Los vikingos en Islandia

Costes de servidor Recaudación de fondos 2024

¡Ayuda a nuestra misión de proporcionar educación histórica gratuita al mundo! Haz un donativo y contribuye a cubrir nuestros costes de servidor en 2024. Con tu apoyo, millones de personas aprenderán historia de forma totalmente gratuita cada mes.
$3900 / $18000

Artículo

Joshua J. Mark
por , traducido por Emiliano S. Grill
Publicado el 17 enero 2019
Disponible en otros idiomas: inglés, afrikáans, francés, portugués
X

Las fuentes medievales sobre el descubrimiento y la colonización de Islandia se refieren con frecuencia a los exploradores como «vikingos», pero técnicamente no lo eran. El término «vikingo» solo se aplica a los incursores/saqueadores escandinavos, no a los escandinavos en general. Es posible que algunos de los hombres y mujeres que colonizaron Islandia hubieran participado en incursiones vikingas, pero llegaron a Islandia como agricultores que buscaban empezar una nueva vida en un mundo nuevo.

A diferencia de otras regiones colonizadas por los vikingos, Islandia no tenía población autóctona. Cuando los vikingos atacaron la abadía de Lindisfarne, en la Northumbria británica, en el año 793 d.C., o cuando posteriormente hicieron incursiones en Wessex, Mercia, Irlanda o Escocia, tuvieron que enfrentarse a quienes ya vivían allí. En Islandia, sin embargo, no había nadie a quien conquistar ni iglesias o abadías que saquear en busca de riquezas. Los colonizadores procedían inicialmente de Noruega (y más tarde de las Orcadas, las Shetland e Irlanda) y estaban dirigidos por aristócratas noruegos de gran riqueza que poseían sus propios barcos y podían atraer u ordenar a otros que vinieran con ellos.

Eliminar publicidad
Publicidad

Los académicos modernos suelen dividir la historia temprana de los escandinavos en Islandia en tres periodos:

  • La era del asentamiento, hacia los años 870-930 d.C.
  • La era de la mancomunidad, 930-1200
  • La era de los Sturlung, 1200-1262.

Reconstructed Viking Village in Hofn, Iceland
Pueblo vikingo reconstruido de Hofn, Islandia
adriana serra (CC BY-NC-SA)

Eliminar publicidad
Publicidad

El cristianismo se impuso en Islandia hacia el año 999/1000, reemplazando a la religión nórdica, pero está claro que la mayoría de la población no abrazó la nueva fe por voluntad propia, sino que fue más o menos impuesta por el rey noruego Olaf Tryggvason u Olaf I (rey entre 995 y 1000), que había convertido a Noruega por la fuerza, y administrada por el legislador Thorgeir Ljosvetningagodi (activo hacia 985-1001). Según el académico Robert Ferguson (entre otros), la aceptación poco entusiasta del cristianismo en torno a 999/1000 fomentó la violencia y la guerra civil que marcó la Era de los Sturlung, que finalmente acabó con la mancomunidad y con la aceptación por parte de Islandia del dominio noruego hacia 1262.

La era del asentamiento

Las fuentes más antiguas de la historia islandesa son el Íslendingabók («Libro de los islandeses», siglo XII) y el Landnámabók («Libro de los asentamientos», siglo XIII). Según el Landnámabók, el primer colono de Islandia fue Naddoddr el Vikingo (hacia el año 830), que descubrió Islandia cuando se desvió de su ruta hacia las Islas Feroe.

Eliminar publicidad
Publicidad
Herjolf y Thorolf elogiaron la nueva tierra, Thorolf dijo que era tan hermosa que la mantequilla goteaba de las briznas de hierba. Sus informes animaron a los noruegos a emigrar a Islandia.

