La historia de los villancicos navideños

Artículo

Mark Cartwright
por , traducido por Rosa Maria Barquin
Publicado el 05 diciembre 2023
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Disponible en otros idiomas: inglés, francés, italiano

Los villancicos son una parte muy querida de la temporada navideña y mientras que muchos tienen una larga historia, otros son sorprendentemente recientes. Desde las canciones de baile medievales hasta su resurgimiento en el siglo XIX, las letras y la música de los villancicos han evolucionado con el tiempo, ya que cada generación de cantantes de villancicos continúa sumándose a una tradición variada de música tradicional y canto sagrado.

Good King Wenceslas Carol Music
Música del villancico del buen rey Wenceslao
Gryffindor (CC BY-SA)

Orígenes de los villancicos

La palabra “villancico” tiende a asociarse exclusivamente con cantos sagrados relacionados con la Navidad, pero una vez tuvo un significado más amplio y se refería a varios géneros diferentes de música que se usaban en los servicios de la iglesia medieval por toda Europa. La forma original alternaba estribillos (versos repetidos) con estrofas. La intensa melodía y los estribillos repetidos significaba que los villancicos eran más fáciles de recordar. A veces, los estribillos eran en latín y los versos en la lengua vernácula. Normalmente un coro de cantantes cantaba el estribillo mientras las estrofas se reservaban para un solista. Los recitales de Navidad de la iglesia en el siglo XIII incluían la interpretación de un tipo de canción similar, el conductus, más simple, interpretado en latín, y se utilizaban villancicos anteriores de la misma manera para describir relatos de la Biblia. Con el tiempo, el género de los villancicos comenzó a asociarse en particular con la celebración de la Navidad. Los villancicos navideños se diseñaron para enseñar la fe cristiana y ofrecer un método de devoción alegre. Se extendieron a través de las fronteras, llevados por los monjes errantes y los decididos peregrinos, y así se convirtieron en “parte de la lengua vehicular de la cristiandad” (Poston, 12). Como la afamada musicóloga E. Poston señaló: “el talento esencial del villancico radica en su comunicatividad” (16).

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La historia exacta y el uso de los villancicos no están del todo claros, como aquí señala el historiador y musicólogo D. Arnold: “la forma precisa de la interpretación, igual que con la mayoría de canciones antiguas, es un tema controvertido…en origen el villancico pudo haber sido una canción de baile (la palabra carol, "villancico" en inglés, proviene probablemente de la palabra francesa carole, un baile donde los participantes formaban un gran círculo, mientras que en castellano los villancicos son las canciones de los villanos, la gente de la villa o el pueblo), indudablemente cantada con frecuencia en procesión” (318). Un origen alternativo de la palabra "carol" es del latín choraula, que era un tipo de canción coral. Un ejemplo de un villancico medieval que ha sobrevivido en la actualidad es Good Christian Men Rejoice, (“Buenos hombres cristianos, regocijaros”, también conocido como In Dulci Jubilo).

EL CANTO DE VILLANCICOS VICTORIANOS SE REALIZABA TRADICIONALMENTE EL 21 DE DICIEMBRE Y EN NOCHEBUENA.

Los villancicos no eran exclusivos de los servicios de la iglesia ya que existen referencias de que se cantaban en celebraciones, como por ejemplo en la noche de Reyes (5 de enero) cuando cantar se consideraba una manera de asegurar buena salud y una buena cosecha en el año venidero. Esta actividad se conocía como "wassailing", y a partir del siglo XVI, podría implicar cantar alrededor de un árbol frutal en particular y pasarse un cuenco comunal de cerveza o de sidra. Esta tradición de emparejar música con comida y bebida continúa en algunos lugares, como por ejemplo en el Queen's College de Oxford, donde se canta un villancico, The Boar's Head Carol (el villancico de la cabeza del jabalí), cuando el plato medieval de ese nombre se lleva a la mesa navideña. Las frases de introducción son apetitosas: “Llevo en las manos la cabeza del jabalí/adornada con laurel y romero/y os ruego, señores míos, que seáis felices” (Poston, 113).

