La escultura de la antigua Grecia, entre el 800 y el 300 a.C., se inspiró en el arte monumental egipcio y del Cercano Oriente, y evolucionó hacia una visión exclusivamente griega de esta forma de arte. Los artistas griegos plasmaron la forma humana de una manera nunca vista hasta entonces, en la que los escultores se preocupaban especialmente por la proporción, el equilibrio y la perfección idealizada del cuerpo humano.
Las figuras escultóricas griegas en piedra y bronce se han convertido en algunas de las obras de arte más reconocibles jamás producidas por ninguna civilización y la visión artística griega de la forma humana fue muy copiada en la antigüedad y lo ha sido desde entonces.
A partir del siglo VIII a.C., en la Grecia arcaica aumentó la producción de pequeñas figuras sólidas en arcilla, marfil y bronce. Sin duda, la madera también se usó mucho, pero su susceptibilidad a la erosión ha hecho que se conserven pocos ejemplos. Las figuras de bronce, las cabezas humanas y, en particular, los grifos, se utilizaban como aditamentos de recipientes de bronce, como los calderos. El estilo de las figuras humanas se asemeja al de las cerámicas geométricas contemporáneas, con extremidades alargadas y un torso triangular. Las figuras de animales también se produjeron en gran número, especialmente el caballo, y se han encontrado muchas en toda Grecia en lugares de santuario como Olimpia y Delfos, lo que indica su función común como ofrendas votivas.
Las esculturas griegas de piedra más antiguas (de piedra caliza) datan de mediados del siglo VII a.C. y se encontraron en Thera. En este período, se popularizaron las figuras de bronce independientes con su propia base, sobre temas más ambiciosos como guerreros, aurigas y músicos. La escultura en mármol aparece a principios del siglo VI a.C., cuando se empezaron a producir las primeras estatuas monumentales de tamaño natural, que tenían una función conmemorativa, ya que se ofrecían en los santuarios como servicio simbólico a los dioses o se utilizaban como marcadores de tumbas.
Las primeras figuras de piedra de gran tamaño (kouroi, jóvenes desnudos; y kore, figuras femeninas vestidas) eran rígidas, como en las estatuas monumentales egipcias, con los brazos estirados a los lados, los pies casi juntos y los ojos mirando fijamente al frente sin ninguna expresión facial particular. Sin embargo, estas figuras más bien estáticas fueron evolucionando poco a poco y, conforme se agregaron cada vez más detalles al cabello y los músculos, las figuras empezaron a cobrar vida.
Poco a poco, los brazos se empezaron a flexionar, lo que les dio tensión muscular, y una pierna (normalmente la derecha) se colocaba ligeramente más adelantada, lo que le da una sensación de movimiento dinámico a la estatua. Excelentes ejemplos de este estilo de figura son los kouroi de Argos, dedicados en Delfos (c. 580 a.C.). Hacia el año 480 a.C., los últimos kouroi se vuelven cada vez más reales, el peso se carga sobre la pierna izquierda, la cadera derecha está más baja, las nalgas y los hombros están más relajados, la cabeza no es tan rígida y hay un atisbo de sonrisa. Las mujeres kore siguieron una evolución similar, sobre todo en el esculpido de sus ropas, que se representaban de forma cada vez más realista y compleja. También se estableció una proporción más natural de la figura, en la que la cabeza pasó a ser 1:7 con el cuerpo, independientemente del tamaño real de la estatua. Hacia el año 500 a.C., los escultores griegos rompieron por fin las rígidas reglas del arte conceptual arcaico y empezaron a reproducir lo que observaban en la vida real.
Los escultores se esforzaban por hacer que la pieza pareciera tallada desde el interior en lugar de cincelada desde el exterior.
