Samotracia (Samothrake) es una isla griega al norte del Egeo que tuvo gran importancia desde el periodo clásico como miembro de la Liga de Delos. Lo más conocido de esta isla solía ser un centro de culto preferido por Macedonia y visitado por peregrinos de todo el Egeo. Hoy en día es más famosa por una magnífica escultura helenística de Niké, la Niké o Victoria de Samotracia, encontrada en la isla en el siglo XIX EC, y que actualmente está expuesta en el Louvre, en París.
Periodos arcaico y clásico
Samotracia, una isla montañosa del Egeo con un área de 178 km² se habitó por primera vez en el Neolítico y luego fue colonizada por colonos griegos en torno a 700 AEC, probablemente provenientes de Samos. En la literatura, Samotracia aparece en la Ilíada de Homero, cuando Poseidón se instala en la cima de la montaña de la isla para ver el espectáculo de la guerra de Troya. La ciudad estaba gobernada por cinco tribus, de todas las cuales Atenea era la patrona, que acuñaban sus propias monedas. En las guerras persas, sabemos que por lo menos un barco luchó del lado de los persas, y hundió un barco ateniense, durante la batalla de Salamina (480 AEC). Sin embargo, tras la victoria griega, Samotracia se convirtió en un miembro tributario de la Liga de Delos, la alianza de las ciudades-estado griegas lideradas por Atenas, desde 478 hasta 404 AEC. Durante este mismo periodo, la isla controlaba un territorio (peraea) en la Tracia continental, donde se establecieron colonias. Tras un breve periodo en el que la isla cayó bajo el control de Esparta, Samotracia atrajo el interés de Macedonia.
Los periodos helenístico y romano
La importancia de Samotracia aumentó considerablemente cuando recibió el patrocinio de la casa real de Macedonia, un estatus que continuó durante todo el periodo helenístico. El santuario de la isla probablemente estaba dedicado a los Cabiros (o Kabitoi, puede que fuera Hermes o Hefesto), o las deidades no definidas conocidas simplemente como los Grandes Dioses (Theoi Megaloi, de los cuales la más prominente era probablemente Axieros, más tarde identificada con Deméter). Estos dioses eran el foco de atención de un culto misterioso que prevalecía por todo el norte del Egeo. Según Heródoto (Bk. 2.52) este culto había sido introducido en la isla por los pelasgos siglos atrás.
En el mundo griego, el único culto más importante que este era el de los misterios eleusinos. Los peregrinos venían de lejos en busca de protección, especialmente del mar, para mejorar moralmente, o para conseguir una larga vida o una mejor vida después de la muerte. Tal y como sugiere el nombre, los detalles de las ceremonias que se llevaban a cabo en Samotracia siguen siendo un misterio, pero sabemos que los que entraban por primera vez en el culto (mystai) llevaban a cabo los ritos con los ojos tapados, mientras que los ya iniciados se conocían como epoptai o "espectadores". Las ceremonias se celebraban por la noche y en ellas se realizaban bailes. También sabemos que no había ningún impedimento para participar en los misterios por clase, riqueza o nacionalidad, y tanto las mujeres como los esclavos también podían participar.
Los macedonios financiaron grandes proyectos de construcción en la isla, y llegó a ser tan importante que muchas ciudades-estado griegas enviaban embajadores (theoroi), de los cuales algunos se quedaban como proxenoi o residentes permanentes, que cuidaban de los intereses de su ciudad en el lugar. Durante las guerras de sucesión tras la muerte de Alejandro Magno la isla cambió de manos entre varios gobernantes griegos, pero siguió atrayendo visitantes al santuario. Durante el periodo romano, Samotracia se convirtió en una ciudad libre con ciertos privilegios en cuanto a la autonomía fiscal y política. Fue parte del imperio Bizantino hasta 1204 EC y después estuvo bajo el gobierno de Génova y fue fortificada. A partir del siglo XV EC, Samotracia estuvo gobernada por los otomanos.
Restos arqueológicos
El santuario, que se encuentra en la parte norte de la isla, se empezó a escabar sistemáticamente en la década de 1930 EC de mano de arqueólogos estadounidenses, lo que mostró que en algún tiempo había llegado a ocupar 12,5 hectáreas. Esto reveló los restos de edificios y templos principalmente de los siglos IV y III AEC. El templo grande data de c. 340 AEC y en algún tiempo tuvo un friso con bailarines, la estructura del santuario era probablemente donde se llevaban a cabo los misterios, y Arsínoe (288-281 AEC), la esposa de Lisímaco, dedicó el Tholos a los Grandes Dioses. Para terminar con los edificios más importantes que se pueden ver hoy en día está el gran propileo (una puerta monumental) dedicada a Ptolomeo II Filadelfo en 288-281 AEC, una estoa del siglo III AEC (un edificio de columnas) y una estructura palaciega que data del siglo I AEC.
La Victoria de Samotracia
Sin embargo, es un descubrimiento anterior, del siglo XIX EC, lo que brindó a Samotracia la fama mundial. Es la magnífica estatua de mármol de la Victoria o Niké de Samotracia. La estatua se la dedicaron los seguidores al santuario tras una victoria naval. De en torno a 190 AEC, la diosa tenía unas poderosas alas abiertas, y parece que acaba de posarse en la proa de un barco. Estaba sobre un lago artificial en el santuario, para conseguir un efecto dramático aún mayor. La Victoria, considerada una de las obras maestras de la escultura helenística, ahora está en la exhibición permanente en el museo del Louvre en París, Francia.
Entre los demás hallazgos del lugar hay cerámica y monumentos de piedra con inscripciones tracias. Sellos de la civilización minoica sugieren un contacto con Creta durante el Bronce medio. Hay fragmentos de friso del templo y bienes funerarios tales como monedas y joyería, expuestos en el museo del lugar. Por último, un famoso relieve de la isla, que también está actualmente en el Louvre, representa una procesión de Agamenón, un heraldo, y Epeo, que construyó el caballo de Troya, identificados gracias a una inscripción. De en torno a 550 AEC, esta escena es un episodio desconocido de la guerra de Troya y un recordatorio de que nuestro conocimiento de la mitología griega no está completo en absoluto.