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A Christmas Carol in Lucerne by Bachmann
Un villancico en Lucerna por Bachmann
Hans Bachmann (Public Domain)

En Francia, se usaban a menudo melodías tradicionales para villancicos que se llamaban noëls (deletreadas a veces nowells en las partituras inglesas de los villancicos). Estas canciones a veces se publicaban en colecciones como por ejemplo La fleur des noëls (La flor de los villancicos), publicada en Lyon en 1535. Existían géneros similares en todos los lugares, como la laude en Italia y el Weihnachtslieder y el Christliche Wiegenlieder en países de habla alemana.

A MUCHOS VILLANCICOS ANTIGUOS, UNA VEZ REDESCUBIERTOS, SE LES ASIGNÓ LETRAS NUEVAS.

En el siglo XVII, se continuó escribiendo villancicos, pero entraron en declive, al igual que los servicios de la iglesia en general. Esto fue así particularmente en Gran Bretaña cuando los puritanos prohibieron la celebración de la Navidad después de las guerras civiles inglesas (1642-1651). Afortunadamente para los villancicos y las festividades navideñas, las tradiciones regresaron tras la Restauración inglesa (de mano de los Estuardo) de 1660. Los servicios de villancicos incluso comenzaron a atraer el interés de los compositores más consumados. En 1734, Johann Sebastian Bach compuso su oratorio navideño (Oratorium tempore Nativitatis Christi) para ser interpretado en Leipzig en Navidad, en Año Nuevo y en el día de reyes. La obra se compone de seis cantatas, que cuentan la historia de la natividad.

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Había más desafíos que superar. El noël en Francia sufrió una interrupción de las interpretaciones públicas debido a los excesos de la Revolución francesa (1789-1799). Los desafíos de la música secular y los cambios en la forma de vida, ya que las comunidades rurales tradicionales abandonaron sus poblaciones por el paisaje urbano en expansión, también contribuyeron al declive de los villancicos a lo largo del siglo XVIII y la primera mitad del siglo XIX.

Los villancicos en el siglo XIX

El género del villancico regresó con fuerza en las últimas etapas del siglo XIX, en gran parte gracias al aumento en popularidad de la celebración de la Navidad y, bastante irónicamente por tal música religiosa, porque la festividad se volvió cada vez más secular y comercial. Escuchar y cantar villancicos navideños se convirtió en el único punto de contacto con las actividades eclesiásticas para aquellos que no asistían a los maitines de la mañana del día de Navidad. En Inglaterra, la época victoriana fue testigo de un resurgimiento en el interés de las celebraciones navideñas (algunos dirían que los victorianos prácticamente reinventaron la Navidad). A menudo aparecían varios versos de villancicos populares dentro de las tarjetas de Navidad victorianas que se volvieron populares a partir de la década de 1840.

Frontispiece, Birds' Christmas Carol
Portada, villancico navideño de los pájaros
Katharine R. Wireman (Public Domain)

El renacimiento de todo lo navideño no significó solamente que se escribieran villancicos nuevos, sino que también hubo una investigación activa sobre los villancicos aparentemente perdidos de la Edad Media. Los anticuarios fueron a la caza de colecciones privadas y archivos de la Iglesia y entrevistaron a los aldeanos con buena memoria. Muchos villancicos antiguos, una vez recuperados, recibieron letras nuevas, a veces solo en parte, a veces totalmente, para lamento de los musicólogos puristas. El primer libro inglés de villancicos data del año 1521, una colección recopilada por el impresor londinense Wynkyn de Worde. Lamentablemente, en la actualidad solo sobreviven fragmentos de esta colección de los llamados “Christmasse Carolles”. No obstante, fueron los victorianos los que se aseguraron de que los villancicos antiguos no se olvidaran en su propia época ni en las generaciones futuras coleccionándolos en antologías. Una de las colecciones de villancicos más famosa fue Carols Ancient and Modern (Villancicos antiguos y modernos), recopilada por William B. Sandys y Davies Gilbert y publicada en 1823.

