Boxeo en el Imperio romano

Artículo

Matthew Vivonia
por , traducido por Diego Villa Caballero
Publicado el 04 diciembre 2020
Disponible en otros idiomas: inglés, francés, portugués
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El boxeo es uno de los deportes más antiguos del mundo que todavía se practica en la actualidad. Incluido en las competiciones atléticas originales de los antiguos Juegos Olímpicos, el pugilismo o boxeo era muy conocido y amado por los antiguos griegos y romanos. El estilo utilizado en el Imperio romano estaba muy influido por sus predecesores, los griegos y los etruscos. Sin embargo, no fueron los primeros en boxear, ya que existen pruebas de que se boxeaba en la Mesopotamia del III milenio a.C. Los historiadores utilizan la literatura antigua, las esculturas, los mosaicos e incluso nuevas pruebas arqueológicas para reconstruir cómo puede que se practicara. Los boxeadores llevaban guantes de diversos estilos, se enfrentaban a su oponente en campos al aire libre, hacían uso de movimientos rápidos de piernas, amagos, guardias, golpes y lanzamientos hasta que uno de los atletas claudicaba o era noqueado. Las lesiones podían ser debilitantes o mortales, pero eso no impedía que el público romano celebrara este deporte hasta el punto de suscitar críticas políticas.

Roman Boxer Mosaic
Mosaico de boxeadores romanos
Carole Raddato (CC BY-NC-SA)

Orígenes

Las primeras representaciones del boxeo como deporte formal se remontan a Mesopotamia, con hallazgos que datan del III milenio a.C. En Eshnunna se halló un relieve de terracota que representa a dos hombres enfrentados, con las muñecas vendadas y las manos cerradas en puños, listos para golpear, datado en torno al año 2000 a.C. Otro relieve con imágenes similares se fechó hacia 1200 a.C. en la actual Tell as-Senkereh (Irak). En la epopeya de Gilgamesh se menciona el pugilato en el que Gilgamesh lucha contra un rival: «Se agarraron, se inclinaron con destreza, destrozaron el poste de la puerta, el muro tembló» (Kyle, 24). Esta descripción concuerda perfectamente con la forma representada en los relieves mesopotámicos y confirma no sólo el aspecto que podía tener una postura adecuada, sino también su existencia. Para ser un experto, debe existir una habilidad que sea refinada. Este tipo de habilidades también se practicaban en la vecina Asiria, donde se menciona un «concurso de lucha y atletismo» en un texto astrológico asirio de Assur de hacia el año 2000 a.C. En este momento de la historia, está claro que el combate había ascendido a la categoría de deporte digno. Sin embargo, la distinción entre boxeo y lucha libre no es evidente y el mayor indicio que poseemos sobre la forma es simplemente el acto de agacharse.

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A PESAR DE LAS DIFERENCIAS DE ESTILO ENTRE GRIEGOS Y ROMANOS, EL BOXEO EN EL MUNDO ANTIGUO SUELE CONSIDERARSE UN DEPORTE UNIFORME.

Durante los mil años siguientes, imágenes similares se abrieron paso en el arte minoico, aparecen en representaciones hititas, en el arte egipcio, la escultura y pintura griegas y el arte etrusco. Como con la mayoría de las costumbres romanas, las adaptaciones etruscas y griegas del deporte fueron finalmente la versión practicada en el Imperio romano. A pesar de las diferencias de estilo entre griegos y romanos, el boxeo en el mundo antiguo suele considerarse un deporte uniforme. La evidencia demuestra que los romanos utilizaban reglas, formas, equipos y técnicas similares a los de la Grecia clásica. Sin embargo, es peligroso aceptar detalles no documentados como algo que se compartía esencialmente entre Grecia y Roma.