Más tarde, alrededor del año 860, le siguió Gardar el Sueco (también conocido como Garðarr Svavarsson), que quizá también se desvió de su ruta. Estableció un pequeño asentamiento a orillas de la bahía de Skjálfandi (correspondiente a la actual ciudad de Húsavík), en el norte. Gardar rebautizó el lugar como «Isla de Gardar» y zarpó de vuelta a casa. Sin embargo, uno de sus tripulantes, Náttfari, se quedó en la isla con un esclavo y una esclava. Se dice que estos tres permanecieron en el asentamiento de la bahía de Skjálfandi como los primeros colonos permanentes.

El tercer explorador escandinavo que llegó a Islandia, y el más conocido, fue Flóki Vilgerðarson (también conocido como Hrafna-Flóki) que se propuso colonizar Islandia deliberadamente hacia el año 868. Flóki permaneció más tiempo que los dos primeros exploradores y estableció una comunidad en el fiordo Borgarfjord (Borgarfjörður, sobre el que se encuentra la actual ciudad de Borgarnes), en la costa occidental.

El hielo que bloqueaba el fiordo impidió a Flóki marcharse y se vio obligado a quedarse mucho más tiempo del previsto. Antes de partir, bautizó el lugar con el nombre de «Islandia» (Ísland en nórdico antiguo, que significa «tierra del hielo») y, a su regreso a Noruega, habló a todo el mundo de la inhóspita tierra de hielo y nieve. Sin embargo, dos miembros de su tripulación (Herjolf y Thorolf) elogiaron Islandia, y Thorolf llegó a decir que era tan hermosa que la mantequilla goteaba de las briznas de hierba. Sus informes animaron a los noruegos a emigrar a la nueva tierra que, a pesar de los elogios de Herjolf y Thorolf, mantuvo el nombre que le había dado Flóki.

Eliminar publicidad
Publicidad

Tras el regreso de Floki, el interés por la emigración a Islandia aumentó enormemente en Noruega. En las fuentes, no solo en las Íslendingabók y Landnámabók, sino también en las obras de los escribas cristianos, esto se atribuye a menudo a la «tiranía» del rey noruego Harald I (rey de 872 a 930). No está claro qué forma adoptó esta «tiranía», pero tuvo algo que ver con la asignación de tierras y los elevados impuestos que se imponían en Noruega. Una nueva tierra, en la que se pudiera establecer una granja en una extensión considerable de terreno, sin tales impuestos, habría parecido bastante atractiva.

The Settlement of Iceland
La colonización de Islandia
Max Naylor (Public Domain)

El Landnámabók relata detalladamente la historia de Ingólfur Arnarson, el primer colono de Islandia. Alrededor del año 874, Ingólfur y su hermano adoptivo Hjörleifr se vieron envueltos en una disputa de sangre en Noruega, lo que los llevó a partir hacia Islandia. Según la crónica, se encontraron con monjes irlandeses en la isla, quienes se marcharon al no querer convivir con paganos. Posteriormente, Hjörleifr y su grupo fueron asesinados por los esclavos que habían traído de Irlanda. Ingólfur persiguió a los asesinos y los mató, vengando así a su hermano adoptivo. En 874, Ingólfur fundó la comunidad que eventualmente se convertiría en la actual Reikiavik.

Una vez establecido un asentamiento permanente, pronto llegaron otros colonos. El Landnámabók relata cómo, alrededor del año 927, cuando Islandia ya estaba asentada, el pueblo envió a un hombre llamado Úlfljótur a Noruega para que desarrollara un código legal para Islandia basado en las leyes noruegas. Úlfljótur regresó en el año 930 y entregó el código al Althing (la asamblea de hombres libres) de Islandia. Para entonces, Islandia se había dividido en 36 principados y cada uno de ellos tenía un jefe que los representaba en la asamblea para establecer una mancomunidad pacífica y armoniosa.

