Acerca de las siete maravillas, de Filón de Bizancio

Artículo

Joshua J. Mark
por , traducido por Waldo Reboredo Arroyo
Publicado el 21 julio 2023
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Disponible en otros idiomas: inglés, francés

Acerca de las siete maravillas, de Filón de Bizancio (225 a.C.) constituye el primer catálogo conocido de las siete maravillas del mundo antiguo, aunque pudo haberse fundamentado en escritos anteriores, hoy extraviados. La lista de Filón difiere de la estándar de las siete maravillas en que reemplaza al Faro de Alejandría con los Muros de Babilonia.

Hanging Gardens (Artist's Impression)
Jardines Colgantes (impresión del artista)
Mohawk Games (Copyright)

Heródoto, Antípatro de Sidón, Calímaco de Cirene, Estrabón y Diodoro Sículo realizaron en la antigüedad distintos listados, o hicieron referencias a las siete maravillas. Diodoro, quien vivió en el siglo I a.C., proporciona en su Bibliotheca historica (Biblioteca histórica) la lista que en la actualidad se toma como patrón:

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Filón incluye todas las mencionadas, a excepción del Faro de Alejandría, que sustituye por las Murallas de Babilonia. Quizás se debió a que residió en esa ciudad y trabajó en la Biblioteca de Alejandría, y se habría acostumbrado a observarlo una vez se completó bajo Tolomeo II Filadelfo (que reinó de 282-246 a.C.). En la selección de cada obra específica no parece intervenir otra razón que no sea la del gusto personal de cada escritor. En cualquiera de los listados o referencias a las siete maravillas se incluyen sitios comparables a los de la relación reconocida en la actualidad. Por ejemplo, entre los prodigios elegidos por Calímaco de Cirene (en torno a 310-240 a.C.), se encuentra la Puerta de Ishtar de Babilonia, cuya reconstrucción, exhibida en el Museo de Pérgamo de Alemania, es probable que muchos hayan admirado y coincidan con él.

la reseña resulta importante por constituir el primer catálogo conocido de las siete maravillas, si bien es cierto que toma de autores anteriores

La lista de Filón se interrumpe en la mitad de la descripción del Templo de Artemisa en Éfeso (Capítulo 6), y el resto del manuscrito se perdió. Se piensa que la parte faltante incluía al Mausoleo de Halicarnaso, puesto que en su introducción, al describir dónde observar las siete maravillas, menciona que «debe visitarse Halicarnaso, en Caria» (Romer, 230). Es probable que el escrito se concibiera en la biblioteca de Alejandría, donde Filón se desempeñaba como ingeniero. No obstante, no hay ninguna certeza, por lo que algunos investigadores dudan del hecho de que Filón de Bizancio fuera el autor de la composición, y se refieren a quien la escribiera como «Pseudo Filón de Bizancio». A pesar de todo, parece haberse elaborado en Alejandría para luego ser trasladada a Bizancio, donde se realizaron copias que se enviaron a otros centros intelectuales de la época (Romer, x).

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En algún momento la relación se abrió camino hacia Europa, y en opinión del académico Roger Pearse llegó a «las manos del impresor Jerónimo Froben en Basilea, Suiza», alrededor de la década de 1530 (2). Se piensa que con anterioridad pudo haberse consultado por el monje, historiador, y estudioso Beda (en torno a 673-735 d.C.), quien compiló su propio listado, que como muchos otros, difería del estándar. Acerca de las siete maravillas se conservó en la Biblioteca Palatina de Heidelberg, Alemania, en el siglo XVI, formó parte de la colección del Vaticano en el siglo XVII y más tarde, tras el robo de la biblioteca, se envió a París, para regresar a Heidelberg en el siglo XIX, donde reposa hoy en día el manuscrito (Pearse, 2).

La importancia de la reseña radica en que es el primero de los catálogos de las siete maravillas que se haya conocido, si bien es cierto que toma de autores anteriores. La obvia admiración de Filón por las creaciones que describe, así como lo que expresa en su introducción acerca de los viajes para conocerlas, conducen al lector a creer que estuvo presente en cada una de las visitas a los siete emplazamientos, pero pudiera no haber sido ése el caso. Aun así, lo detallado de su escrito cautivó la imaginación de sus lectores durante siglos, e inspiró a otros a que continuaran elaborando sus propias listas, hasta el día de hoy.

