Visigodo

Definición

Joshua J. Mark
por , traducido por Rosa Baranda
Publicado el 16 septiembre 2019
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Disponible en otros idiomas: inglés, francés, portugués
Votive Crown from Visigothic Spain (by James Blake Wiener, CC BY-NC-SA)
Corona votiva de la España visigoda
James Blake Wiener (CC BY-NC-SA)

Los visigodos eran la tribu occidental de los godos, un pueblo germánico, que se estableció al oeste del mar Negro en algún momento del siglo III d.C. Según el experto Herwig Wolfram, el escritor romano Casiodoro (en torno a 485-585 d.C.) acuñó el término visigothi en referencia a los "godos occidentales", ya que entendía ostrogothi como "godos orientales". La intención de Casiodoro no era más que acuñar un nombre para diferenciar a las dos tribus existentes de godos en su época que claramente se diferenciaban la una de la otra. Estas tribus no se referían a sí mismas por esos nombres. El historiador romano Amiano Marcelino (siglo IV d.C.) se refiere a los visigodos como los tervingi (o Thervingi), tervingios, que puede que fuera su nombre original. Sin embargo, parece ser que la designación de visigothi les gustó a los propios visigodos, con lo que acabaron usándola para sí mismos.

Los visigodos acabarían asentándose en la región de las actuales Alemania y Hungría, hasta que fueron expulsados por los hunos invasores. Algunos visigodos, bajo las órdenes del general Fritigerno (muerto en torno a 380 d.C.) recibieron tierras del emperador Valente (que reinó de 364-378 d.C.) en territorio romano. El trato pobre que recibieron a manos de los gobernadores provinciales romanos desencadenó la primera guerra goda y la importante batalla de Adrianópolis (378 d.C.) en la que Roma fue derrotada por los godos de Fritigerno. Los visigodos tendrían un impacto aún mayor en Roma cuando su rey Alarico I (que reinó de 395-410 d.C.) saqueó la ciudad en 410 d.C. Después de Alarico I, los visigodos emigraron a España, donde se asentaron y se mezclaron con los romanos y los indígenas de la península.

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Orígenes e identidad

Los godos probablemente provenían de la región de la actual Gdansk, Polonia, aunque esta afirmación se cuestiona, antes de emigrar hacia las fronteras de Roma. El erudito Walter Goffart argumenta que no puede haber "una historia de los godos" antes de su aparición en los textos romanos porque antes de esa época (en torno a 238 d.C.) no había una historia escrita (8). La fuente primaria de la historia gótica es Getica de Jordanes (siglo VI d.C.), cuya fuente primaria es la obra de Casiodoro y que entremezcla eventos mitológicos y legendarios con la narrativa histórica. Por tanto, Goffart, entre otros, afirma que la historia romana de los godos es la única historia.

Otros estudiosos, como por ejemplo Peter Heather, afirman que la identidad goda, así como su historia y su lugar de origen (Gdansk), se pueden seguir gracias a la obra de Jordanes combinada con la evidencia arqueológica. Heather dice que solo porque haya elementos mitológicos en la Getica de Jordanes no es una razón para rechazar su obra al completo, especialmente dado que los indicios físicos (como por ejemplo 3.000 tumbas godas descubiertas en Pomerania Oriental, Polonia, en 1873 d.C.) respaldan la teoría de Polonia como lugar de origen o, al menos, el lugar primitivo desde el que comenzaron las migraciones godas posteriores.

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Map of Europe, 400 CE
Mapa de Europa 400 d.C.
Thomas Lessman (CC BY-SA)

Heather también argumenta que "godo" no se debe entender como un grupo étnico homogéneo que permaneció inmutable a lo largo del tiempo. En opinión de Heather, las tribus germanas que no eran "godas" étnicamente podrían, a pesar de todo, haberse incluido en la tribu que llegó a conocerse como "visigoda". Heather afirma:

No hay razón para suponer que la condición de godo se tenga que expresar de la misma manera en todas las épocas en las que las fuentes indican la presencia de godos. No tenemos que encontrar constantes culturales invariables para demostrar la existencia de los godos como una entidad histórica continua... es la reacción de una consciencia individual a [ciertas] peculiaridades, no los propios objetos, lo que es importante. La identidad es una actitud interna de la mente que se puede expresar a través de objetos, normas o maneras específicas de hacer las cosas... parece que la mayor parte de los que crearon el grupo de visigodos eran godos de grupos góticos que ya existían antes de los hunos, y sin duda los visigodos no eran solamente godos. (65)

En opinión de Heather, que sigue la obra de Herwig Wolfram, los visigodos deberían entenderse más bien como una confederación de tribus germanas que un grupo étnico homogéneo. Heather apunta:

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Wolfram en particular argumentó que los grupos godos del Período de las Migraciones se podrían entender mejor como ejércitos en vez de pueblos y que el hecho de que alguien luchara con ese ejército significaba que podía convertirse en godo, independientemente de su origen biológico real. (44)

Otros estudiosos, incluidos Goffart y Michael Kulikowski, consideran a los godos como un grupo étnico cuyos orígenes se desconocen y no se pueden conocer. Rechazan las afirmaciones en cuanto a un lugar de origen conocido y el desarrollo claro sobre la historia goda alegando que Jordanes no es fiable, que las evidencias físicas en favor de Gdansk como lugar de origen se han interpretado según la narrativa de Jordanes y que los estudiosos como Heather todavía se fían de las narrativas romanas para construir una historia prerromana de los godos en general y de los visigodos en particular.

Como ya se ha dicho, no hay ninguna historia escrita de los godos anterior a los historiadores romanos. Los godos se mencionan por primera vez en la obra del escritor romano Plinio el Viejo (23-79 d.C.) en 75 d.C., pero Tácito (en torno a 56-120 d.C.), en su Germania (98 d.C.) les da un tratamiento mucho más completo. Tácito los presenta como fieros guerreros germánicos, muy supersticiosos y completamente bárbaros, pero ferozmente leales a sus familias y a sus tribus (Germania, 17). En 238 d.C., los godos invadieron territorios romanos y en 251 d.C., bajo el liderazgo de su general Cniva (que reinó de en torno a 250-270 d.C.), derrotaron al ejército romano bajo el emperador Decio (que reinó de 249-251 d.C.), matándolo a él y a su hijo en la batalla de Abrito. A partir de entonces, los godos aparecen regularmente en las obras de los historiadores romanos.

La guerra civil goda

Vinieran de donde viniesen, para el siglo III d.C. los godos estaban cerca de los territorios romanos, interactuando con sus ciudadanos. Los visigodos, al menos en parte, parece que lograron resistir la influencia romana sobre su cultura al mismo tiempo que buscaban empleo en Roma. Los godos sirvieron como mercenarios en el ejército romano; durante las guerras romano-sasánidas participaron en la batalla de Misiche en 244 d.C., entre otras, a pesar de que anteriormente los godos habían luchado contra Roma.

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UN GRUPO DE VISIGODOS, BAJO CIERTO LÍDER, SE OPONDRÍA VEHEMENTEMENTE A ROMA MIENTRAS QUE OTRO BUSCARÍA SU FAVOR Y AMISTAD.

Este paradigma continuaría hasta que un grupo de visigodos, bajo cierto líder, se opuso vehementemente a Roma mientras que otro buscaba el favor y la amistad del imperio. El rey visigodo Atanarico (muerto en torno a 381 d.C.) se opuso especialmente a la nueva religión "romana", el cristianismo, que veía como una creación romana y una amenaza para la cultura y la tradición godas. Cuando el misionario godo cristiano Ulfilas (en torno a 311-383 d.C.) empezó a convertir a los godos a la nueva fe, Atanarico persiguió ferozmente a los conversos. Tenía motivos para desconfiar, ya que Roma creía que el cristianismo podía ser una influencia "civilizadora" para los godos, que básicamente los romanizaría y neutralizaría como amenaza.

Mientras que Atanarico se enfrentó firmemente a Roma, Fritigerno buscó su alianza y cooperación. Puede que esto se debiera a que Fritigerno ya se había convertido al cristianismo, por lo que sentía que tenía más en común con los romanos, pero no es más que especulación ya que no se conoce la fecha de conversión de Fritigerno. Aunque se dieron otros factores, la separación entre los godos paganos y cristianos llegó a su punto crítico en la guerra civil goda entre Atanarico y Fritigerno. Fritigerno era un cristiano arriano que se opuso a las persecuciones de Atanarico y los dos líderes se enfrentaron en la guerra.

Atanarico derrotó a Fritigerno y este último le pidió ayuda al emperador romano Valente. Valente también era un cristiano arriano, y envió tropas contra Atanarico entre 367-369 d.C. No obstante, el ejército romano no logró progresar ya que las fuerzas de Atanarico se servían de la guerra de guerrillas y, como conocían bien sus tierras, podían atacar y desaparecer sin ofrecerles a los romanos el tradicional frente de batalla.

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Los hunos y la primera guerra goda

Atanarico podría haber surgido como el vencedor indiscutible del conflicto de no haber sido por la llegada de los hunos que destruyeron sus provisiones y demostraron ser un enemigo mucho más formidable que Roma. Sirviéndose de las mismas tácticas que Atanarico había usado contra Roma, los hunos atacaban sin aviso y desaparecían con la misma rapidez sin que los godos tuvieran oportunidad de enfrentarse a ellos. Atanarico buscó la paz con Roma e intentó encontrar la manera de negociar con los hunos, mientras que Fritigerno le pidió santuario a Valente dentro del Imperio romano.