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Es curioso que muchos de los villancicos actuales más conocidos no son a menudo tan antiguos como podríamos pensar. También existen muchos villancicos que provienen de fuera de Gran Bretaña. Once in Royal David's city (Una vez en la ciudad del rey David) fue una adición al repertorio de villancicos del siglo XIX, escrito por Cecil Frances Alexander (1823-1895), la esposa del arzobispo Alexander, primado de Irlanda. Away in a manger (Lejos en un pesebre), escrito por el escritor americano William James Kirkpatrick (1838-1921), en origen estaba pensado para cantarse en la escuela dominical; apareció por primera vez impreso en 1885. O Little town of Bethlehem (Oh, pequeña aldea de Belén) es otro villancico de un escritor americano, esta vez del obispo de Massachusetts, Phillips Brooks (1835-1893), pero este muestra la unión entre Gran Bretaña y los Estados Unidos con su melodía de una canción folk tradicional inglesa llamada The Ploughboy's Dream (El sueño del mozo de labranza, más tarde renombrada Forest Green, El verde del bosque). The Three Kings of Orient (Los tres reyes de oriente), que tiene un verso para cada rey, fue compuesto por John Henry Hopkins Jr. (1820-1891); también obispo, esta vez de Vermont.

Los villancicos eran populares en las reuniones de campamentos en los Estados Unidos y entre los esclavos de las plantaciones. Un villancico popular que se cantaba en las plantaciones era Rise up, Shepherd, An'Foller (Levántate pastor y sígueme), mientras Children, Go Where I send Thee! (¡Niños, ir donde os envío!) es un villancico espiritual típico afroamericano.

Los países de habla alemana tienen una fuerte tradición de villancicos navideños. Silent Night, Holy Night (Stille Nacht! Heilige Nacht!, Noche de paz) se compuso en Austria en 1818. Fue escrito por Joseph Mohr (letra), el párroco, y Franz Gruber (melodía), el maestro de Hallein para que se interpretara en los servicios de Navidad porque, al menos según cuenta la leyenda, se había estropeado el órgano de la iglesia cuando un ratón se metió dentro, causando estragos.

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Carol Singers
Cantantes de villancicos
The British Museum (CC BY-NC-SA)

El canto de villancicos

En la época navideña, la gente cantaba villancicos en casa junto al piano familiar, con frecuencia después de la cena. También cantaban en las tabernas, una tradición que sigue viva en algunos condados de Inglaterra, en especial en Yorkshire, Nottinghamshire y Derbyshire. En la época victoriana llegó un nuevo fenómeno al aire libre en el que los grupos, en particular de niños, cantaban villancicos en el exterior de las casas de la gente con la esperanza de recibir comida y bebida o dinero (para ellos mismos o para organizaciones benéficas). Esta nueva actividad no era totalmente nueva, ya que en la Edad Media hubo una tradición de grupos de actores y cantantes viajeros que visitaban las casas de la gente en esta época del año y ofrecían actuaciones improvisadas.

El canto de villancicos victorianos se realizaba tradicionalmente el 21 de diciembre (el día festivo de santo Tomás) y el día de Nochebuena. Los hogares agradecidos se aseguraban de tener listos pastelillos o ponche caliente. Algunas personas iban cantando y ofrecían a la venta partituras de villancicos o letras impresas. Los músicos callejeros adaptaban su repertorio en esta época del año, interpretando villancicos con sus violines, gaitas, silbatos, acordeones y órganos. Los villancicos eran particularmente adecuados para tocar con campanas, interpretadas por grupos pequeños o por un individuo armado con una cuerda de diez o más campanas.