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Reconstructions of the Seven Wonders of the Ancient World

This collection features reconstructions of the Seven Wonders of the Ancient World; from the Hanging Gardens of Babylon to the Colossus of Rhodes. Out...

Texto

A continuación se presenta la versión en español de la traducción realizada por Hugh Johnstone del libro Las siete maravillas del mundo: historia, leyendas e investigación arqueológica de los autores John y Elizabeth Romer. Debe mencionarse que Filón no ubica los Jardines Colgantes en Babilonia; de hecho, no especifica dónde se encuentran, lo que sustenta la afirmación de varios académicos de la actualidad, entre ellos Stephanie Dalley, de que los Jardines Colgantes en realidad estaban ubicados en Nínive. Además, incluye en su selección todas las pirámides de la llanura de Guiza, no solo la Gran Pirámide.

1. Todos han escuchado el recuento de las siete maravillas del mundo, pero pocos las han admirado de manera presencial. Para hacerlo, debe viajarse al extranjero y llegar a Persia, cruzar el río Éufrates, trasladarse a Egipto, pasar un tiempo entre los eleos, en Grecia, ir hasta Halicarnaso, en Caria, navegar a Rodas, y visitar Éfeso, en Jonia. Solo si se viaja por el mundo y se siente el cansancio de las travesías se satisfará el deseo de ver sus Siete Maravillas, y cuando al fin se logra el objetivo, se habrá envejecido y se estará poco menos que muerto.

2. Por esta causa, la enseñanza puede desempeñar una valiosa y extraordinaria función: elimina la necesidad de viajar, muestra bellos y asombrosos objetos sin moverse del hogar, y permite observarlos con la mente, ya que no con los ojos. Si una persona viaja a las distintas localidades, las admira una única vez y se retira, de inmediato las olvida: no recuerda los detalles de las obras, y yerra la memoria de sus características particulares. Pero si investiga de manera verbal los elementos de los cuales maravillarse y la ejecución de su construcción, y si contempla, como se mira una imagen en un espejo, toda la destreza del trabajo, mantiene indeleble en su pensamiento la impresión de cada escenario. La razón de tal ocurrencia es que ha visto con su mente escenarios fascinantes.

3. Se hará evidente la confiabilidad de lo que digo si mis palabras dibujan una clara descripción de cada una de las Siete Maravillas y persuaden al oyente a reconocer que ha obtenido una idea del espectáculo. Desde luego, por lo común solo las Siete Maravillas se describen como dignas de elogio de entre otros paisajes que es posible contemplar, pero la admiración que despiertan las Siete Maravillas es distinta a la de otras vistas. Pues la belleza, como el sol, imposibilita ver otras cosas cuando ella misma es radiante.

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I. Los Jardines Colgantes

1. Los llamados Jardines Colgantes, con sus plantas elevadas sobre el terreno, se abren en el aire. Las raíces de los árboles forman una cubierta sobre el suelo. Columnas de piedra sostienen el jardín por su parte inferior y toda el área bajo el jardín se encuentra ocupada por las esculpidas bases de los pilares.

2. Vigas independientes hechas de troncos de palma se colocan en posición con un estrecho espacio entre ellas. La madera de las palmas es el único tipo de leña que no se pudre. Al saturarse y hallarse bajo presión se arquean hacia arriba y alimentan a los capilares de las raíces [de la vegetación] a la vez que admiten en sus grietas otras raíces que no son las suyas.

Hanging Gardens of Babylon
Los Jardines Colgantes de Babilonia
Ferdinand Knab (Public Domain)

3. Encima de estas vigas se vierte una gran cantidad de tierra hasta alcanzar una considerable profundidad. Sobre ellas crecen árboles de anchas hojas y plantas de jardín, y se encuentran variadas flores de todo tipo; en suma, todo ello es placentero a la vista y harto disfrutable. El área se cultiva en la misma idéntica manera que se hace al nivel del suelo. De forma similar a como sucede en un terreno normal, contempla la labor de las gentes que siembran retoños, y el arado de la tierra continúa por encima de los que deambulan entre las columnas que actúan como soporte.

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4. Mientras las personas caminan por arriba, la tierra que se halla sobre la cubierta se mantiene firme, y al igual que en las regiones más fértiles, permanece intacta. Por lo alto, los acueductos traen agua corriente: por una vía el flujo sigue un amplio curso descendente, mientras en el otro sentido el agua asciende presionada por un tornillo; los indispensables mecanismos del artilugio hacen que el agua circule girando en espiral. El líquido se eleva y vierte en numerosos receptáculos e irriga todo el jardín. Humedece las raíces de las plantas que yacen en lo profundo del suelo, y mantiene la tierra mojada. Por esta razón la hierba siempre está verde y las hojas de los árboles crecen de manera permanente [?], alimentadas por el rocío que reposa sobre las tiernas ramas.

