Maximilien Robespierre

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Harrison W. Mark
por , traducido por Agustina Cardozo
Publicado el 11 enero 2023
Disponible en otros idiomas: inglés, francés
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Maximilien Robespierre (by Unknown Artist, Public Domain)
Maximilien Robespierre
Unknown Artist (Public Domain)

Maximilien François Marie Isidore de Robespierre (1758-1794) fue un abogado francés que se convirtió en uno de los principales líderes de la Revolución francesa (1789-1799). Desde su ascenso inicial al estrellato en el Club Jacobino, Robespierre pasó a dominar el poderoso Comité de Seguridad Pública y a supervisar el Reinado del Terror. Fue derrocado y guillotinado el 28 de julio de 1794.

A partir de mayo de 1789, la carrera política de Robespierre fue breve pero impactante. Defendió la voluntad del pueblo con tal grado de convicción que llegó a ser conocido como el "Incorruptible"; un contemporáneo dijo en una ocasión que Robespierre era de los que pagaban a un hombre para que le ofreciera un soborno y así poder hacer el ademán de rechazarlo. Su estricta adhesión a sus principios se debía a un mandato del pueblo. Robespierre se consideraba el portavoz del pueblo, lo que significaba que quienes se oponían a él se oponían necesariamente al pueblo. Tal sería su ascenso y su caída.

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Para bien o para mal, algunos lo han considerado la personificación de la Revolución francesa, una noción en la que creía el propio Robespierre y que menciona el historiador Patrice Gueniffey, quien escribe: "ninguno [de los otros revolucionarios] se casó con su época como lo hizo Robespierre, ninguno se fusionó con ella hasta el punto de que su muerte se convirtió en la conclusión de innumerables historias de la Revolución" (Furet, 298). De hecho, fue con esta apasionada confianza en sí mismo con la que Robespierre dirigió Francia durante los sangrientos días del Terror, lo que lo convirtió en una de las figuras más conocidas y controvertidas de la Revolución.

Vida prerrevolucionaria

Robespierre nació el 6 de mayo de 1758 en Arras, una pequeña ciudad de la provincia francesa de Artois. Concebido fuera del matrimonio, sus padres se apresuraron a casarse para evitar la vergüenza de un hijo ilegítimo. Su padre, también llamado Maximilien de Robespierre, era un abogado caprichoso de carácter temerario, y su madre, Jacqueline-Marguerite Carrault, hija de un cervecero. Tras el nacimiento del joven Maximilien nacieron otros tres hijos de Robespierre: las niñas Charlotte (1760-1834) y Henriette (1761-1780), y otro varón, Augustin (1763-1794). En 1764, Jacqueline murió a la edad de 29 años mientras daba a luz a una niña que nació muerta; su muerte devastó al mayor de los Robespierre, que no pudo soportar permanecer más tiempo en Arras. Se marchó definitivamente en 1767, abandonando a sus hijos al cuidado de familiares. Según las memorias de Charlotte Robespierre, la pérdida de sus padres obligó al joven Maximilien a crecer rápidamente para cuidar de sus hermanos menores. Antes era el típico niño despreocupado, pero se volvió serio, solitario y algo distante.

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Robespierre se aferró a la idea de que el gobierno se deriva de la voluntad general del pueblo.

En 1769, Maximilien obtuvo una beca para estudiar en el prestigioso colegio Louis-le-Grand de París. Le fue bastante bien, se aficionó a la retórica y a la historia antigua y se hizo muy amigo de su compañero de estudios y futuro revolucionario Camille Desmoulins (1760-1794). Probablemente fue en Louis-le-Grand donde Robespierre conoció por primera vez la obra del filósofo ginebrino Jean-Jacques Rousseau. Las ideas de Rousseau influyeron notablemente en el desarrollo político de Robespierre y en su controvertida carrera revolucionaria. En particular, Robespierre se aferró a la idea de que el gobierno se deriva de la voluntad general del pueblo, así como al concepto de virtud patriótica, que estipulaba que un ciudadano debe anteponer el bien de la sociedad a sus propios deseos egoístas.

