La guerra en la antigua Persia

Definición

Joshua J. Mark
por , traducido por Rodrigo Pedraza
Publicado el 25 noviembre 2019
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Disponible en otros idiomas: inglés
Men with Shields & Spears from Persepolis (by Osama Shukir Muhammed Amin, Copyright)
Hombres con escudos y lanzas de Persépolis
Osama Shukir Muhammed Amin (Copyright)

El antiguo ejército persa evolucionó a partir de las anteriores fuerzas armadas de los medos que a su vez, se desarrollaron a partir de la clase guerrera de los pueblos indígenas de la meseta iraní, los inmigrantes arios (incluidos los persas) que más tarde se establecieron allí y el ejército asirio que fue derrotado por los medos.

El Imperio aqueménida (en torno a 550-330 a.C.) tomó los mejores aspectos de estos modelos anteriores para crear una de las fuerzas militares más efectivas del mundo antiguo. El Imperio parto (247 a.C. - 224 d.C.) cambiaría ciertos aspectos de su modelo, y luego los mejoraría el Imperio sasánida (224-651 d.C.), que integró hábilmente los diversos aspectos de sus predecesores para formar un ejército tan efectivo que fue capaz para resistir repetidas invasiones de las legiones del Imperio romano. El Imperio sasánida finalmente cayó cuando su ejército se enfrentó a un paradigma militar diferente y más eficaz: la caballería árabe.

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Primeros ejércitos y desarrollo

No se dispone de información sobre las primeras fuerzas armadas de la región que habrían estado asociadas con la antigua civilización de Elam y Susiana. Según el erudito A. Sh. Shahbazi de la Enciclopedia Iranica:

Los materiales fuente para un estudio de las preocupaciones militares iraníes preislámicas se dividen en cuatro categorías: evidencia textual; hallazgos arqueológicos de especímenes reales de equipos marciales; representaciones documentales (sobre monumentos y objetos de arte); y deducciones filológicas de cuestiones organizativas. La disponibilidad y el valor de estas categorías varían según los diferentes períodos. (Ejército, 1)

Sin embargo, debe haber habido alguna forma de ejército para la defensa de las ciudades de la región, ya que el rey sumerio de Lagash, Eannatum (que reinó de en torno a 2500-2400 a.C.) conquistó el área y sus inscripciones sugieren que se encontró resistencia al hacerlo. Sargón de Acadia (que reinó de 2334-2279 a.C.) sugiere lo mismo al derrotar a Luhishan, hijo de Hishiprashini, rey de Elam en torno a 2300 a.C.

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Cualesquiera que sean las armas, los uniformes y la organización que caracterizaron a estos primeros ejércitos, en el primer milenio a.C. se definían como una cuerpo compuesto por unidades ciudadanas separadas bajo el mando de un jefe tribal que podía llamarlos a luchar en tiempos de guerra. Estos ejércitos llevaban una lanza, una maza, una espada corta, un arco simple y 30 flechas, una daga, un escudo de piel de animal o de mimbre y un hacha.

LOS PERSAS OFRECíaN SUS SERVICIOS COMO MERCENARIOS A LOS DIVERSOS REYES QUE LOS ENCONTRAbaN EFECTIVOS EN ENFRENTAMIENTOS DE ATAQUE Y HUIDA.

Las tribus arias habían emigrado a la región en algún momento antes del tercer milenio a.C. y para el primer milenio a.C. ya se habían establecido en varias áreas. Los persas se establecieron al este de Elam en el territorio de Persis y luego se expandirían desde allí. Los persas, al igual que los medos y otras tribus arias (“arios” entendido como una referencia a los indoiranios), eran magníficos jinetes y, a través de ellos, se introdujo el concepto de caballería en la región.

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Los persas ofrecían sus servicios como mercenarios a los distintos reyes que los consideraban efectivos en enfrentamientos de ataque y huida. Las unidades de caballería podían atacar y retirarse rápidamente, con lo que infligían el máximo de bajas al oponente y sufrían pérdidas mínimas. El uso de caballos en la batalla se vio potenciado aún más por otra innovación que también trajeron a la región los arios: el carro de guerra.

