Medicina egipcia antigua: estudio y práctica

Artículo

Joshua J. Mark
por , traducido por Felipe Arancibia
Publicado el 16 febrero 2017
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Disponible en otros idiomas: inglés, francés, portugués

En Europa, durante el siglo XIX, un interesante mecanismo comenzó a aparecer en los campos mortuorios y cementerios: el mortsafe. Esta era una jaula de hierro erigida sobre una tumba para mantener a salvo el cuerpo del difunto de los "resurreccionistas", mejor conocidos como ladrones de cadáveres. Estos hombres desenterraban los cuerpos recién enterrados y los entregaban, por efectivo, a médicos que desearan estudiar la anatomía. La disección de un ser humano era ilegal por ese entonces, y hasta la Ley de Anatomía de 1832, los únicos cuerpos con los que un médico podía trabajar eran los de aquellos que habían sido ejecutados por crímenes capitales.

Esto no proveía a los médicos la cantidad de cuerpos ni la variedad de causas de muertes necesarias para entender anatomía, fisiología y patología. Los médicos reconocían que la mejor manera de tratar a un paciente era entender cómo los órganos del cuerpo trabajaban juntos y qué podía afectarlos, pero tenían accesos restringidos. Estos médicos pagaban a los resurreccionistas largas sumas de dinero por cadáveres a lo largo de los años, y lo más probable es que se hubieran sorprendido, o incluso divertido de saber que, en el antiguo Egipto, la práctica de la disección era rutinaria, pero que a nadie en el ámbito médico de la época se le ocurrió aprovecharla.

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Fractured Femur of an Egyptian Mummy
Fémur fracturado de una momia egipcia
Osama Shukir Muhammed Amin (Copyright)

Los antiguos embalsamadores egipcios no hablaban de su trabajo con los médicos de la época, y estos últimos nunca parecen haberse interesado en observar a aquellos. Los médicos egipcios curaban a sus pacientes por medio de hechizos, técnicas médicas prácticas, encantos y el uso de hierbas y otras sustancias naturales. Su comprensión de la anatomía y fisiología era minúscula porque, aunque Imhotep (2667-2600 a.C.) había defendido en sus tratados que las enfermedades podían producirse de forma natural, la visión prevalente era que se debían a elementos sobrenaturales. Por lo tanto, el estudio de la medicina interna se consideraba una pérdida de tiempo, ya que la enfermedad provenía de fuentes externas.

La naturaleza de la enfermedad

Hasta el siglo XIX, el mundo no conocía la teoría de los gérmenes. Los trabajos de Louis Pasteur, confirmados posteriormente por el cirujano británico Joseph Lister, demostraron que las enfermedades son causadas por bacterias y que se pueden tomar medidas para minimizar los riesgos en cada caso. Los antiguos egipcios, como cualquier otra civilización, no contaban con tal perspectiva. Se creía que las enfermedades eran causadas por la voluntad de los dioses (para castigar el pecado o enseñar una lección), por la acción de espíritus o espíritus malvados, o por la presencia de un fantasma.

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SE CREÍA QUE LAS ENFERMEDADES ERAN CAUSADAS POR LA VOLUNTAD DE LOS DIOSES (PARA CASTIGAR EL PECADO O ESCARMENTAR), POR LA ACCIÓN DE ESPÍRITUS MALIGNOS O POR LA PRESENCIA DE UN FANTASMA.

Incluso en los casos en los que un diagnóstico sugería alguna causa física definida por un problema, como una enfermedad del hígado, por ejemplo, se seguía pensando que tenía un origen sobrenatural. Los textos médicos egipcios reconocen la enfermedad del hígado pero no la función del mismo. De la misma manera, los médicos entendían del útero pero no el modo en que este trabajaba, ni siquiera su conexión con el resto del cuerpo femenino; creían que era un órgano con acceso a cualquier otra parte del cuerpo. El corazón era considerado el asiento del intelecto, la emoción, y la personalidad, mientras que se creía que el cerebro era inservible, incluso a pesar de que se han documentado casos de operaciones cerebrales. Se comprendía que el corazón era una bomba y que las venas y las arterias transportaban sangre a través del cuerpo, y la enfermedad al corazón era diagnosticada y tratada por medidas reconocidas a día de hoy (como el cambio de dieta), pero se seguía pensando que la causa fundamental de la enfermedad procedía de organismos sobrenaturales.