Tras graduarse en Louis-le-Grand, Robespierre estudió derecho en la Universidad de la Sorbona durante tres años. En 1781, fue admitido en el colegio de abogados y regresó a Arras para establecer un bufete. Durante los ocho años siguientes, trabajó para establecerse en su profesión, alojándose en casa de su hermana Charlotte para ahorrar dinero. Rara vez perdía un caso, en parte porque nunca lo aceptaba a menos que el acusado fuera víctima de una injusticia evidente. En 1782, este éxito le llevó a ser nombrado miembro del tribunal penal de Arras. En 1783, ganó un famoso y extraño caso sobre el derecho del acusado a colocar un pararrayos en su propio tejado; los argumentos de Robespierre se consideraron una defensa simbólica de la ciencia y la razón ilustrada frente a la superstición.

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Paralelamente a su carrera jurídica, escribió ensayos a favor de la igualdad ante la ley, uno de los cuales le valió un premio de la Academia de Metz en 1784. En 1789, se había forjado una reputación como uno de los principales defensores de la justicia de Artois. Por ello, cuando se anunció que el rey Luis XVI de Francia (quien reinó de 1774 a 1792) había convocado un Estado General para discutir las finanzas de Francia, Robespierre era lo suficientemente conocido como para ser elegido como uno de los representantes de Arras en el Tercer Estado, la clase de los plebeyos.

Comienzo de la Revolución

Robespierre llegó a Versalles como un oscuro abogado de pueblo, sin saber la huella que iba a dejar en la historia. Con apenas 31 años, el Robespierre de 1789 era una figura poco imponente, de frágiles ojos verde pálido, entradas, voz suave y rostro de rasgos casi felinos. Su peluca meticulosamente empolvada y sus finas ropas daban a entender que no le gustaba el desorden, mientras que sus modales sencillos hacían que algunos lo consideraran tímido y otros sospechoso. Aunque Robespierre no dominó el escenario revolucionario cuando se abrió el telón por primera vez el 5 de mayo de 1789, mantuvo una fuerte presencia de apoyo, pronunciando su primer discurso notable a principios de junio; se calcula que pronunciaría unos 900 discursos en el transcurso de los cinco años siguientes.

Maximilien Robespierre as a Deputy of the Third Estate
Maximilien Robespierre como diputado del tercer estado
Pierre-Roch Vigneron (Public Domain)

En Versalles, como en Arras, se labró rápidamente una reputación de "defensor de los desdichados, vengador de los inocentes" (Furet, 299). Habló a menudo en defensa de los marginados, a saber, protestantes, judíos y esclavos. Apoyó la unión de los tres estamentos el 17 de junio en una Asamblea Nacional Constituyente y aplaudió la expresión de la voluntad popular el 5 de octubre, cuando la Marcha de las Mujeres sobre Versalles arrastró al rey a París. Poco a poco, el nombre de Robespierre empezó a aparecer en los periódicos y se hizo conocido por sus firmes convicciones; Honoré-Gabriel Riqueti, conde de Mirabeau, dijo una vez de él: "ese hombre llegará lejos: cree todo lo que dice" (Furet, 304). Fue este sentimiento el que llevó a Robespierre a ser conocido como "el Incorruptible" en 1790.

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Líder jacobino

Sus discursos no siempre fueron tomados en serio por sus colegas de la Asamblea; se lo mantuvo al margen de las comisiones y nunca fue elegido para la presidencia de la Asamblea. Esto no le importaba a Robespierre; su público objetivo no eran sus colegas diputados, sino las tribunas, donde el pueblo de París se reunía para ver los procedimientos. Robespierre fue ganando popularidad entre el pueblo y también causó sensación en el Club Jacobino, una sociedad política donde los revolucionarios se reunían para discutir objetivos y programas. Allí se enfrentó a oradores titánicos como Mirabeau y Antoine Barnave, y enardeció a los jacobinos con sus discursos radicales en favor del sufragio universal, el acceso sin restricciones a los cargos públicos y el derecho de petición. Se hizo lo bastante popular como para ser elegido presidente de los jacobinos el 31 de marzo de 1790, y su influencia en el club no hizo más que aumentar con el tiempo; el novelista Jean-Baptiste Louvet describiría más tarde el efecto de Robespierre en su público radical jacobino: "ya no eran aplausos, sino pisotones convulsivos. Era un entusiasmo religioso, un furor sagrado" (Furet, 304).

