Kush fue un reino en el norte de África en la región que actualmente corresponde a Sudán. La región más grande (que posteriormente será referida como Nubia) fue habitada en el 8000 a. C. pero el Reino de Kush fue mucho después. La cultura Kerma, recibe el nombre de la ciudad Kerma de la región declarada tempranamente en el año de 2500 a. C. y la evidencia arqueológica de Sudán y Egipto muestra que los egipcios y el pueblo de Kush estuvieron en contacto desde el Período Dinástico Temprano en Egipto (c. 3150 - c. 2613 a. C.) y posteriormente. La civilización posterior definida como "kushita" probablemente evolucionó de esta temprana cultura pero estuvo fuertemente influenciada por los egipcios.
Mientras la historia de todo el país es bastante antigua, el Reino de Kush floreció entre c. 1069 a. C. y 350 d. C. El Nuevo Reino de Egipto (c. 1570-1069 a. C.) estaba en la fase final de descenso alrededor del 1069 a. C., lo que empoderó la ciudad-estado kushita de Napata. Los kushitas no tuvieron que volver a preocuparse por incursiones egipcias en su territorio porque el propio Egipto tenía suficientes problemas que resolver. Ellos fundaron el reino de Kush con Napata como capital y Kush se volvió poderoso en la región mientras Egipto decaía.
Los reyes kushitas fueron los faraones de Egipto de la Dinastía XXV y las princesas kushitas dominaron el panorama político de Tebas en la posición de las Esposas del Dios Amón. El rey kushita Kashta (c. 750 a. C.) fue el primero en establecerse en el trono Egipto y colocó a su hija Amenirdis I, la primera Esposa del Dios Amón. Le sucedieron otros grandes reyes kushitas que reinaron hasta la invasión Asiria de Egipto por Asurbanipal en 666 a. C.
En c. 590 a. C. Napata fue saqueada por el faraón egipcio Psamético II (595-589 a. C.) y la capital de Kush se trasladó a Meroe. El Reino de Kush continuó con Meroe de capital hasta la invasión de los aksumitas c. 330 d. C., quienes destruyeron la ciudad y derrocaron el reino. Sin embargo, la sobreexplotación de la tierra mermó los recursos de Kush y las ciudades probablemente fueron abandonadas incluso sin la invasión aksumita. Luego, Meroe y el menguante Reino de Kush sobrevivieron otros 20 años antes de su final alrededor del 350 d. C.
Nombre
La región era conocida por los Egipcios como Ta-Sety (“la Tierra del arco”) en referencia a los hábiles arqueros kushitas en el tiempo del Reino Antiguo de Egipto (c. 2613-2181 a. C.) y la zona norte que bordea Egipto, como Wawat. No está claro cómo se referían sus habitantes a Kush en esa época; quizás siempre fue conocida como Kush (o alguna variante) ya que las inscripciones egipcias refieren a ella como Kus, Kas y Kash. La designación "Kush" parece ser indígena mientras que el nombre posterior para la misma región, Nubia, probablemente vino de los Egipcios del Norte.
La región de Kush era la principal fuente de oro de los egipcios y se cree que "Nubia" deriva de la palabra egipcia para "oro", nub. Sin embargo, existe otra teoría que sostiene que "Nubia" deriva del pueblo conocido como Noba o Nuba que se estableció allí. Los egipcios también conocieron esa tierra como Ta-Nehsy ("la tierra de la gente negra"). Los escritores griegos y romanos se refieren a la región como Etiopía ("la tierra de las personas con rostros quemados") en referencia a los pueblos indígenas de piel negra y las tribus árabes conocidas como Bilad al-Sudan (“la tierra de los negros”). Sin embargo, cabe señalar que estas designaciones pueden referirse a toda la región o no.
Kerma y Kush temprano
La ciudad de Kerma se estableció en Kush en el c. 2400 a. C. y fue lo suficientemente poderosa como para amenazar a Egipto como se atestigua en las inscripciones egipcias y las fortalezas construidas para repeler las incursiones desde el sur. Incluso así los reyes de Kerma y Egipto establecieron un lucrativo intercambio para ambas partes y Egipto importó de Kerma oro, ébano, incienso, animales exóticos y marfil, en entre otros objetos de lujo.
La ciudad se centró alrededor de una estructura conocida como deffufa, centro religioso fortificado creado por ladrillos de lodo que alcanzó una altura de 59 pies (18 metros). A través de pasadizos internos y escaleras se llega a un altar en el piso plano donde se llevaban a cabo las ceremonias pero se desconoce de qué tipo eran. La deffufa mayor (el término significa "apilar" o "amontonar") se conoce hoy como Deffufa Occidental y existe una más pequeña en el este y una tercera todavía más pequeña. Se piensa que forman una tríada de un centro religioso alrededor del cual se erigió entonces la ciudad, rodeada de murallas.
