Diez mujeres nobles y destacadas de la antigua Grecia

Artículo

Joshua J. Mark
por , traducido por Rosa Baranda
Publicado el 20 agosto 2014
Disponible en otros idiomas: inglés, francés, griego
Escucha este artículo
X
Imprimir artículo

Las mujeres de la antigua Grecia, a excepción de las espartanas, no tenían prácticamente ningún derecho ni ningún poder político ni legal. Aun así, algunas mujeres rompieron con las restricciones sociales y culturales para dejar su huella en la historia. Todas ellas se enfrentaron a grandes riesgos personales y desafiando las normas culturales de la época.

Sin duda, hubo muchas mujeres destacables en la antigua Grecia, pero normalmente sus logros están ausentes de los libros de historia. Según la historiadora y novelista Helena P. Schrader, es porque:

Eliminar publicidad
Publicidad

es mucho más probable que Heródoto y otros historiadores de la antigua Grecia mencionen a las reinas persas que a las esposas de los griegos, no porque las mujeres persas fueran más poderosas que sus equivalentes griegas, sino porque los persas tenían varias esposas y a veces era útil llevar un registro de cuál de ellas había dado a luz a un persa destacable u otro. Como los griegos solo tenían una esposa legítima, tales aclaraciones no eran necesarias cuando se hablaba de ciudadanos griegos prominentes. (1)

Sin embargo, de vez en cuando algunas mujeres realizaban hechos que los hombres, escritores de la historia, sencillamente no podían pasar por alto. Mujeres como la reina Gorgo de Esparta (en torno a 490 a.C.) y Aspasia de Mileto (470-410/400 a.C.) siempre han sido conocidas por sus propios logros y su relación con hombres famosos como el rey espartano Leónidas (que reinó de 490-480 a.C.) y el estadista ateniense Pericles (495-429 a.C.), pero hubo muchas más que llevaron vidas interesantes y realizaron hazañas heroicas, y que siguen siendo menos conocidas hoy en día.

Aspasia Surrounded by Greek Philosophers
Aspasia rodeada de filósofos griegos
Michel Corneille the Younger (Public Domain)

Excepto por representaciones teatrales o religiosas, las mujeres solían estar ausentes de las explicaciones de los historiadores griegos. La lista que aparece a continuación, si bien omite muchas mujeres de gran importancia, representa a las pocas cuyos logros no pudieron ignorar los historiadores patriarcales que dejaron escrita la historia de la antigua Grecia. La filósofa Hipatia de Alejandría (que vivió de 370 a 415 d.C.) no aparece en la lista porque vivió y trabajó en Alejandría, Egipto, más tarde que las demás. Esta lista incluye:

Eliminar publicidad
Publicidad
  • Hidna de Escíone
  • Ánite de Tegea
  • Telesila de Argos
  • Friné de Tespias
  • Areta de Cirene
  • Hiparquía de Maronea
  • Timica de Esparta
  • Filénide de Samos
  • Hagnódica de Atenas
  • Targelia de Mileto

Todas y cada una de estas mujeres contribuyeron enormemente a las disciplinas que se han asociado después con ellas o a la cultura en general, a pesar de que sus nombres hayan desaparecido, en gran medida, de la historia.

Hidna de Escíone

HIDNA Y SU PADRE SE ZAMBULLERON BAJO LOS BARCOS PERSAS Y CORTARON LOS AMARRES, HACIENDO QUE LOS BARCOS FUERAN A LA DERIVA Y SE ENCALLARAN O DAÑARAN LOS DEMÁS BARCOS.

Hidna de Escíone, que vivió en el siglo V a.C., aprendió a nadar con su padre, Escilis de Escíone, un nadador experto y instructor de natación. Le enseñó a nadar desde muy pequeña, y esta se hizo conocida por su habilidad para bucear y nadar largas distancias. Cuando los persas invadieron Grecia en 480 a.C., saquearon Atenas y marcharon por el continente tras derrotar a los griegos en las Termópilas.