En junio de 1791, el intento fallido de huida del rey de Francia, conocido como la Fuga a Varennes, provocó una ruptura en el Club Jacobino, donde los miembros más radicales comenzaron a exigir la deposición de Luis XVI, en quien consideraban que ya no se podía confiar. En ese momento de la Revolución, los moderados temían que castigar al rey socavara la monarquía constitucional que tanto les había costado construir. A pesar de los esfuerzos de Robespierre por mantener unido al club, los moderados se separaron y formaron el nuevo Club Feuillant, que defendía una monarquía liberal y constitucional. Esta escisión no hizo sino afianzar el poder de Robespierre entre los jacobinos, ya que los que se quedaron eran los revolucionarios más radicales.

El 17 de julio de 1791, cuando los manifestantes se reunieron para exigir la deposición del rey, fueron tiroteados por la Guardia Nacional en la masacre del Campo de Marte. Tras la masacre, los feuillants dominantes ordenaron el arresto de los principales agitadores republicanos y, aunque Robespierre aún no era republicano, pasó desapercibido durante un tiempo. Comenzó a alojarse con un partidario, el ebanista Maurice Duplay, con quien viviría el resto de su vida. Se hizo muy amigo de los Duplay, sobre todo de la hija mayor, Éléonore, que compartía sus convicciones políticas y a la que se veía a menudo pasear con él por los Campos Elíseos. Los contemporáneos murmuraban que la pareja estaba comprometida en secreto o, lo que era más escandaloso, que Éléonore era la amante de Robespierre. Sin embargo, Éléonore se negó a casarse tras la muerte de Robespierre y solo se vestía de negro, lo que llevó a algunos a llamarla "la viuda Robespierre".

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Éléonore Duplay
Éléonore Duplay
Unknown, possibly Éléonore Duplay (Public Domain)

Oposición a la guerra

La Constitución se adoptó en septiembre de 1791, y la Asamblea Constituyente se disolvió en favor del siguiente gobierno, la Asamblea Legislativa. Robespierre había propuesto con éxito una ordenanza que impedía a cualquier miembro de la actual Asamblea Constituyente formar parte de la Legislativa. Así que, una vez finalizado su mandato, regresó a Arras, donde fue recibido como un héroe. Sin embargo, no tardó en regresar a París para reanudar su liderazgo en el Club Jacobino, donde siguió ejerciendo influencia política desde afuera.

En diciembre, la Asamblea Legislativa estaba dominada por una nueva facción, los girondinos, que empezaron a presionar a favor de la guerra con Austria. Dirigidos por Jacques-Pierre Brissot, los girondinos creían que la guerra era el único medio de proteger a la Revolución de sus enemigos. Robespierre se opuso ferozmente, creyendo que la guerra solo podía provocar la implosión de la Revolución y dar lugar a una dictadura militar. Se opuso a la afirmación de Brissot de que la Europa oprimida acogería a los ejércitos franceses como libertadores, declarando que "a nadie le gustan los misioneros armados". Su desacuerdo con Brissot se convirtió rápidamente en un profundo odio personal. Los jacobinos que apoyaron a Robespierre en esto serían conocidos más tarde como la Montaña y desarrollarían una rivalidad con los girondinos. En este caso, sin embargo, los girondinos se impusieron y, el 20 de abril de 1792, Francia declaró la guerra a Austria, desencadenando las Guerras revolucionarias francesas (1792-1802).

