Un zigurat es una forma de arquitectura monumental originaria de la antigua Mesopotamia que normalmente tenía una base rectangular y se construía en una serie de escalones hasta terminar en una plataforma plana sobre la cual se erigía un templo. El zigurat era una elevación artificial destinada a la adoración de los dioses, con el fin de acercar a los sacerdotes al cielo.
Se cree que el pueblo del período de El Obeid (c. 5000-4100 a.C.) bajó desde las montañas a las planicies de Mesopotamia e influyó a los sumerios (o ellos mismos eran sumerios), y fueron los primeros en construir zigurats como sitios religiosos que imitaban los sitios sagrados elevados. Esto es pura especulación, por supuesto, pero lo sugieren los nombres sumerios de algunos zigurats que hacen referencia a las montañas. La estructura conocida como unir en sumerio y ziggurratum (o ziggurartu) en acadio, ambas palabras con el significado de “cumbre”, “cima”, o “lugar alto”, servía como una plataforma sobre las cuales los sacerdotes realizaban los rituales a la vista de la gente de abajo.
Durante el período sumerio de Uruk (4100-2900 a.C.) se construían zigurats en cada ciudad en honor de la deidad propia de esa comunidad. El zigurat/templo no era un lugar público de culto, sino el hogar terrenal del dios de la ciudad, atendido por el sumo sacerdote y los sacerdotes menores del complejo del templo. La construcción de los zigurats continuó durante todo el Período Dinástico Arcaico de Mesopotamia (2900-2334 a.C.) y fue adoptado luego por los que siguieron, los acadios, babilonios y otras civilizaciones de la región.
El zigurat más famoso de la historia es la Torre de Babel, asociado con el gran zigurat de Babilonia conocido como Etemenenki –“el fundamento del cielo y de la tierra”– conocido por la historia de la Biblia (Génesis 11:1-9). El zigurat existente mejor conservado es el zigurat de Ur, que se comenzó durante el reinado de Ur-Nammu (2047-2030 a.C.) y se terminó bajo el reinado de su hijo y sucesor Shulgi de Ur (2029-1980 a.C.).
El segundo mejor conservado es el Chogha Zanbil, construido durante el reinado del rey elamita Untash-Naprisha (quien reinó de c. 1275 a 1240 a.C.) y datado en c. 1250 a.C., ubicado en la moderna provincia de Juzestán, Irán, Existen muchos zigurats mal conservados en todo el Oriente Próximo, y muchos más se perdieron debido a que su material fue reutilizado. Los zigurats estuvieron en uso desde alrededor del 3000 a.C. hasta alrededor del 500 a.C., cuando el zoroastrismo persa cambió el paradigma religioso de la región. Es interesante señalar que algunas civilizaciones americanas, que no tuvieron ningún contacto con Mesopotamia, erigieron la misma clase de estructura.
Propósito y construcción
Como se dijo, el propósito del zigurat era llevar a los principales sirvientes del dios (normalmente un sumo sacerdote para una deidad masculina y una sumo sacerdotisa para una diosa) a un punto alto situado entre la tierra y los cielos. Se entendía que los dioses vivían en lo más alto, por lo tanto, para tener una buena comunicación, era necesario llegar tan cerca de su ámbito como fuera posible. Una vez que esto se lograba, se creía que la deidad descendía a la tierra y residía por un tiempo dentro de su estatua en la cima del zigurat.
Heródoto (c. 484-413 a.C.) discute el propósito del zigurat, y cuenta que se cree que el dios Marduk de Babilonia (Heródoto lo refiere a Zeus) descendía hasta la cumbre del templo para dormir con una mujer que vivía allí. No había una estatua de Marduk en el templo, solo la mujer (Historias, I:181-182). Esta costumbre, sugiere Heródoto, se mantenía en la creencia de que el dios debía tener una relación sexual con la mujer escogida para asegurar la fertilidad de la tierra. También es posible, como apunta el estudioso Stephen Bertman, que el zigurat tuviera el propósito de servir a la seguridad y la preservación:
En una tierra devastada por una inundación, el zigurat era un medio monumental de elevar el santuario y preservarlo del daño por el agua. (197)
La estructura pudo servir también como observatorio, una propuesta del historiador Diodoro Sículo (90-30 a.C.), quien nota cómo los astrónomos babilonios usan el zigurat para hacer “sus observaciones de las estrellas, cuyas salidas y puestas podían medirse con precisión gracias a la altura de la estructura” (Historias, 2:9; Bertman, 196). Bertman observa que los zigurats pudieron usarse para todos esos propósitos y que no hay ninguna razón para que alguno de ellos prevaleciera sobre los otros.
