
Christopher Marlowe (1564-1593), o Kit Marlowe, fue un poeta y dramaturgo del Renacimiento inglés que escribió durante la época isabelina (1558-1603). Su dominio del verso libre, pentámetro yámbico sin rima, transformó la manera en que se escribían las obras del teatro isabelino e influyó a muchos otros dramaturgos, incluido William Shakespeare (1564-1616). Las obras de Marlowe eran conocidas por sus protagonistas demasiado ambiciosos y de moral ambigua, por sus representaciones realistas de las emociones y por el uso de la violencia, popular entre el público. Entre sus obras más importantes se cuentan Tamerlán el Grande (en torno a 1587), La trágica historia del doctor Fausto (en torno a 1592) y Eduardo II (en torno a 1592), además del poema narrativo Hero y Leandro. Su vida personal fue tan dramática como sus obras: era un hombre presuntamente ateo y homosexual con vínculos con el servicio secreto de la reina y murió en una pelea misteriosa en una taberna en mayo de 1593.
Primeros años y formación
Marlowe nació en Canterbury, Inglaterra, en febrero de 1564 y fue bautizado el día 26 de ese mismo mes, exactamente dos meses antes del bautizo de Shakespeare en Stratford-upon-Avon. Su padre, John Marlowe, había ido a Canterbury a mediados de la década de 1550 en busca de trabajo. En 1561, John Marlowe se casó con Katherine Arthur, la hija de una familia campesina de Dover. Del matrimonio nacerían nueve hijos, de los cuales Christopher fue el segundo; desgraciadamente, cuatro de ellos nunca llegarían a la edad adulta, incluida la más mayor, Mary. Por si estas pérdidas no fueran suficientes, los Marlowe eran pobres y dependían constantemente de las ayudas de las organizaciones de caridad locales.
A los ocho años entró en la escuela secundaria, una trayectoria poco común ya que los hijos de los comerciantes a menudo abandonaban la educación formal alrededor de esa edad para empezar a aprender un oficio. Asistió al King's School de Canterbury, donde estudió latín, literatura clásica, retórica y oratoria, así como los versos hexámetros de la literatura de la antigua Roma en la obra de Ovidio y Virgilio. Tal y como explica el estudioso David Riggs, Marlowe «interiorizó los principios básicos de la prosodia latina (las figuras retóricas, las reglas de la métrica, el acento) que cimentaron sus grandes contribuciones al arte de la poesía inglesa» (Cheney, 27). En 1580, con 16 años, consiguió una beca para el Corpus Christi College de Cambridge; esta beca se concedía a los estudiantes de clase baja que habían demostrado ser buenos a la hora de escribir en verso con la expectativa de que llegaran a convertirse clérigos anglicanos. Marlowe llegó al campus en diciembre y se encontró con un cuerpo estudiantil que contaba con una mezcla de «caballeros que pagaban» y «estudiosos de clase baja» como él. La división entre ambos grupos, según Riggs, sentaría «las bases para muchas de las escenas de conflicto social que aparecerían en las obras de Marlowe» (ibidem).
Primeras obras
Es probable que en la época que pasó en Cambridge, Marlowe empezara su primer gran proyecto, una traducción de Amores de Ovidio del latín original al inglés. Escrita cuando Ovidio todavía era joven, Amores consta de tres libros de poesía erótica. Estos poemas eran ofensivos para la sensibilidad moral de la Inglaterra isabelina, ya que celebraban «las delicias y las emociones en especial del amor heterosexual, de la promiscuidad, de la seducción y del adulterio» (Wells, 78). Tal y como apunta el estudioso Stanley Wells, la decisión de Marlowe de traducirlos fue, por tanto, «un acto transgresor característico» contra «la religión y la moral establecidas» (ibidem). Pero Marlowe no se limitó a traducir la obra de Ovidio; mientras avanzaba verso por verso, fue transformando el original sin rima en pareados rimados y le dio su propio estilo característico. Un ejemplo de las Elegías (el título traducido que le dio Marlowe a Amores) es la quinta elegía del Libro I, que demuestra perfectamente la elegancia atrevida de la obra:
¿Qué brazos y hombros toqué y vi,
Cuán aptos sus senos pegados contra mí?