5. Así, libres de sed, las raíces absorben el agua que las permea y entretejen marañas que discurren bajo el suelo, las cuales como unidad, preservan la integridad y lozanía de los árboles adultos. La obra maestra resulta lujuriante y regia, y rompe con las leyes de la naturaleza que el producto del cultivo penda por encima de las cabezas de los espectadores.

II. Las Pirámides de Menfis

1. Aunque [hoy día] es imposible construir las pirámides en Menfis, resulta maravilloso describirlas. Se han levantado montañas sobre montañas. El mero tamaño de la mampostería a escuadra resulta difícil de aprehender por la mente, y todos quedan desconcertados por la enorme fuerza que se requirió para subir con palancas el colosal peso de los materiales.

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2. Se edificó una base de cuatro esquinas, y piedras desbastadas conforman los cimientos que son de iguales dimensiones que la altura de cada estructura que se yergue sobre el suelo. De manera gradual toda la obra se conformó en pirámide, y se va reduciendo hasta acabar en punta.

3. Su alzada es de 152 metros (500 pies) y la distancia alrededor de la base es de 1.097 metros (3600 pies). Toda la obra pulida empalma sin que resalten juntas, de modo que parece estar hecha de canto monolítico. Pero, de hecho, se han empleado distintos tipos y colores de roca en su construcción: aquí hay mármol blanco, allá piedra negra africana. Además, también está la llamada «piedra rojo sangre» y bloques translúcidos de múltiples verdes, traídos según se dice, de Arabia.

The Pyramids, Giza, Egypt
Las pirámides, Guiza, Egipto
Shellapic76 (CC BY)

4. Las tonalidades de algunos sillares son verde oscuro como el vidrio, otras son casi amarillo membrillo, mientras que aún otros exhiben un matiz que asemeja el púrpura de las conchas marinas. Al asombro sentido se añade placer, a la admiración experimentada, respeto, y a su fastuosidad, esplendor.

5. El ascenso no resulta más largo ni agotador que recorrer un sendero. Al pararse en la cima y mirar hacia abajo, apenas puede distinguirse la base. El tesoro real entreteje extravagantes dispendios flanqueados por una agradable colección de colores. Que su fortuna pueda alardear de su creencia en que con sus extraordinarios desembolsos puede tocar hasta las mismas estrellas, pues es mediante obras como estas que los hombres se elevan a los dioses, o que los dioses descienden a los hombres.

III. El Zeus de Olimpia

1. En los cielos, Cronos es el padre de Zeus, pero Fidias es el padre de Zeus en Elis. La naturaleza inmortal fue la progenitora del primero, pero las manos de Fidias, del último; solo esas manos eran capaces de procrear dioses. Bendita sea esa singular persona en la tierra que distinguió al monarca y tuvo la habilidad de mostrar el que Truena a otros.

2. Pero si Zeus se avergüenza de ser llamado hijo de Fidias, fue la destreza la madre de su representación. La naturaleza produjo elefantes y África abunda en manadas de elefantes, justo para que Fidias pudiera cortar los colmillos de esos animales salvajes y tallara el material con sus manos para darle la forma que se proponía.

Statue of Zeus at Olympia
La Estatua de Zeus en Olimpia
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

3. Mientras no hacemos más que admirar a los otros seis portentos, nos arrodillamos ante éste con reverencia, pues la ejecución del arte resulta tan increíble, como santa es la imagen de Zeus. La obra reclama encomio, y la inmortalidad aporta honor.

4. ¡Estos fueron los buenos tiempos de Grecia! Cuando su riqueza en el mundo de los dioses sobrepasó las riquezas de todos en cualquier época ulterior; cuando poseyó un artista que fue creador de inmortalidad, jamás igualado por otro que épocas posteriores produjeran; cuando era posible mostrar a los hombres la fisonomía de los dioses, apariencias que jamás sería posible que otras edades contemplaran. Sin duda, Fidias es el paladín del Olimpo de mayor permanencia, de la misma idéntica manera que los hechos son mejores que las lucubraciones, el conocimiento superior a la indagación, y la vista más ventajosa que el oído.