En el período clásico, los escultores griegos rompieron las cadenas de las convenciones y lograron lo que nadie había intentado antes. Crearon una escultura de tamaño natural que glorificaba la forma humana, especialmente el desnudo masculino. Sin embargo, se logró aún más que esto. El mármol resultó ser un medio maravilloso para plasmar lo que todos los escultores pretenden: que la pieza parezca tallada desde dentro y no cincelada desde fuera. Las figuras se vuelven sensuales y parecen congeladas en acción; parece que hace apenas un segundo estaban vivas. Los rostros se vuelven más expresivos y las figuras enteras adquieren un estado de ánimo particular. La ropa también se vuelve más sutil en su representación y se adhiere a los contornos del cuerpo en lo que se ha descrito como "soplado por el viento" o el "aspecto húmedo". Simplemente, las esculturas ya no parecían esculturas, sino figuras dotadas de vida y brío.
Materiales y métodos
Para ver cómo se lograba tal realismo debemos volver al principio y examinar más de cerca los materiales y herramientas a disposición del artista y las técnicas empleadas para transformar las materias primas en arte.
La escultura griega primitiva se realizaba sobre todo en bronce y en piedra caliza porosa, pero mientras que el bronce parece no haber pasado nunca de moda, la piedra elegida sería el mármol. El mejor era el de Naxos (de grano cerrado y brillante), el pario (de Paros, de grano más áspero y más translúcido) y el de pentélico (cerca de Atenas, más opaco y que adquiría un suave color miel con el paso del tiempo debido a su contenido en hierro). Sin embargo, la piedra se elegía por su capacidad de trabajo más que por su decoración, ya que la mayor parte de la escultura griega no se pulía, sino que se pintaba, a menudo de forma bastante chillona para el gusto moderno.
El mármol se extraía utilizando taladros de arco y cuñas de madera empapadas en agua para romper los bloques trabajables. Por lo general, las figuras más grandes no se producían a partir de una sola pieza de mármol, sino que las adiciones importantes, como los brazos, se esculpían por separado y se fijaban al cuerpo principal con espigas. Utilizando herramientas de hierro, el escultor trabajaba el bloque desde todas las direcciones (tal vez con la vista puesta en un modelo a pequeña escala para orientar las proporciones), utilizando primero una herramienta puntiaguda para eliminar los trozos de mármol más sustanciales. A continuación, se utilizaba una combinación de cinceles de cinco garras, cinceles planos de varios tamaños y pequeños taladros manuales para esculpir los detalles finos. La superficie de la piedra se remataba con un polvo abrasivo (normalmente esmerilado de Naxos), pero rara vez se pulía. A continuación, la estatua se fijaba a un zócalo mediante un accesorio de plomo o, a veces, se colocaba sobre una sola columna (por ejemplo, la Esfinge de Naxos en Delfos, c. 560 a.C.). Los toques finales de las estatuas se hacían con pintura. La piel, el pelo, las cejas, los labios y los dibujos de la ropa se hacían con colores brillantes. Los ojos a menudo se incrustaban con hueso, cristal o vidrio. Por último, se agregaban complementos de bronce como lanzas, espadas, cascos, joyas y diademas, y algunas estatuas tenían incluso un pequeño disco de bronce (meniskoi) suspendido sobre la cabeza para evitar que los pájaros las desfiguraran.
El otro material preferido en la escultura griega era el bronce. Desgraciadamente, este material siempre fue demandado para su reutilización en épocas posteriores, mientras que el mármol roto no le sirve a nadie, por lo que la escultura de mármol ha sobrevivido mejor en la posteridad. En consecuencia, la cantidad de ejemplos de escultura en bronce que se conservan (no más de doce) no representa el hecho de que se pudo producir más escultura en bronce que en mármol, y la calidad de los pocos bronces que se conservan demuestra la excelencia que hemos perdido. Muy a menudo, en los yacimientos arqueológicos podemos ver hileras de zócalos de piedra desnudos, testigos silenciosos de la pérdida del arte.