Equipamiento

En la antigua Grecia existían tres tipos diferentes de guantes de boxeo. El primer tipo apenas era un guante, ya que los griegos consideraban que el acolchado grueso no era adecuado para un verdadero atleta. Este estilo se consideraba más bien un guante de entrenamiento, ya que proporcionaban demasiada comodidad al usuario. Los dos tipos de guantes utilizados por los profesionales se denominaban guantes ligeros o afilados. Los guantes ligeros consistían en correas de cuero crudo, finas y flexibles, cubiertas con grasa, envueltas alrededor de la mano en patrones variados, y eran parecidas a las que usan hoy los boxeadores. Aparecen en la cerámica griega de los siglos IV y V a.C. y también aparecen en La Ilíada. La falta de refuerzo alrededor de los nudillos muestra que estaban pensados para aliviar la tensión de los músculos de la mano más que para actuar en la ofensiva.

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Amphora showing a boxing contest
Ánfora con una representación de un combate de boxeo
Carole Raddato (CC BY-SA)

Los guantes afilados eran un arma ofensiva. Hechos de un cuero mucho más denso y grueso y con un fuerte armazón alrededor de los nudillos, estaban pensados para infligir graves daños al adversario. En lugar de correas alrededor de la mano, estos eran guantes estructurados con agujeros para los dedos y piel de oveja más arriba en el antebrazo, fueron populares en Grecia desde el siglo IV a.C. hasta el siglo II d.C. El ejemplo más famoso del guante afilado griego se muestra en la estatua helenística llamada El boxeador o El púgil en reposo. Excavada cerca de las termas de Constantino, en la ladera sur de la colina del Quirinal de Roma, los historiadores suponen que esta belleza en bronce del siglo I a.C. se exhibía en las termas romanas. El boxeador del Quirinal no es el único en el mundo romano; el guante afilado correa griego también se encuentra en vasos y mosaicos romanos, como los descubiertos en el suelo de Villelaure (Francia), que datan del año 175 d.C. Los romanos no adoptaron ninguno de los estilos griegos excepto éste, y la razón era obvia: los demás les parecían demasiado blandos. Se dice que el emperador romano del siglo III d.C., Galieno (r. 253-268 d.C.), afirmó que el «verdadero» deporte era «algo mucho más duro» (Poliakoff, 73).

AUNQUE ADOPTA LA CONSTRUCCIÓN DE LA AFILADA CORREA GRIEGA, EL CAESTUS SUSTITUYÓ LA PESADA CARCASA DE CUERO DE LOS NUDILLOS POR METAL.

El caestus romano se ha hecho famoso por su nivel de salvajismo contra sus enemigos. Aunque adopta la construcción de la afilada correa griega, el caestus sustituyó la pesada carcasa de cuero de los nudillos por metal. Virgilio (70-19 a.C.) hace esta descripción: «tan grandes eran los siete enormes cueros de buey, todos rígidos de plomo y hierro cosidos» (La Eneida, 5.404-05). Estos guantes mortales requerían un refuerzo de piel de oveja que envolvía todo el hombro y aparecen en varias figurillas de bronce del siglo I de nuestra era. Existen incluso representaciones de los caesti en las que los nudillos metálicos incluyen púas o cuchillas salientes; un ejemplo puede verse en un mosaico romano de atletas de las termas de Caracalla datado en el siglo III. Estos guantes eran populares por su despiadada brutalidad en los juegos de gladiadores. La popularidad del guante ligero, el guante afilado y el caestus puede utilizarse en cierto modo como una cronología. Representan tres épocas del boxeo antiguo, ya que entraron y pasaron de moda en ese orden.

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Un reciente hallazgo arqueológico ha vuelto a poner en la actualidad el boxeo antiguo como tema de investigación. En febrero de 2018, se encontraron dos envoltorios de cuero para manos en Hexham, Northumberland, cerca del Muro de Adriano. Tras ser identificados como antiguos guantes de boxeo del año 120 de nuestra era, atrajeron la atención de historiadores y aficionados de todo el mundo. Se trata del único par de guantes del Imperio romano que se conserva en estas condiciones hasta la fecha. Se ajustan a una mano humana moderna, con impresiones de los nudillos aún en el interior, un escalofriante recordatorio de lo estrechamente que estamos conectados con el pasado. Antes de este descubrimiento, los historiadores se basaban únicamente en representaciones artísticas.

