Etelredo gobernó como señor de los mercianos desde aproximadamente el año 881 hasta el 911. Durante este periodo, fue un líder militar clave en la lucha contra la conquista vikinga y su asentamiento en Inglaterra. Para defender a Mercia, se alió con el poderoso reino de Wessex, liderado por Alfredo el Grande (que reinó de 871-899). Más tarde se casó con la hija de Alfredo, Ethelfleda, para fortalecer su alianza.
Hoy en día, Etelredo se recuerda en gran medida como el obediente yerno del rey Alfredo o como el esposo de la célebre Ethelfleda, señora de los mercios. Sin embargo, fue una figura histórica importante por derecho propio, ya que lideró Mercia durante un periodo de intenso conflicto y transformación, lo que sentó las bases para la unificación de Inglaterra, completada en 927 por el hijo adoptivo de Etelredo, el rey Athelstan (que reinó de 924-939).
La vida de Etelredo está documentada en varias fuentes contemporáneas.La Crónica anglosajona, registrada en la corte de Alfredo en la década de 890, y La vida del rey Alfredo escrita por el obispo Asser, una biografía contemporánea de Alfredo, brindan datos clave pero limitados sobre la vida de Etelredo, incluidos su relación con Alfredo y sus campañas militares. Además, todavía se conservan varios documentos emitidos por Etelredo, que aportan valiosa información sobre sus transacciones territoriales y sus relaciones con el clero y la nobleza de Mercia. También contamos con los Anales Fragmentarios de Irlanda, una serie de crónicas medievales irlandesas posteriores que ofrecen una mirada a los últimos años de la vida de Etelredo, marcados por la enfermedad y la defensa de Mercia contra las incursiones de vikingos nórdico-irlandeses en Gran Bretaña.
El escaso material disponible sobre Etelredo y su carácter lo presenta como un soldado valiente y un gobernante capaz.
El interés por Etelredo ha crecido en los últimos años, en gran medida debido a la interpretación de Toby Regbo en la serie de televisión El último reino (2015-2022), en la cual se lo retrata como un gobernante incompetente y cobarde que siente resentimiento hacia su esposa. Sin embargo, Bernard Cornwell, autor de la serie literaria Sajones, vikingos y normandos en la que se basa la serie de televisión, admitió que su descripción del líder merciano era injusta con el verdadero Etelredo histórico. El escaso material disponible sobre Etelredo y su carácter lo presenta como un soldado valiente y un gobernante capaz, que mantenía una relación armoniosa con Ethelfleda y fue recordado por los cronistas medievales como un «hombre de distinción sobresaliente» y un «conde valeroso» (Forester, 89 y Giles, 239).
A mediados del siglo IX, la Inglaterra anglosajona se componía de cuatro reinos: Anglia Oriental, Mercia, Northumbria y Wessex. En el pasado, el reino de las Tierras Medias de Mercia había ejercido una considerable influencia sobre gran parte del sur de Britania durante los reinados de Ethelbaldo (que reinó de 716-757) y Offa (que reinó de 757-796). Sin embargo, en 825, el rey Egberto de Wessex (que reinó de 802-839) derrotó a los mercianos en la batalla de Ellandun, poniendo fin de manera irreversible a lo que se conoce como la «supremacía merciana». Para la década de 850, durante el reinado del rey Burgred de Mercia (que reinó de 852-874), los dos reinos comenzaron a estrechar sus relaciones y a colaborar para hacer frente a la creciente amenaza vikinga. A pesar de estos esfuerzos, Burgred no logró detener al Gran ejército pagano (vikingo), que conquistó Northumbria y Anglia Oriental a finales de la década de 860. Esto lo obligó a exiliarse en 874. Su sucesor, Ceolwulf II (que reinó de 874-879), se vio obligado a ceder el este de Mercia al líder vikingo Guthrum en 877. Al año siguiente, Guthrum marchó hacia el sur y fue derrotado en Wessex por el rey Alfredo en la batalla de Edington. Tras su derrota, Guthrum aceptó el bautismo y se retiró a Anglia Oriental. Poco después de Edington, en 879, Ceolwulf murió o fue depuesto y Etelredo lo sucedió en los siguientes años.