Médicos famosos

Incluso así, los antiguos médicos egipcios eran muy respetados y con razón: sus procedimientos parecen haber sido muy eficaces. Se sabe que los hititas recurrían a Egipto para suministrarles médicos, como lo hicieron los asirios y los persas. Los griegos tenían gran admiración por las prácticas médicas egipcias, aun a pesar de que no tomaran muy en serio los aspectos mágicos del tratamiento. El médico romano Galeno (126-216 a.C.) estudió en Egipto, en la ciudad de Alejandría, y antes que él, Hipócrates, el padre de la medicina moderna (460-370 a.C.), hizo las mismas afirmaciones sobre las enfermedades que Imhotep había hecho 2.000 años antes.

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Hombres y mujeres podían ser médicos y algunos se mencionan por su nombre. Algunos de ellos son:

Merit-Ptah (2700 a.C.), la principal médica de la corte real y la primera mujer de nombre conocido en medicina y en ciencia.

Imhotep (2667-2600 a.C.), arquitecto del rey Djoser, quien también escribió tratados de medicina y que fue más tarde deificado como dios de la medicina y la curación.

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Imhotep
Imhotep
Trustees of the British Museum (Copyright)

Hesyre (también conocido como Hesy-Ra, 2600 a.C.), jefe de los dentistas y médico del rey; el primero dentista conocido del mundo.

Pesehet (2500 a.C.), supervisora de las médicas y posiblemente profesora de la escuela médica de Sais fundada en el 3000 a.C..

Qar (2350 a.C.), médico real bajo el reinado del rey Unas de la VI Dinastía, enterrado con su instrumental quirúrgico de bronce, considerado el más antiguo del mundo.

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Mereruka (2345 a.C.), visir del rey Teti de la VI Dinastía, en cuya tumba en Saqqara hay inscritos más títulos que en ninguna otra de los alrededores. Era el supervisor de los médicos del rey.

Ir-en-akhty (Primer Período Intermedio de Egipto, 2181-2040), cuya amplia gama de especialidades lo hacen único en la historia médica de Egipto. La mayoría de los médicos se especializaban en una sola área médica, mientras que Ir-en-akhty contaba con varios títulos.

Se nombran otros médicos desde el Imperio Medio (2040-1782 a.C.) hasta el Período Ptolemaico (323-30 a.C.), incluyendo a la médica Cleopatra (no la famosa reina), que escribió textos médicos mencionados por escritores posteriores y estudiados por Galeno.

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Magia y medicina

Todos estos médicos practicaron una combinación de lo que hoy en día se consideraría medicina práctica y magia. Dado que la enfermedad sobrevenía de causas sobrenaturales, era razonable concluir que el mejor recurso era el tratamiento sobrenatural. En la actualidad, es posible que se miren con escepticismo estas creencias y prácticas, pero en su época se consideraban bastante eficaces y totalmente prácticas.

Caduceus
El caduceo
The Trustees of the British Museum (Copyright)

Los expertos y médicos modernos son incapaces de corroborar su eficacia porque no pueden identificar positivamente los elementos, enfermedades y procedimientos que se mencionan en muchos de los textos. Algunas palabras egipcias no se corresponden con ninguna planta conocida u objeto usado en el tratamiento ni a ninguna enfermedad conocida. A pesar de que los antiguos médicos egipcios no tenían un completo entendimiento de las funciones de los órganos internos, de alguna forma se organizaron para tratar a sus pacientes de forma suficientemente aceptable, al punto de que sus prescripciones y prácticas fueron copiadas y aplicadas por milenios. Para los griegos, especialmente, las prácticas médicas egipcias fueron consideradas admirables. Platón menciona a los médicos egipcios en sus Diálogos, e inclusive jura por ellos tal como se haría a un dios. Los griegos, de hecho, servían como un conducto por medio del cual las prácticas médicas egipcias alcanzaron una gran audiencia. La egiptóloga Margaret Bunson dice al respecto:

Los griegos honraban a muchos de los primeros sacerdotes-médicos egipcios, especialmente a Imhotep, a quien equipararon con su dios Asclepio. Cuando registraban las costumbres médicas y procedimientos egipcios, sin embargo, incluían la magia y los conjuros usados por los sacerdotes que hacían a la medicina parecer trivial o como un aspecto supersticioso de la vida egipcia. Los hechizos mágicos eran de hecho una parte de la medicina egipcia... Sin embargo, los expertos han reconocido desde hace mucho que los egipcios observaron cuidadosamente varias dolencias, lesiones y deformidades físicas, y ofrecían muchas prescripciones para su alivio. (158)

El dios Heka presidía sobre la medicina y la magia, y su báculo de dos serpientes enroscadas llegaría a ser el caduceo del Asclepio de los griegos y, hoy en día, el símbolo de la profesión médica. Sekhmet, Serket (o también Selket), Nefertum, Bes, Tawawret, y Sobek eran todos asociados con la salud y la curación en uno u otro aspecto, pero también lo eran las poderosas diosas como Isis y Hathor e incluso aquellos con oscuras personalidades, usualmente temidos, como Set o el dios demonio Pazuzu. Cualquiera de estos dioses podía ser invocado por un practicante médico para extirpar demonios malvados, aplacar a fantasmas enojados, reconducir su decisión de enviar la enfermedad, o generar energías sanadoras.

Tratamientos

Los tratamientos prescritos usualmente combinaban algunas aplicaciones prácticas de la medicina con hechizos para hacerla más efectiva. Por ejemplo, un ratón asado molido dentro de un recipiente de leche, era considerada una cura para la tos ferina, pero un ratón molido en leche tomado después de recitar un hechizo funcionaría mejor. Las madres ataban la mano izquierda de sus niños con una prenda santificada y sostenían imágenes y amuletos del dios Bes en el cuarto para protección, pero también recitaban canciones de cuna mágicas que alejaban a los espíritus malignos.

Al mismo tiempo, hay una serie de recetas en las que no se mencionan los hechizos mágicos. En el Papiro de Ebers (1550 a.C.) una receta para la anticoncepción dice: "muele finamente una medida de dátiles de acacia con un poco de miel. Humedece lana de semilla con la mezcla e introdúcela en la vagina" (Lewis, 112). El papiro de Edwin Smith (1600 a.C.) se centra en el tratamiento quirúrgico de lesiones y, de hecho, es el tratado de cirugía más antiguo que se conoce en el mundo. Aunque hay ocho hechizos mágicos escritos en el reverso del papiro, la mayoría de los estudiosos creen que se trata de añadidos posteriores, ya que los papiros solían ser utilizados más de una vez por diferentes autores.

Edwin Smith Papyrus
El papiro de Edwin Smith
Jeff Dahl (Public Domain)

El papiro de Edwin Smith es el más conocido por sus procedimientos prácticos en cuanto a lesiones, pero hay otros que ofrecen el mismo tipo de consejos para enfermedades o afecciones de la piel. Algunos de estos eran obviamente ineficaces - como el tratamiento de las dolencias del ojo con sangre de murciélago - pero otros parecen haber funcionado. La cirugía invasiva nunca se practicó de forma generalizada, sencillamente porque los cirujanos egipcios no la consideraban eficaz. Lo explica la egiptóloga Helen Strudwick:

Debido al limitado conocimiento de anatomía, la cirugía no iba más allá de un nivel elemental y la cirugía interna no era tomada en consideración. La mayor parte de los instrumentos encontrados en tumbas o representados en los relieves de templos eran usados para tratar lesiones o fracturas que eran, posiblemente, el resultado de accidentes sufridos por los trabajadores en las obras monumentales de los faraones. Otros utensilios eran usados para problemas ginecológicos y en el parto, ambos temas tratados ampliamente en los papiros médicos (454).