Eliminar publicidad
Publicidad

La armada persa se dispuso a destruir al resto de las fuerzas griegas en la batalla naval de Salamina. Si los persas ganaban en Salamina, Grecia estaría perdida. Hidna y su padre se zambulleron bajo los barcos persas y cortaron los amarres, haciendo que los barcos fueran a la deriva y se encallaran o dañaran los demás barcos. Esta hazaña es aún más impresionante si tenemos en cuenta que, para lograrlo, Hidna y Escilis tuvieron que nadar 16 kilómetros a mar abierto en medio de una tormenta. Esta historia proviene de la Descripción de Grecia, 10.19.1, del historiador griego Pausanias, en la que además relata que se erigieron estatuas en su honor en Delfos tras la derrota persa.

Ánite de Tegea

Ánite de Tegea, que vivió en el siglo III a.C., fue una de las poetas nombradas por Antípatro de Tesalónica como una de las nueve musas terrenales, junto con otras como Safo de Lesbos o Telesila de Argos. Ánite fue una de las primeras poetas de Grecia en enfatizar el mundo natural en su obra, en contraposición a los temas sobrenaturales como los dioses, y en escribir un epigrama. Lo más conocido de ella son sus epitafios, especialmente los dedicados a animales.

Sin embargo, estas no fueron sus únicas contribuciones artísticas, y su poesía es tan impresionante que en la antigua Grecia llegó a compararse con las obras de Homero. Sus epitafios para mascotas eran muy populares y estaba muy solicitada para esta tarea. Este es un ejemplo escrito para un perro:

Eliminar publicidad
Publicidad

Así moriste, Maira, cerca de tu hogar de Locri, la más veloz de las perras de alegres ladridos.

Una víbora de cuello manchado inyectó su cruel veneno en tus patas ligeras.

Hay otro poema escrito para una langosta y una cigarra para las que una niña construyó una tumba:

Miró, una niña, que derramaba lágrimas infantiles, levantó esta pequeña tumba para la langosta que cantaba en el semillero y para la cigarra que vive en el roble; el implacable Hades ahora tiene ambas canciones.

Hoy en día se conservan más obras de Ánite que de cualquier otra poeta griega, y todavía se admiran de la misma manera que antaño. Se cree que dirigía una escuela de poesía en el Peloponeso, aunque se desconoce la localización exacta. Más tarde se asoció a Ánite con una leyenda que decía que una vez había soñado con el dios de la curación, Asclepio, que le había pedido que le diera un mensaje a un hombre llamado Falisio que se estaba quedando ciego.

Polymnia - Muse of Hymns
Polimnia: la musa de los himnos
ChrisO (CC BY-SA)

Al despertar, se encontró una tablilla sellada que no había visto nunca antes de echarse a dormir y, de su propia cuenta, viajó una distancia importante para entregársela a Falisio. Sus ojos se curaron, y cuando abrió el mensaje este le decía que pagara a Ánite 2.000 monedas de oro, cosa que hizo sin dudar. Que esta historia fuera verdad o no no es tan importante como el mensaje que habría transmitido a sus oyentes: cuando los dioses te dicen que hagas algo, lo haces.

Telesila de Argos

Telesila de Argos, que vivió en el siglo V a.C., es otra de las poetas que figura junto a Ánite en la lista de Antípatro de las musas terrenales. Aunque es famosa por su obra poética, se hizo aún más conocida por defender su ciudad natal contra las invasiones espartanas en 494/493 a.C. Después de decimar los ejércitos de Argos en Sepea y el Santuario de Argus, Cleómenes I de Esparta (que reinó en torno a 519-490 a.C.) se dirigió hacia Argos. Telesila recogió las armas ornamentales de los templos de la ciudad, se llevó todo lo que quedaba en la armería y lo usó para equipar a un ejército de mujeres de la ciudad. Acto seguido organizó la defensa de la ciudad y salió al encuentro de los espartanos, entre los que causó muchas pérdidas.

Eliminar publicidad
Publicidad

Cleómenes se dio cuenta de que se estaba enfrentando a una situación imposible: si la derrotaba, no tendría ningún honor asesinando a mujeres, mientras que, si ella lo derrotaba a él, Esparta habría sido derrotada por un grupo de chicas, así que se retiró prudentemente y Argos se salvó. Los historiadores modernos siguen debatiendo sobre la veracidad de esta historia, pero se repite en muchas fuentes de la antigüedad y varios expertos actuales la consideran totalmente posible.