El Gran ejército pagano en Inglaterra, 865-878 d.C.
Hel-hama (CC BY-SA)
Los orígenes de Etelredo son desconocidos. El cronista del siglo XIII, Roger de Wendover, creía que Etelredo era de ascendencia real, pero no existe un vínculo claro entre él y las antiguas dinastías reales mercianas. En contraste, el historiador Ian Walker propone que Etelredo podría haber sido descendiente del ealdorman (regidor)Aethelmund de los Hwicce (fallecido en 802), y cita su prefijo común «Aethel/Etel» y su interés mutuo en las mismas iglesias y tierras en Gloucestershire y Worcestershire (70). Los Hwicce eran un grupo tribal, que abarcaba los condados actuales de Gloucestershire y Worcestershire, integrado en Mercia durante los siglos VII y VIII. Otra fuerte indicación del origen hwicciano de Etelredo es que, como señor de los mercianos, su capital o residencia principal era Gloucester, una ciudad importante de la región de los Hwicce. Durante su reinado, Gloucester estaba fortificada y fue el sitio de una nueva iglesia dedicada primero a san Pedro y más tarde a san Oswaldo. La ciudad también albergó el concejo merciano en 896 y fue el lugar de descanso del propio Etelredo.
Se sabe poco sobre Etelredo durante los reinados de Burgred y Ceolwulf II. Es posible que se trate del mismo Etelredo que formó parte de la corte de Burgred a finales de la década de 860 y a quien Burgred le concedió tierras en Lydney (Gloucestershire). Suponiendo que este sea el mismo Etelredo y que fuera un joven cuando asistió por primera vez a la corte merciana, se estima que nació alrededor de 850, lo que lo haría de una edad similar a la de Alfredo.
La forma en que Etelredo accedió al poder tras la muerte de Ceolwulf no está clara. Walker sugiere que, tras la muerte de Ceolwulf en 879, Etelredo, uno de los ealdormen más fuertes de Mercia, fue ganando poder en las Tierras Medias Occidentales al proporcionar protección militar y apoyo a los ealdormen vecinos, debilitados por las redadas vikingas, quienes accedieron a seguirlo. El primer acto registrado de Etelredo como líder de los mercianos fue una fallida invasión del norte de Gales en 881, donde fue derrotado en la batalla de Conwy por el rey Anarawd de Gwynedd (que reinó de 878-916). Al mismo tiempo, temiendo una agresión por parte de Etelredo, los reinos del sur de Gales de Glywyssing y Gwent buscaron protección del rey Alfredo de Wessex, poniendo fin a las ambiciones mercianas en Gales. Esta fallida campaña en Gales debilitó la posición de Etelredo en Mercia. Su reino ya estaba dividido y rodeado por vikingos al norte y al este y por los galeses al oeste. Así, al igual que sus vecinos del sur de Gales, Etelredo decidió buscar el señorío y la protección del rey Alfredo.
Alfredo y Etelredo
La primera señal clara de que Etelredo se sometió a Alfredo aparece en una carta de donación de tierras del año 883. Este documento registra la concesión de privilegios a la abadía de Berkeley, a cambio de un pago y de la cesión de tierras a «Cynulf, hijo de Ceoluht», hecha por «Etelredo,ealdorman de Mercia con el consentimiento del rey Alfredo y de todo el Witan (consejo) merciano» (Sawyer, Carta S218). La carta muestra, en primer lugar, que el soberano de Mercia ya no ostentaba el título real de rey; en cambio, llevaba una designación más modesta: ealdorman o señor de Mercia. En segundo lugar, demuestra que Etelredo había aceptado el señorío de Alfredo, lo cual marcó el fin de Mercia como reino plenamente independiente. A partir de entonces, Alfredo adoptaría el título de «rey de los anglosajones», lo que indicaba su soberanía tanto sobre los mercianos (anglos) como sobre los sajones occidentales (sajones).
