Arte romano

Definición

Mark Cartwright
por , traducido por Agustina Cardozo
Publicado el 01 septiembre 2017
Disponible en otros idiomas: inglés, francés
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Roman Female Portrait (by Mark Cartwright, CC BY-NC-SA)
Retrato femenino romano
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

Los romanos controlaron un imperio tan vasto durante un período tan largo que un resumen del arte producido en esa época solo puede ser breve y selectivo. Sin embargo, tal vez los mayores puntos de distinción del arte romano sean su diversidad, la inclusión de tendencias artísticas pasadas y presentes de todos los rincones del imperio y la promoción del arte hasta tal punto que su producción y fácil disponibilidad aumentó como nunca antes. ¿En qué otra civilización antigua habría sido posible que un exesclavo hubiera encargado el busto de su retrato? Los artistas romanos copiaron, imitaron e innovaron para producir arte a gran escala, a veces comprometiendo la calidad, pero en otras ocasiones superando con creces la artesanía de sus predecesores. Cualquier material podía convertirse en objeto de arte. El registro de los acontecimientos históricos sin el desorden del simbolismo y la metáfora mitológica se convirtió en una obsesión. Inmortalizar en el arte a un mecenas privado era un encargo habitual de los artistas. El objetivo de la pintura era plasmar fielmente paisajes, paisajes urbanos y los temas más triviales de la vida cotidiana. El realismo se convirtió en el ideal y el cultivo del conocimiento y la apreciación del arte en sí se convirtió en un objetivo digno. Estos son los logros del arte romano.

El arte para todos: la contribución de Roma

El arte romano ha sufrido una especie de crisis de reputación desde el redescubrimiento y la apreciación del arte griego antiguo a partir del siglo XVII. Cuando los críticos de arte se dieron cuenta de que muchas de las mejores obras romanas eran en realidad copias o, al menos, estaban inspiradas en originales griegos anteriores y a menudo perdidos, el aprecio por el arte romano, que había florecido junto con todo lo romano en los periodos medieval y renacentista, empezó a disminuir. Otro problema que plantea el arte romano es su propia definición. A diferencia del arte griego, la vasta geografía del imperio romano dio lugar a enfoques muy diversos del arte en función de la ubicación. Aunque Roma siguió siendo durante mucho tiempo el centro neurálgico, había varios centros importantes de producción artística que seguían sus propias tendencias y gustos particulares, sobre todo en Alejandría, Antioquía y Atenas. Como consecuencia, algunos críticos llegaron a afirmar que no existía el arte "romano".

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Pompeya, en particular, ofrece una visión poco frecuente de cómo se utilizaban, combinaban y disfrutaban las obras de arte romanas.

En épocas más recientes, una visión más equilibrada del arte romano y otra más amplia proporcionada por los éxitos de la arqueología han conseguido que se revalorice el arte de los romanos y se reconozca en mayor medida su contribución al arte occidental en general. Incluso quienes sostienen que el arte griego clásico fue el cenit de la creación artística en Occidente o que los romanos se limitaron a fusionar lo mejor del arte griego y etrusco tendrían que admitir que el arte romano es ecléctico. Herederos del mundo helenístico forjado por las conquistas de Alejandro Magno, con un imperio que abarcaba un espectro enormemente diverso de culturas y pueblos, su propia apreciación del pasado e ideas claras sobre la mejor manera de conmemorar acontecimientos y personas, los romanos produjeron arte en una amplia gama de formas. El tallado de sellos, la joyería, la cristalería, los mosaicos, la cerámica, los frescos, las estatuas, la arquitectura monumental e incluso la epigrafía y las monedas se utilizaron para embellecer el mundo romano, así como para transmitir significados, desde proezas militares hasta modas estéticas.