Friné de Tespias

Friné de Tespias, que vivió en torno a 370-316 a.C. fue una cortesana famosa de Atenas, más conocida por el juicio que ganó al descubrirse el pecho. Su verdadero nombre era Mnesareté ("conmemoración de la virtud"), pero la llamaban Friné ("sapo") por su complexión cetrina. Algunos escritores de la antigüedad como Ateneo alaban su belleza extraordinaria, y modeló para muchos artistas y escultores de Atenas, incluido principalmente posar como Afrodita: se cree que la estatua de Afrodita de Cnidos está modelada en ella. El juicio tenía que ver con un caso de irreverencia, y se ha sugerido que, fuera lo que fuera que hizo Friné, tenía algo que ver con los misterios eleusinos (ritos de iniciación para el culto de Deméter y Perséfone). Puede ser que, al igual que Alcibíades, hubiese tomado el ciceón sagrado, una bebida posiblemente psicoactiva, en una fiesta privada con amigos, pero no son más que conjeturas (aunque no parece que estuviera fuera de lugar).

Su amante Hipérides, un orador famoso, la defendió en el juicio y habló elocuentemente, pero aun así parecía que los jueces iban a condenarla. En ese momento, Hipérides desnudó a Friné, y los jueces quedaron tan sorprendidos con su belleza que la perdonaron. Durante siglos se ha discutido cuánto hay de verdad en esta historia, igual que en el caso de la defensa de Telesila de Argos. Algunos dicen que la primera vez que se contó la historia del juicio no se mencionó que Friné se desnudara, y que esto no fue más que una invención posterior para burlarse del tribunal ateniense; algunos dicen que fue la propia Friné, no Hipérides, la que se quitó la ropa y se soltó el pelo para parecerse más a Afrodita.

¿Te gusta la historia?

¡Suscríbete a nuestro boletín electrónico semanal gratuito!

Pasara lo que pasara, fue perdonada y siguió viviendo una vida lujosa como una de las mujeres más hermosas y deseadas de Atenas. Se hizo suficientemente rica como para vivir como le venía en gana e incluso se ofreció a reconstruir las murallas de Tebas, destruidas por Alejandro Magno, si la gente consentía que llevaran grabado "Destruidas por Alejandro, restauradas por Friné la cortesana", pero los tebanos lo rechazaron.

Aphrodite of Knidos
Afrodita de Cnidos
Marie-Lan Nguyen (Public Domain)

Areta de Cirene

Areta de Cirene (que vivió en el siglo IV a.C.) fue una filósofa de la Escuela Cirenaica y la hija del filósofo hedonista Aristipo de Cirene (que vivió de 435-356 a.C.) donde creció bajo la influencia de sus enseñanzas. Los historiadores discuten sobre si fue Aristipo o su nieto, del mismo nombre, el que fundó la Escuela Cirenaica, pero como las fuentes de la antigüedad afirman que Areta se hizo cargo de la escuela a la muerte de Aristipo, parece que debió ser el primero.

SE DICE QUE ARETA DE CIRENE ESCRIBIÓ MÁS DE 40 LIBROS, DE LOS QUE NO NOS HA LLEGADO NINGUNO.

Al igual que su padre, se dice que seguía la filosofía de que "poseo, no me poseen", con lo que quería decir que podías tener todos los bienes terrenales que quisieras, siempre que estas posesiones no controlaran tu vida. Por ejemplo, podías tener una casa y muchos objetos y decoraciones, pero había que reconocer que tales cosas no eran sino posesiones que, puede ser que en otro tiempo hubieran pertenecido a otra persona y que ciertamente en el futuro pertenecerían a otra persona tras la muerte o un cambio de circunstancia.

Por tanto, había que buscar el placer y disfrutar de las cosas de este mundo sin permitir que esas cosas controlaran la vida de la gente ni su libertad de movimiento. Se dice que Areta de Cirene escribió más de 40 libros, ninguno de los cuales ha llegado hasta nuestros días. Parece que también fue una madre soltera que crio a Aristipo el Joven según la filosofía hedonista y lo educó en casa. Tras la muerte de Areta, él se puso al frente de la Escuela Cirenaica.