Eliminar publicidad
Publicidad

La era de la mancomunidad

El periodo inicial de la era de la Mancomunidad (años 930-1030) también se conoce como «La Era de la Sagas», ya que fue la época en la que tuvieron lugar la mayoría de las historias de las grandes sagas islandesas. Estas historias se transmitieron oralmente hasta los siglos XII y XIII, cuando se escribieron, e incluyen relatos sobre la colonización de Islandia (Íslendingabók y Landnámabók), así como la famosa Saga de los Volsungos, la Saga de Ragnar Lothbrok, la Edda prosáica y la Edda poética, que proporcionaron a las generaciones posteriores el conocimiento de las creencias y costumbres nórdicas precristianas.

Cada primavera y verano, el jefe de cada principado se reunía con los demás en el Althing y votaba diversas leyes y medidas tanto religiosas como laicas.

Estos relatos enfatizan los aspectos igualitarios de la sociedad nórdica, ya que, aunque había un jefe de tribu, las decisiones se tomaban tras consultar con consejeros que representaban los intereses, a veces diferentes, de la comunidad. Había muchas comunidades separadas a lo largo de las costas de Islandia, conocidas como comunas. En cada comuna, la gente vivía de la agricultura, la ganadería, la pesca, la caza y el comercio.

Cada comuna estaba dirigida por cinco hombres elegidos para un mandato de un año. Uno de ellos era enviado como representante al Althing para resolver disputas y regular las leyes. Los académicos Stefan Brink y Neil Price señalan que «hay pocas dudas de que la institución social más importante de Islandia en la Edad Media era la comuna» (574). Esta afirmación es aceptada porque cada comuna tenía su propia identidad pero cooperaba voluntariamente con las demás en asuntos de derecho para garantizar la igualdad y la armonía entre las comunidades.

¿Te gusta la historia?

¡Suscríbete a nuestro boletín electrónico semanal gratuito!

Cada primavera y verano, el jefe de cada principado era enviado a reunirse con los demás en el Althing y votar diversas leyes y líneas de actuación tanto religiosas como laicas. La académica Kirsten Wolf comenta la importancia de la ley en la sociedad escandinava:

Que las leyes eran importantes para los escandinavos de la era vikinga está fuera de toda duda. La palabra inglesa moderna «law» (ley) es un préstamo anglosajón del nórdico antiguo log (que significa «lo establecido»). Parecería extraño que los anglosajones tomaran prestada una palabra así de un pueblo que no tenía fama de ser de mentalidad legal. (150)

El Althing constituía la base no solo de la ley, sino también del desarrollo cultural de Islandia, al mantener la armonía y el equilibrio entre las comunas. El gobierno islandés era una oligarquía, una «unión de jefes sin rey» (Wolf, 151). El presidente del Althing era el llamado lagman, que se sabía la ley de memoria y la recitaba al comienzo de cada reunión. El lagman ejercía su cargo durante tres años y luego se elegía a otro. En Islandia, las leyes se transmitieron oralmente hasta que hacia 1117 se escribieron.

El Althing conocía la ley y la ordenaba, pero no tenía poder para hacerla cumplir. Una vez que se dictaba sentencia, correspondía al individuo velar por que se hiciera justicia. El Althing podía legislar las disputas por la tierra y decidir a favor de un agricultor en contra de otro, pero no tenía poder para asegurarse de que se respetara esa decisión. Cada individuo era responsable, por tanto, de hacer respetar las decisiones del Althing y, hasta donde se sabe, la gente así lo hacía. Las tradiciones nórdicas de disputas de sangre y de exigir una muerte por otra fueron sustituidas en Islandia por las multas. Los castigos corporales fueron sustituidos por la pena de proscripción, por la que una persona era condenada al ostracismo de la comunidad.

Logberg – Althing Meeting Place at Thingvellir, Iceland
Logberg - Lugar de reunión del Althing en Thingvellir, Islandia
Adam Fagen (CC BY-NC-SA)

Estas leyes se basaban en las creencias religiosas de la comunidad y en los precedentes interpretados por los jefes y el lagman. Wolf escribe:

Estos jefes tenían el título de godi (godar en plural), una palabra que deriva del nórdico antiguo god (que significa «dios»). El título muestra, por tanto, que los jefes tribales cumplían funciones tanto religiosas como seculares. (151)

La paz se mantuvo mientras todos reconocieron la legitimidad de estas leyes y su carácter sagrado, pero esta paz se vio cada vez más amenazada por los misioneros cristianos enviados desde Noruega.