Reglas y técnicas

Un factor importante al comienzo de cada combate de boxeo antiguo era encontrar una posición favorable. Los atletas competían al aire libre en verano, por lo que el sol en los ojos era un obstáculo importante que había que evitar. El poeta griego Teócrito describió un comienzo típico de un combate en sus Idilios:

Entonces hubo un gran alboroto para que le diera la luz del sol en la espalda; pero la astucia de mi Polideuces venció a su poderoso adversario, y aquellos rayos cayeron por completo sobre el rostro de Ámico. (Idilios 22.83-86)

Los combates de boxeo solían celebrarse en patios al aire libre. Sin embargo, se consideraba uno de los deportes de interiores, ya que también podía celebrarse en las salas habilitadas para ello en las grandes termas. El combate habría incluido mucho movimiento rápido de pies, pequeños pasos, fintas y desplazamientos entre las rodillas, algo parecido a lo que ocurre hoy en día. El filósofo del siglo I de nuestra era Filón de Alejandría describe así a un boxeador experto:

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[Él] repele los puñetazos con ambas manos y dobla el cuello de un lado al otro para protegerse de los golpes. En ocasiones se pone de puntillas y se eleva en toda su estatura; luego, echándose hacia atrás, obliga a su adversario a lanzar golpes en vano, como si practicara boxeo de sombra. (Filón de Alejandría, Sobre la creación, 80-81.)

Para obtener una imagen aún más clara, E. Norman Gardiner en Athletics of the Ancient World (Atletismo de la Antigüedad) describe la postura perfecta como «cuerpo erguido, cabeza erguida y pie izquierdo adelantado» con la pierna «ligeramente flexionada, el pie apuntando hacia delante mientras que el pie derecho se encuentra a veces en ángulo recto con él» (204). Al igual que en el pasaje de Filón, el movimiento de pies se parece, más o menos, al de hoy. Sin embargo, la posición abierta del cuerpo no podría tener éxito en el boxeo moderno. La antigua técnica incluía la extensión del brazo izquierdo hacia delante a modo de guardia, mientras que el brazo trasero se utilizaba para los ganchos. Esto abría el cuerpo significativamente hacia los lados. Esta postura tuvo éxito en la antigüedad debido a la falta de golpes dirigidos al cuerpo. El brazo izquierdo extendido y el brazo derecho ofensivo pueden encontrarse en multitud de jarrones griegos en torno a los siglos IV y V a.C. Todos ellos representan los cortes y los derribos en la cabeza. La imagen que recibimos, por tanto, es que los golpes en el cuerpo eran mucho menos comunes en el mundo antiguo. En cambio, sus golpes en la cabeza incluían aún más cortes que se consideran ilegales en el boxeo moderno.

Greek Boxing
Boxeo griego
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

Uno de los golpes a la cabeza más populares del mundo antiguo, ahora ilegal, se lanzaba desde arriba. Virgilio lo describió así en La Eneida: «Entonces Entelo, levantándose, extendió su [puño] derecho, levantado en alto; el otro previó rápidamente el golpe que venía», y el adversario esquivó (La Eneida, 5.443-48). El golpe a la cabeza vuelve en el siglo II de nuestra era en forma de lámpara de arcilla romana. Representa un brazo extendido hacia delante y el otro asestando el golpe desde arriba, así como la postura adecuada para lanzarse con la mayor potencia.