Hiparquía de Maronea

Hiparquía de Maronea fue otra filósofa (que vivió en torno a 320-280 a.C.), cuya vida austera y enseñanzas eran un contraste completo del hedonismo de Areta de Cirene. Hiparquía llegó a Atenas con su familia cuando era adolescente y se enamoró del cínico Crates de Tebas (que vivió en torno a 360-280 a.C.), a quien conoció allí. Su hermano, Metrocles (que vivió en el siglo IV a.C.), fue uno de los estudiantes de Crates y los presentó. Hiparquía se sintió atraída por la simpleza del estilo de vida cínico, que resaltaba la honestidad total, la independencia, el rechazo del lujo y el placer y una vida acorde a la naturaleza.

Hiparquía se encariñó de tal manera con Crates que rechazó a los pretendientes deseados por sus padres, y dijo que o se casaba con Crates o se suicidaba. Para entonces Crates ya era un hombre viejo, y los padres de ella le pidieron que la convenciera a Hiparquía de que se casara con alguien de su edad y viviera una vida más tradicional. Se dice que Crates se desnudó delante de Hiparquía y le dijo, "aquí está el novio y aquí están sus posesiones: elige en consecuencia," que lo único que hizo fue que Hiparquía lo amara aún más.

Fresco of Hipparchia & Crates
Fresco de Hiparquía y Crates
Unknown (Public Domain)

Consumaron el matrimonio en público en el porche de un edificio en el centro de Atenas. De acuerdo con la filosofía cínica, habría que realizar en público lo que se hace en privado, porque, si no tiene nada de malo, no debería avergonzar hacerlo frente a los demás. Vestía de hombre y viajó y enseñó junto a Crates, con el que tuvo dos hijos.

Cuando Crates murió, puede que ella se encargara de enseñar a sus estudiantes en Atenas y se dice que escribió varios libros, ninguno de los cuales ha sobrevivido. Es la única filósofa incluida al detalle en la obra de Diógenes Laercio Vidas y opiniones de filósofos ilustres (siglo III d.C.) junto a hombres de la talla de Sócrates y Platón.

Timica de Esparta

Timica de Esparta (que vivió en el siglo IV a.C.) fue otra filósofa que viajó con su marido, Milias de Crotona, y una banda de pitagóricos. Se convirtió en un símbolo de la valentía frente a la adversidad. La filosofía de Pitágoras recalcaba la inmortalidad del alma y la santidad de la vida, por lo que los pitagóricos eran vegetarianos estrictos, pero no tenían permitido comer alubias. No está clara la razón de esta prohibición, pero se cree que puede que creyeran que la forma de la alubia, especialmente la del haba, servía de conducto para que las almas regresaran a la tierra.

La reencarnación, que ellos llamaban la transmigración de las almas, era una creencia fundamental para los pitagóricos, y creían que las almas de los vivos regresaban del inframundo a través de la tierra, y en especial a través de los campos de alubias. Al igual que la mayoría de las enseñanzas de los pitagóricos, este conocimiento se reservaba para los iniciados en los misterios y no se revelaba a cualquiera. Un día, Timica, que estaba embarazada de seis meses, y su banda de filósofos recibieron una invitación a la corte de Dionisio el Viejo para hablar de filosofía, pero, ateniéndose a los principios de su fe, rechazaron la invitación del tirano porque creían que no tenía buenas intenciones.

Dionisio, sintiéndose insultado, envió a sus soldados a obligarlos a acudir a la corte. Los filósofos podrían haber escapado corriendo a través de un campo de habas, pero, a causa de sus creencias religiosas, no podían hacerlo y todos ellos murieron resistiéndose a los soldados, excepto Timica y Milias, que fueron capturados y llevados frente a Dionisio. Este quería saber por qué se habían negado a entrar en el campo de habas y cuestionó a Timica repetidas veces. Como no le contestaba, hizo que la torturaran, y cuando volvieron a traerla frente a él, se dice que ella se arrancó la lengua y se la escupió, desafiante. No se sabe qué ocurrió con Milias tras este incidente, pero probablemente fue ejecutado. Los pitagóricos posteriores se referían a ella como un ejemplo de valentía y coraje y una mártir de la causa.