Roman Perfume Bottle
Botella de perfume romana
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

Se saquearon obras de arte de las ciudades conquistadas y se trajeron para que las apreciara el público, se contrataron artistas extranjeros en las ciudades romanas, se crearon escuelas de arte por todo el imperio, se realizaron desarrollos técnicos y surgieron talleres por todas partes. Tal era la demanda de obras de arte, que las líneas de producción de objetos estandarizados y fabricados en serie llenaron el imperio de arte. Otro factor a favor de Roma es la cantidad de obras de arte que se conservan. Lugares como Pompeya, en particular, ofrecen una visión poco frecuente de cómo se utilizaban y combinaban las obras de arte romanas para enriquecer la vida cotidiana de los ciudadanos. El arte en sí mismo se hizo más personalizado, con un gran aumento de los mecenas privados de las artes frente a los patrocinadores estatales. Esto se aprecia claramente en la creación de retratos realistas de particulares en pinturas y esculturas. Como en ninguna otra civilización anterior, el arte se volvió accesible no solo para los más ricos, sino también para las clases medias bajas.

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Las principales formas de arte

Las esculturas romanas

La escultura romana combinaba la perfección idealizada de la escultura griega clásica anterior con una mayor aspiración al realismo y mezclaba los estilos predominantes en el arte oriental. Además, los escultores romanos, con sus copias populares de obras maestras griegas anteriores, conservaron para la posteridad obras de incalculable valor que, de otro modo, se habrían perdido por completo para el arte mundial.

Sleeping Hermaphrodite
Hermafrodita durmiente
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

Los romanos prefirieron el bronce y el mármol por encima de todo para sus mejores obras. Sin embargo, como el metal siempre fue muy demandado para su reutilización, la mayoría de los ejemplos de escultura romana que se conservan son de mármol. El gusto de los romanos por la escultura griega y helenística hizo que, una vez agotadas las piezas originales, los escultores se vieran obligados a realizar copias, que podían ser de distinta calidad dependiendo de la habilidad del escultor. De hecho, en Atenas y en la propia Roma existía una escuela dedicada específicamente a la copia de originales griegos célebres. Los escultores romanos también producían copias miniaturizadas de los originales griegos, a menudo en bronce, que los amantes del arte coleccionaban y exhibían en vitrinas domésticas.

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Los bustos privados a veces presentan a la persona como vieja, arrugada, con cicatrices o flácida; en resumen, estos retratos muestran la realidad.

Sin embargo, la escultura romana empezó a buscar nuevas vías de expresión artística, alejándose de sus raíces etruscas y griegas, y, a mediados del siglo I d.C., los artistas romanos intentaban captar y crear efectos ópticos de luz y sombra para lograr un mayor realismo. El realismo de la escultura de retratos y el arte funerario romanos bien pudo desarrollarse a partir de la tradición de conservar en la casa solariega máscaras funerarias de cera realistas de los miembros de la familia fallecidos. Trasladados a la piedra, tenemos muchos ejemplos de bustos privados que a veces presentan a la persona como vieja, arrugada, con cicatrices o flácida; en resumen, estos retratos muestran la realidad. En la Antigüedad tardía, incluso se produjo un giro hacia el impresionismo, utilizando trucos de luz y formas abstractas. La escultura también se hizo más monumental, con estatuas gigantescas de emperadores, dioses y héroes, como la enorme estatua de bronce de Marco Aurelio a caballo, hoy en el Museo Capitolino de Roma. Hacia el final del Imperio, la escultura de figuras tendía a carecer de proporción, se agrandaban especialmente las cabezas y las figuras se presentaban con mayor frecuencia más planas y de frente, mostrando la influencia del arte oriental.

Roman Portrait Bust
Busto-retrato romano
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

La escultura de los edificios y altares romanos podía ser meramente decorativa o tener una finalidad más política. Por ejemplo, en los arcos triunfales la escultura arquitectónica plasmaba con detalle los acontecimientos clave de las campañas, lo que reforzaba el mensaje de que el emperador era un agente victorioso y civilizador en todo el mundo conocido. Un ejemplo típico es el Arco de Constantino en Roma (c. 315 d.C.), que también muestra a los "bárbaros" derrotados y esclavizados para reforzar el mensaje de la superioridad de Roma. Esta representación de personas reales y figuras históricas concretas en la escultura arquitectónica contrasta con la escultura griega, en la que se solían representar las grandes victorias militares como metáforas, utilizando figuras de la mitología griega como amazonas y centauros, como en el Partenón. Los altares también podían utilizarse para presentar a personas importantes bajo una luz favorable. El altar más famoso de todos es el Ara Pacis de Augusto (terminado en el año 9 a.C.) en Roma, un enorme bloque de mampostería que representa a espectadores y participantes en una procesión religiosa. Parece como si las figuras hubieran sido capturadas en un único momento como en una fotografía, un niño se pone una toga, la hermana de Augusto manda callar a dos charlatanes, etc.