Los términos de la sumisión de Etelredo aparecen en la Vida del rey Alfredo, donde se afirma que «en todos los aspectos obedecería la voluntad real» (Keynes y Lapidge, 96). En la práctica, sus obligaciones con Alfredo se limitaban a apoyar sus campañas militares, asistir de manera ocasional a la corte sajona occidental y considerar enemigos y aliados de Alfredo como propios. Por su parte, Alfredo tampoco actuó como un señor autoritario. Se mostró dispuesto a permitir que Etelredo conservara una considerable autonomía dentro de Mercia. Etelredo mantenía su propia corte, a la que asistían sus ealdormen, obispos y seguidores, y gobernaba Mercia sin que Alfredo interviniera con demasiada frecuencia. A cambio de su lealtad, Etelredo recibió la protección de Alfredo, quien lo ayudaba frente a enemigos extranjeros y aseguraba su liderazgo en Mercia frente a rivales internos. En definitiva, Alfredo y Etelredo compartían objetivos antivikingos y creían que trabajar juntos les permitía oponerse con mayor eficacia a esta amenaza.
Estatua de Alfredo el Grande, Winchester
Odejea (CC BY-NC-SA)
Su alianza se fortaleció aún más en el año 886, cuando Alfredo le otorgó a Etelredo el control de Londres. Alrededor de ese mismo tiempo, Etelredo se casó con la hija de Alfredo, Ethelfleda, lo que evidenciaba el compromiso dinástico de ambos líderes con la alianza. La nueva pareja tuvo una única hija, Aelfwynn, nacida hacia el año 888. Algunas complicaciones derivadas del parto impidieron que Ethelfleda tuviera más hijos. Sin embargo, alrededor de una década después, Athelstan, nieto de Alfredo por medio de su hijo mayor Eduardo el Viejo (que reinó de 899-924), fue enviado a Mercia para que lo criaran Etelredo y Ethelfleda, tal vez con la intención de formarlo como futuro gobernante de dicho reino.
Etelredo, manteniéndose firme con sus compromisos con Wessex, desempeñó un papel fundamental en la defensa inglesa contra la invasión vikinga.
La primera prueba real para la alianza entre Mercia y Wessex llegó en 892, cuando una serie de flotas vikingas llegaron al sur de Gran Bretaña. Etelredo, manteniéndose firme con sus compromisos con Wessex, desempeñó un papel significativo en la defensa inglesa contra la invasión. Inicialmente, en 893, marchó desde Londres para ayudar al hijo de Alfredo, Eduardo, quien, tras derrotar a un ejército vikingo en Farnham (Surrey), perseguía a los sobrevivientes de la batalla para expulsarlos de Wessex. Poco después, uno de los líderes vikingos, Hastein, lideró una incursión en Mercia. En respuesta, un ejército combinado de Londres y Wessex, probablemente liderado por Etelredo, marchó al este y destruyó la fortaleza de Hastein en Benfleet (Essex), capturando rehenes y botín y apoderándose o destruyendo los barcos de Hastein.
Cuando Hastein regresó a Essex, reclutó apoyo de sus aliados vikingos en Anglia Oriental y Northumbria. Este nuevo ejército navegó por el río Támesis y el río Severn hasta la frontera entre Mercia y Gales, donde establecieron una fortaleza en Buttingdon (Powys). Etelredo los persiguió, reuniendo refuerzos mientras marchaba hacia el oeste. Como Alfredo estaba ocupado con los vikingos en Devon, envió a los ealdormen de Somerset y Wiltshire y a sus aliados galeses para apoyar a Etelredo. El ejército anglo-galés sitió Buttingdon durante varias semanas antes de que Hastein abandonara la fortaleza y buscara batalla con sus perseguidores. La batalla que siguió fue sangrienta, con grandes pérdidas en ambos bandos, pero Etelredo y sus aliados consiguieron una victoria reñida. Por su papel en la campaña, Etelredo fue elogiado por el historiador del siglo XII, Guillermo de Malmesbury, quien creía que el líder merciano había «actuado con igual valor y fidelidad» (Sharpe, 116). Los ejércitos vikingos fueron detenidos y repelidos en ataques posteriores antes de que se firmara la paz en 896.