Se piensa que la cultura Kerma floreció entre c. 2400 y c. 1500 a. C. El rey egipcio Mentuhotep II conquistó la región al principio del Reino Medio (2040-1782 a. C.) pero Kerma permaneció como una próspera metrópolis y fue lo suficientemente poderosa para la época del Segundo período intermedio de Egipto (c. 1782 - c. 1570 a. C.) para amenazar a Egipto en conjunto con el pueblo conocido como hicsos, que se había establecido como un poder político y militar en la región del Delta Norte de Egipto.
Los kushitas de Kerma y los hicsos establecieron intercambios con los Egipcios de Tebas hasta que Amosis I (c. 1570-1544 a. C.) expulsó a los hicsos de Egipto y luego marchó hacia el sur para derrotar a los kushitas. Las campañas egipcias en Kush continuaron hasta el reinado de Tutmosis I (1520-1492 a. C.) y Tutmosis III (1458-1425 a. C.). El final del período Kerma se suele fijar en alrededor del 1500 a. C., cuando Tutmosis I atacó la ciudad. Tutmosis III fundó la ciudad de Napata después de sus campañas, que consolidaron el poder egipcio en la región.
Napata
Napata estuvo claramente influenciada por la cultura egipcia desde sus inicios. Los gobernantes fueron enterrados bajo las tumbas de las pirámides con ajuares egipcios, lo que dificulta la datación de ciertas tumbas, ya que una tumba relativamente reciente de un rey kushita podría contener objetos de 200 años antes de su reinado. La falta de un registro escrito también dificulta la datación positiva. El erudito Derek A. Welsby señala que "estudiar el reino de Kush es como una historia de detectives en la que una serie de hechos dispares y a menudo aparentemente contradictorios se deben tejer en una narración coherente y plausible de los acontecimientos" (9). Aun así, está claro que Napata fue el centro religioso de la región y se convirtió en una ciudad rica gracias al comercio.
Tutmosis III construyó el gran Templo de Amón bajo la cercana montaña de Jebel Barkal, que seguiría siendo el lugar religioso más importante del país durante el resto de su historia, y faraones egipcios posteriores como Ramsés II (1279-1213 a. C.) ampliaron el Templo de Amón y la ciudad. Los sacerdotes de Amón, con bastante rapidez, ejercían el mismo tipo de poder político sobre los gobernantes kushitas que tenían con los reyes egipcios desde la época del Reino Antiguo.
Sin embargo, a medida que el Nuevo Reino iba cayendo, alrededor del 1069 a. C., Napata se fortaleció como entidad política independiente de Egipto. Los sacerdotes de Amón en Egipto habían ido ganando cada vez más poder en Tebas y en la época del Tercer período intermedio de Egipto (c. 1069-525 a. C.), el sumo sacerdote de Tebas gobernaba el Alto Egipto mientras el faraón gobernaba el Bajo Egipto desde la ciudad de Tanis.
La debilidad de Egipto fue la fuerza de Kush, y el Reino de Kush data del 1069 a. C., cuando los reyes kushitas pudieron reinar sin temor ni referencia a los monarcas o políticas egipcias. Napata fue elegida como capital del nuevo reino, que continuó comerciando con Egipto pero logró ampliar su comercio con otras naciones. Al principio, los reyes seguían siendo enterrados en Kerma, pero finalmente la necrópolis real se estableció en Napata. El reino creció de manera estable hasta que fue lo suficientemente poderoso como para tomar lo que quisiera de Egipto cuando lo deseara, y sin embargo, cuando llegó este momento, no entraron en Egipto como conquistadores, sino como gobernantes, con la intención de preservar la cultura egipcia.
La Dinastía XXV
El Tercer período intermedio en Egipto, aunque no fue tan caótico y oscuro como han afirmado los primeros egiptólogos, vio un declive general de la riqueza y el prestigio internacional de la nación. Al mismo tiempo, Kush florecía y el primer rey kushita conocido por su nombre, Alara, unificó el reino y consolidó los ritos religiosos centrados en Napata. Su fecha es desconocida (aunque muchos han sugerido posibilidades), y se convertiría en una figura legendaria para el pueblo de Kush por su largo y próspero reinado, aunque su existencia se verifica mediante antiguas inscripciones y el descubrimiento de la que probablemente sea su tumba.