Un ejemplo famoso de esta tradición de canto de villancicos en la literatura aparece en Cuento de Navidad de Charles Dickens (1812-1870), publicado por primera vez en 1843. Aquí, un cantante de villancicos solitario tiene el coraje (o la locura) de cantar en la puerta del viejo avaro Ebenezer Scrooge:

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El propietario de una joven nariz, mordisqueada y mascada por el frío hambriento, como los huesos son mordisqueados por los perros, se inclinó en la cerradura de Scrooge para regalarle con un villancico navideño; pero al primer sonido de

¡Dios os bendiga, feliz caballero!

¡Qué nada os desanime!

Scrooge agarró la regla con tal energía de acción que el cantante huyó aterrorizado, dejando la cerradura a la niebla, e incluso a la más simpática helada. (Dickens, 14)

The Holly & the Ivy Sheet Music
Partitura de El acebo y la hiedra
Unknown Photographer (Public Domain)

Cinco villancicos populares

El siglo XX continuó teniendo interés en los villancicos, y los eruditos se esforzaron en catalogar las melodías y los arreglos originales, a veces cambiándolos para recobrar su sonido y aspecto medieval. Dos obras destacables en inglés son The Oxford Book of Carols, publicado en 1928, y The Penguin Book of Christmas Carols, publicado en 1965. A continuación se presentan cinco villancicos populares con las letras tomadas de la última obra.

God Rest Ye Merry, Gentlemen (Dios os guarde en alegría, caballeros)

Este villancico tradicional cuenta la historia de la natividad y de la visita de los pastores a Belén. La versión original debería tener una coma después de "merry" en la primera frase. Actualmente, la coma que falta da una impresión falsa de que los caballeros acaban de salir de una taberna después de celebrar la Navidad. Tales errores a lo largo del tiempo no son raros con las canciones tradicionales, pero este villancico sufre un segundo error. El verso “Para que con frecuencia venza a todos/ Los amigos(friends) de Satanás” más probablemente fuese “los demonios(fiends) de Satanás”.

Dios os guarde en alegría, caballeros
Que nada os desaliente,
Pues Jesús, nuestro salvador
Nació en este día,
Para salvarnos a todos del poder de Satanás
Cuando nos habíamos perdido:

(coro)
Oh, noticias de consuelo y alegría.

En Belén de Judá
Este niño bendito nació,
Y acostado en un pesebre
En esta mañana bendita;
En la cual su madre María
Nada menospreció;

Desde dios, nuestro padre celestial
Llegó un ángel bendito,
Y a ciertos pastores
Llevó noticias de lo mismo,
De cómo en Belén había nacido
Por nombre El Hijo de Dios:

“No temáis”, dijo luego el ángel,
“Qué nada os atemorice,
En este día ha nacido un salvador
de virtud, poder y supremacía;
para que con frecuencia venza a todos
los amigos de Satanás”.

Los pastores al oír esas noticias
se regocijaron en la mente,
y abandonaron a sus rebaños alimentándose
bajo la tempestad, la tormenta y el viento,
y fueron raudos a Belén
en busca de este niño santo:

Pero cuando llegaron a Belén,
donde yacía este infante,
lo encontraron en un pesebre
donde los bueyes se alimentaban de paja,
su madre María arrodillada
oraba al Señor:

Ahora al Señor cantar alabanzas,
todos vosotros en este lugar,
y con verdadero amor y hermandad
abrazaos ahora;
esta noticia santa de Navidad
desvirtúa a todas las demás:
(Poston, 73)

Good King Wenceslas Stamps
Sellos del Buen rey Wenceslao
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

El buen rey Wenceslao

El villancico El buen rey Wenceslao trata sobre el duque de Bohemia Wenceslao I (que reinó de 921-935) que da caridad a un hombre pobre y así recuerda, como indica la última frase, que aquellos que bendicen a los pobres serán también bendecidos. En la vida real, el duque Wenceslao (también llamado Vaclav) fue conocido por sus actos de caridad y un programa ambicioso de construcción de iglesias; el rey Otto I, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico (que reinó de 962-973), le otorgó el título honorífico de rey y fue hecho santo. Actualmente, Wenceslao es el santo patrón de la República Checa.