IV. El Coloso de Rodas

1. Rodas es una isla en el mar. Permaneció oculta bajo el océano durante largo tiempo, pero entonces Helios la reveló, y rogó a los dioses que la nueva ínsula fuera suya. En esa isla se yergue un Coloso de 36 metros (120 pies) de altura, que representa a Helios. Puede reconocerse que la estatua es de Helios porque muestra sus distintivos rasgos. El artista empleó una cantidad de bronce que habría podido agotar las minas, pues la imagen fundida de la estructura era una obra de bronce única en el mundo.

2. Quizá Zeus derramó maravillosas riquezas sobre los rodios precisamente para que pudieran honrar a Helios, y las gastaran en la erección de la estatua del dios, capa por capa, desde el suelo hasta los cielos. El artista la aseguró con firmeza por dentro, con armazones de hierro y bloques tallados como cuadrados, en la cual las barras horizontales exhiben el martillado al estilo ciclópeo. La parte oculta de la hechura es mayor que sus partes visibles. Más preguntas se agolpan en el espectador que admira: ¿qué tipo de pinzas para las brasas se emplearon, y de qué tamaño eran las bases de los yunques, y con qué mano de obra se forjó semejante peso de varales?

3. Se colocó una base de mármol blanco, y sobre éste dispuso por primera vez los pies del Coloso hasta la altura de los huesos del tobillo. En su mente ya había concebido las proporciones con que se erigiría el dios de 36 metros (120 pies). Debido a que las plantas de los pies que se apoyaban sobre la base ya alcanzaban mayor altura que otras estatuas, resultaba imposible levantar el resto y colocarlo sobre ellas. Los tobillos tuvieron que fundírseles encima, y al igual que ocurre al construir casas, toda la obra tuvo que levantarse apoyándose sobre sí misma.

Ancient Rhodes by Frantisek Kupka
Rodas en la Antigüedad, por Frantisek Kupka
Tony Hisgett (CC BY-NC-SA)

4. Por esta razón, en el caso de otras estatuas, los artistas confeccionan primero un molde, luego lo dividen en partes, las funden, y por último las arman y erigen la estatua. Pero el artista del Coloso fundió la primera parte y luego moldeó la segunda sección sobre la primera; y cuando la segunda parte se hubo fundido en bronce, levantó la tercera parte encima de la anterior. Empleó el mismo método de construcción para los restantes segmentos. Pues resultaba imposible mover las piezas de metal.

5. Cuando concluía la fundición de las piezas sobre las que se había trabajado con anterioridad, se atendía el espaciado de las barras y los empalmes de la armazón, y la estructura se mantenía en equilibrio con las piedras que se habían colocado en el interior. Así, para que a lo largo de la construcción pudiera mantener estable su concepción, amontonaba sin interrupción un inmenso túmulo de tierra alrededor de las piezas terminadas del Coloso, lo cual ocultaba lo ya concluido bajo tierra, y procedía con la siguiente etapa de fundición sobre la superficie plana de lo que se encontraba debajo.

6. Poco a poco alcanzó el objetivo de su sueño y a un costo de quinientos talentos de bronce y trescientos talentos de plata, hizo a su dios igual al dios. Produjo una obra que sobresalía por su audacia, puesto que en el mundo había plantado un segundo Helios que encaraba al primero.

V. Las Murallas de Babilonia

1. Semíramis, la legendaria reina de Babilonia, era fértil en inventiva real. De manera que al fallecer dejó atrás un tesoro para admirar: construyó cimientos de 66 kilómetros (41 millas) de largo y amuralló Babilonia. El perímetro de los muros tiene una longitud suficiente como para agotar a un corredor de largas distancias. La muralla impacta no solo por su extensión, sino también por la solidez de su estructura y el ancho de sus recintos interiores. Pues está construida de ladrillos cocidos y brea.

Ishtar Gate (Artist's Impression)
La puerta de Ishtar (impresión del artista)
Mohawk Games (Copyright)

2. La muralla tiene más de 24 metros (80 pies) de alto y cuatro carros tirados por cuatro caballos cada uno pueden recorrerla al unísono por todo lo ancho de la pista circular [de su cima]. [Por toda la extensión del muro] se levantan en secuencia torres de varios pisos, capaces de albergar a un ejército completo. La ciudad constituye, por lo tanto, la fortificación más desarrollada de Persia. Desde afuera no se adivinaría que encierra moradas en su interior.