Terracotta Bust of Robespierre, 1791
Busto de terracota de Robespierre, 1791
Claude André Deseine (CC BY-NC-SA)

Robespierre no tardó en ver confirmados sus temores. La guerra comenzó terriblemente para los franceses, ya que un ejército dirigido por los prusianos inició un lento avance hacia París. En agosto, los invasores publicaron el Manifiesto de Brunswick, en el que amenazaban con destruir París si el rey y la reina sufrían algún daño. El resultado fue el asalto al palacio de las Tullerías, que derrocó a la monarquía, y las masacres de septiembre, en las que más de 1100 "contrarrevolucionarios" fueron brutalmente asesinados en sus celdas. Tras un breve período en la Comuna Insurreccional, encabezada por su colega radical Georges Danton, Robespierre fue elegido miembro de la nueva Convención Nacional, reunida para redactar otra constitución para una Francia ya sin rey. El hermano menor de Robespierre, Augustin, también fue elegido miembro de la Convención y se convirtió en un influyente jacobino por derecho propio. El 20 de septiembre, los franceses derrotan a los prusianos en la batalla de Valmy y, al día siguiente, se establece la República Francesa.

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La Montaña

Robespierre y sus partidarios creían que en una república no había lugar para un rey, ni siquiera para un rey depuesto, y abogaban por que Luis XVI fuera inmediatamente ejecutado sin juicio previo. Para Robespierre, la culpabilidad de Luis ya se había decidido cuando el pueblo lo derrocó y, dado que Luis era un punto de encuentro para la contrarrevolución, cualquier cosa que no fuera la ejecución pondría en peligro la República; "Luis debe morir", proclamó Robespierre, "porque la nación debe vivir" (Scurr, 245). En esto, Robespierre contó con el ferviente apoyo del diputado de 25 años Louis Antoine Saint-Just, que pronto se convertiría en su aliado más cercano. Finalmente, se celebró un juicio y Luis XVI fue condenado a muerte y guillotinado el 21 de enero de 1793. El juicio y la ejecución de Luis XVI crearon otra brecha entre la Montaña y los girondinos, que habían trabajado para perdonar la vida al anterior rey.

Durante la primavera y el verano de 1793, las tensiones entre ambos grupos aumentaron. La Montaña, aglutinada en torno al liderazgo de radicales como Robespierre, Danton y Jean-Paul Marat, obtuvo su poder de los sans-culottes de París y apeló a ellos contra los esfuerzos de los girondinos por descentralizar el poder de París. Los panfletistas que estaban a favor de la Montaña, como Desmoulins, amigo de la infancia de Robespierre, lograron presentar a los girondinos como agentes extranjeros que pretendían fracturar la República mediante el federalismo. Esta propaganda contribuyó a provocar la insurrección del 2 de junio de 1793, que provocó la caída de los girondinos y la detención de sus líderes.

Last Moments of the Girondins
Últimos momentos de los girondinos
Karl von Piloty (Public Domain)

Con la purga de los girondinos, la Montaña pasó a controlar la República. Rápidamente, Francia comenzó a desmoronarse a medida que las provincias estallaban en revueltas federalistas y otras rebeliones contra el dominio jacobino. Una simpatizante girondina, Charlotte Corday, cometió el asesinato de Marat en julio, un suceso que convenció a Robespierre de que su propio asesinato era inminente: "El honor de la daga", dijo una vez, "también está reservado para mí... mi caída se acerca a pasos agigantados" (Furet, 298). Predijo su desaparición con orgullo, creyendo que una muerte prematura era el precio que un hombre virtuoso debía estar dispuesto a pagar.

En abril de 1793, se creó el Comité de Seguridad Pública para liberar a Francia de sus enemigos, tanto extranjeros como nacionales. El 27 de julio, Robespierre fue nombrado miembro del Comité; gracias a su fama y a las conexiones que mantenía con los jacobinos, pronto se convirtió en su miembro dominante. En agosto, el Comité aprobó la levée en masse, una política de reclutamiento masivo que ayudó a cambiar el curso de las guerras; también aplicó la Ley del Máximo General para paliar el hambre poniendo topes al precio del pan. Los jacobinos también abolieron la esclavitud colonial y redactaron una constitución más democrática que cualquiera de sus predecesoras.