Un antiguo combate de boxeo terminaba cuando uno de los contrincantes se rendía o era noqueado. El nocaut se indicaba levantando una mano. A menudo se hacía con un solo dedo índice. Los combates no tenían asaltos. Los competidores continuaban hasta el final. Un buen ejemplo de un combate que termina por nocaut se encuentra en La Ilíada, cuando Epeo derriba a Euríalo con un «contundente gancho en la cabeza, ¡un golpe de nocaut!». (La Ilíada, 23.768). A la inversa, el «tap out» puede encontrarse en vasijas griegas del periodo clásico. Hay múltiples ejemplos de un hombre que levanta el dedo índice mientras está agachado, en señal de rendición. Sin embargo, la suposición de que esta práctica se seguía utilizando en la Roma imperial podría ser objeto de investigación, dado que no se conservan pruebas de la existencia de la señal de salida con el dedo índice o tap out en el Imperio romano.

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Algunas reglas y técnicas del boxeo antiguo siguen siendo objeto de debate entre los estudiosos del mundo clásico. Algunos afirman que nunca existió ningún tipo de ring de boxeo. Otros incluyen ejemplos de vasijas que muestran barreras, como escaleras, que servían para acotar la distancia entre los competidores. Un vaso itálico del siglo VI a.C. muestra este tipo de barreras. Teniendo en cuenta lo poco frecuentes que eran los cuadriláteros de boxeo incluso en aquella época, no puede considerarse una práctica habitual en tiempos del Imperio romano.

El boxeo, la lucha libre y la mayoría de los demás deportes de combate se dividen meticulosamente por categorías de peso en la competición moderna. Al parecer, esta práctica era prácticamente desconocida en el mundo antiguo, ya que en la literatura y las obras de arte aparecen con bastante frecuencia hombres grandes y pequeños luchando entre sí. Epeo de La Ilíada era mucho más grande que Euríalo. Teócrito también dijo que Polideuces era mucho más grande que Ámico. En ambos ejemplos, gana el hombre de tamaño medio. Referencias como éstas revelan que los antiguos no encontraban utilidad en dividir a los competidores por su peso. Una técnica superior podía llevarlos a triunfar contra todo pronóstico. Esta práctica se adoptó también en los juegos de gladiadores. Por desgracia, las instancias conservadas de los combates reales eran a menudo menos favorables para los pequeños boxeadores de lo que indicarían la literatura o la poesía. En su libro Sports Spectators (Espectadores del deporte), Allen Guttmann menciona los estilos mixtos de los combates de gladiadores en los que los boxeadores más grandes tendían a demoler a sus oponentes más ligeros y pequeños.

Boxer of Quirinal
Boxeador del Quirinal
Irene Fanizza (Copyright)

Resultados traumáticos

La violencia no era un elemento menor en el canon del boxeo antiguo. No cabe duda de que el nivel de lesiones podía ser grave. Contusiones en las extremidades o en la cara, edemas y hematomas (que son la filtración o coagulación del flujo sanguíneo en los tejidos del cuerpo), la oreja de coliflor (que es una reacción a los frecuentes daños por percusión en el pericondrio de la oreja) fracturas, especialmente en la nariz, que podían llevar a la pérdida del olfato, contusiones cráneo-encefálicas, que podían provocar una discapacidad grave por hemorragia cerebral, pérdida de dientes e incluso la muerte, podían componer la lista de efectos a los que podía enfrentarse un boxeador antiguo. Muchas de estas consecuencias se convertían en deformidades de por vida que no podían curarse con la tecnología médica del mundo antiguo. El médico griego Galeno, que vivió entre los siglos II y III de nuestra era, reconoció algunas de ellas. Afirmó que cuando los atletas envejecen, hacen lo siguiente:

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se arrastran, arrugan y entrecierran los ojos debido a los fuertes golpes; sus ojos se llenan de líquidos catarrales, se les caen los dientes y sus huesos se vuelven porosos y se rompen con facilidad. [Galeno, El arte de la medicina, 11.]