El papiro ginecológico de Kahun (1800 a.C.) es el documento más antiguo de este tipo relacionado con la salud de la mujer. Aunque los hechizos son mencionados, muchas recetas tenían que ver con la administración de fármacos o mezclas sin asistencia sobrenatural, como en las siguientes:

En la examinación de una mujer atada a la cama, no estirándose cuando la sacude, debes decir de ella "son apretones del útero". Debes tratarla haciéndola beber 2 hin de bebida y hacer que la vomite de una vez. (Columna II, 5-7).

Este particular pasaje ilustra el problema de traducir los textos médicos egipcios antiguos, siendo que no hay claridad en lo que puede significar, precisamente, "no estirándose cuando la sacude" o "son apretones del útero", ni tampoco está claro qué era la bebida. Así ocurre a menudo con las recetas en las que una hierba, un elemento natural o una mezcla se escriben como si fueran de conocimiento común y no necesitaran más explicaciones. La cerveza y la miel (a veces el vino) eran las bebidas más comunes que se recetaban para tomar con medicamentos. A veces, la mezcla se describe minuciosamente hasta la dosis, pero otras veces, parece que se daba por sentado que el médico sabría qué hacer sin necesidad de que se lo dijeran.

Conclusión

Como ya se ha señalado, los médicos del antiguo Egipto eran considerados los mejores de su época y con frecuencia eran consultados y citados por médicos de otras naciones. La escuela de medicina de Alejandría era legendaria, y los grandes médicos de generaciones posteriores debieron su éxito a lo que allí aprendieron. En la actualidad, puede parecer pintoresco o incluso tonto creer que un conjuro mágico recitado sobre una taza de cerveza pueda curar cualquier cosa, pero esta práctica parece haber funcionado bien para los egipcios.

Es muy posible, como han sugerido varios estudiosos, que el éxito del médico egipcio personifique el efecto placebo: la gente creía que sus recetas funcionarían, y así fue. Dado que los dioses eran un aspecto tan prevalente de la vida egipcia, su presencia en la curación o prevención de enfermedades no suponía un gran acto de fe. Los dioses de los egipcios no vivían en los lejanos cielos (aunque ciertamente también ocupaban ese espacio), sino en la tierra, en el río, en los árboles, en el camino, en el templo del centro de la ciudad, en el horizonte, al mediodía, al atardecer, a lo largo de la vida y hasta la muerte. Si tenemos en cuenta la estrecha relación que los antiguos egipcios mantenían con sus dioses, no es de extrañar encontrar elementos sobrenaturales en sus prácticas médicas más comunes.

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Sobre el traductor

Felipe Arancibia
Estudié el grado en antropología social, en la Pontificia Universidad Católica de Chile, desde el 2016 al 2020. Fui estudiante de intercambio en la UNAM, Ciudad de México, el primer semestre de 2018. Máster en Lógica de la Universidad de Valladolid.

Sobre el autor

Joshua J. Mark
Joshua J. Mark es un escritor independiente y antiguo profesor de filosofía a tiempo parcial en el Marist College de Nueva York. Vivió en Grecia y Alemania y ha viajado por Egipto. Ha sido profesor universitario de historia, escritura, literatura y filosofía.

Cita este trabajo

Estilo APA

Mark, J. J. (2017, febrero 16). Medicina egipcia antigua: estudio y práctica [Ancient Egyptian Medicine: Study & Practice]. (F. Arancibia, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-50/medicina-egipcia-antigua-estudio-y-practica/

Estilo Chicago

Mark, Joshua J.. "Medicina egipcia antigua: estudio y práctica." Traducido por Felipe Arancibia. World History Encyclopedia. Última modificación febrero 16, 2017. https://www.worldhistory.org/trans/es/2-50/medicina-egipcia-antigua-estudio-y-practica/.

Estilo MLA

Mark, Joshua J.. "Medicina egipcia antigua: estudio y práctica." Traducido por Felipe Arancibia. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 16 feb 2017. Web. 27 abr 2024.

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