La escritura es cualquier sistema específico de inscripciones, o el medio escrito de la comunicación humana. En Occidente la escritura comenzó en Sumeria hace más de 4.000 años y la Epopeya de Gilgamesh sumeria es un ejemplo increíble de lo que puede producir la palabra escrita. Los sumerios consideraban que la escritura era un regalo del dios Enlil, tal y como los babilonios también afirmarían más adelante de su propia versión del dios Nabu. La escritura se originó simplemente como un medio de comunicar el lenguaje oral a través de grandes distancias según las necesidades del comercio. A medida que empezaron a surgir las ciudades de Mesopotamia, y la población fue aumentando, se empezó a necesitar más bienes y productos que no se podían obtener en la localidad. Por esta razón, el comercio a distancia se convirtió en el medio por el cual a estar disponibles tanto productos necesarios como de lujo para la gente de Mesopotamia. En aquella época, esta forma de comunicación básica, que empezó siendo simplemente listas de productos, evolucionó convirtiéndose en una forma más sofisticada de transmitir pensamientos y sentimientos, y con el tiempo se convertiría en la escritura con la que quedaría grabada la literatura de la cultura. El historiador Will Durant dice:
La literatura es antes que nada palabras, y no letras, a pesar de su nombre: surge como cantos religiosos o encantamientos, recitados normalmente por sacerdotes y transmitidos de manera oral, de memoria, de unos a otros. Carmina, como los llamaban los romanos a la poesía, hace referencia tanto a los versos como a los encantamientos; la oda de los griegos en un principio era un hechizo mágico, así como la runa y lay inglesas, y la lied alemana. El ritmo y la métrica, sugeridos quizás por los ritmos de la naturaleza y la vida terrenal, fueron aparentemente desarrollados por los magos o chamanes para preservar, transmitir y mejorar los hechizos de los versos. De estos orígenes sacerdotales, se empezaron a diferenciar y secularizar el poeta, el orador y el historiador: el orador tendría la labor oficial de loar al rey y rogar a los dioses; el historiador se encargaría de registrar los actos reales; el poeta cantaría los cánticos que fueron originalmente sagrados, era quien formulaba y conservaba las leyendas heroicas; y el músico era que unía sus cuentos a la música para instruir al pueblo y los reyes. (77)
Este mismo paradigma del uso de la escritura se puede ver en otras culturas ancestrales. En el antiguo Egipto el dios Thoth (patrón de los escribas, como cabría esperar) creó la escritura. Thoth "estaba considerado habilidoso en la magia y se convirtió en el patrón de todos los escribas de la nación. Thoth aparece en las leyendas de Horus, representado en todas las épocas como el dios que 'amaba la verdad y odiaba la abominación'" (Bunson, 264). Esta asociación del escriba con la verdad, y de la escritura como verdad, sigue siendo una constante en otras culturas.
En China, la escritura comenzó durante la dinastía Shang (1600-1046 AEC) alrededor del año 1200 AEC a través del uso de huesos del oráculo en la práctica de la adivinación. Se grababan preguntas en el caparazón de una tortuga o el hueso de un animal, y se sometían a un calor intenso. Las grietas que se hacían en el caparazón o el hueso darían respuesta al adivino para la pregunta. Sin embargo, esta respuesta no provenía del adivino mortal sino del reino divino, y como tal era una verdad irrefutable. A partir de estos comienzos, la escritura evolucionó hasta convertirse en la expresión escrita del lenguaje oral de China, que una vez se ponía por escrito, se convertía en la verdad; es decir, la verdad de los hechos históricos tal y como los interpretaban y escribían escritores como Sima Qian, o los registros de la corte, o los de las transacciones de los comerciantes.
En Grecia, la escritura comienza con la Civilización micénica la escritura Lineal B de Creta. La escritura Lineal A, que era el lenguaje escrito de la cultura minoica de Creta, todavía no se ha descifrado. El lenguaje escrito, que surgió en Mesopotamia, se expandió primero a Egipto y después a otras regiones, incluidas Creta y Fenicia. El alfabeto de la mayoría de idiomas modernos se originó en la antigua Fenicia y llegó por primera vez a Grecia antes del siglo VIII AEC, desde donde se extendió a otros lugares. La Iliada y la Odisea de Homero, escritas alrededor del siglo VIII AEC son un ejemplo temprano del usogriego del alfabeto fenicio, al igual que las obras clásicas de Hesíodo, la Teogonía y los Trabajos y los días. Durant ahonda en la diseminación de la escritura, diciendo:
Como el comercio conectaba a tribus con idiomas diferentes, se hizo deseable tener un sistema de registro y comunicación mutuamente inteligible. Cabe esperar que los números fueran unos de los símbolos escritos más antiguos, normalmente en forma de marcas paralelas que representasen los dedos; seguimos llamándolos “dedos” al referirnos a los números como “dígitos”. Una palabra como cinco, en el alemán funf y el griego pente, se remonta a una raíz que significaba mano; los números romanos indicaban dedos, "V" representaba una mano abierta, y la "X" simplemente eran dos "V" unidas por las puntas. En sus comienzos, la escritura era una forma de dibujar; un arte. (76).
Este arte de la escritura llegaría a producir algunas de las obras escritas más significativas de la historia mundial. De la Epopeya de Gilgamesh a los Himnos de Enheduanna, el Libro de los Muertos egipcio, las grandes épicas griegas de Homero, el Mahabharata de India, la Eneida de Virgilio y de manera más modesta las cartas escritas por la gente de Mesopotamia, Egipto, China, Grecia, India, Roma, y el resto de naciones de la antigüedad, la escritura ha comunicado los aspectos más importantes, más heroicos, pero también los más prácticos y básicos, de la condición humana.