La melodía de este villancico es mucho más antigua que el texto y data del siglo XIII cuando se interpretaba para bailar. Bastante irónicamente, la letra moderna, escrita por John Mason Neale (1818-1866) alrededor de 1849, describe un clima de mediados de invierno y contrasta totalmente con el villancico original, Tempus Adest Floridum (Es tiempo de flores), cuyas palabras elogiaban la primavera.

“El buen rey Wenceslao miró afuera por última vez
en el día de San Esteban,
cuando la nieve estaba por todas partes,
profunda y crujiente y uniforme.
Brillaba mucho la luna aquella noche,
aunque el frío era cruel,
cuando se divisó a un pobre
recogiendo leña para el invierno.

“Aquí paje, quédate a mi lado,
si lo sabes, dime,
aquel campesino, ¿quién es?
¿cuál es su morada y dónde está?
-Señor, vive a una buena legua de aquí,
debajo de la montaña,
al lado del cercado del bosque,
junto a la fuente de Santa Inés.

-Tráeme carne y tráeme vino,
tráeme troncos de pino aquí,
tú y yo lo veremos cenar
cuando allí escuchemos su crepitar”.
Paje y monarca, hacía allí fueron;
juntos caminaron;
a través del lamento salvaje del rudo viento
y del amargo clima.

-Señor, la noche ya es más oscura ahora,
y el viento sopla más fuerte.
Me falla el corazón, no sé cómo,
ya no puedo seguir más.
-Camina por mis pisadas, buen paje mío,
písalas con valentía,
ya encontrarás que la furia del invierno
te helará la sangre con menos frialdad”.

Sobre los pasos de su amo caminó,
donde la nieve estaba marcada;
calor había en la propia tierra
que el santo había pisado.
Entonces, cristianos, estad seguros,
poseyendo riqueza o rango,
vosotros que hoy bendecís al pobre,
bendición hallaréis también.

(Poston, 75)

Carol Singers, Ukraine
Cantantes de villancicos, Ucrania
Mykola Pymonenko (Public Domain)

¡Oíd! Los ángeles mensajeros cantan

El Dr. William H. Cummings adaptó este villancico en el siglo XIX a partir de un himno titulado Festgesang (Canción festiva) escrita en 1840 por el destacado compositor Felix Mendelssohn (1809-1847). Mendelssohn pensó que la melodía era más adecuada para una canción sobre soldados que para un tema sacro. Charles Wesley escribió la letra que se utiliza actualmente, publicada en 1739, que más tarde modificó George Whitfield en 1740. El villancico presenta un himno de alabanza a Jesucristo conmovedor y a su papel en la tierra; normalmente se interpreta al final de los servicios navideños de la iglesia.

“¡Escuchen! los ángeles mensajeros cantan
Gloria al Rey recién nacido;
Paz en la tierra y misericordia compasiva,
Dios y los pecadores reconciliados:
Alegres, todas las naciones, levántense,
Uníos al triunfo de los cielos,
Con las huestes angelicales que proclaman
Cristo ha nacido en Belén:
¡Escuchen cantar a los ángeles mensajeros!
Gloria al Rey recién nacido.

Cristo, por el cielo más elevado adorado,
Cristo, el Señor eterno,
Tarde en el tiempo lo contemplo venir,
Descendiente del seno de una virgen;
Ved la deidad hecha carne,
¡Saludad a Dios encarnado!
Complacido como hombre para habitar con él,
Jesús, nuestro Emanuel:

¡Saludad al Príncipe de la paz nacido del cielo!
¡Saludad al hijo de la justicia!
Luz y vida a todo lo que trae,
Alzado con la sanación en sus alas;
Suavemente esparce su gloria,
Nacido para que el hombre ya no muera,
Nacido para elevar a los hombres de la tierra,
Nacido para otorgarles un segundo nacimiento:
(Poston, 79)