Ejército permanente medo

En el siglo VIII a.C., las distintas tribus de los medos se unieron bajo su primer rey Dayukku (conocido por los griegos como Deioces, que reinó de 727-675 a.C.). Su nieto, Ciáxares (que reinó de 625-585 a.C.), amplió el territorio medo y jugó un papel decisivo en la caída del Imperio asirio. Los asirios habían ido expandiendo su imperio constantemente desde el reinado de Tiglath Pileser III (745-727 a.C.), pero se habían extendido demasiado hasta el punto de tener pocos recursos para la defensa cuando los babilonios y los medos encabezaron la coalición contra ellos en 612 a.C. que derrumbaría sus ciudades.

Tiglath-pileser III, Submission of Enemy
Tiglath-pileser III, rendición del enemigo
Osama Shukir Muhammed Amin (Copyright)

Según Heródoto, Ciáxares pudo lograr esto reformando el ejército:

[Ciáxares] fue el primero en dividir sus tropas en regimientos y formar unidades separadas con lanceros, arqueros y jinetes, que antes estaban todos mezclados indiscriminadamente. (I.103)

El modelo anterior de formación de un ejército fue sustituido por el spada, un ejército permanente, que se entrenaba bajo la dirección del rey y estaba dirigido por él. El nuevo ejército de Ciáxares iba equipado con lanza, arco, espada corta y daga. Las unidades se dividieron en infantería, arqueros y caballería; los carros slo se usaban para el transporte, no en la batalla. Las unidades de caballería vestían camisa y pantalones debajo de una túnica de cuero ligera con un cinturón alrededor de la cintura para sostener las armas. Su tocado era una tiara de tela que posiblemente se llevaba sobre un casco de cuero. Parece ser que la infantería usaba un uniforme similar.

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Ascenso del ejército aqueménida

Cerca del 550 a.C., Ciro II (el Grande, que reinó de 550-530 a.C.) derrocó a su abuelo, Astiages de Media (que reinó de 585-550 a.C.) y fundó el Imperio aqueménida (llamado así en honor del antepasado de Ciro, Aquemenes). Ciro II derrotó al ejército medo y luego conquistó Lidia (546 a.C.), Elam (540 a.C.) y Babilonia (539 a.C.) con un ejército formado con el sistema de levas conocido como kara. El académico Stefan G. Chrissanthos explica:

Inicialmente, el ejército persa estaba formado por una milicia de súbditos persas del rey. Sin embargo, no todos los persas participaban. Sólo aquellos con riqueza suficiente para adquirir su propio equipo militar estaban obligados a prestar el servicio; por lo tanto, la leva, o kara, representaba a los elementos más ricos de la sociedad persa. (21)

Glazed Brick Guardsman from Susa, Iran
Guardia de ladrillo vidriado de Susa, Irán
Osama Shukir Muhammed Amin (Copyright)

Este no era un ejército permanente, como lo habían formado los asirios o los medos, sino que continuaba el modelo de la práctica anterior de un jefe (ahora el rey) llamando a luchar a aquellos que le debían lealtad. Una vez conquistadas Lidia, Elam y Babilonia, Ciro el Grande disponía de muchos más recursos y, manteniendo el sistema kara, estableció el ejército permanente de los spada, cuyas filas estaban llenas de reclutas de las diferentes satrapías ( provincias) del imperio bajo el mando de su sátrapa (gobernador). Chrissanthos escribe:

A medida que el imperio crecía, los kara siguieron siendo la columna vertebral del ejército, pero ahora un impuesto imperial reclutaba no solo a los persas más pobres sino también a grupos étnicos subyugados. Heródoto da una lista detallada de los diversos contingentes étnicos que sirvieron en el ejército persa, y la lista incluye prácticamente todos los grupos del imperio. (21)

Cuanto más cerca estaba un pueblo súbdito de los persas, menos tributo debían pagar al rey, pero se esperaba que proporcionaran más soldados. Los medos, estrechamente asociados con los persas, formaban parte de las unidades de élite y servían como oficiales, al igual que con el rango de hazarapatis, un oficial al mando de una unidad determinada, junto con los persas.