Su sucesor, Kashta, sentía una gran admiración por la cultura egipcia, importando artefactos del norte y "egiptizando" Napata y el reino de Kush. A medida que Egipto caía y el poder en el Bajo Egipto tenía cada vez menos alcance en el Alto Egipto, Kashta hizo que su hija Amenirdis I fuera nombrada esposa de Amón en Tebas. Sin duda pudo hacerlo debido a la relación entre los sacerdotes de Amón en Napata y los de Tebas, aunque no hay documentación que lo atestigüe. El cargo de Esposa de Dios de Amón, establecido por primera vez durante el Reino Medio, había crecido en importancia hasta el punto de que, en la época de Kashta, una mujer que ocupara el cargo era el equivalente femenino del Sumo Sacerdote de Amón y tenía una enorme riqueza y poder político.
Amenirdis I tomó el control de Tebas y luego simplemente reclamó el gobierno del Alto Egipto. Los príncipes del Bajo Egipto se encontraban en ese momento inmersos en sus propios conflictos, por lo que Kashta llegó a Tebas y se declaró rey del Alto y Bajo Egipto. Sin levantar un ejército ni iniciar ningún tipo de conflicto con los egipcios, fundó la Dinastía XXV de Egipto, bajo la cual el país fue gobernado por una monarquía kushita. Sin embargo, Kashta no vivió mucho tiempo después de su éxito y le sucedió su hijo Piye (747-721 a. C.).
No hay constancia de la reacción de los príncipes del Bajo Egipto a la declaración de Kashta, pero se opusieron firmemente a los esfuerzos de Piye por consolidar el dominio kushita en el país. Piye no negoció con los que consideraba príncipes rebeldes, marchó con su ejército hacia el norte, conquistó todas las ciudades del Bajo Egipto y luego regresó a Napata. Permitió que los reyes conquistados conservaran sus tronos, restablecieran su autoridad y siguieran como hasta entonces; simplemente tenían que reconocerlo como su señor. Piye nunca gobernó Egipto desde Tebas y no parece haber pensado mucho en ello después de su campaña.
El hermano de Piye, Shabaka (721-707 a. C.) lo sucedió y continuó reinando desde Napata. Sin embargo, la realeza del Bajo Egipto volvió a rebelarse y Shabaka los derrotó. Estableció firmemente el control kushita a través del Bajo Egipto hasta la región del Delta. Los estudiosos de principios del siglo XX de la era cristiana afirman que ésta fue una "época oscura" para Egipto, en la que la cultura nubia suplantó los valores tradicionales egipcios, pero esto no puede sostenerse de ninguna manera. La llamada cultura nubia, en esta época, estaba muy egiptizada y, además, Shabaka admiraba la cultura egipcia tanto como su hermano y su padre. Siguió observando las políticas egipcias y respetando las creencias egipcias. Hizo que su hijo, Haremakhet, fuera nombrado Sumo Sacerdote de Amón en Tebas, lo que lo convirtió en gobernante de Egipto, y se embarcó en una serie de proyectos de construcción y esfuerzos de reconstrucción en todo el país. Shabaka, lejos de destruir la cultura egipcia, la preservó.
El hermano menor (o sobrino) de Shabaka, Shebitku (707-690 a. C.) le sucedió y empezó bien, hasta que entró en conflicto con los asirios. Los egipcios habían mantenido una zona de amortiguación entre sus fronteras del norte y la región de Mesopotamia, que se había perdido para esta época. Reinos como Judá e Israel se habían rebelado contra la dominación de los asirios de Mesopotamia y Shabaka había dado asilo a un líder rebelde, Ashdod, que se había rebelado contra el rey asirio Sargón II (722-705 a. C.). La Dinastía XXV siguió apoyando a estos reinos contra los asirios, lo que llevó al ejército asirio a Egipto bajo su rey Asarhaddón en el 671 a. C.
Asarhaddón enfrentó al rey kushita Taharqa (c. 690-671 a. C.) en una batalla, lo derrotó, capturó a su familia y a otros nobles kushitas y egipcios y los envió de vuelta a Nínive encadenados. El propio Taharqa logró escapar y huyó a Napata. Le sucedió Tantamani (c. 669-666 a. C.), que siguió enemistándose con los asirios y fue derrotado por Asurbanipal, que conquistó Egipto en el 666 a. C.
La gran ciudad de Meroe
La Dinastía XXV terminó con Tantamani, que fue sustituido por los asirios con un rey títere conocido como Necho I. El hijo de Necho, Psamético I (c. 665-610 a. C.), se deshizo del dominio asirio y fundó la Dinastía XXVI de Egipto. Psamético I y su sucesor, Necho II, gobernaron bien, pero el sucesor de Necho II, Psamét icoII, sintió que necesitaba una campaña militar gloriosa a la altura de los grandes faraones del Reino Nuevo. Por ello, dirigió una expedición contra Kush, destruyendo ciudades, templos, monumentos, estelas y, finalmente, la ciudad de Napata, antes de aburrirse de la campaña y regresar a Egipto.