Traditional Holly Wreath
Corona tradicional de acebo
Ali Edwards (CC BY-ND)

El acebo y la hiedra

El villancico tradicional El acebo y la hiedra indica quizá mejor que cualquier otro las tradiciones paganas que el cristianismo buscaba asimilar y esconder. El acebo era el símbolo tradicional de lo masculino mientras que la hiedra representaba lo femenino, y ambas plantas, al ser perennes en un período cuando la naturaleza aparentemente duerme, estaban fuertemente asociadas con las tradiciones precristianas que celebraban el solsticio de invierno, que incluía la festividad romana de las Saturnales. Los versos que se refieren al sol naciente y a los ciervos que corren también recuerdan ritos paganos. La letra cristiana crea un símil entre características de la planta de acebo y la crucifixión. Existe otra conexión respecto al acebo que se pensaba que había brotado cuando Jesús llevaba la cruz al Calvario. Se ha considerado al acebo durante mucho tiempo como un símbolo de la buena suerte y se ha utilizado para decorar iglesias y hogares en la época navideña, como se sigue haciendo actualmente, más visiblemente en la corona que se suele colgar de la puerta principal. El villancico data del siglo XVII, pero ganó una audiencia nueva cuando Cecil J. Sharp lo catalogó en 1913.

“El acebo y la hiedra,
Cuando ambos están completamente crecidos,
De todos los árboles del bosque,
El acebo lleva la corona:

(Coro)
La salida del sol
Y el correr de los ciervos,
La interpretación del alegre órgano,
El dulce canto del coro.

El acebo florece
Tan blanco como el lirio,
Y María dio a luz al dulce Jesucristo
Para sesr nuestro Salvador:

El acebo tiene una baya
Tan roja como cualquier sangre,
Y María dio a luz al dulce Jesucristo
Para hacer mejores a los pobres pecadores:

El acebo tiene un pincho
Tan agudo como cualquier espina,
Y María dio a luz al dulce Jesucristo
La mañana del día de Navidad:

El acebo tiene una corteza
Tan amarga como la hiel,
Y María dio a luz al dulce Jesucristo
Para redimirnos a todos:

El acebo y la hiedra,
Cuando ambos están completamente crecidos,
De todos los árboles que hay en el bosque,
El acebo lleva la corona:
(Poston, 117)

¡Oh, venid todos los fieles! (Adeste fideles)

La letra de ¡Oh, venid todos los fieles! se acredita a John Francis Wade (1711-1786) de su obra Himno en prosa para el día de Navidad. La obra apareció por primera vez impresa alrededor del año 1782, y, como Wade era un jacobita que quería restaurar la casa Estuardo al trono inglés, puede ser que la letra sea una llamada a los jacobitas para alzarse en ayuda de lo que resultó ser una causa perdida.

La naturaleza bilingüe del villancico fue útil durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) cuando el día de Nochebuena grupos de soldados británicos y alemanes por todo el frente de trincheras hicieron una tregua no oficial. Los hombres se cantaban villancicos unos a otros a través de tierra de nadie, como aquí informa el soldado raso Oswald Tilley en una carta a su casa:

“Primero los alemanes cantaban uno de sus villancicos y luego nosotros cantábamos uno de los nuestros, hasta cuando comenzamos '¡Oh, venid todos los fieles!' los alemanes inmediatamente se unieron cantando el mismo himno con las palabras en latín 'Adeste Fideles'. Y yo pensé, vaya, esto es realmente extraordinario, dos naciones cantando el mismo villancico en medio de una guerra…Esta experiencia ha sido la demostración más práctica que he visto de paz en la tierra y buena voluntad hacia los hombres…no parece correcto estar matándose unos a otros en época navideña.

(Lawson-Jones, 92).

A continuación está la letra en castellano del villancico, pero existe una versión acorde en latín, Adeste fideles.