Los murales romanos

Los interiores de los edificios romanos de todo tipo solían estar suntuosamente decorados con colores y diseños llamativos. En el siglo I a.C., las pinturas murales, los frescos y el uso del estuco para crear efectos de relieve eran habituales en edificios públicos, casas particulares, templos, tumbas e incluso estructuras militares de todo el mundo romano. Los diseños podían variar desde detalles realistas intrincados hasta representaciones muy impresionistas que a menudo cubrían todo el espacio disponible en las paredes, incluido el techo.

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Fresco, Livia's Villa, Rome
Fresco, Villa de Livia, Roma
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

Los pintores romanos (o quizá sus clientes) preferían los colores tierra naturales, como los tonos más oscuros de rojos, amarillos y marrones. Los pigmentos azules y negros también eran populares para diseños más sencillos, pero las pruebas de un taller de pintura de Pompeya ilustran que había disponible una amplia gama de tonos de color. Los temas podían incluir retratos, escenas de mitología, arquitectura en trampantojo, flora, fauna e incluso jardines enteros, paisajes y paisajes urbanos para crear espectaculares panoramas de 360° que transportaban al espectador desde los confines de una pequeña habitación al mundo ilimitado de la imaginación del pintor. Un ejemplo destacado es la Casa de Livia, del siglo I a.C., en el Palatino de Roma, que incluye una panorámica de 360° de un jardín impresionista. La escena recorre una habitación e ignora por completo las esquinas. Otro ejemplo espléndido es la villa privada del siglo I a.C. conocida como la Casa de los Vettii en Pompeya.

A medida que el arte se desarrollaba, se hicieron más comunes las escenas individuales a mayor escala que presentaban figuras más grandes que la vida real. En el siglo III d.C., una de las mejores fuentes de pintura mural procede de las catacumbas cristianas, donde se pintaron escenas tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento.

Los mosaicos romanos

Los mosaicos romanos eran una característica común de las casas privadas y los edificios públicos de todo el imperio, desde África hasta Antioquía. Los mosaicos, también conocidos como opus tessellatum, se realizaban con pequeños cuadrados negros, blancos y de colores de mármol, azulejos, vidrio, cerámica, piedra o conchas. Por lo general, cada pieza medía entre 0,5 y 1,5 centímetros, pero los detalles más finos, especialmente en el panel central (emblemata), se realizaban a menudo con piezas aún más pequeñas, de apenas 1 milímetro. Los diseños empleaban una amplia gama de colores con lechadas coloreadas a juego con las teselas circundantes. Este tipo concreto de mosaico, que utilizaba sofisticados colores y sombreados para crear un efecto similar al de una pintura, se conoce como opus vermiculatum, y uno de sus mejores artesanos fue Soso de Pérgamo (150-100 a.C.), cuya obra, especialmente su mosaico de las Palomas bebiendo, fue muy copiada durante siglos.

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Mosaic of a Gypsy Girl
Mosaico de una gitana
James Gordon (CC BY)

Los temas más populares incluían escenas de mitología, competiciones de gladiadores, deportes, agricultura, caza, comida, flora y fauna, y a veces incluso retrataban a los propios romanos con gran detalle y realismo. Uno de los mosaicos romanos más famosos en la actualidad es uno de la Casa del Fauno, en Pompeya, que representa a Alejandro Magno montando a Bucéfalo y enfrentándose a Darío III en su carro de guerra. No solo los suelos, sino también las bóvedas, columnas y fuentes se decoraban con diseños de mosaico.