Eduardo, Ethelfleda y san Oswaldo
Eduardo ascendió al trono de Wessex tras la muerte de su padre en 899. En 903, Etelredo fue convocado a la corte del nuevo rey, donde reafirmó su lealtad a la Casa de Wessex, asegurando así la continuidad de la alianza entre Mercia y Wessex bajo el liderazgo de Eduardo. En los últimos años de su vida, Etelredo a menudo estuvo enfermo y, por lo tanto, compartió las responsabilidades de liderazgo con su esposa. Más que ser simplemente la consorte de su esposo, Ethelfleda, durante este período, actuó como corregente de Mercia, como lo demuestran una serie de cartas de principios de los 900. Una carta de 901 que otorga tierras a un monasterio merciano fue realizada por «Etelredo y Ethelfleda, gobernantes de Mercia», y de manera similar, cuando asistieron a la corte de Eduardo en 903, la pareja merciana fue denominada «Etelredo y Ethelfleda, quienes mantenían el liderazgo y el poder de la nación de los mercianos» (Sawyer, Carta S 221 y S 367).
La enfermedad de Etelredo se destaca en los Anales fragmentarios de Irlanda, que relatan la historia de un líder vikingo, Ingimundr, que desembarcó en Wirral a principios de los 900. Ethelfleda lideró las negociaciones para un tratado de paz con Ingimundr porque su esposo «estaba enfermo en ese momento» (Jo Radner, 169-170). Durante el fallido ataque de Ingimundr a Chester, la enfermedad de Etelredo lo limitó a intercambiar mensajeros con la guarnición de Chester para aconsejarles sobre la estrategia, en un claro contraste con su papel militar más activo en los 890.
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Estatua de Ethelfleda
Elliot Brown (CC BY)
En 909, Eduardo envió un ejército conjunto de mercianos y sajones occidentales a Lincolnshire, entonces bajo dominio vikingo, para recuperar los restos de san Oswaldo de la abadía de Bardney. Oswaldo de Northumbria, un gobernante northumbrio del siglo VII y mártir cristiano, era venerado por su asociación con milagros y poderes curativos. También fue el héroe de la Historia eclesiástica de la nación inglesa de Beda (escrita en 731) y considerado una figura clave de unidad tanto inglesa como cristiana. Los restos de Oswaldo fueron llevados a Gloucester y sepultados en el nuevo monasterio de Etelredo, que fue rebautizado como Priorato de San Oswaldo.
Llevar los restos de san Oswaldo a Gloucester otorgó prestigio y protección espiritual a la ciudad, tan estrechamente vinculada al gobierno y legado de Etelredo. Con esto, por fin había completado su proyecto de establecer Gloucester como el centro de poder y legitimidad en Mercia. Sin embargo, la incursión en Lincolnshire, bajo control vikingo, provocó un contraataque en Mercia por parte de los reyes vikingos de Northumbria, Eowils y Halfdan. Eduardo envió al ejército sajón occidental para ayudar a los mercianos, y juntos derrotaron a los invasores en la batalla de Tettenhall, en Staffordshire, en agosto de 910. La enfermedad de Etelredo probablemente le impidió liderar a los mercianos en batalla otra vez, aunque las fuentes contemporáneas no nombran a ningún otro líder en su lugar.
Etelredo murió al año siguiente, en 911, y fue enterrado en el Priorato de San Oswaldo. Probablemente tenía poco más de sesenta años, por lo que se consideraba un hombre anciano para la época. La misma fuente irlandesa que documentó la enfermedad de Etelredo señaló que fue esta dolencia la que le quitó la vida. El cronista medieval John de Worcester celebró el reinado de Etelredo, escribiendo que en 911, «Etelredo, ealdorman y patricio, señor y rey vasallo de los mercianos, hombre de excelencia distinguida y no carente de hechos dignos, murió ese año» (Forester, 89).