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Organización

La organización del ejército se basaba en el sistema decimal, lo que significa que cada unidad estaba compuesta por diez unidades menores:

  • 10 hombres = una compañia
  • 10 compañias = un batallón
  • 10 batallones = una división
  • 10 divisiones = un cuerpo

Cada compañía, batallón, división y cuerpo tenía un oficial al mando y todo el ejército estaba dirigido por un comandante supremo, ya fuera el rey, un noble persa o medo que estuviera bajo la confianza del rey. El ejército se dividía en infantería (soldados de infantería, arqueros y honderos) y caballería, y esta a su vez se dividía entre quienes usaban caballos (los asabari, a caballo) y quienes usaban camellos (los usabari, en camello). Los carros también se empleaban en la batalla, pero su uso dependía de la época y el gobernante. Normalmente, el comandante supremo iba en carro, además de los abanderados que eran responsables de portar los símbolos de los dioses Ahura Mazda y Mitra, así como el fuego divino sagrado que acompañaba a las tropas en la batalla. La élite de la infantería eran los 10.000 soldados que componían los Inmortales, la guardia de confianza del rey, llamada así porque, si uno caía en batalla o no podía cumplir con sus deberes por cualquier motivo, otro ocupaba su lugar para que su número siguiera siendo el mismo, dando la impresión de que no podían morir.

Ranks of Immortals
Rangos de los Inmortales
dynamosquito (CC BY-SA)

Las diferentes unidades se identificaban por uniformes de diferentes colores (entre los persas, morado, amarillo y azul). Los Inmortales llevaban gorros de fieltro (tiaras), túnicas con mangas de colores brillantes sobre camisas y pantalones, corazas y llevaban escudos de mimbre, arcos, carcaj y flechas, lanzas cortas y dagas (Herodoto 7:61). En la época de Darío I (el Grande, que reinó de 522-486 a.C.), sus lanzas eran más largas y estaban adornadas en la parte inferior con una perilla de oro o plata.

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Entrenamiento y combate

El entrenamiento para el ejército comenzaba a la edad de 15 años (cinco para la nobleza persa). Los jóvenes se dividían en 50 clases de entrenamiento militar bajo la dirección de un instructor o instructores entre las que había cuidado de caballos y equitación, caza, carrera, natación, tiro con arco, lanzamiento de jabalina, manejo de la espada, artes marciales, disciplina militar (como marchas forzadas, largas guardias, entrenamientos de batalla, supervivencia) y también se esperaba que contribuyeran a la comunidad desarrollando habilidades agrícolas. A los hijos del rey y de la nobleza también se les enseñaba a cultivar habilidades administrativas. El servicio militar comenzaba a los 20 años y a los soldados profesionales se les permitía retirarse a los 50; los reclutas servían durante un enfrentamiento o campaña y luego, si sobrevivían, podían regresar a casa hasta que los llamaran nuevamente.

LOS ARQUEROS COMENZABAN LA BATALLA CON EL APOYO DE Los honderos Y luego LA CABALLERÍA INTENTABA ROMPER LAS LÍNEAS ENEMIGAS DE CUALQUIER LADO.

Antes de cualquier enfrentamiento, se celebraba un consejo de guerra con el personal del estado mayor para solidificar el plan de batalla. Una vez enfrentados al enemigo, los arqueros ocupaban el centro del frente de la línea con la infantería (honderos y soldados de a pie) flanqueando y la caballería en las alas. Los arqueros comenzarían la batalla con el apoyo de los honderos que lanzaban piedras pequeñas y perdigones de plomo y la caballería luego intentaría romper las líneas enemigas por ambos lados.

Cuando Darío I invadió Grecia en 490 a.C., está fue la formación básica que solo falló porque los griegos no se dejaron intimidar por la lluvia de flechas y, además, tenían mejores escudos y armaduras. El ejército persa no prestó mucha atención a la armadura corporal ni a la calidad de sus escudos antes de enfrentarse a los griegos porque los ejércitos que se habían encontrado hasta entonces tenían más o menos el mismo equipo y utilizaban las mismas tácticas que ellos. Sin embargo, la falange macedonio-griega era mucho más efectiva que la línea de formación persa y los escudos de mimbre de los persas no eran rival para los grandes escudos y armaduras griegas.

Este mismo paradigma básico se mantuvo en 480 a.C., cuando Jerjes I (que reinó de 486-465 a.C.) invadió Grecia en represalia por la derrota de Darío I. Los griegos detuvieron a los persas en la batalla de las Termópilas y podrían haberlos retenido allí indefinidamente si no fuera por la traición de uno de los suyos. En Platea, el ejército persa fue derrotado, en parte, debido a la inferioridad de sus escudos y armaduras en comparación con los griegos.