Reinado del Terror

A pesar de estos éxitos, la República sigue en peligro. Robespierre habla con frecuencia de malhechores disfrazados de patriotas que pretenden destruir la República desde adentro. En septiembre de 1793, se promulgó la Ley de Sospechosos, que permitía arrestar a cualquiera que pareciera contrarrevolucionario en sus palabras, acciones o escritos; el 10 de octubre, una moción aprobada por Saint-Just proclamaba que el gobierno era "revolucionario hasta la paz", archivando así indefinidamente la nueva constitución y otorgando al Comité de Seguridad Pública poderes casi dictatoriales.

Robespierre se contentó con construir su república perfecta sobre una montaña de cadáveres.

En los meses siguientes, entre 300.000 y medio millón de personas fueron detenidas como sospechosas. 16.594 de ellas encontraron su fin bajo la cuchilla de la guillotina, mientras que otros miles murieron en prisión o en masacres sumarias. Algunas víctimas eran líderes revolucionarios derrotados, aristócratas del antiguo régimen u oficiales militares acusados de cobardía; la mayoría eran gente corriente, atrapada en la creciente ola de derramamiento de sangre patriótica. Robespierre defendió el sistema insistiendo en que se estaba consiguiendo erradicar a los traidores de la sociedad; la virtud total, argumentaba, solo podía alcanzarse mediante el Terror. Se contentaba con construir su república perfecta sobre una montaña de cadáveres.

Robespierre sostenía que el Terror no había nacido de sus propias ambiciones, sino como una forma de proteger a la Revolución de sus enemigos. Sin embargo, como Robespierre se equiparaba a sí mismo con la Revolución, la línea entre los contrarrevolucionarios y los propios oponentes políticos de Robespierre se difuminó; oponerse a Robespierre y oponerse a la Revolución se convirtieron en la misma cosa. Los seguidores "ultrarrevolucionarios" del periodista Jacques-René Hébert, por ejemplo, fueron ejecutados porque pretendían intensificar el Terror e imponer políticas ateas. Los indulgentes moderados, entre los que se encontraban Danton y Desmoulins, antiguos amigos de Robespierre, fueron ejecutados solo unas semanas más tarde por la razón contraria, ya que deseaban que el Terror se redujera o incluso finalizara. Ambos grupos habían amenazado el poder de Robespierre, y ambos habían sido eliminados.

An Allegory of the Revolution
Alegoría de la Revolución
Nicolas Henri Jeaurat de Bertry (Public Domain)

En mayo de 1794, Robespierre sufrió un atentado contra su vida. Este respondió intensificando el Terror; la Ley de Pradial del año II eliminó la necesidad de presentar pruebas ante el Tribunal Revolucionario y garantizó que solo se pudiera dictar uno de dos veredictos: absolución o muerte. En el periodo comprendido entre la promulgación de la ley el 10 de junio y la caída de Robespierre el 28 de julio de 1794, 1400 personas fueron guillotinadas solo en París. Mientras tanto, Robespierre continuó su búsqueda de la excelencia moral creando el Culto deísta del Ser Supremo, centrado en torno a sí mismo como un sumo sacerdote virtual. Esto fue demasiado para sus enemigos, que empezaron a conspirar contra él.

Caída

Los hombres que derribaron a Robespierre estaban menos preocupados por detener el derramamiento de sangre que por salvar su propio pellejo. Muchos habían sido agentes del Terror que se dedicaron a la corrupción o se excedieron en sus crueldades y que, temiendo la ira de Robespierre, decidieron golpear primero. Entre el 18 de junio y el 26 de julio de 1794, Robespierre apenas apareció en público por razones desconocidas, lo que llevó a especular con que su salud se estaba deteriorando o que las tensiones del Terror le habían provocado una crisis mental. En cualquier caso, su ausencia permitió a los conspiradores reunirse y denunciarle como asesino. Robespierre volvió el 26 de julio para defenderse, anunciando que tenía una lista de traidores en la Convención Nacional y en el propio Comité de Seguridad Pública. Se negó a dar nombres, lo que provocó un alboroto entre los diputados reunidos.