Las lesiones del combate no están excluidas de las obras de arte. Muchas vasijas griegas muestran a boxeadores sangrando por la nariz mientras se enfrentan a un adversario. A través de varias pinturas murales funerarias etruscas, como la Tumba de los augures de Tarquinia c. 540-530 a.C. y la Tumba del mono de Chiusi c. 480 a.C., es posible reconstruir una forma aún más sangrienta de deportes de lucha que la que se ve en el mundo griego. La Tumba de los augures muestra hombres enfrentándose como los encontrados en Mesopotamia, pero también hay una escena única denominada "El juego de Phersu". Muestra a un hombre atado con una cuerda, vestido únicamente con un taparrabos y otra tela sobre la cara. Lo está mordiendo un perro y sangra por seis zonas. Los etruscos disfrutaban de cierto grado de violencia en sus entretenimientos que los griegos habrían encontrado espantoso. El deporte etrusco se centraba más en el espectáculo que en el talento de los atletas, lo que difiere mucho del planteamiento griego. Por ejemplo, golpear en los genitales no estaba prohibido para los etruscos. La práctica etrusca sentó las bases de otros deportes romanos que se desarrollarían a partir del boxeo y la lucha, como la caza de fieras y los juegos de gladiadores. El boxeo es sólo un ejemplo de las muchas maneras en que Roma heredó la ferocidad etrusca, que difería de la griega.

Phersu Game, Tomb of the Augurs, Tarquinia
Juego de Phersu, Tumba de los Augures, Tarquinia
Smarthistory (CC BY-NC-SA)

Conclusión

Pinturas funerarias, jarrones, frisos y estatuas de bronce, así como la literatura de Homero, Virgilio, Teócrito, Filón y Galeno, proporcionan al aficionado moderno una imagen maravillosamente clara de cómo era el boxeo en la Roma imperial. También está claro que había opiniones encontradas sobre el boxeo. Persistía el temor de que los jóvenes prefirieran luchar por deporte a combatir en el ejército romano. Tácito (c. 56 - c. 118 d.C.) creía que la guerra romana debía ser la única prioridad entre las generaciones futuras y no quería que el entrenamiento recreativo eclipsara al militar. Por otra parte, se sabe que Augusto (r. 27 a.C.-14 d.C.) era un amante del boxeo. Suetonio (c. 69 - c. 130/140 d.C.) escribió que le encantaba ver competir a los atletas, ya fueran romanos o griegos. La preferencia por el boxeo en Roma frente a otras disciplinas atléticas fue probablemente heredada de los etruscos. En la oposición a la mentalidad griega, cuanto más se veía el boxeo como una competición refinada, formal, de estilo olímpico y con reglas, más escépticos se mostraban los romanos al respecto.

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Bibliografía

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Sobre el traductor

Diego Villa Caballero
Profesional en lenguas con estudios literarios. Profesor de castellano, escritor, traductor y entusiasta de la historia. Áreas de interés: literatura, artefactos antiguos, la historia de las religiones, la astrología, la arquitectura, la historia militar y del arte.

Sobre el autor

Matthew Vivonia
Matthew es un artista, estudioso independiente y bailarín de ballet. Vende reproducciones de ropa de la antigua Grecia en línea bajo la compañía Pythian Pieces. Obtuvo su licenciatura y su acreditación docente en Historia y planea estudiar un posgrado en Historia Antigua.

Cita este trabajo

Estilo APA

Vivonia, M. (2020, diciembre 04). Boxeo en el Imperio romano [Boxing in the Roman Empire]. (D. V. Caballero, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-1641/boxeo-en-el-imperio-romano/

Estilo Chicago

Vivonia, Matthew. "Boxeo en el Imperio romano." Traducido por Diego Villa Caballero. World History Encyclopedia. Última modificación diciembre 04, 2020. https://www.worldhistory.org/trans/es/2-1641/boxeo-en-el-imperio-romano/.

Estilo MLA

Vivonia, Matthew. "Boxeo en el Imperio romano." Traducido por Diego Villa Caballero. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 04 dic 2020, https://www.worldhistory.org/article/1641/boxing-in-the-roman-empire/. Web. 29 abr 2025.

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