La armada persa

Bajo Darío I, se amplió la armada persa. Esta flota ni la construyeron ni la tripularon los persas, sino las naciones sometidas al imperio. Chipre proporcionó 150 barcos, Cilicia envió 100 al igual que Panfilia, Caria envió 70 y otros más o menos dependiendo de sus recursos. Los egipcios y los griegos de Anatolia proporcionaron un gran número, pero un tercio de la flota (a veces más pero nunca menos) era fenicia. Los griegos de Anatolia, los egipcios y los fenicios suministraron los grandes trirremes, buques de guerra tripulados por 200 marineros, mientras que otras naciones enviaban y tripulaban embarcaciones más pequeñas, de las cuales una de las más populares era la embarcación de 50 remos tripulada por 80 marineros. En la batalla, para evitar la deserción, se asignaban 30 infantes de marina persas a cada barco.

Phoenician-Assyrian Warship
Buque de guerra fenicio-asirio
Osama Shukir Muhammed Amin (Copyright)

La armada persa, especialmente los barcos fenicios, desempeñaron un papel decisivo en la campaña de Darío I para aplastar la rebelión de los griegos jónicos que se había extendido a Chipre y otras regiones a partir de alrededor de 498 a.C. Como Atenas alentó y financió la revuelta, en parte, Darío I lanzó su campaña masiva contra Grecia en 490 a.C., en la que la marina también jugó un papel fundamental, pero fue derrotada en la batalla de Maratón. Diez años más tarde, Jerjes I emplearía la flota en su invasión de Grecia. La armada persa fue derrotada en la batalla de Salamina debido a su dependencia de los pesados ​​trirremes ya que los barcos griegos eran más pequeños y ágiles.

Innovaciones partas

El Imperio aqueménida cayó en manos de Alejandro Magno en 330 a.C. y tras su muerte en 323 a.C., floreció el Imperio seléucida (312-63 a.C.). El Imperio seléucida quedó gravemente comprometido tras su derrota ante los romanos en la batalla de Magnesia en 190 a.C. y la resultante Paz de Apamea en 188 a.C. mediante la cual perdieron la mayor parte de su territorio. Los partos, que se habían rebelado contra los seléucidas en 247 a.C. bajo su rey Arsaces I (que reinó de 247-217 a.C.), tomaron nota de esto, así como de una de las razones centrales de la caída del Imperio aqueménida ante Alejandro: la desigualdad en armamento, armaduras, escudos y tácticas. Además, los partos se dieron cuenta de que su propia revuelta había tenido éxito porque el ejército seléucida no había podido responder con la suficiente rapidez.

Los partos descentralizaron el gobierno persa, instituyendo un sistema feudal en el que cada sátrapa, que había jurado lealtad al rey, era responsable de reclutar soldados en tiempos de crisis, pero no había ningún ejército permanente guarnecido, principalmente, en una sola ciudad (como en Persépolis bajo Darío I y Jerjes I) que luego había que movilizar y enviar contra un enemigo. El sistema de levas permitía a los sátrapas movilizar un ejército en su propia región y responder directamente a una amenaza, para luego notificar al rey de la situación.

Parthian Archer
Arquero parto
The British Museum (Copyright)

Para abordar el problema de las mejores tácticas y armaduras corporales de los griegos y los romanos, los partos redujeron su dependencia de la infantería y concentraron sus esfuerzos en la caballería. Los partos, famosos por su habilidad como jinetes, crearon una poderosa fuerza de tropas de caballería ligera y pesada con unidades de infantería más pequeñas como apoyo. La caballería ligera parta iba armada con un arco y flechas, una espada y probablemente una daga, y se usaba en enfrentamientos de ataque y huida, así como en incursiones y en las primeras etapas de la batalla, pero no podían enfrentarse de frente a tropas fuertemente blindadas.

En la batalla, los partos confiaban en sus guerreros montados conocidos como catafractos. Estas unidades llevaban cascos de acero y túnicas de cota de malla que iban desde el cuello hasta más allá de las rodillas y bajaban por las mangas de la camisa que llevaban debajo. Llevaban arcos compuestos, que tenían mayor alcance y precisión que el simple arco largo, espadas, dagas y lanzas. Sus caballos estaban igualmente bien protegidos con su propia armadura de cota de malla.

La táctica de batalla parta más famosa era el disparo parto en el que la caballería ligera se enfrentaba al enemigo y luego fingía retirarse, haciendo que el oponente la persiguiera. Después, los jinetes se giraban sobre sus caballos y empezaban a dispararles sus flechas al enemigo mientras seguían cabalgando a todo galope (algo aún más impresionante si tenemos en cuenta que no tenían estribos). Incluso después de que las fuerzas opuestas conocieran esta táctica, siguió siendo efectiva. Una vez debilitado el enemigo tras la lluvia de flechas, atacaban los catafractos.