Robespierre Taken to the Guillotine
Robespierre llevado a la guillotina
Alfred Mouillard (Public Domain)

Al día siguiente, Robespierre y Saint-Just vuelven a ser denunciados como tiranos. La Convención los declara proscritos, obligando a Robespierre y a sus seguidores a esconderse en el Hôtel de Ville. A las 2 de la madrugada del 28 de julio, soldados leales a la Convención irrumpen en el Hôtel y detienen a los robespierristas. En medio de la confusión, una bala destroza la mandíbula de Robespierre, ya sea autoinfligida o disparada por un soldado de gatillo fácil. Condenado a muerte, Robespierre fue ejecutado junto a 21 de sus aliados más cercanos, entre ellos Saint-Just y su hermano Augustin; cuando llegó el turno de Robespierre, el verdugo le arrancó las vendas, lo que le hizo proferir un grito agónico que solo se acalló al caer la cuchilla. La caída de Maximilien Robespierre supuso el fin del Terror y del dominio jacobino, ya que la posterior Reacción termidoriana aplicó políticas más conservadoras.

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Preguntas y respuestas

¿Quién era Maximilien Robespierre?

Maximilien Robespierre (1758-1794) fue una de las principales figuras de la Revolución francesa (1789-1799). Tras destacar en el radical Club Jacobino, dominó la República Francesa durante el Reinado del Terror, supervisando las ejecuciones de sospechosos de contrarrevolución. Fue derrocado y ejecutado el 28 de julio de 1794.

¿Por qué fue importante la muerte de Robespierre?

La muerte de Maximilien Robespierre fue importante porque puso fin al sangriento Reinado del Terror en Francia y a la influencia de los jacobinos, un grupo radical de izquierdas de la Revolución francesa. Algunos historiadores también atribuyen a la muerte de Robespierre el declive de la Revolución francesa.

¿Por qué es más conocido Robespierre?

Maximilien Robespierre es uno de los líderes más conocidos y controvertidos de la Revolución francesa. Hoy en día se lo asocia sobre todo con el sangriento Reinado del Terror, en el que murieron decenas de miles de personas.

¿Cuáles eran los objetivos de Robespierre?

Robespierre deseaba ver a Francia transformada en una república virtuosa e ilustrada que representara la voluntad general del pueblo. Para lograrlo, pensó que debía erradicar a todos los contrarrevolucionarios y a cualquiera que pudiera corromper la virtud del cuerpo político, lo que en parte condujo al Reinado del Terror.

Sobre el traductor

Agustina Cardozo
Agustina es traductora pública (inglés/español), uruguaya, con estudios avanzados de Lingüística. Sus áreas de experiencia como traductora son la traducción biosanitaria y la traducción jurídica. Le interesan la Historia y las humanidades en general.

Sobre el autor

Harrison W. Mark
Harrison Mark se graduó de la Universidad Estatal de Nueva York en Oswego, donde estudió Historia y Ciencias Políticas.

Cita este trabajo

Estilo APA

Mark, H. W. (2023, enero 11). Maximilien Robespierre [Maximilien Robespierre]. (A. Cardozo, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-20784/maximilien-robespierre/

Estilo Chicago

Mark, Harrison W.. "Maximilien Robespierre." Traducido por Agustina Cardozo. World History Encyclopedia. Última modificación enero 11, 2023. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-20784/maximilien-robespierre/.

Estilo MLA

Mark, Harrison W.. "Maximilien Robespierre." Traducido por Agustina Cardozo. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 11 ene 2023. Web. 02 dic 2024.

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