3. ¡Miles y miles de hombres viven dentro de la muralla circular de la ciudad! La extensión de los terrenos exteriores a la muralla dedicados a la agricultura es a duras penas mayor que el área edificada de Babilonia, y los labriegos de extramuros son como extranjeros para los que viven circunscritos por los muros.

VI. El Templo de Artemisa en Éfeso

El Templo de Artemisa en Éfeso es la única morada de los dioses. Quien lo vea se convencerá que ha ocurrido un cambio de lugar: que el mundo celestial de la inmortalidad se ha colocado sobre la tierra. Porque los Gigantes, o hijos de Aloeus, que intentaron ascender al cielo, amontonaron las montañas y construyeron no un templo, sino el Olimpo. El resultado es que la obra supera en audacia al proyecto y del mismo modo, la maestría excede a la obra.

Model of the Temple of Artemis
Modelo del Templo de Artemisa
Faigl.ladislav (GNU FDL)

El arquitecto aflojó el fondo de la tierra subyacente y luego cavó trincheras hasta una gran profundidad para echar las bases en el subsuelo. El volumen de calicanto que se empleó en las estructuras subterráneas equivalió a montañas de canteras. Aseguró su inalterable estabilidad y al haber ubicado antes a Atlas bajo el peso de las partes que sustentarían al edificio, primero colocó en el exterior una base de diez escalones y sobre la base levantó… [Aquí el manuscrito se interrumpe; el resto del escrito se ha perdido].

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Preguntas y respuestas

¿De qué trata "Acerca de las siete maravillas", de Filón de Bizancio?

La obra de Filón de Bizancio "Acerca de las siete maravillas" es un listado de las siete maravillas del mundo antiguo escrita en 225 a.C. Incluye los Jardines Colgantes, las Pirámides de Menfis, la Estatua de Zeus en Olimpia, el Coloso de Rodas, Los Murallas de Babilonia, el Templo de Artemisa en Éfeso y el Mausoleo de Halicarnaso (aunque la descripción del mausoleo se ha extraviado).

¿Por qué resulta importante "Acerca de las siete maravillas", de Filón de Bizancio?

"Acerca de las siete maravillas" resulta importante debido a que constituye la primera lista existente acerca de las siete maravillas del mundo antiguo, y ejemplifica la manera en que los autores de la Antigüedad escogieron diferentes «maravillas» para realizar sus listados.

¿Cuál es la más antigua de las siete maravillas del mundo antiguo?

La más antigua de las siete maravillas de la Antigüedad es la Gran Pirámide de Guiza, que además es la única que se mantiene en pie en la actualidad.

¿Quién fue Filón de Bizancio y es cierto que visitó cada una de las siete maravillas?

Filón de Bizancio (siglo III a.C.) trabajaba como ingeniero de la Biblioteca de Alejandría, Egipto. No resulta claro si visitó cada una de las siete maravillas o si se fundamentó en manuscritos anteriores, hoy extraviados, para describir los sitios.

Sobre el traductor

Waldo Reboredo Arroyo
Interesado en el estudio de las migraciones, costumbres, las artes y religiones de distintas culturas; descubrimientos geográficos y científicos. Vive en La Habana. En la actualidad traduce y edita libros y artículos para la web.

Sobre el autor

Joshua J. Mark
Joshua J. Mark es un escritor independiente y antiguo profesor de filosofía a tiempo parcial en el Marist College de Nueva York. Vivió en Grecia y Alemania y ha viajado por Egipto. Ha sido profesor universitario de historia, escritura, literatura y filosofía.

Cita este trabajo

Estilo APA

Mark, J. J. (2023, julio 21). Acerca de las siete maravillas, de Filón de Bizancio [Philo of Byzantium's On the Seven Wonders]. (W. R. Arroyo, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2257/acerca-de-las-siete-maravillas-de-filon-de-bizanci/

Estilo Chicago

Mark, Joshua J.. "Acerca de las siete maravillas, de Filón de Bizancio." Traducido por Waldo Reboredo Arroyo. World History Encyclopedia. Última modificación julio 21, 2023. https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2257/acerca-de-las-siete-maravillas-de-filon-de-bizanci/.

Estilo MLA

Mark, Joshua J.. "Acerca de las siete maravillas, de Filón de Bizancio." Traducido por Waldo Reboredo Arroyo. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 21 jul 2023. Web. 27 abr 2024.

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