Cristianismo

Según la Saga de Kristni (un relato del siglo XIII acerca de la cristianización de Islandia), los dos primeros misioneros cristianos fueron un alemán llamado Fredrik (hacia 981) y un noruego elegido a dedo por el rey Olaf I de Noruega (antes de su ascenso al trono), Thorvaldur el Viajero. Los islandeses se burlaron y ridiculizaron tan despiadadamente de Thorvaldur que mató a dos de ellos y tuvo que huir a Noruega; Fredrik se fue con él.

Después de ascender al trono, Olaf envió otro grupo de misioneros liderado por un tal Stefnir alrededor del año 997. Estos misioneros intentaron evangelizar Islandia mediante la destrucción de templos y santuarios sagrados al darse cuenta de que sus palabras no convencían a nadie. El académico Robert Ferguson comenta sobre la respuesta de los islandeses a estas acciones, escribiendo: «es un indicio de su alarma por la naturaleza intolerante del cristianismo que, en respuesta directa a las actividades de Stefnir, los islandeses recurrieran ahora a la ley para desalentar el fanatismo de los seguidores de la nueva religión» (300). Como resultado, Stefnir fue desterrado y tuvo que abandonar el país.

El siguiente representante cristiano de Olaf fue Thangbrandr, quien hacia el año 999 siguió los pasos de Thorvaldur. Al ser ridiculizado, Thangbrandr mató a dos de los que se burlaron de él. Como resultado, fue proscrito y regresó a Noruega. En respuesta a este fracaso, Olaf confiscó los bienes de los islandeses en Noruega y amenazó con matarlos o mutilarlos. Dos jefes cristianos islandeses, Gissur Teitsson y su yerno Hjalti Skeggiason, le aseguraron que ellos tendrían éxito donde los demás habían fracasado. Para garantizarlo, Olaf tomó cuatro rehenes, todos ellos parientes de los cuatro jefes islandeses más poderosos.

Olaf Tryggvason
Olaf Tryggvason u Olaf I de Noruega
Vegard Ottervig (CC BY-SA)

A su regreso, Gissur y Hjalti se reunieron con los demás en el Althing, donde pronto quedó claro que ni los cristianos ni los paganos estaban dispuestos a dar marcha atrás y había que llegar a algún compromiso. El legislador Thorgeir Ljósvetningagodi, tras meditar durante 24 horas, emitió el veredicto de que todos se convertirían al cristianismo y serían bautizados, pero los paganos podrían seguir practicando su fe en privado.

Esto se hizo, según relata la Saga de Kristni, para mantener la unidad, ya que el fervor de los cristianos era tal que amenazaba con partir el país en dos, con las creencias y leyes paganas gobernando una parte y los ideales cristianos la otra. Thorgeir parece haber pensado que la conversión al cristianismo era inevitable a la luz de la determinación de Olaf, pero también hay que considerar cómo influyeron en su decisión los rehenes que Olaf tenía en su poder y la posibilidad de que uno de los jefes lo haya sobornado.