Filénide de Samos

Filénide de Samos (del siglo IV a.C.) fue una cortesana que se hizo famosa por escribir un manual sobre posiciones sexuales lesbianas y la etiqueta adecuada a seguir a la hora de cortejar a miembros del sexo opuesto o del mismo. Esta obra no se ha conservado, pero la citan varios escritores posteriores. El término "lesbiana" para hablar de una mujer homosexual no existía en la antigüedad, ya que se originó más tarde cuando la gente empezó a identificar a las mujeres homosexuales con Safo, de la isla de Lesbos, por sus íntimos poemas de amor dirigidos a mujeres (aunque, de hecho, no hay ninguna otra prueba de que Safo fuera homosexual).

Sappho of Lesbos, Smyrna
Safo de Lesbos, Esmirna
Carole Raddato (CC BY-SA)

En la época de Filénide, a las mujeres homosexuales se las llamaba tríbades (de término "tribo" que significa "frotar", refiriéndose a la actividad sexual entre mujeres). Se dice que su obra hablaba de las mejores posiciones sexuales, de los perfumes, los cosméticos, de las maneras de provocar un aborto, el arte de besar y el arte de la seducción, incluido cómo conquistar a alguien.

Estaba escrito al estilo de las Historias de Heródoto, una especie de Historia del Sexo, y fue muy popular y muy leído, a pesar de que al parecer la gente lo condenaba en público. Este rechazo tenía más que ver con el hecho de que fuera una mujer la que lo había escrito que con el tema del libro en sí. La escritora Vicki Leon, autora de Uppity Women in Ancient Times (Mujeres arrogantes de la Antigüedad), escribe que:

¿No pasa siempre lo mismo? El álbum con la foto ridícula sobrevive durante años, pero las cartas de amor acaban en la basura. Lo mismo ocurría en la Antigüedad: tenemos mares de material aburrido de docenas de filósofos. Pero ¿qué hay de las obras de la tórrida escritora Filénide? Prácticamente nada. Y realmente es una pena, porque se hizo famosa por escribir el primer libro ilustrado de sexualidad lesbiana, en verso nada menos. (185)

Hagnódica de Atenas

Puede que la obra de Filénide se considerara escandalosa en su época, pero no fue tan chocante como la vida de Hagnódica (que vivió en el siglo IV a.C.). Fue la primera doctora de la antigua Atenas, cuyo desafío de una profesión dominada por hombres cambió las leyes en cuanto a las mujeres en la práctica de la medicina. Las mujeres siempre habían podido practicar los servicios de matrona, e incluso podían atender a pacientes hasta que se sugirió que estaban ayudando a sus pacientes femeninas abortar. Desde entonces, las mujeres no podían practicar la medicina, y la pena por hacerlo era la muerte.

Hagnódica se cortó el pelo y se disfrazó de hombre para poder estudiar medicina e incluso viajó a Egipto para aprender, ya que allí las mujeres estaban mejor consideradas y podían ser doctoras. Todavía vestida de hombre, regresó a Atenas y empezó a tratar a la gente. Se volvió tan popular entre las pacientes femeninas, que sabían que era una mujer, que un grupo de hombres, que creían que era un hombre, la acusaron de seducirlas. Fue sometida a juicio en el Areópago y para defenderse de los cargos, reveló que era una mujer. En respuesta, los hombres amenazaron con ejecutarla por violar la ley al practicar la medicina haciéndose pasar por hombre.

Agnodice
Hagnódica
Missvain (Public Domain)

Fueron sus pacientes femeninas las que la salvaron, que hicieron que el tribunal la absolviera por vergüenza. Parece ser que lo que hicieron fue recalcar que Hagnódica llevaba algún tiempo practicando la medicina y que los doctores simplemente estaban celosos. Tras el juicio, se cambiaron las leyes para que las mujeres pudieran practicar la medicina igual que los hombres.

Targelia de Mileto

Otra mujer destacada fue la cortesana Targelia de Mileto que, según Ateneo, era increíblemente bella, inteligente y encantadora. Se casó 14 veces en toda su vida, aunque no quedan registros ni de las razones ni de la duración de los matrimonios. Era una griega a favor de los persas en una cultura que estaba contra ellos y, según Plutarco, consiguió convencer a muchos hombres de que recapacitaran seriamente sobre la causa persa en la época en la que Persia estaba avanzando hacia la conquista de Grecia (480 a.C.).

TARGELIA SE HIZO FAMOSA COMO CONSPIRADORA Y ENEMIGA DE LA CAUSA POR LA LIBERTAD GRIEGA Y SU NOMBRE PASÓ A SER SINÓNIMO DE "TRAIDORA".