“¡Oh, venid todos los fieles!,
Alegres y triunfantes,
Venid, venid a Belén;
Venid y miradlo,
Nació el rey de los ángeles:
Venid, dejadnos adorarlo
Venid, dejadnos adorarlo
Venid, dejadnos adorar, al Señor Cristo.

Dios de Dios,
Luz de la luz,
Él no detesta el seno de la virgen;
El propio Dios,
Engendrado no creado:

Cantad coros de ángeles,
Cantad exultantes,
Cantad, todos ciudadanos del cielo;
Gloria a Dios
en lo más alto:

Sí, Señor, os saludamos,
nacido ésta feliz mañana,
Jesús, te glorificamos;
Palabra del padre,
Ahora en carne presente:
(Poston, 93)

Recitales de villancicos en la actualidad

En el siglo XX se siguieron componiendo villancicos, como por ejemplo In the Bleak Mid-Winter (En pleno sombrío invierno), compuesto por Gustav Holst (1874-1934) con letra de un poema de Christina Georgina Rosetti, que apareció por primera vez en 1906, y Jesus Christ The Apple Tree (Jesucristo el manzano), compuesto por Elizabeth Poston en 1967. Los recitales de villancicos, por supuesto, continúan siendo una característica de las vacaciones navideñas, pero no solo el día 25 de diciembre. Por ejemplo, en la actualidad se siguen ofreciendo recitales de villancicos en la abadía de Westminster para señalar el comienzo de Adviento (el final de noviembre o los primeros días de diciembre), la festividad de San Esteban (26 de diciembre), y la fiesta de los Santos Inocentes (28 de diciembre). En el Reino Unido, un recital televisado de villancicos muy apreciado es el de King's College, Cambridge, que se lleva interprentado en Nochebuena desde 1918. Tampoco el género está atrapado en el pasado, ya que los compositores contemporáneos y los poetas continúan escribiendo villancicos nuevos que desafían la popularidad de aquellas canciones imperecederas que instantáneamente nos recuerdan a la Navidad.

Canciones populares navideñas

Con el resurgimiento del canto navideño del siglo XIX, los villancicos se enfrentaron a una competición creciente, al menos fuera de los servicios eclesiásticos, con otras canciones tradicionales, pero más profanas, algunas de las cuales habían estado por ahí durante unos cuantos siglos. Este repertorio de canciones profanas incluye clásicos como We wish you a Merry Christmas (Os deseamos feliz Navidad), O, Christmas Tree (¡Oh!, árbol de Navidad, también conocido como O Tannenbaum), y Jingle Bells (Cascabeles).

12 Days of Christmas Song Poster
Cartel de la canción de los 12 días de navidad
Xavier Romero-Frias (CC BY-SA)

The Twelve Days of Christmas (Los doce días de Navidad) es una canción tradicional de juego; es decir, que se cantaba en reuniones como un juego donde los cantantes debían recordar todas las líneas o sufrir algún tipo de penalización inofensiva y divertida. El título de la canción se refiere a los 12 días del período navideño, que van del día de Navidad al 5 de enero. La letra de la canción, que apareció por primera vez impresa alrededor de 1780, ha cambiado a lo largo de los años. Los cantantes de versiones antiguas, por ejemplo, debían recordar frases como “Nueve liebres están corriendo”, “Diez sabuesos están cazando” y “Doce toros están mugiendo”.

La canción fue popular en Inglaterra y Francia antes de cruzar el Atlántico, y esta historia con distintos estratos puede explicar por qué existen diferentes versiones de la letra en la actualidad, aunque las seis primeras líneas normalmente son las mismas en todas las versiones. El verso de los “cinco anillos de oro” se canta diferente a todos los demás porque el compositor Frederick Austin lo añadió en 1906. La conexión francesa puede que explique también qué hace la perdiz subida en un peral (las perdices son aves terrestres), el primer regalo bastante raro en la primera estrofa On the first day of Christmas/my true love sent to me/A partridge in a pear tree (El primer día de Navidad/mi verdadero amor me envió/una perdiz en un peral). El peral, "pear tree" debe haber sido en realidad una perdrix (ave de caza) que se copió incorrectamente o se pronunciaba mal hasta que se quedó como "pear tree", peral. Así que, en realidad, los regalos del primer día eran sencillamente un par de perdices.