Los artistas del mosaico romano desarrollaron sus propios estilos, y en todo el imperio se formaron escuelas de producción que cultivaban sus preferencias particulares: escenas de caza a gran escala e intentos de perspectiva en las provincias africanas, vegetación impresionista y un observador en primer plano en los mosaicos de Antioquía, o la preferencia europea por los paneles de figuras, por ejemplo. El estilo romano dominante (aunque no exclusivo) en la propia Italia utilizaba únicamente teselas blancas y negras, un gusto que perduró hasta bien entrado el siglo III d.C. y que se empleaba sobre todo para representar motivos marinos, especialmente en las termas romanas. Con el tiempo, los mosaicos se volvieron cada vez más realistas en la representación de figuras humanas, y se hicieron más comunes los retratos precisos y detallados. Mientras tanto, en la parte oriental del imperio y especialmente en Antioquía, el siglo IV d.C. fue testigo de la difusión de mosaicos que utilizaban motivos bidimensionales y repetidos para crear un efecto de "alfombra", un estilo que influiría mucho en las iglesias cristianas y sinagogas judías posteriores.

Las artes menores

Las artes menores de la antigua Roma eran amplias y variadas, e ilustraban en muchos casos el amor de los romanos por los materiales preciosos finamente trabajados, con diseños detallistas y a menudo en miniatura. Incluían joyas de todo tipo, pequeños bustos de oro para retratos, objetos de plata como espejos, tazas, platos, figuritas, etc., talla y grabado de gemas, camafeos de sardónice, sellos, vasijas y ornamentos de cristal tallado, vasijas de bronce con incrustaciones, doradas o esmaltadas, marfiles tallados y grabados, cerámica finamente decorada, placas para añadir a muebles, elementos de uniformes militares y armas, medallones, monedas, lámparas de aceite de terracota, telas púrpuras tirias bordadas y libros ilustrados. Los temas de la decoración eran la familia imperial, los particulares, la mitología, la naturaleza y motivos tan comunes como las formas geométricas, las hojas de acanto, las vides, los meandros, las rosetas y las esvásticas. Las obras suelen estar firmadas por el artesano, que puede ser extranjero o romano.

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Gold Filigree Earring, Herakleia
Pendiente de filigrana en oro, Herakleia
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

Los objetos de orfebrería y las gemas talladas se apreciaban muchísimo y los romanos que podían permitírselo solían coleccionarlos. Los guardaban en sus casas, se los exhibían a los visitantes y se utilizaban como temas de conversación. El amor de los romanos por los detalles intrincados y las tallas diminutas en las gemas contradice la opinión tradicional de que el arte romano solo se ocupaba de lo masivo, voluminoso y sin elegancia. Los anillos de sello, símbolo de orgullo familiar e importante método de firma junto con las piedras de sello, se tallaban, al igual que las piedras preciosas, con pequeños taladros con punta de diamante o rueda pulidora que se hacían girar con un arco horizontal en el eje. La cornalina y el ónice parecen haber sido los materiales preferidos para los objetos más funcionales, pero los zafiros y la aguamarina figuran entre las gemas más preciosas que los romanos importaban de lugares tan lejanos como la India.

Los joyeros romanos eran especialmente hábiles en su oficio. Aprendiendo de los que les habían precedido, empleaban toda la gama de técnicas del trabajo del metal, como el dorado, la granulación, el repujado, la incrustación, el trabajo abierto, etc. Se fabricaban anillos, collares, brazaletes, broches, hebillas, pendientes, colgantes, tobilleras y redecillas para el pelo en metales preciosos, a menudo con un nivel de detalle y un trabajo artesanal extraordinarios. Con el paso del tiempo, la joyería se hizo más pesada y llamativa y no se limitó en absoluto a la indumentaria femenina.