¿Qué plano el vientre que vi bajo su cintura?
¿Cuán lujurioso el muslo y grande la pierna?
Dejaré el resto, puesto todo me plació,
Me aferré a su cuerpo desnudo, ella cayó,
Juzga tú lo demás: cansada, me pidió un beso;
Júpiter, mándame más tardes que sean siempre esto.
En julio de 1584 Marlowe recibió su diploma de Cambridge, pero decidió continuar estudiando y dedicarse a una maestría. En esa época escribió su primera obra de teatro, Dido, reina de Cartago (en torno a 1585); aunque se suele citar al dramaturgo Thomas Nashe (1567-1601) como coautor de la obra, hoy en día los estudiosos creen que la participación de Nashe fue mínima, si no inexistente. Esta obra basada en los libros I, II y VI del poema épico de Virgilio, La Eneida, se centra en la reina protagonista y en su pasión por Eneas, el héroe troyano naufragado.
La elección de Marlowe de elevar el papel de Dido, minimizando así el de Eneas, fue algo singular en su producción literaria en la que nunca se vuelve a ver a una protagonista femenina que eclipsa a su amante masculino; de hecho, es la única obra de teatro de Marlowe que gira en torno a un amor heterosexual. Los roles de género se trastocan constantemente. Cuando Dido conoce a Eneas, lo alaba y lo cubre de regalos, con lo que adopta el papel masculino tradicional como pretendiente en vez del de «dama reservada». En el acto final, cuando Eneas se marcha y Dido se suicida, dice ocho versos en latín tomados directamente de La Eneida; Marlowe confiaba en que su audiencia estaría suficientemente familiarizada con el poema como para no tener que traducir estos famosos versos. Es probable que la obra la representara la compañía profesional de niños actores Children of the Royal Chapel.
Agente secreto
Durante el tiempo que estuvo trabajando para sacarse el título, Marlowe pasó casi la mitad del año académico de 1584-85 ausente y se tomó varias ausencias largas sin explicación alguna. Naturalmente empezaron a extenderse los rumores y los encargados en el colegio estaban preocupados de que fuera católico en secreto y estuviera trabajando para sabotear el gobierno. Todavía en los últimos estertores de la Reforma inglesa, el país estaba plagado de tumulto religioso. La reina Isabel I de Inglaterra (que reinó de 1558-1603) había restaurado la autoridad de la Iglesia anglicana pero ahora se enfrentaba a amenazas de enemigos católicos, tanto en su país como en el extranjero. El papa la había excomulgado en 1570, se enfrentaba a varias amenazas de invasión de la España católica (de las cuales la más famosa fue la Armada Invencible de 1588) y tuvo que lidiar incluso con intentos de asesinato; en 1586 sus espías descubrieron el llamado complot de Babington cuyos conspiradores querían instalar a María, reina de Escocia, que era católica, en el trono inglés. Frente a todos estos ardides, Isabel promulgó varias medidas anticatólicas, entre ellas la prohibición de que los sacerdotes católicos realizaran sus funciones bajo pena de muerte. En consecuencia, se sabía que los católicos ingleses se escapaban a un seminario en Rheims, Francia, donde se formaban antes de regresar a Inglaterra como misionarios secretos.