El zigurat se construía con adobes, desde dentro hacia afuera sin cámaras internas. La estructura después se cubría con ladrillos cocidos en horno, adornados y pintados. El zigurat se erigía en una planicie del complejo del templo, un gran espacio destinado a las reuniones religiosas, con edificios alrededor del perímetro, como un santuario, habitaciones para los sacerdotes, escuelas de escribas, una cocina y un comedor, además de las oficinas administrativas, todos rodeados por un muro de adobes. Los sacerdotes a cargo de la administración supervisarían las operaciones diarias del complejo, las iniciativas educacionales, la distribución del excedente de alimentos al pueblo, y proporcionarían atención médica.
El zigurat no era un lugar de culto público y tampoco lo era el templo en la antigua Mesopotamia. El templo era el hogar de la deidad, y la altura del zigurat simplemente facilitaba la visita de ese dios o diosa. La gente venía al patio en los servicios religiosos para ver al sumo sacerdote hacer ofrendas al dios en el zigurat o entrar al templo en la parte superior para recibir mensajes importantes.
Reyes y sacerdotes
En período Uruk, el sumo sacerdote era también el soberano de la ciudad, cuya autoridad provenía directamente del dios protector de la ciudad, quien cuidaba de ella. Marc van Mieroop escribe:
En la cima de la sociedad de Uruk se encontraba un hombre cuyos poderes provenían de su papel en el templo. Por lo tanto, los estudiosos a menudo lo llaman “sacerdote-rey”. En la base de la escala social del templo estaba la gente involucrada con la producción agrícola y de otros tipos. (27)
Los dependientes del templo (conocidos como sirkus) no eran ni personas libres ni esclavos, sino que estaban asimilados al complejo como trabajadores en sus distintas especialidades. En un principio los sumos sacerdotes supervisaban al mismo tiempo la operación del templo y las tareas administrativas de la ciudad, pero con el tiempo parece que se convirtió en una labor excesiva para una sola persona y sus asistentes, y se necesitó crear una autoridad secular: el rey.
La posición del rey se desarrolló a partir del concepto de lugal ("hombre fuerte"), el jefe de un clan o tribu que se había probado a sí mismo como un líder y guerrero eficiente. Después de la creación de la monarquía, el sumo sacerdote pudo dedicarse por completo al servicio del dios mientras el rey, cuya autoridad estaba basada en la conquista militar, las cosechas abundantes y el cuidado del pueblo, debía lidiar con la administración diaria de la ciudad. Bertman comenta:
Así, el [sacerdote] habría sido el representante del dios local en la tierra, administrando las tierras del templo y la gente que las trabajaba... Y surgió un segundo oficio, el de [rey] o "gobernador" cuyo deber era administrar los asuntos cívicos (ley y el orden, el comercio y los asuntos militares) mientras que el [sacerdote] continuaba administrando los asuntos del templo. (65)
Esta división de responsabilidades parece haber funcionado bien porque, excepto en algunos casos notables —como el rey asirio Senaquerib (que reinó de 705 a 681 a.C.), que rechazó las tradiciones de los sacerdotes de Babilonia— la monarquía y el sacerdocio trabajaron juntos en armonía. Los éxitos del rey en la batalla, la conquista y la prosperidad de la ciudad, servían como prueba de que el dios estaba complacido con él, y mientras continuaba la serie de éxitos del gobernante, los sacerdotes lo apoyaban. El palacio y el complejo del templo, por lo tanto, trabajaban juntos a la perfección como autoridades civiles y espirituales conformando el gobierno mesopotámico.
El zigurat, construido en el centro de la ciudad era el corazón simbólico y práctico de la comunidad, mientras que el palacio, que podía estar o no estar cerca, era la cabeza. La monarquía fue establecida alrededor de c. 3600 a.C., y por el tiempo de la primera fase del Período Dinástico Arcaico, (Dinástico I, 2900-2800 a.C.), era un aspecto integral de cada comunidad urbana. A medida que la dinámica del poder cambió desde el Período Uruk hacia las eras tardías, el zigurat permaneció más o menos en la misma forma y propósito, pero creció en altura, largo y ancho, para reflejar la grandeza de la ciudad y el exitoso gobierno del rey.