Las primeras esculturas de bronce macizo dieron paso a piezas más grandes con un núcleo de otro material que a veces se eliminaba para dejar una figura hueca. La producción más común de estatuas de bronce utilizaba la técnica de la cera perdida. Se trataba de hacer un núcleo casi del tamaño de la figura deseada (o de una parte del cuerpo si no se creaba una figura completa) que luego se recubría de cera y se esculpían los detalles. A continuación, se cubría todo con arcilla que se fijaba al núcleo en determinados puntos mediante varillas. Después se fundía la cera y se vertía bronce fundido en el espacio que antes ocupaba la cera. Una vez fraguado, se retiraba la arcilla y se remataba la superficie mediante raspado, grabado fino y pulido. A veces se utilizaban adiciones de cobre o plata para los labios, los pezones y los dientes. Los ojos se incrustaban como en la escultura de mármol.
Muchas estatuas griegas están firmadas para que conozcamos los nombres de los artistas más exitosos que se hicieron famosos en vida.
Escultores
Muchas estatuas están firmadas para que conozcamos los nombres de los artistas más exitosos que se hicieron famosos en vida. Por nombrar algunos, podemos empezar por el más famoso de todos, Fidias, el artista que creó las gigantescas estatuas criselefantinas de Atenea (c. 438 a.C.) y Zeus (c. 456 a.C.) que se encontraban, respectivamente, en el Partenón de Atenas y en el Templo de Zeus en Olimpia. Esta última escultura fue considerada una de las siete maravillas del mundo antiguo. Policleto, que además de crear grandes esculturas como el Doríforo (portador de lanzas), también escribió un tratado, el Kanon, sobre técnicas de escultura en el que destacaba la importancia de la correcta proporción. Otros escultores importantes fueron Cresilas, que realizó el muy copiado retrato de Pericles (c. 425 a.C.), Praxíteles, cuya Afrodita (c. 340 a.C.) fue el primer desnudo femenino completo, y Calímaco, a quien se atribuye la creación del capitel corintio y cuyas características figuras de baile fueron muy copiadas en la época romana.
Los escultores solían encontrar empleo permanente en los grandes santuarios y la arqueología ha revelado el taller de Fidias en Olimpia. En el taller se encontraron varios moldes de arcilla rotos y también la taza de arcilla personal del maestro, con la inscripción "Pertenezco a Fidias". Otra característica de los santuarios eran los limpiadores y pulidores que mantenían el color rojizo brillante de las figuras de bronce, ya que los griegos no apreciaban la pátina verde oscura que se produce por la intemperie (y que las estatuas supervivientes han adquirido).
Las obras maestras
Sin embargo, la escultura griega no se limita a las figuras de pie. Los bustos de retratos, los paneles en relieve, los monumentos funerarios y los objetos de piedra, como la perirrhanteria (cuencas sostenidas por tres o cuatro figuras femeninas de pie), también pusieron a prueba las habilidades del escultor griego. Otra rama importante de este arte era la escultura arquitectónica, que predominaba desde finales del siglo VI a.C. en los frontones, frisos y metopas de los templos y edificios del tesoro. Sin embargo, es en la escultura de figuras donde se encuentran algunas de las grandes obras maestras de la Antigüedad clásica, y testimonio de su clase y popularidad es que se hacían copias muy a menudo, sobre todo en el período romano. De hecho, es una suerte que los romanos amaran la escultura griega y la copiaran tan ampliamente, porque a menudo son estas copias las que sobreviven y no los originales griegos. Las copias, sin embargo, presentan sus propios problemas, ya que obviamente carecen del toque del maestro original, pueden ser de otro material, pasar del bronce al mármol, e incluso mezclar partes del cuerpo, especialmente las cabezas.
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Aunque las palabras rara vez hacen justicia a las artes visuales, podemos enumerar aquí algunos ejemplos de algunas de las piezas más célebres de la escultura griega. En bronce, destacan tres piezas, todas ellas rescatadas del mar (mejor custodio de los bronces finos que las personas): el Zeus o Poseidón de Artemesium y los dos guerreros de Riace (los tres: 460-450 a.C.). El primero podría ser Zeus (la postura es más común para esa deidad) o Poseidón y es una pieza de transición entre el arte arcaico y el clásico, ya que la figura es extremadamente realista, pero de hecho, las proporciones no son exactas (por ejemplo, las extremidades son exageradas). Sin embargo, como describe Boardman de forma elocuente, "(consigue) ser a la vez vigorosamente amenazante y estático en su perfecto equilibrio", y al espectador no le queda ninguna duda de que se trata de un gran dios. Los guerreros de Riace son también magníficos, con el detalle añadido del pelo y la barba finamente esculpidos. De estilo más clásico, están perfectamente proporcionados y su aplomo está representado de tal manera que sugiere que pueden bajarse del zócalo en cualquier momento.