Los oficiales de Cambridge, preocupados de que Marlowe hubiese estado yendo a Rheims, estaban preparados para expulsarlo, pero el 29 de junio de 1587 recibieron una carta del Consejo Privado de la reina que les informaba de que Marlowe había estado realizando «un gran servicio para Su Majestad... en asuntos relacionados con el bienestar del país» (citado en Cheney, 29). La carta negaba que Marlowe hubiese tenido intención alguna de quedarse en Rheims e insistía en que debía recibir una recompensa por sus «acciones fieles», aunque no explicaba cuáles eran esas acciones. Entre los firmantes estaba sir Francis Walshingham (1532-1590), el secretario principal de la reina y maestro de espías, que gestionaba una inmensa red de agentes secretos y cuyos espías habían destapado el complot de Babington. Se sabía que Walshingham reclutaba poetas, que a menudo se empleaban como mensajeros e intermediarios, y se cree que Marlowe llevaba trabajando con discreción para el servicio secreto de la reina desde 1584. Por desgracia, se desconocen los detalles de la carrera de espía de Marlowe, pero sería razonable pensar que lo enviaron a Rheims como agente doble para aprender todo lo que pudiera sobre cualquier conjura católica que se estuviera desarrollando allí. Tras la intervención del Consejo Privado, Cambridge le concedió a Marlowe su maestría y este se trasladó a Londres.
Obras maestras
En otoño de 1587 se estrenaba una obra nueva con una de las compañías teatrales más importantes de Londres, Lord Almiral's Men. Titulada Tamerlán el Grande, se hizo popular de inmediato y estaba destinada a cambiar para siempre la manera en que se escribían las obras para el teatro isabelino y jacobino. Marlowe había escrito la obra entera en verso libre, es decir, en versos sin rima normalmente compuestos en pentámetro yámbico, que permitía un diálogo más versátil. Aunque Marlowe no fue el primer dramaturgo inglés en utilizar verso libre, desde luego fue el primero en dominarlo; décadas más tarde el poeta y dramaturgo Ben Jonson (1572-1637) alabaría a Marlowe por su «poderoso verso». Los versos de Marlowe, célebres por su «energía irreprimible, sonoridad emocionante e increíbles imágenes verbales» (Russ McDonald en Cheney, 56), se pueden apreciar en este monólogo de la primera parte de Tamerlán:
Nuestras almas, cuyas facultades pueden entender
La portentosa arquitectura del mundo
Y los planetas errantes medir el curso,
Aún trepan en pos del conocimiento infinito
Y siempre inquietas como las incansables esferas,
Nos llevan a cansarnos y no descansar nunca
Hasta alcanzar la fruta más madura de todas,
Esa dicha perfecta y felicidad única,
La dulce realización de una corona terrenal.
(Tamerlán. 2.7.21-29)
Tamerlán el Grande gira en torno al héroe que le da nombre a la obra, un conquistador hambriento de poder que empieza como un pastor escita desconocido y asciende hasta convertirse en el gobernante de un enorme imperio de Asia Central; el personaje se inspira libremente en el Tamerlán, el conquistador histórico del siglo XIV. En la primera parte, Tamerlán no se enfrenta a demasiada resistencia; derrota a Bajazeth, el emperador de Turquía, y la conquista y se gana el corazón de la hermosa Zenócrate mientras construye su imperio. Pero en la segunda parte todo lo que ha logrado se desploma: Zenócrate se muere y Tamerlán tiene que lidiar con la desilusión de sus hijos para después morir él mismo por una enfermedad. Tal y como acabaría siendo distintivo de los héroes marlovianos, Tamerlán tiene una ambición y una arrogancia insaciables. En una escena memorable, quema el Corán mientras reta al profeta Mahoma a abatirlo. También es bastante cruel y pasa a cuchillo a ciudades enteras bajo su identidad autoproclamada del «Azote de Dios». El tratamiento que hace la obra de la religión fue bastante controvertido en la época y el poeta rival Robert Greene escribió que Marlowe estaba «desafiando a Dios a salir del cielo con ese ateo Tamerlán».
La siguiente obra de Marlowe fue probablemente El judío de Malta (en torno a 1589), la tropa Lord Admiral's Men representó a menudo y fue un gran éxito. Ambientada en la isla de Malta, la obra sigue a Barrabás el judío en sus esquemas para ascender socialmente a la vez que se venga de dos hombres que lo han agraviado. Barrabás es codicioso y no tiene escrúpulos, pero a pesar de todo hace que la audiencia se ponga de su parte al confiar en ella. Al final, Barrabás muere en su propia trampa cuando se cae a un caldero hirviendo.
