Circe (también Kirké) es una poderosa hechicera y diosa de la mitología griega con talento excepcional para preparar pociones mágicas. Era la hija del dios sol Helios y de la oceánide Perseis. El hogar de Circe estaba en la isla de Eea y era custodiado por hombres a los que ella había convertido en lobos y leones.
A pesar no sentir un especial amor por la raza humana, Circe se involucró sentimentalmente con el héroe Odiseo cuando este arribó a su isla. También es la responsable de haber transformado a la hermosa ninfa Escila en un espantoso monstruo marino. En la Eneida de Virgilio (70-19 a.C.), Eneas navega frente a la isla sin detenerse porque así se lo habían aconsejado los hombres de Odiseo.
Nacimiento y familia
Circe era la hermosa hija del dios sol Helios y la oceánide Perseis: “La famosa hija de Océano, Perseis, dio a luz de su pareja, el incansable Helios, a Circe y al rey Eetes” (Hesíodo, Teogonía 954-956). Era la hermana del rey Eetes de Cólquida y de Pasifae, la reina de Creta y una hechicera también.
La hechicera
Circe era una temible pero hermosa diosa, una bruja que encantaba a los hombres con su voz. También era talentosa en el trabajo de telar. Tenía habilidad preparando pociones mágicas y a menudo transformaba a los hombres en animales como entretenimiento o venganza.
Circe fue llevada a la isla de Eea en el carro de Helios (algunos dicen que como castigo por la muerte de su esposo). La isla era descrita como salvaje y con densos bosques. Estaba habitada por leones y lobos, que alguna vez habían sido hombres, hasta que las pociones mágicas de Circe los transformaron. Los escritores clásicos identificaban la isla con el Cabo Circeo en la costa occidental de Italia.
En su Odisea, Homero (c. 750 a.C.) presenta a Circe como una diosa temible con voz humana y describe su hermoso cabello. Homero también le da el epíteto de Polifármacos (“que conoce muchas pociones y hechizos”). En la Metamorfosis de Ovidio (43 a.C.-17 d.C.) se la representa como sentada majestuosamente en un trono, vestida de oro. En el arte, por lo general se la retrata como una hermosa mujer alzando una copa, símbolo de sus pociones mágicas y encantamientos.
Circe y Odiseo
El mito más famoso que se refiere a Circe puede encontrarse en la Odisea de Homero y se relaciona con el héroe griego Odiseo. Después de perder todos sus barcos, excepto uno, el cansado Odiseo y sus hombres llegan a la isla de Eea. Se quedan en la orilla durante algunos días con la esperanza de evitar a la peligrosa bruja Circe, hasta que Odiseo estima que debe enviar una patrulla de exploración. Él y su segundo, Euríloco, dividen a sus hombres y sortean las tareas. Euríloco y su grupo de hombres salen a explorar la isla. Llegan al palacio de Circe en la profundidad del bosque, rodeados por leones y lobos. Aunque temían a las bestias, se fueron acercando a la encantadora voz que escuchaban venir desde el interior del palacio. Los hombres respondieron a esta hermosa voz y Circe apareció en la puerta y los invitó a pasar. Solo Euríloco se quedó afuera porque olió una trampa.
Circe sentó a los hombres en su mesa y les sirvió un preparado de queso, cebada y miel mezclados en vino pramnio. Los hombres bebieron alegremente, inadvertidos de que ella había mezclado una de sus pociones especiales en la bebida. Cuando terminaron de beber, Circe los golpeó con su vara, los convirtió en cerdos y los llevó a las pocilgas. Horrorizado, Euríloco vio todo esto y corrió de regreso a los barcos para contarle a Odiseo. Odiseo se armó y le pidió a Euríloco que lo guiara hasta Circe, pero el aterrorizado Euríloco se negó.
Odiseo partió solo, pero fue detenido por Hermes, quien le ofreció su ayuda. Le dio a Odiseo una hierba mágica que los dioses llaman moly (una planta mítica con flores blancas y raíz negra). Finalmente, Odiseo llegó al palacio de Circe y lo invitan a pasar.