En esta época, hacia el 590 a. C., la capital del reino de Kush se trasladó más al sur, a la ciudad de Meroe por seguridad. Los reyes de Meroe continuaron emulando las costumbres y la moda egipcias y siguiendo la política y las prácticas religiosas egipcias hasta el reinado del rey Arcamani I (también conocido como Ergamenes, 295-275 a. C). Los sacerdotes de Amón habían tenido durante mucho tiempo el poder sobre la monarquía kushita asignando a cada rey un determinado tiempo para reinar, y cuando su dios les indicaba que el tiempo se había acabado, el rey debía morir y los sacerdotes elegían a otro.
Según el historiador Diodoro Sículo (siglo I a. C.), Arcamani I había sido educado en la filosofía griega y se negó a ser controlado por las supersticiones de los sacerdotes. Dirigió una banda de hombres al templo, mandó matar a todos los sacerdotes y acabó con su poder sobre la monarquía. A continuación, instituyó nuevas políticas y prácticas que incluían el abandono de la cultura egipcia, con énfasis en la kushita. Arcamani I descartó la escritura jeroglífica en favor de otra conocida como meroítica que, hasta la fecha, no ha sido descifrada. La moda del pueblo de Meroe durante su reinado se aleja de lo egipcio para pasar a ser netamente meroítica y los dioses de los egipcios se asimilan a deidades kushitas como Apedemak. La tradición de enterrar a la realeza en Napata también fue abandonada y a partir de entonces, los reyes fueron enterrados en Meroe.
Otra innovación interesante del reinado de Arcamani I fue el establecimiento de monarcas femeninas en Meroe. Estas reinas, conocidas como Candaces (también Kandake, Kentake) gobernaron entre c. 284 a. C. y c. 314 d. C. Aunque tenían escolta masculina en las ceremonias públicas, no estaban sujetas a la dominación masculina. La reina más antigua de la que se tiene constancia es Shanakdakhete (c. 170 a. C.), que aparece con una armadura completa dirigiendo a sus tropas en la batalla. Se cree que el título de Candace significa "reina madre", pero no está claro a qué se refiere exactamente. Es posible que inicialmente significara "mujer real" o "madre del rey", pero las reinas que ostentaron el título aparecen como monarcas que no se definían por su relación con los hombres. Una de estas reinas, Amanirenas (c. 40-10 a. C.), dirigió a su pueblo con éxito durante la guerra meroítica entre Kush y Roma (27-22 a. C.) y fue capaz de negociar condiciones favorables en el tratado de paz de Augusto César.
Conclusión
Meroe, a orillas del Nilo, era un complejo agrícola e industrial, así como la capital del Reino de Kush, y se enriqueció gracias a sus trabajos en hierro y al comercio. Se exportaban granos y cereales junto con armas y herramientas de hierro, y el ganado recorría los campos que rodeaban la ciudad. Meroe era tan rica que se convirtió en una leyenda y se dice que el rey persa Cambises II (525-522 a. C.) incluso lanzó una expedición para saquearla. Si dicha expedición llegó a montarse, nunca alcanzó la ciudad, y la leyenda afirma que el ejército de Cambises II fue derrotado por el inhóspito terreno que tuvieron que atravesar y por el clima.
Grandes bosques se alzaban al otro lado de los fértiles campos que rodeaban la ciudad, regados por los canales del Nilo. La clase alta vivía en grandes casas y palacios que daban a amplias avenidas bordeadas de estatuas, mientras que las clases bajas vivían en casas de adobe o chozas. Según las inscripciones antiguas, incluso el ciudadano más pobre de Meroe estaba en mejor situación que cualquier otro. El templo de Amón, en el centro de la ciudad, era supuestamente su joya y estaba a la altura del anterior templo de Napata.
Hacia el año 330 d. C., los axumitas invadieron y saquearon Meroe. Aunque la ciudad continuaría otros 20 años, fue efectivamente destruida por los axumitas. Sin embargo, aunque la invasión no hubiera llegado, Meroe estaba condenada y se lo había buscado. La industria del hierro requería enormes cantidades de madera para crear carbón y alimentar los hornos para el hierro, lo que provocó la deforestación de los bosques que alguna vez habían sido abundantes. Los campos fueron pastoreados en exceso por el ganado y sobreutilizados para los cultivos, agotando el suelo. Antes de que llegaran los axumitas, Meroe debió haber estado en decadencia y habría tenido que ser abandonada de todos modos. Cuando los últimos habitantes abandonaron la ciudad hacia el año 350 d. C., el reino de Kush había llegado a su fin.