Valente consintió, y los godos encabezados por Fritigerno se asentaron en una zona cerca del Danubio en 376 d.C. El mal trato de los gobernadores provinciales de Roma no tardó en provocar el descontento general entre los visigodos, y a finales de 376 estalló la rebelión. Los visigodos saquearon las ciudades romanas vecinas, aumentando su poder y su riqueza a medida que avanzaban.

Visigothic Buckle
Hebilla visigoda
Osama Shukir Muhammed Amin (Copyright)

El emperador Valente salió a su encuentro, marchando desde Constantinopla en el Imperio romano oriental en lo que se acabaría conociendo como la primera guerra gótica (376-382 d.C.). En la batalla de Adrianópolis en 378 d.C. los visigodos ganaron una victoria decisiva contra las fuerzas de Valente (evento que los historiadores marcan como el principio del fin del Imperio romano) y el propio emperador murió en la batalla. La derrota de Valente se ha atribuido tanto a su propio orgullo y sus decisiones precipitadas como a la habilidad de Fritigerno como general porque Valente se negó a esperar a los refuerzos del Imperio romano occidental al creer que podría conseguir una victoria gloriosa y rápida.

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Los visigodos y Roma bajo Teodosio I

TEODOSIO I INTENTÓ CIMENTAR LA PAZ INSITUYENDO GOBERNADORES GODOS REGIONALES E INTENTANDO UNIFICAR A GODOS Y ROMANOS MEDIANTE EL CRISTIANISMO.

Teodosio I (que reinó de 379-395 d.C.) del Imperio romano de Occidente se convirtió entonces en emperador también del Imperio romano de Oriente y trató de detener el progreso de los visigodos a medida que avanzaban por Tracia. En 382 d.C. los visigodos y Teodosio I firmaron un tratado de paz, pero no está claro quién representó los intereses godos en esta ocasión, ya que tanto Atanarico como Fritigerno habían muerto para entonces.

Teodosio I intentó cimentar la paz instituyendo gobernadores visigodos regionales y, lo que es más importante, intentando unificar a visigodos y romanos a través del cristianismo. Siguiendo la política de otros emperadores anteriores como Valente, Teodosio I pensó que el lazo común de la religión que ofrecía el cristianismo neutralizaría cualquier amenaza goda. Sin embargo, los visigodos que se habían convertido practicaban el arrianismo, mientras que Teodosio I, al igual que muchos romanos, seguía el credo niceno instituido por Constantino el Grande en Nicea en 325 d.C. Aunque los esfuerzos de Teodosio I por lograr la unificación religiosa fracasaron, la paz que acordó perduró hasta su muerte en 395 d.C.

Alarico I y el saqueo de Roma

A su muerte, los visigodos al servicio de Roma recibieron aún menos aprecio del que habían tenido durante su reinado. Los que participaron en la batalla del Frígido en 394 d.C. básicamente sirvieron de carne de cañón en las primeras filas de las tropas romanas. Alarico I objetó contra el tratamiento que estaba recibiendo su gente y los visigodos rechazaron el gobierno romano, proclamando a Alarico I su rey.

Este intentó unificar a los visigodos y los romanos haciendo que los gobernadores visigodos introdujeran las costumbres y la cultura romanas en sus respectivas regiones. Y aunque tuvo un cierto éxito, Alarico era mejor guerrero que administrador, por lo que en 396 d.C., tras no conseguir los derechos que consideraba que le estaban negando a su pueblo, lideró a sus ejércitos a través de los Balcanes hasta Grecia, saqueando los pueblos por los que pasaba. Después regresó a Italia y, tras varios enfrentamientos con las fuerzas romanas, saqueó Roma en 410 d.C.

Sack of Rome by the Visigoths
Saqueo de Roma por los visigodos
JN Sylvestre (Public Domain)

Los visigodos en España

Alarico murió poco después y su sucesor, Ataúlfo (que reinó de 411-415 d.C.) condujo a los visigodos a la conquista de la Galia, donde estableció un reino visigodo en Toulouse. Después de Ataúlfo, el rey Walia (que reinó de 415-418 d.C., asesino de Ataúlfo) expandió su reino y fundó el reino visigodo (en torno a 418-721 d.C.). Esta entidad política ayudó a preservar el legado cultural de Roma y la tradición clásica.