La deidad oyó mi voz y, alzándose al punto, abrió la magnífica puerta y me llamó, y yo, con el corazón angustiado, me fui tras ella. Cuando me hubo introducido, hízome sentar en una silla de argénteos clavos, hermosa, labrada, con un escabel para los pies; y en copa de oro preparóme la mixtura para que bebiese, echando en la misma cierta droga y maquinando en su mente cosas perversas. Mas, tan luego como me la dio y bebí, sin que lograra encantarme...
(Homero, Odisea, XX, 310-320)
Circe quedó confundida cuando su pócima no funcionó con Odiseo. Viendo la oportunidad, Odiseo se abalanzó sobre ella con un cuchillo en la mano, intentando matarla. Como un recurso para distraerlo, Circe le dijo a Odiseo que había oído hablar de él y lo invitó a su cama. Odiseo hizo que primero le jurara solemnemente que no le haría daño y aceptó. Odiseo y sus hombres (que habían sido regresados a su forma humana por Circe) se quedaron con Circe durante un año, festejando y bebiendo. Pero luego los hombres de Odiseo se inquietaron y le dijeron que era hora de dejar Eea y volver a casa. Odiseo le suplicó a Circe que lo ayudara, y ella estuvo de acuerdo, pero le dijo que había un lugar que debía visitar primero: el Hades. Él necesitaba ver a Tiresias, el profeta ciego de Tebas que le diría a Odiseo qué destino le esperaba en Ítaca. Circe le indicó a Odiseo cómo llegar a salvo al inframundo y se despidió de él y de sus hombres.
Odiseo y sus hombres regresaron a Eea y a Circe después de su aventura en el Hades. Circe les informa que deben navegar más allá de la isla de las sirenas y les da instrucciones de cómo pasar de forma segura. Luego despidió de nuevo a Odiseo y sus hombres por última vez y los envió con un viento favorable.
Según la tradición clásica, de la relación entre Circe y Odiseo nacieron tres hijos (Telégono, Agrio y Latino), aunque algunas fuentes nombran solo a uno (Telégono). Circe envió a Telégono a buscar a Odiseo, que estaba en Ítaca. Al llegar, Telégono mata ganado y Odiseo lo defiende, ignorando que Telégono era su hijo. Desafortunadamente Telégono hiere a Odiseo con una lanza que tenía en la punta el aguijón de una mantarraya, y Odiseo muere. Telémaco quedó consternado cuando supo que había dado muerte a su padre. Tomó su cuerpo y, acompañado de Penélope, la esposa de Odiseo, regresó donde Circe, y se casó con ella. Según algunas fuentes, Circe también se casa con Telémaco, el hijo de Odiseo y Penélope.
Circe y Escila
Circe juega un papel crucial en la transformación de Escila en un monstruo marino, como se cuenta en la Metamorfosis de Ovidio. Glauco, un dios del mar, había hecho insinuaciones amorosas a la hermosa ninfa del mar, pero fue rechazado. El enfurecido Glauco decidió visitar a Circe y contarle de su pasión por Escila y rogarle que le preparara una pócima que hiciera que Escila correspondiera a su amor. Pero Circe ideó un plan diferente:
Y para que no lo dudes y te falte confianza en tu hermosura, heme aquí, cuando diosa sea, cuando hija del nítido Sol, con el encantamiento cuando tanto, tanto también con la grama pueda, que por ser tuya hago votos. A la que te desprecia desprecia, a la que te sigue dale las tornas, y con un solo acto a dos vengar puedes.
(Ovidio, Metamorfosis, XIV, 32-36)
Glauco rechazó sus insinuaciones y le dijo a Circe que mientras Escila viviera, su amor por ella no cesaría hasta que crecieran árboles en el océano o que brotaran algas en las montañas. Circe se sintió herida por su confesión, pero sabía que no podía descargar su enojo contra él, ya que su amor por él era demasiado grande. Entonces, en cambio, descargó su ira sobre Escila.