En mármol, dos piezas destacadas son el Discóbolo o lanzador de discos atribuido a Mirón (c. 450 a.C.) y la Niké de Peonio en Olimpia (c. 420 a.C.). El lanzador de disco es una de las estatuas más copiadas de la antigüedad y sugiere un poderoso movimiento muscular captado durante una fracción de segundo, como en una foto. La pieza también es interesante porque está tallada de tal manera (en un solo plano) que se ve desde un solo punto de vista (como una talla en relieve con el fondo eliminado). La Niké es un excelente ejemplo de la "mirada húmeda", en la que el ligero material de la ropa se aprieta contra los contornos del cuerpo, y la figura parece semisuspendida en el aire y que apenas ha posado los dedos de los pies en el zócalo.
Legado
La escultura griega se liberó de las convenciones artísticas que habían prevalecido durante siglos en muchas civilizaciones y, en lugar de reproducir las figuras según una fórmula prescrita, fue libre de perseguir la forma idealizada del cuerpo humano. La materia dura y sin vida se transformó de alguna manera mágica en cualidades intangibles como el porte, el humor y la gracia para crear algunas de las grandes obras maestras del arte mundial e inspirar e influir en los artistas que le seguirían en la época helenística y romana, que llegarían a producir más obras maestras como la Venus de Milo. Además, la perfección de las proporciones del cuerpo humano lograda por los escultores griegos sigue inspirando a los artistas incluso en la actualidad. Las grandes obras griegas son consultadas incluso por artistas de 3D para crear imágenes virtuales precisas y por los organismos deportivos que han comparado los cuerpos de los atletas con la escultura griega para comprobar el desarrollo muscular anormal conseguido mediante el uso de sustancias prohibidas como los esteroides.
La Afrodita de Milos, que ahora se encuentra en el Louvre, es probablemente el ejemplo más popular de escultura griega.
¿Qué características tiene la escultura griega antigua?
Las principales características de la escultura griega antigua son la proporción, la elegancia y la perfección idealizada del cuerpo humano.
¿Por qué es importante la escultura griega antigua?
La escultura griega antigua es importante porque fue la primera forma de arte en retratar de manera realista la forma humana, si bien algo idealizada. La escultura griega influyó en el arte romano y en muchas otras culturas posteriores.
Bibliografía
Boardman, J. Greek Sculpture: The Archaic Period. Thames & Hudson, London, 2005
Boardman, J. Greek Sculpture: The Classical Period. Thames & Hudson, London, 2005
Agustina es traductora pública (inglés/español), uruguaya, con estudios avanzados de Lingüística. Sus áreas de experiencia como traductora son la traducción biosanitaria y la traducción jurídica. Le interesan la Historia y las humanidades en general.
Mark es un autor, investigador, historiador y editor de tiempo completo. Se interesa, en especial, por el arte y la arquitectura, así como por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones de World History Encyclopedia.
Cartwright, M. (2018, marzo 15). Escultura griega antigua [Ancient Greek Sculpture].
(A. Cardozo, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-11686/escultura-griega-antigua/
Estilo Chicago
Cartwright, Mark. "Escultura griega antigua."
Traducido por Agustina Cardozo. World History Encyclopedia. Última modificación marzo 15, 2018.
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Cartwright, Mark. "Escultura griega antigua."
Traducido por Agustina Cardozo. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 15 mar 2018. Web. 03 nov 2024.
Licencia y derechos de autor
Escrito por Mark Cartwright, publicado el 15 marzo 2018. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.