Los doce días de Navidad nos retrae a los villancicos ya que existe una teoría de que la letra de la canción tiene significado religioso. La canción en su totalidad puede ser un catequismo usado por los católicos en tiempos de persecución para enseñar a sus hijos los elementos esenciales de la fe cristiana. De ser así, a continuación se presenta el significado de cada uno de los 12 regalos, un juego de memoria dentro de otro juego de memoria:

  • Una perdiz en un peral: Jesucristo
  • 2 tórtolas: el antiguo y el nuevo testamento
  • 3 gallinas francesas: las 3 virtudes de fe, esperanza y amor (caridad)
  • 4 pájaros cantores­: los 4 evangelios de Marcos, Mateo, Lucas y Juan
  • 5 anillos de oro: los 5 primeros libros del antiguo testamento, la Torah
  • 6 gansos poniendo huevos: los seis días de la creación
  • 7 cisnes nadando: los 7 dones del Espíritu Santo (sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios)
  • 8 doncellas ordeñando: las 8 bienaventuranzas (p.eg. la misericordia, la mansedumbre y la pureza de corazón)
  • 9 damas bailando: los 9 frutos del Espíritu Santo (p.eg. el amor, la alegría y la paz)
  • 10 señores saltando: los 10 mandamientos
  • 11 gaiteros tocando: los 11 apóstoles fieles
  • 12 tamborileros tocando: los 12 aspectos del credo de los apóstoles (p.eg. el perdón de los pecados, la resurrección del cuerpo y la vida eterna)

(Lawson Jones, 68)

Tales dobles sentidos han sido una característica común de las canciones durante siglos, especialmente de aquellas dirigidas a los niños. El sentido oculto es difícil de demostrar o refutar, pero se mantiene como una posibilidad curiosa, y al menos es un recordatorio de que para esta canción y para muchos de los otros villancicos mencionados arriba, no somos siempre conscientes del verdadero significado de las palabras que conocemos tan bien y cantamos tan sinceramente en la época navideña.

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Preguntas y respuestas

¿De dónde son originarios los villancicos navideños?

Los villancicos navideños tienen origen en la música tradicional, quizá usada para bailes, que se adaptó para los servicios eclesiásticos para celebrar días festivos de muchos tipos, no sólo de Navidad.

¿Cuál es el origen de la música navideña?

El origen de la música navideña reside en ritos paganos de cantos y bailes para celebrar el solsticio de invierno. Los servicios de la iglesia usaban música alegre en sus procesiones y a esta se le asignó letra que enseñara características de la historia bíblica.

Sobre el traductor

Rosa Maria Barquin
Debido a mi gran interés por aprender humanidades, soy traductora voluntaria para WHE, lo que me da la oportunidad de profundizar en las olas del tiempo.

Sobre el autor

Mark Cartwright
Mark es un autor, investigador, historiador y editor a tiempo completo. Se interesa especialmente por el arte, la arquitectura y por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones en World History Encyclopedia.

Cita este trabajo

Estilo APA

Cartwright, M. (2023, diciembre 05). La historia de los villancicos navideños [The History of Christmas Carols]. (R. M. Barquin, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2339/la-historia-de-los-villancicos-navidenos/

Estilo Chicago

Cartwright, Mark. "La historia de los villancicos navideños." Traducido por Rosa Maria Barquin. World History Encyclopedia. Última modificación diciembre 05, 2023. https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2339/la-historia-de-los-villancicos-navidenos/.

Estilo MLA

Cartwright, Mark. "La historia de los villancicos navideños." Traducido por Rosa Maria Barquin. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 05 dic 2023. Web. 27 abr 2024.

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