Cualquiera haya sido su motivación, los islandeses se sometieron a su autoridad como lagman y se convirtieron a la nueva religión. Ferguson escribe:

A nivel individual, como viajeros y comerciantes, la conversión puede haberles evitado la vergüenza de ser anticuados en un mundo moderno, campesinos aferrados a ideas anticuadas en el borde del mundo conocido. Políticamente, pudo haber preservado su orgullosa independencia evitando la amenaza inmediata de una invasión desde Noruega. (322)

El rey Olaf I de Noruga murió en el año 1000 y, hacia 1025, el Althing de Islandia negoció un tratado con el rey Olaf II (rey de 1015 a 1028) que aseguraba sus derechos y libertades personales en Noruega y la autonomía en Islandia. La moral cristiana se convirtió en la base de la legislación islandesa y la Iglesia creció en poder, llegando a tener una gran influencia en el desarrollo de nuevas leyes. Las primeras leyes eclesiásticas escritas de Islandia datan de hacia 1097, pero probablemente se ratificaron mucho antes y se conservaron oralmente, como siempre había sido el caso.

La era de los Sturlung

Hacia 1220, el rey noruego Haakon IV se interesó por el control de Islandia y empezó a negociar con el entonces jefe de los Sturlung, Snorri Sturluson.

Aunque el Althing seguía convocándose, sus actividades estaban influidas por el obispo de Islandia, que presidía desde la diócesis de Skálholt. El primer obispo fue Ísleifur Gissurarson (sirvió entre 1056 y 1080) y le siguieron muchos otros. Las comunas también siguieron funcionando como antes, solo que ahora observaban las costumbres y tradiciones cristianas en lugar de las de la religión nórdica. Sin embargo, en lugar de cinco hombres elegidos para dirigir una comuna, ahora eran dirigidas por un solo jefe y estos jefes, con el tiempo, amasaron gran poder y riqueza añadiendo otras comunas a la suya.

Finalmente, el poder acabó en manos de seis clanes familiares, siendo los Sturlung los más poderosos. Hacia 1220, el rey noruego Haakon IV, (rey de 1217 a 1263) se interesó por controlar Islandia y negoció con el entonces jefe de los Sturlung, Snorri Sturluson (1179-1241), el gran mitógrafo e historiador islandés. Snorri aceptó convertirse en vasallo de Haakon y prometió trabajar para que los demás jefes cayeran bajo la influencia noruega, cuyo objetivo final era la soberanía de Noruega sobre Islandia.

Snorri, por la razón que fuera, nunca hizo ningún intento de cumplir su promesa, que fue asumida por su sobrino Sturla Sighvatsson (1199-1238). Sturla sustituyó a Snorri como jefe e inició campañas militares contra los demás clanes; Snorri fue exiliado de vuelta a Noruega. Sturla y su padre, el poeta Sigvatr Sturluson (1170-1238) se enfrentaron a los clanes de las familias Ásbirningar y Haukdælir en la batalla de Örlygsstaðir en el año 1238, en la que fueron derrotados y ambos murieron. Gissur Thorvaldsson (1208-1268) del clan Haukdælir y Kolbeinn ungi Arnórsson (1208-1245) del clan Ásbirningar eran ahora los dos jefes más poderosos de Islandia y controlaban los clanes más débiles y sus municipios.

Prose Edda
Edda prosaica
Unknown (Public Domain)

Gissur se convirtió entonces en vasallo del rey Haakon IV de Noruega y presionó a los demás jefes para que aceptaran también la soberanía noruega. En 1241, Snorri Sturluson regresó del exilio y Gissur, bajo las órdenes de Haakon, dirigió un equipo de guerreros que mataron al historiador en su casa. Hacia 1242, el sobrino de Snorri, Thordur kakali Sigvatsson, regresó a Islandia desde Noruega para vengar la muerte de su tío y también las de su padre y hermano en Örlygsstaðir. Luchó contra Kolbeinn ungi Arnórsson hasta empatar en la batalla naval de Flóabardagi (Batalla del Golfo) en 1244 y derrotó a las fuerzas del hijo de Kolbeinn, Brandur, en la Batalla de Haugsnes en 1246. Brandur fue asesinado y el poder de los Ásbirningar llegó a su fin.