Era tan seductora que, según Plutarco, ningún hombre podía resistírsele y era capaz de sacarles la información que quería para después pasársela a los persas. Por esta razón se hizo conocida como conspiradora y enemiga de la causa por la libertad de Grecia y su nombre pasó a ser sinónimo de traidora, igual que el nombre de Benedict Arnold lo es en Estados Unidos hoy en día.

Vivía en Tesalia y tenía muchos clientes, a través de los cuales fue difundiendo la política persa por toda la región. Era la antítesis de mujeres como Hidna de Escíone o Gorgo de Esparta, que arriesgaron sus vidas o perdieron a sus maridos por la lucha por la libertad de Grecia. Sin embargo, al mismo tiempo, habría que destacar que había muchos griegos en favor del gobierno persa, ya que parecía más estable que las continuas disputas entre las ciudades-estado griegas, así que su caso realmente no era el único en aquella época.

Conclusión

Hay muchas otras mujeres impresionantes en las historias antiguas de Grecia que también se mencionan en los escritos de la época. La atleta Ferenice de Rodas, por ejemplo, se hizo pasar por hombre para poder entrenar a sus hijos para las Olimpiadas y la princesa espartana, Cinisca, contrató a los aurigas que correrían con los caballos que había entrenado ella, con lo que se convirtió en la primera mujer en ganar en los Juegos Olímpicos.

Algunas mujeres consiguieron sobreponerse a las restricciones impuestas por la sociedad, como en el caso de Areta o Telesila, mientras que otras pudieron trabajar dentro del sistema para vivir tal y como ellas querían, como Friné y Targelia. Aunque los historiadores de la antigüedad decidieran no elaborar sobre los logros de las mujeres, el impacto de estas en la sociedad fue tal que no habrían podido ignorarlas.

Eliminar publicidad
Publicidad

Preguntas y respuestas

¿Quién fue la mujer más famosa de la antigua Grecia?

Hubo muchas mujeres famosas en la antigua Grecia, pero entre las más conocidas se encuentran Aspasia de Mileto, Safo de Lesbos, Hagnódica de Atenas, Telesila de Argos e Hipatia de Alejandría.

¿Qué hacía que una mujer de la antigua Grecia fuera famosa?

Las mujeres de la antigua Grecia se hicieron famosas por realizar actos tradicionalmente asociados con los hombres, tales como hazañas bélicas heroicas, composiciones literarias u obras filosóficas, o por ejemplificar una virtud asociada con la feminidad.

¿Qué derechos tenían las mujeres en la antigua Grecia?

Los derechos de las mujeres en la antigua Grecia variaban de una ciudad-estado a otra. Las mujeres de Atenas tenían muy pocos derechos, mientras que las de Esparta disfrutaban de una autonomía muy superior.

¿Cómo es que conocemos los logros de las mujeres de la antigua Grecia?

Sabemos de sus logros gracias a sus propias obras, pero también a las referencias que hacen a ellas los escritores masculinos.

Sobre el traductor

Rosa Baranda
Traductora de inglés y francés a español. Muy interesada en la historia, especialmente en la antigua Grecia y Egipto. Actualmente trabaja escribiendo subtítulos para clases en línea y traduciendo textos de historia y filosofía, entre otras cosas.

Sobre el autor

Joshua J. Mark
Joshua J. Mark no sólo es cofundador de World History Encyclopedia, sino también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.

Cita este trabajo

Estilo APA

Mark, J. J. (2014, agosto 20). Diez mujeres nobles y destacadas de la antigua Grecia [Ten Noble and Notorious Women of Ancient Greece]. (R. Baranda, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-737/diez-mujeres-nobles-y-destacadas-de-la-antigua-gre/

Estilo Chicago

Mark, Joshua J.. "Diez mujeres nobles y destacadas de la antigua Grecia." Traducido por Rosa Baranda. World History Encyclopedia. Última modificación agosto 20, 2014. https://www.worldhistory.org/trans/es/2-737/diez-mujeres-nobles-y-destacadas-de-la-antigua-gre/.

Estilo MLA

Mark, Joshua J.. "Diez mujeres nobles y destacadas de la antigua Grecia." Traducido por Rosa Baranda. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 20 ago 2014. Web. 04 dic 2024.

Afiliación