho tiempo como mercenarios por las grandes potencias, se volvieron intempestivamente contra sus amos. (229)

Sin embargo, esta teoría es insostenible, ya que ignora los registros bien establecidos de los monarcas egipcios (especialmente Ramsés III) los cuales muestran a los pueblos el mar llegando con sus esposas e hijos en carruajes; lo que indica claramente un pueblo migratorio que seguía a una fuerza invasora.

Ramesses III
Ramsés III
Unknown Artist (Public Domain)

Perturbación de las relaciones comerciales / Colapso de los sistemas: La ruptura de los lazos comerciales y diplomáticos también ha sido citada como una causa para el colapso, pero no se puede afirmar que sea principal ya que no había razón por la que las grandes potencias hubiesen decidido repentinamente cortar relaciones y permitir que sus culturas involucionasen o que sus civilizaciones llegaran a su fin. La interrupción del comercio tendría que ser la culminación de los factores anteriores. La naturaleza global (reconociendo lo que “global” habría significado para la gente del antiguo mediterráneo) del comercio en aquella época enlazaba a cada nación con la otra tan estrechamente que, si una caía, las otras la seguirían. Stiebing comenta:

[Los estudiosos] han discutido que las civilizaciones de la Edad del Bronce experimentaron un colapso de los sistemas. Sus economías tenían bases muy estrechas y sus redes comerciales dependían de condiciones relativamente pacíficas. También había problemas sociales importantes (tales como la esclavitud por deudas, la enajenación de tierras, el abuso de los campesinos por parte de la aristocracia) que causaron descontento interno. Luego, al final del siglo XIII a.C, la piratería y los conflictos militares alteraron el comercio. El declive sustancial del comercio, a su vez, condujo al colapso económico, revueltas y la descomposición generalizada de los sistemas económico, político y social. (230)

Ninguna de estas causas, por sí sola, puede explicar el colapso de la Edad del Bronce. La mayoría de los estudiosos está de acuerdo con la conclusión sucintamente articulada por Marc van Mieroop: “una única causa no puede explicar lo qué ocurrió en todas las regiones y estados” (Near East, 190). Un escenario que podría encajar en una región no funciona en otra y la explicación lineal de una causa que conduce a otra ignora épocas previas en la historia donde hubo desafíos similares pero sin el colapso.

Las edades oscuras

El Imperio hitita cayó, Ugarit fue destruida, la civilización micénica desapareció, las ciudades del Levante siguieron un patrón similar de declive, y los chipriotas también sufrieron. La edad dorada del club de las grandes potencias y la prosperidad resultante se convirtieron en un recuerdo y ese recuerdo fue registrado en mitos, sobre todo en Grecia en el siglo VIII a.C., por Homero y Hesíodo, que recuerdan al lector de una gran época del pasado, ya lejana, la cual era muy superior a la presente.

Cline termina su libro, 1177 a.C.: El año en que la civilización se derrumbó, con la nota optimista de que, de las cenizas del colapso de la Edad del Bronce, provienen las semillas de las civilizaciones que darían lugar al mundo moderno. Sugiere que “algunas veces se necesita un incendio a gran escala para ayudar a renovar el ecosistema de un bosque primario y permitirle prosperar de nuevo" (176). Esto es sin duda cierto, pero, como también señala, cabe preguntarse como podría ser el mundo moderno si no se hubiese producido el colapso de la Edad del Bronce.

Es evidente que posteriormente se produjeron enormes avances culturales, y las "edades oscuras" que siguieron al colapso no fueron para nada tan oscuras como imaginaban estudiosos anteriores. Para citar solo un ejemplo, el Tercer Periodo Intermedio de Egipto (en torno a 1069-525 a.C.), fue bien conocido por su artesanía en metalurgia la cual trabajaba “en oro y plata, pero la mayor parte en bronce” (Shaw, 361). El trabajo del bronce sobrevivió al colapso, como ocurrió con muchos otros aspectos de la civilización de la Edad del Bronce.

Head of an Ibex
Cabeza de un íbice
Osama Shukir Muhammed Amin (Copyright)

Aunque algunos sistemas de escritura desaparecieron, particularmente el micénico y el minoico, el alfabeto fenicio vino a ocupar su lugar. Gradualmente, los pueblos del Mediterráneo que sobrevivieron al colapso se adaptaron a su nueva realidad y reconstruyeron sus vidas. Esas vidas eran, obviamente, muy diferentes de como habrían sido si no hubiese habido colapso pero, como el filósofo griego Heráclito observó, la esencia de la vida es el cambio y todas las cosas, en todo momento, se transforman, voluntaria o involuntariamente, y así ocurrió con las civilizaciones de la Edad del Bronce.

Aún así, el paralelismo entre el período de colapso y la actualidad parece bastante sorprendente en el sentido de que ahora, como entonces, el mundo está íntimamente ligado por medio del comercio global y la diplomacia, y la caída de una nación seguramente afectará la fortuna de todas las otras. Como lo indica Cline, “en un sistema complejo tal como el mundo en nuestros días, [un punto de inflexión] es todo lo que se necesita para que el sistema completo se desestabilice, conduciendo al colapso” (176). Según dictan la ciencia moderna y la observación empírica, ese punto de inflexión es el cambio climático; el único factor entre las causas del colapso de la Edad del Bronce al cual respetados arqueólogos y académicos perciben que no tenía precedentes en esa época.

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Bibliografía

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Sobre el traductor

Carlos A Sequera B
Carlos es ingeniero metalúrgico de Barquisimeto, Venezuela. Desde la infancia se sintió muy atraído por la geografía y la historia antigua. Leer sobre estos temas se convirtió en una afición y fortaleció sus conocimientos sobre historia.

Sobre el autor

Joshua J. Mark
Joshua J. Mark no sólo es cofundador de World History Encyclopedia, sino también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.

Cita este trabajo

Estilo APA

Mark, J. J. (2019, septiembre 20). El colapso de la Edad del Bronce [Bronze Age Collapse]. (C. A. S. B, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-10433/el-colapso-de-la-edad-del-bronce/

Estilo Chicago

Mark, Joshua J.. "El colapso de la Edad del Bronce." Traducido por Carlos A Sequera B. World History Encyclopedia. Última modificación septiembre 20, 2019. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-10433/el-colapso-de-la-edad-del-bronce/.

Estilo MLA

Mark, Joshua J.. "El colapso de la Edad del Bronce." Traducido por Carlos A Sequera B. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 20 sep 2019. Web. 11 oct 2024.

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