Zigurats sumerios de Uruk y Ur
Los dos mejores ejemplos de esto son los zigurats de Uruk y de Ur, construidos en los años c. 3000 a.C. y entre 2047-1980 a.C. respectivamente. El zigurat de Uruk se alza 12 metros sobre el plano circundante y estaba coronado por un santuario conocido como el Templo Blanco, que medía 17 por 22 metros, al cual se accedía mediante una escalera procesional en uno de los lados de la estructura. Justo debajo del zigurat se erigió un edificio de piedra cuyo propósito se desconoce pero que es muy interesante porque los mesopotámicos construían con adobes y no con piedra.
El zigurat de Uruk fue construido con tierra apisonada y adobes secados al sol, con la superficie superior cubierta con alquitrán y luego con más adobes, proporcionando una base impermeable y segura para el Templo Blanco. El templo estaba hecho de adobes, pintado de blanco brillante y estaba orientado hacia los puntos cardinales. Las reconstrucciones sugieren que la estructura, construida en honor al dios del cielo Anu, era imponente pero sencilla. Cuando se construyó el zigurat de Ur, este paradigma había cambiado a una visión más compleja. El zigurat de Ur estaba dedicado a Nanna (también conocida como Sin), el dios de la luna y la deidad protectora de Ur. Ur-Nammu, que había derrotado a los gutis a principios de su reinado y quería presentarse ante su pueblo como una figura paternal protectora, encargó el zigurat como una gran celebración de su reinado; y después fue completado por su hijo Shulgi. El zigurat se construyó con adobes secados al sol con una escalera central desde el suelo hasta el nivel superior y dos juegos de escaleras a juego que descienden por la fachada a izquierda y derecha. Una persona podía subir por el conjunto central de escaleras, pasar por debajo de un arco y luego subir a un segundo nivel entrando luego al templo en un tercer nivel elevado.
El zigurat de Ur fue encontrado en ruinas por Nabonido de Babilonia (quien reinó del 556 al 539 a.C., y a quien se hace referencia a veces como el “primer arqueólogo”). Nabonido intentó restaurarlo. El nivel superior del sitio, como se encuentra actualmente, es principalmente obra de Nabonido, mientras que los otros esfuerzos por restaurarlo pertenecen a la era moderna, iniciados por el presidente Sadam Hussein en la década de 1980. Aunque ambos zigurats son visibles desde lejos y sirven como puntos de referencia para los viajeros, el más alto y grande, y mejor conocido, es el zigurat de Babilonia (construido entre los siglos XIV-IX a.C.) conocido en la Biblia como la Torre de Babel.
La Torre de Babel
Heródoto describe el zigurat de Babilonia como inmenso. El palacio real estaba en un distrito, el zigurat (al que identifica como dedicado a Zeus, siendo en realidad a Marduk) dominaba el otro:
En el centro de uno de los dos distritos de la ciudad se encuentra el palacio real, rodeado por un muro alto y fuerte, y en el centro del otro hay un santuario con puertas de bronce dedicado a Zeus-as-Bel, que todavía dura en mis días. Y forma un cuadrado con cada lado de dos estadios de largo. En medio del santuario se ha construido una torre maciza, de un estadio de largo y lo mismo de ancho, que sostiene otra torre, que a su vez sostiene otra, y así sucesivamente: en total son ocho torres. Se ha construido una escalera para subir por el exterior de todas las torres; a mitad de la escalera hay un refugio con bancos para descansar donde las personas que suben pueden sentarse y recuperar el aliento. En la última torre hay un templo enorme. (I.181)
Las estimaciones modernas calculan la altura en 54 metros, pero esto es una especulación puesto que el zigurat de Babilonia estaba por completo en ruinas a la fecha de la muerte de Alejandro Magno en el 323 a.C. El zigurat se ha asociado a la Torre de Babel del Génesis 11:1-9, donde se cuenta la historia de la gente de la ciudad construyendo una torre para alcanzar el cielo, en una época en que toda la gente del mundo hablaba la misma lengua, para hacerse de un nombre que fuera recordado para siempre. A Dios no le gustó la idea, y pensó que, si se le permitía llegar hasta el cielo, nada la detendría en posibles planes futuros. Decretó entonces que existieran diferentes lenguas para que la gente, al no poder entenderse con los demás, abandonara el proyecto.