El gran ejército sasánida

El ejército parto siguió siendo una fuerza poderosa, pero finalmente no pudo salvar al imperio de una amenaza inesperada. El Imperio parto no fue derrocado en batalla por una superpotencia como el Imperio romano, sino por uno de sus propios reyes vasallos, Ardacher I (que reinó de 224-240 d.C. ), un gran guerrero que se rebeló contra el rey parto Artabano IV (que reinó de 213 -224 d.C.) y fundó el Imperio sasánida. Ardacher I fue un general brillante y estadista y administrador capaz que aprendió de las lecciones del pasado y combinó los elementos más eficaces de los imperios aqueménida, seléucida y parto, así como las tácticas de los romanos y los griegos.

Ardacher I centralizó el gobierno y reorganizó el ejército según el sistema decimal aqueménida, poniéndolo directamente bajo su control. Utilizó tanto las armaduras seléucidas como las partas, mantuvo las unidades de caballería partas, amplió su infantería (nuevamente, de acuerdo con el sistema aqueménida), empleó las tácticas romanas y también hizo uso de su tecnología de máquinas de asedio y otros dispositivos. También revivió la armada, que los partos habían descuidado, aunque jugaría un papel relativamente menor en los conflictos, después del reinado de Ardacher I. El ejército de Ardacher I estaba tan bien organizado y era tan eficaz que, bajo su hijo, Sapor I (que reinó de 240-270 d.C.), el ejército sasánida no solo expandió el imperio sino que lo defendió con éxito contra Roma, incluso llegando a capturar al emperador romano Valeriano (que reinó de 253-260 d.C.) quien luego se vio obligado a servirle de escabel a Sapor I cuando montó su caballo.

Valerian Defeated by Shapur I
Valeriano vencido por Sapor I
Pierre Mertens (CC BY-NC-ND)

Bajo el posterior rey Cosroes I (también conocido como Anushirvan el Justo, que reinó de 531-579 d.C.), el ejército sasánida quedó bajo el mando del Ministro de Defensa, que actuaba en interés del rey. Cosroes I, considerado el más grande de los reyes sasánidas, continuó el paradigma militar básico de Ardacher I y siguió siendo una fuerza de combate eficaz hasta la invasión de los árabes musulmanes en el siglo VII d.C. Los ejércitos árabes emplearon tácticas de ataque y fuga similares a las de los partos, pudieron reunir ejércitos más grandes y emplear caballería montada en camellos en mayor número, que se desempeñaba mejor que los caballos en terrenos irregulares o arenosos, y utilizaron arqueros de infantería de rápido movimiento, armados con el arco compuesto, con un efecto devastador. Los sasánidas, el último de los antiguos imperios persas, cayeron en manos de los árabes en 651 d.C., y su ejército y su armada se disolvieron. En su época, sin embargo, el ejército sasánida representaba la mejor versión del ejército persa, entre las mayores fuerzas de combate del mundo antiguo.

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Sobre el traductor

Rodrigo Pedraza
Magíster en Historia Militar con más de 20 años de servicio militar, actualmente realizando trabajos de investigación sobre desarrollo tecnológico en buques y memoria histórica con veteranos.

Sobre el autor

Joshua J. Mark
Joshua J. Mark es un escritor independiente y antiguo profesor de filosofía a tiempo parcial en el Marist College de Nueva York. Vivió en Grecia y Alemania y ha viajado por Egipto. Ha sido profesor universitario de historia, escritura, literatura y filosofía.

Cita este trabajo

Estilo APA

Mark, J. J. (2019, noviembre 25). La guerra en la antigua Persia [Ancient Persian Warfare]. (R. Pedraza, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-18579/la-guerra-en-la-antigua-persia/

Estilo Chicago

Mark, Joshua J.. "La guerra en la antigua Persia." Traducido por Rodrigo Pedraza. World History Encyclopedia. Última modificación noviembre 25, 2019. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-18579/la-guerra-en-la-antigua-persia/.

Estilo MLA

Mark, Joshua J.. "La guerra en la antigua Persia." Traducido por Rodrigo Pedraza. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 25 nov 2019. Web. 25 abr 2024.

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