Legado

En muchos sentidos, los romanos continuaron y perpetuaron las artes de civilizaciones anteriores, pero como resume aquí el historiador del arte Martin Henig, sus esfuerzos artísticos llegaron mucho más lejos:

Los logros romanos... desmienten totalmente la reputación filistea que se ha atribuido popularmente a la antigua Roma. Herederos de las tradiciones griegas, los artesanos romanos siguieron innovando, y su obra no deja de asombrarnos por la delicadeza de sus formas. (Henig, 165)

Las contribuciones del arte romano al desarrollo general del arte occidental incluyen la determinación de registrar acontecimientos históricos reales, murales en diferentes estilos que plasmaban la arquitectura de la época, vistas naturales o naturalezas muertas (incluidas personas y objetos ordinarios que rara vez se representaban en el arte), y retratos realistas de ciudadanos humildes. Nada de esto era totalmente nuevo en el arte, pero los romanos, como en tantos otros campos, llevaron las posibilidades de una idea hasta sus límites y más allá.

Fresco, Pompeii
Fresco, Pompeya
Mary Harrsch (Photographed at the Museo Archaeologico Nazionale di Napoli) (CC BY-SA)

Al final de la época romana se desarrollaban nuevas ideas artísticas, que continuarían su desarrollo, pero el arte romano tendría un efecto duradero en todos los que vinieron luego, sobre todo en el arte cristiano medieval y en los dibujos de los manuscritos. Sin embargo, quizá su mayor contribución al arte mundial fue el fomento de la idea de que apreciar el arte por sí mismo era algo bueno y que poseer objetos de arte o incluso una colección era un verdadero distintivo de sofisticación cultural. Además, incluso para quienes no podían permitirse poseer arte propio, existían las galerías de arte públicas. El arte ya no era dominio exclusivo de los ricos, sino de todos. Los romanos, como ninguna otra cultura anterior, fueron campeones del arte como medio popular, asequible y accesible de expresar y comunicar el espíritu humano.

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Preguntas y respuestas

¿Qué define el arte romano?

El arte romano puede definirse como esculturas, pinturas y mosaicos que representan no solo temas mitológicos y religiosos, sino también la vida cotidiana y las personas. La producción artística era mayor y más accesible que nunca. Se podía utilizar cualquier material y había un gran interés por el realismo, especialmente en los retratos y las representaciones de la naturaleza.

¿Cómo influyeron los etruscos en el arte romano?

Los artistas etruscos constituyeron un vínculo cultural entre el arte griego y el romano. Muchos artistas etruscos recibieron encargos artísticos de clientes romanos. Por último, el interés de los etruscos por el realismo en el arte, especialmente en los retratos, se transmitió a los romanos.

¿Qué diferencias hay entre el arte griego y el romano?

A los artistas griegos les interesaba plasmar ideas ideales de la belleza y la forma humana. Aunque los artistas romanos también hacían esto, también estaban interesados en retratar de forma realista a los individuos, aunque el resultado no fuera halagador. Además, el arte romano estaba más al alcance de todo el mundo y utilizaba una mayor variedad de materiales que los empleados habitualmente en el arte griego.

¿Cuál es el legado del arte romano al arte occidental en general?

El arte romano, con su énfasis en el realismo, influyó en todo el arte occidental posterior, al igual que la idea de que cualquier medio podía utilizarse para crear arte, desde los mosaicos hasta los sellos de piedras preciosas. Quizá el mayor legado sea la idea de que el arte es para todos: cualquiera puede comprar arte y cualquiera puede apreciarlo.

Bibliografía

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Sobre el traductor

Agustina Cardozo
Agustina es traductora pública (inglés/español), uruguaya, con estudios avanzados de Lingüística. Sus áreas de experiencia como traductora son la traducción biosanitaria y la traducción jurídica. Le interesan la Historia y las humanidades en general.

Sobre el autor

Mark Cartwright
Mark es un autor, investigador, historiador y editor de tiempo completo. Se interesa, en especial, por el arte y la arquitectura, así como por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones de World History Encyclopedia.

Cita este trabajo

Estilo APA

Cartwright, M. (2017, septiembre 01). Arte romano [Roman Art]. (A. Cardozo, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-10804/arte-romano/

Estilo Chicago

Cartwright, Mark. "Arte romano." Traducido por Agustina Cardozo. World History Encyclopedia. Última modificación septiembre 01, 2017. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-10804/arte-romano/.

Estilo MLA

Cartwright, Mark. "Arte romano." Traducido por Agustina Cardozo. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 01 sep 2017. Web. 06 oct 2024.

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