El relato bíblico nunca identifica la ciudad con Babilonia, solo dice que la torre se construyó "en una llanura en la tierra de Sinar”, que ha sido identificada con Sumeria. El término “Torre de Babel” tampoco se encuentra en la Biblia como el sitio visitado por Dios y se llama solamente “la ciudad” o “la ciudad de la torre”. Pero de todos modos la asociación se ha mantenido, y los eruditos han sugerido varias teorías sobre cómo el Etemenanki de Babilonia se convirtió en la Torre de Babel. Estas teorías a menudo se centran en la etimología y en una mala interpretación de la palabra acadia para "Puerta del Dios" (bav -il o bav-ilim, que se convirtió en Babilonia) con la palabra hebrea babel para "confusión". El erudito Samuel Noah Kramer ofrece otra explicación:
La historia de la construcción de la Torre de Babel se originó, sin duda, en un esfuerzo por explicar la existencia de los zigurats mesopotámicos. Para los hebreos, estas estructuras altísimas, que a menudo se podían ver en estado de ruina y decadencia, se convirtieron en símbolos del sentimiento de inseguridad del hombre y de la tan común ambición de poder que acarrea humillación y sufrimiento. Es muy improbable, por lo tanto, que se encuentre un paralelo a esta historia entre los sumerios, para quienes el zigurat representaba un vínculo entre el cielo y la tierra, entre dios y el hombre. Por otro lado, la idea de que hubo un tiempo en que todos los pueblos de la tierra "tenían un mismo idioma y las mismas palabras" y que este estado feliz fue terminado por una deidad iracunda puede tener un paralelo en el pasaje acerca de una edad de oro, que forma parte del relato épico sumerio "Enmerkar y el Señor de Aratta". (293-294)
Una "deidad airada" puede haber detenido la construcción de la Torre de Babel, pero el zigurat de Babilonia tuvo un destino diferente. Después de que fue destruido por Senaquerib en 689 a. C., fue reconstruido por reyes sucesivos hasta Nabucodonosor II (quien reinó de 605/604 a 562 a. C.) para luego comenzar a deteriorarse definitivamente. En 323 a.C., Alejandro Magno ordenó que se despejaran las ruinas para construir un nuevo zigurat, pero murió poco después y sus sucesores abandonaron los planes para restaurar Babilonia. Después, los lugareños sacaron los materiales del zigurat para reutilizarlos.
Conclusión
Los muchos otros zigurats de la Mesopotamia y las regiones vecinas corrieron la misma suerte después de cerca del 500 a.C., cuando el concepto persa de una deidad todopoderosa y omnipresente, Ahura Mazda, hizo que el zigurat quedara obsoleto. El culto y las ofrendas, que todavía hacían los sacerdotes del zoroastrismo, tomaron ahora una nueva forma. Sitios como el zigurat Sialk en Tepe Sialk, Irán (c. 3000 a.C.), el zigurat casita de Dur-Kurigalzu cerca de Bagdad, Irak (siglo XIV a. C.), y la gran estructura de Chogha Zanbil en Juzestán, Irán, fueron abandonados: no todos necesariamente por razones religiosas, y quedaron en ruinas.
Aunque los zigurats de Mesopotamia a menudo se comparan con las pirámides de Egipto, y continúan la argumentación acerca de cuál fue primero, las estructuras mesopotámicas probablemente no tienen nada que ver con la arquitectura egipcia y ciertamente nada que ver con el significado o el propósito de la pirámide egipcia. No hay evidencias de que el diseño de la pirámide escalonada egipcia haya sido influenciado por el zigurat, aunque eso es ciertamente una posibilidad, pero el consenso académico define las pirámides como monumentos a los muertos y su viaje al más allá, mientras que los zigurats fueron elevados a los dioses vivientes de Mesopotamia.
Un aspecto mucho más interesante del zigurat, que, si el diseño influyó o no en Egipto, es cómo aparece el mismo concepto básico en civilizaciones que no tuvieron contacto con Mesopotamia, como los mayas, la civilización azteca y los pueblos indígenas de América del Norte, entre otros. El montículo de Watson Brake en la actual Luisiana, EE. UU., que data de c. 3500 a.C., parece seguir la misma estructura básica del zigurat, tal como lo hace también el de Cahokia en Illinois que data de c. 600 a c. 1350 d.C. Las estructuras mayas como Chichén-Itzá, Uxmal, Tikal y muchas otras también se parecen al modelo de zigurat, lo que sugiere la persistente necesidad humana de elevarse para entrar en comunión con un poder superior.