Mezcló una pócima usando algunas plantas con propiedades siniestras y entonó sus hechizos sobre ellas. Luego, vistiendo una capa azul marino, salió de su casa y viajó al estanque marino donde a Escila le gustaba bañarse. Circe vertió sus venenos que producían monstruos en el agua y pronunció su misterioso hechizo en voz alta. No pasó mucho tiempo antes de que Escila apareciera en el estanque, ajena a lo que le esperaba. Había entrado hasta la cintura cuando notó que su mitad inferior se había convertido en perros rabiosos y que ella se había transformado en una criatura espantosa. Glauco lloró cuando descubrió en qué se había convertido Escila, y Escila expresó su odio hacia Circe atacando a Odiseo y sus hombres. También habría destruido las naves troyanas si no se hubiera transformado en un promontorio rocoso que hasta el día de hoy en día cansa a los marineros.
Circe, Medea y Jasón
La sobrina de Medea, Circe, y su amante Jasón, habían asesinado violentamente al hermano de Medea, Apsirto, en un intento de distraer al padre de Medea, el rey Eetes, mientras huían de él. Zeus les dijo que estarían malditos y navegarían para siempre a menos que Medea fuera purificada por Circe.
Llegaron a la isla de Circe y la encontraron trabajando en su telar. Circe había tenido una visión de sangre y la sensación de algo funesto que aumentó con la llegada de Jasón y Medea. Reconoció a Medea como de su sangre y escuchó con horror el relato de la muerte de Apsirto. Circe purificó a Jason y Medea con agua pura, agua de mar y la sangre de una cerda joven, pero se negó a seguir dándoles hospitalidad una vez que terminó la purificación. En algunas fuentes, se negó a purificarlos en absoluto después de descubrir lo que habían hecho.
Circe y Pico
Circe a menudo convertía en animales a los hombres que la habían despreciado, y la historia de Pico no es una excepción. Pico era hijo de Saturno y rey del Lacio. Sus hermosas facciones fueron muy admiradas por todos los que lo conocieron, incluida Circe, quien no fue inmune a su hermosa apariencia. Un día se lo encontró por casualidad en el bosque y su belleza la dejó sin aliento. Ella conjuró la ilusión de un jabalí para atrapar a Pico por su cuenta y tenderle una emboscada.
Habiendo hallado ella el lugar y el tiempo: «Oh por tus ojos», dice, «que a los míos cautivaron, y por ésta, el más bello, tu hermosura, que hace que una suplicante a ti diosa yo sea, considera estos fuegos nuestros y por suegro, que lo contempla todo, al Sol recibe, y no, duro, a la Titánide Circe desprecia» (Ovidio, Metamorfosis, XIV, 372-376)
Pico rechazó a Circe, afirmando que estaba enamorado de otra, Canente, la hija de Jano. Circe le advirtió que su rechazo tendría duras consecuencias y lo golpeó con su varita mientras entonaba tres hechizos, y lo convirtió en un pájaro carpintero.
Culto y legado
Circe recibió honores divinos en el mundo antiguo y se dice que tenía un monumento dedicado a ella en una de las islas Farmacusas cerca de Salamina. Se dice que el Monte Circeo debe a ella su nombre.
Circe inspiró a muchos artistas, incluyendo a Annibale Carracci (1560-1609), Edward Burne-Jones (1833-1898), y John William Waterhouse (1849-1917). También hay muchas óperas escritas acerca de ella, desde 1600 hasta los tiempos modernos. Además, se le dio su nombre a un asteroide descubierto en 1855.
En los tiempos modernos, Circe es el nombre de la enemiga de la Mujer Maravilla en el comic de Marvel, donde se encuentra con Batman y Superman. Circe (2018) es también un popular libro escrito por Madeline Miller y está en proceso de ser adaptada a una serie de televisión. En el libro, es retratada con un carácter mucho más simpático que en las descripciones antiguas y, en consonancia con los tiempos actuales, Circe se ha convertido en un símbolo feminista y un ejemplo de mujer con poder.