Etelredo fue sucedido por Ethelfleda, quien se autodenominó «Señora de los mercianos». Su experiencia gobernando junto a su esposo y sus vínculos tanto con Mercia como con Wessex la hacían ideal para el puesto. Pronto demostró ser una líder igual, si no superior, a Etelredo y, en alianza con Eduardo, encabezó la reconquista de gran parte del este de Mercia que estaba en manos de colonos vikingos. Tras su muerte en 918, fue enterrada junto a su esposo en el Priorato de San Oswaldo. Su hija, Aelfwynn, gobernó Mercia brevemente, pero fue depuesta y reemplazada por Eduardo, quien a su vez fue sucedido por su hijo mayor, Athelstan, en 924. Criado en Mercia, Athelstan era un príncipe merciano adoptivo que gozaba de un fuerte apoyo en la región, y en el plazo de tres años, sus conquistas en el norte lo convirtieron en el primer rey de toda Inglaterra.
Legado
Etelredo gobernó Mercia durante unos treinta años. Desde una perspectiva puramente merciana, podría decirse que fracasó en mantener la independencia del reino. Sin embargo, Etelredo heredó una Mercia muy debilitada, rodeada de rivales y necesitada de algún tipo de alianza con Wessex, la última entidad política inglesa fuerte que quedaba, para sobrevivir. A pesar de ello, Etelredo y Ethelfleda lograron en gran medida administrar los asuntos mercianos con escasa interferencia de Alfredo y Eduardo, salvo por las obligaciones militares con Wessex. La Mercia que Etelredo le dejó a su esposa en 911 era políticamente estable, militarmente fuerte y estaba unificada bajo un gobernante que gozaba de un grado considerable de autonomía. Fue solo después del fracaso del reinado de Aelfwynn que esta dinastía merciana fue derrocada y Mercia se unió completamente a Wessex bajo un solo gobernante.
Es difícil determinar si Etelredo compartía la visión de unidad inglesa que Alfredo procuraba inculcar entre sus súbditos o si se veía a sí mismo solo como un líder merciano que actuaba en beneficio de Mercia. Sin embargo, su juramento de lealtad a Alfredo, su matrimonio con Ethelfleda y su rol como tutor de Athelstan lo vinculan de manera estrecha con la visión alfrediana de Inglaterra. Aunque suele destacarse la cercanía entre Athelstan y su tía Ethelfleda, tema de una estatua en el Castillo de Tamworth, hay indicios de que también mantuvo una relación cercana con Etelfredo. Por ejemplo, en 925, cuando Athelstan le concedió ciertos privilegios al Priorato de San Oswaldo, declaró que lo hacía en cumplimiento de un «pacto de piedad paternal» que había hecho con Etelredo durante su juventud. Etelredo fue uno de los varios modelos de liderazgo exitoso, junto con Alfredo, Ethelfleda y Eduardo, que influyeron en Athelstan durante su infancia, y sin duda contribuyeron a formar al futuro gobernante de toda Inglaterra en el exitoso rey que llegó a ser.
Sí, Etelredo, señor de los mercianos, se casó alrededor del año 886 con Ethelfleda, hija de Alfredo el Grande y señora de los mercianos.
¿Quién fue el verdadero Etelredo?
Etelredo fue señor de los mercianos desde aproximadamente el año 881 hasta 911 y un líder militar clave contra los vikingos en Inglaterra. Fue un aliado capaz y leal de Alfredo el Grande (que reinó de 871-899) y también su yerno tras casarse con la hija de Alfredo, Ethelfleda.
Estudiante avanzada de traducción con experiencia en proyectos terminológicos junto a la OMPI. Interesada en la traducción especializada y en facilitar el acceso multilingüe a contenidos culturales y educativos.
Michael Mccomb se graduó de la universidad Manchester Metropolitan con una Maestría en Historia en el 2022 y ha escrito para las revistas Historians Magazine, Collector, Medieval Living y Lessons from History.
McComb, Michael. "Etelredo, señor de los mercianos."
Traducido por Federica Buckmeier. World History Encyclopedia. Última modificación septiembre 09, 2024.
https://www.worldhistory.org/trans/es/1-23472/etelredo-senor-de-los-mercianos/.
Estilo MLA
McComb, Michael. "Etelredo, señor de los mercianos."
Traducido por Federica Buckmeier. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 09 sep 2024, https://www.worldhistory.org/Aethelred,_Lord_of_the_Mercians/. Web. 12 jun 2025.
Licencia y derechos de autor
Escrito por Michael McComb, publicado el 09 septiembre 2024. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.