Thordur kakali Sigvatsson se convirtió en el jefe más poderoso de Islandia y también era vasallo del rey Haakon de Noruega. En 1247, Tanto él como Gissur apelaron al rey para que eligiera quién gobernaría Islandia en su lugar y Haakon eligió a Thordur; Gissur regresó a Noruega. Sin embargo, en 1250, Haakon cambió de opinión y ordenó a Thordur que volviera con él. Gissur fue enviado de vuelta a Islandia en 1252 para animar a los jefes a aceptar los términos del acuerdo conocido como el «Pacto Antiguo», que establecía la soberanía noruega sobre Islandia y que finalmente se formalizó entre 1262 y 1264. Islandia permaneció bajo control noruego hasta 1944.

Conclusión

La causa exacta de la violencia de la Era de los Sturlung no está clara, pero algunos estudiosos sugieren que tuvo que ver con la conversión forzosa de los islandeses de sus creencias tradicionales a una nueva fe. Ferguson, por ejemplo, escribe:

Esta espiral impotente hacia la barbarie puede haber sido alentada por el abandono a medias de un conjunto de costumbres y valores culturales, y la adopción imperfecta y poco convencida de otro conjunto muy diferente que condujo, con el tiempo, a un estado de confusa desorientación moral del que resultó demasiado difícil recuperarse. (323)

Esta conclusión es probable, ya que la sociedad nórdica bajo la antigua religión se centraba en la igualdad y todas las pruebas indican que la Islandia primitiva, anterior al año 1000, seguía esta norma. Solo después de la adopción forzosa del cristianismo cambia este paradigma y parece que esto fue fomentado por un nuevo modelo en el que un hombre (el obispo) se convirtió en la autoridad suprema en materia de religión y, por tanto, de derecho.

Las creencias politeístas nórdicas daban cabida a cualquier dios que pareciera digno de adoración (se producían y llevaban imágenes y amuletos que invocaban a Jesucristo junto a los del martillo de Thor) y no había ninguna deidad considerada mejor que otra. La insistencia del cristianismo en un único dios y una única forma de adorarlo estaba tan en desacuerdo con el entorno cultural nórdico así como la violencia y el desequilibrio de la Era de los Sturlungs lo estaba con los primeros tiempos de Islandia.

Eliminar publicidad
Publicidad

Preguntas y respuestas

¿Se asentaron vikingos en Islandia?

No. Aunque muchos de los escandinavos que colonizaron Islandia podían haber sido vikingos, la mayoría eran agricultores que buscaban un nuevo comienzo. Sin embargo, el primer colono es conocido como un vikingo.

¿Quién fue el primer colono de Islandia?

El primer colono de Islandia fue Naddoddr el Vikingo, hacia 830.

¿Había indígenas en Islandia cuando se colonizó?

No. A diferencia de otras regiones, en Islandia no vivía nadie cuando los escandinavos se establecieron allí.

¿Aceptaron los islandeses el cristianismo de buen grado?

No. El cristianismo era un sistema de creencias mucho más intolerante que la religión nórdica y muchos se resistieron enérgicamente a la conversión.

Sobre el traductor

Emiliano S. Grill
Nacido y criado en Uruguay, Emiliano es un traductor, subtitulador y aficionado a la historia. Le apasionan los idiomas, la lectura y la escritura.

Sobre el autor

Joshua J. Mark
Joshua J. Mark no sólo es cofundador de World History Encyclopedia, sino también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.

Cita este trabajo

Estilo APA

Mark, J. J. (2019, enero 17). Los vikingos en Islandia [The Vikings in Iceland]. (E. S. Grill, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-1310/los-vikingos-en-islandia/

Estilo Chicago

Mark, Joshua J.. "Los vikingos en Islandia." Traducido por Emiliano S. Grill. World History Encyclopedia. Última modificación enero 17, 2019. https://www.worldhistory.org/trans/es/2-1310/los-vikingos-en-islandia/.

Estilo MLA

Mark, Joshua J.. "Los vikingos en Islandia." Traducido por Emiliano S. Grill. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 17 ene 2019. Web. 26 jul 2024.

Afiliación