Su sucesor, Teodorico I (que reinó de 418-451 d.C.), lo amplió aún más e incluyó una gran parte de España. Teodorico I murió en la batalla de los Campos Cataláunicos en 451 d.C. como aliado de Roma contra las invasiones de Atila el Huno. El gobierno de los visigodos recayó entonces en su hijo Teodorico II (que reinó de 453-466 d.C.). Para entonces los visigodos estaban firmemente establecidos en España, pero tenían disputas con algunos de los demás habitantes de la península.

Los visigodos de aquella época todavía practicaban el arrianismo, mientras que los habitantes de España eran cristianos nicenos (reconocidos hoy en día como católicos). Teodorico II fue asesinado por su hermano Eurico (a veces llamado Eurico II, que reinó de 466-484 d.C.). Según algunas fuentes, Eurico llevó a cabo intensas persecuciones de los cristianos nicenos, mientras que, según otras, tan solo fue a por los funcionarios de altos cargos de la Iglesia a quienes consideraba problemáticos. Después de su muerte, Alarico II (que reinó de 484-507 d.C.) se convirtió en rey y, en este momento (en torno a 485 d.C.) Clodoveo I de los francos (que reinó de 509-511 d.C.) aceptó el cristianismo niceno y trató de expulsar a los visigodos arrianos de la región como una especie de "liberación" de los cristianos nicenos que le habían pedido ayuda.

Conquests of Clovis I
Conquistas de Clodoveo I
Altaileopard (CC BY-SA)

En 507 d.C., antes de convertirse en rey, Clodoveo I atacó a los visigodos y destruyó la "herejía" arriana a la que estaban sometiendo a los nicenos. Alarico II fue derrotado por Clodoveo en la batalla, donde murió, y el reino visigodo pasó a ser franco. La capital se estableció en Toledo y se produjo una mezcla gradual de las culturas romana y visigoda. En 711 d.C. las fuerzas musulmanas conquistaron España durante la invasión árabe y, al hacerlo, aceleraron la asimilación de ambas culturas en un solo frente unido contra los conquistadores. Con el paso del tiempo, los nativos romanos de Hispania y los visigodos se convertirían en la cultura unificada de España.

Conclusión

En 722, en la batalla de Covadonga, el noble visigodo don Pelayo de Asturias (en torno a 685-737 d.C.) derrotó a los ejércitos musulmanes, dando comienzo así a la reconquista cristiana de España. En el año 732 d.C., en la batalla de Poitiers (también conocida como la batalla de Tours) el rey franco Carlos Martel (el Martillo, que reinó de 718-741 d.C.) derrotó a las fuerzas musulmanas bajo Rahman, deteniendo así permanentemente las incursiones militares musulmanas en Europa. Tras expulsar a los musulmanes de Galicia en 739 d.C., el nuevo gobierno estableció la Iglesia católica romana como la fe nacional y religión oficial del país. Los visigodos alemanes y los romanos italianos se habían convertido en el pueblo unificado de España.

Uno de los mayores legados de los visigodos en España es el código de leyes visigodo, el Lex Visogothorum (642-643 d.C.) promulgado por el rey visigodo Chindasvinto (que reinó de 642-653 d.C.) que puso fin a cualquier diferenciación entre los súbditos romanos o visigodos de España y ordenaba la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos. Estas leyes igualaron a la gente de Hispania y elevaron los derechos de las mujeres mediante provisiones en cuanto a la ley de familia, que garantizaban los derechos de propiedad de las mujeres sin necesidad de la supervisión o la aprobación de un pariente masculino. Los visigodos, a partir de su llegada a España, dieron forma a la cultura española que compartían con otras naciones a través del comercio. Sus contribuciones a la cultura mundial son obvias en su código legal y el mantenimiento de aspectos importantes de la civilización occidental en la España visigoda.

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Sobre el traductor

Rosa Baranda
Traductora de inglés y francés a español. Muy interesada en la historia, especialmente en la antigua Grecia y Egipto. Actualmente trabaja escribiendo subtítulos para clases en línea y traduciendo textos de historia y filosofía, entre otras cosas.

Sobre el autor

Joshua J. Mark
Joshua J. Mark es un escritor independiente y antiguo profesor de filosofía a tiempo parcial en el Marist College de Nueva York. Vivió en Grecia y Alemania y ha viajado por Egipto. Ha sido profesor universitario de historia, escritura, literatura y filosofía.

Cita este trabajo

Estilo APA

Mark, J. J. (2019, septiembre 16). Visigodo [Visigoth]. (R. Baranda, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-709/visigodo/

Estilo Chicago

Mark, Joshua J.. "Visigodo." Traducido por Rosa Baranda. World History Encyclopedia. Última modificación septiembre 16, 2019. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-709/visigodo/.

Estilo MLA

Mark, Joshua J.. "Visigodo." Traducido por Rosa Baranda. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 16 sep 2019. Web. 27 abr 2024.

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