La trágica historia del doctor Fausto (en torno a 1590), escrita poco después, se considera a menudo la obra con el contenido más claramente religioso de todas sus obras; si realmente era ateo, tal y como afirmaban sus detractores, esta obra demostró que Marlowe era capaz de pensar de una manera profundamente espiritual. Aburrido de su monótona vida académica, el doctor Fausto le vende su alma al Diablo a cambio de conocimiento y poderes mágicos. En esto lo guía el demonio Mefistófeles, que intenta avisarle constantemente de las consecuencias de rechazar a Dios hablándole de los horrores del Infierno. Hasta que no llega la hora de la perdición, Fausto no se da cuenta de la locura del trato que ha hecho, pero para entonces ya es demasiado tarde. Justo antes de ser arrojado al Infierno, pronuncia un de los monólogos más famosos y conmovedores de toda la obra de Marlowe:
Oh, Fausto,
No te queda más que una mera hora de vida,
Y después estarás condenado para siempre.
Paraos, esferas celestiales en continuo movimiento,
Para que el tiempo se detenga y la medianoche nunca llegue...
Las estrellas siguen su marcha; el tiempo corre; el reloj marcará la hora;
El diablo vendrá y Fausto estará condenado.
Oh, ¡Saltaré hacia mi Dios! ¿Quién tira de mí hacia abajo?
¡Mira donde la sangre de Cristo marca el firmamento!
Una gota salvaría mi alma, media gota. ¡Oh, Cristo!
¡Oh, no desgarres mi corazón por nombrar a mi Cristo!
Y aun así lo llamaré.
(Fausto, 5.2.57-61, 67-73)
Carrera tardía
La tarde del 18 de septiembre de 1589 Marlowe se enzarzó en una pelea con William Bradley, el hijo de 26 años de un tabernero, a la entrada del teatro en Shoreditch. Mientras forcejeaban, Thomas Watson, otro dramaturgo y amigo de Marlowe, intervino con la espada desenvainada para «separarlos» y «mantener el orden». Bradley atacó a Watson, que lo apuñaló en el pecho en defensa propia y lo mató. Ambos fueron arrestados y encarcelados en la prisión de Newgate. Marlowe consiguió la fianza el 1 de octubre y Watson fue puesto en libertad cinco meses más tarde tras convencer a las autoridades de que había matado a Bradley en defensa propia. Poco después de su encarcelamiento, Marlowe alquiló aposentos con Thomas Kyd (1558-1594), otro dramaturgo cuya obra La tragedia española (en torno a1589) era una de las obras más populares en Londres. Los dos hombres estuvieron «escribiendo en la misma habitación» durante el año siguiente.
Pero Kyd no era el único dramaturgo con el que se relacionaba Marlowe en aquella época. Para principios de la década de 1590, la trilogía histórica de Enrique VI de Shakespeare estaba arrasando en los teatros de Londres; hay indicios claros de que Shakespeare se había inspirado en Tamerlán. Probablemente ambos dramaturgos se conocían personalmente y algunos estudiosos especulan que hasta revisaban los manuscritos del otro. En cualquier caso, la siguiente obra de Marlowe, Eduardo II (en torno a 1592), era una obra histórica que pudo haber sido su respuesta al Enrique VI de Shakespeare. La obra de Marlowe comprime el reinado de 20 años del rey Eduardo II de Inglaterra (que reinó de 1307-1327) en cinco actos y se centra en la relación del rey con su favorito, Piers Gaveston. Sin duda se da a entender que la relación era homoerótica y la espantosa muerte del rey al final se suele entender como una parodia grotesca de la sodomía. La última obra de Marlowe, La masacre de París (en torno a 1593), se escribió poco después y trata de la masacre de los hugonotes franceses (los protestantes) durante la masacre de San Bartolomé en 1572. A menudo se desacredita como propaganda anticatólica, pero esta obra examina la maldad que es capaz de cometer la gente en nombre de la religión.
Además de sus obras teatrales, los poemas de Christopher Marlowe también eran populares y muy leídos en su época y se hicieron aún más populares tras su muerte. El pastor apasionado a su amada es un poema pastoril, en un principio atribuido erróneamente a Shakespeare, en el que el hablante le pide a la destinatario que «vaya a vivir con él y sea su amor». El poema es una celebración e idealización de la vida en el campo que se solía acompañar de música y recibió respuestas de otros poetas. El largo poema narrativo de Marlowe Hero y Leandro es una interpretación de un antiguo mito griego en el que dos jóvenes amantes están separados por el Helesponto. Mientras que la historia original termina con la muerte de los amantes, el poema de Marlowe termina de manera prematura y acaba después de la primera noche que Hero y Leandro pasan juntos. Aunque algunos estudiosos han razonado que el poema no está terminado, otros responden que Marlowe quiso terminarlo ahí con la intención de celebrar la pasión juvenil en vez de continuar la historia y llegar hasta el trágico final. El propio poema narrativo de Shakespeare, Venus y Adonis, tiene mucho en común con Hero y Leandro; de hecho, se cree que Marlowe le enseñó una versión primitiva de la obra y que Shakespeare la utilizó como inspiración. Las audiencias isabelinas a menudo compraban y leían ambos poemas a la vez.
Arresto y muerte
El 5 de mayo de 1593 se publicaron en Londres varios panfletos que incitaban a la muchedumbre a la violencia contra un grupo de protestantes flamencos; uno de estos panfletos estaba escrito en pentámetro yámbico y firmado por «Tamerlán». El 11 de mayo Thomas Kyd fue arrestado en conexión con estos panfletos y cuestionado; cuando las autoridades registraron su casa, encontraron un folleto hereje de tres páginas que negaba «la deidad de Jesucristo, nuestro salvador». Amenazaron, o posiblemente sometieron, a Kyd con tortura corporal, obligándolo a confesar que el folleto no era suyo, sino de Marlowe; aunque ya no vivían juntos, Kyd se defendió diciendo que debía de haberse mezclado con sus propios papeles cuando se mudó. Después les proporcionó a las autoridades una lista de afirmaciones blasfemas que había pronunciado su antiguo compañero de piso, afirmaciones que respaldó otro hombre, Richard Baines. Baines, que se había enemistado con Marlowe después de que ambos se metieran en una trama de contrabando fallida en 1592, alegó que Marlowe había llamado a todos los protestantes «asnos hipócritas» y había dicho que «Cristo era un bastardo y su madre deshonesta» (citado en Wells, 98).
Las autoridades se tomaron estas afirmaciones con mucha seriedad. El 20 de mayo Marlowe fue arrestado y le ordenaron presentarse ante el Consejo Privado hasta que se pudiera celebrar un juicio. Pero tan solo diez días más tarde, el 30 de mayo de 1593, Marlowe murió aparentemente en una pelea de bar en una taberna de Deptford, un barrio de Londres, a los 29 años. Según el testimonio del homicida, Ingram Frizer, los dos habían estado peleándose sobre quién pagaría la cena, la «cuenta», cuando Marlowe lo atacó con violencia y así obligó a Frizer a matar al dramaturgo en defensa propia. Las circunstancias del homicidio han sido sospechosas durante mucho tiempo; Frizer y los otros dos hombres presentes tenían vínculos con el servicio secreto de la reina, lo que ha llevado a algunos a creer que Marlowe fue asesinado por orden del propio Consejo Privado. Pero pasara lo que pasase en realidad, el incidente puso fin de manera abrupta a una carrera extraordinaria. En los siglos siguientes, se ha aclamado a Marlowe como uno de los mejores dramaturgos de su época, cuya obra daría forma al desarrollo de la literatura inglesa para siempre.