1453: La Caída de Constantinopla

Artículo

Mark Cartwright
por , traducido por Juan Diego Jiménez Velázquez
Publicado el 23 enero 2018
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Disponible en otros idiomas: inglés, francés, alemán, indonesio, portugués, turco

La ciudad de Constantinopla (hoy Estambul) fue fundada por el emperador romano Constantino I en el 324 d.C. sobre la península en el actual estrecho de Bósforo, pasando a ser la capital del Imperio Romano de Oriente o Imperio Bizantino, como se le conoció más tarde por más de 1.000 años. Aunque la ciudad sufrió muchos ataques, asedios prolongados, rebeliones internas e incluso un período de ocupación en el siglo XIII. durante la Cuarta Cruzada, sus legendarias defensas fueron las más formidables tanto en el mundo antiguo como en el medieval. Sin embargo no pudo resistir los poderosos cañones del sultán otomano Mohamed II y Constantinopla, joya y bastión de la cristiandad fue conquistada, destrozada y saqueada el martes 29 de mayo de 1453.

The Siege of Constantinople
El asedio de Constantinopla
Dirk D. (CC BY-SA)

Una Fortaleza Inexpugnable

Constantinopla había resistido muchos asedios y ataques a lo largo de los siglos, especialmente por parte de los árabes entre 674 y 678 y nuevamente entre 717 y 718. El gran búlgaro Khans Krum (reinado 802-814) y Symeon (reinado 893-927) ambos intentaron atacar la capital bizantina al igual que los Rus (descendientes de vikingos asentados en Kiev) en 860, 941, y 1043, pero todos fallaron. Otro asedio importante fue promovido por Tomás el Eslavo entre 821 y 823. Todos estos ataques no tuvieron éxito gracias a la ubicación estratégica de la ciudad junto al mar, su poderosa flota naval y un arma secreta y especialmente mortífera conocida como el fuego griego (una mezcla de sustancias altamente inflamables) y lo más importante de todo, la protección de las enormes murallas.

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Las famosas murallas de la ciudad eran una triple hilera de fortificaciones construidas durante el reinado de Teodosio II (408-450 d.C.) que protegían el área ocupada por la ciudad en tierra firme . Se extendían unos 6,5 kilómetros a través de la península desde las orillas del Mar de Mármara hasta el Cuerno de Oro y se concluyeron por completo en 439. La defensa de la ciudad giraba en torno a un sistema de murallas con una zanja exterior de 20 metros de ancho y 7 metros de profundidad que podía inundarse con agua cuando fuera necesario por medio de tuberías. Detrás de la zanja estaba la primera muralla exterior con un corredor de patrullaje para vigilar del foso. En seguida había una segunda muralla que tenía torres dispuestas a intervalos regulares y una terraza interior que proporcionaba una posición estratégica para disparar sobre las fuerzas enemigas que atacasen el foso y la primera muralla. Luego, detrás de esa muralla, había una tercera mucho más sólida. Esta última defensa tenía casi 5 metros de espesor, 12 metros de altura y 96 torres salientes cuadradas u octogonales. Cada torre era de 20 metros de alto y distanciada unos 70 metros respecto a la próxima y pudiendo albergar hasta tres piezas de artillería. Las torres de la segunda muralla se ubicaron de tal forma que no bloqueasen la línea de fuego de las torres de la muralla interior. La distancia entre la zanja exterior y la pared interior era de 60 metros, mientras que la diferencia de altura era de 30 metros.

Theodosian Walls
Murallas de Teodosio.
Bigdaddy1204 (CC BY-SA)

Para tomar Constantinopla, un ejército tenía entonces que atacar tanto por tierra como por mar, pero a lo largo de su historia todos los intentos fracasaron sin importar quién lo intentó ni qué armas y máquinas de asedio utilizó. En pocas palabras Constantinopla era prácticamente inexpugnable. Sin embargo, después de 800 años de triunfar en todos los ataques que recibió, las defensas de la ciudad finalmente fueron superadas por los caballeros de la Cuarta Cruzada en el 1204. Reparada y reconstruida por Miguel VIII (reinado 1261-1282) en 1260, la ciudad siguió siendo la fortaleza militar más difícil de vencer el mundo conocido, reputación que no disuadió a los otomanos en sus intenciones.

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CONSTANTINOPLA SIGUIÓ SIENDO LA FORTALEZA MILITAR MÁS DIFÍCIL DE vencer EN EL MUNDO CONOCIDO.

El Imperio Otomano

El Imperio Otomano había comenzado como un pequeño emirato turco fundado por Osmán I (Asia Menor occidental) a finales del siglo XIII, pero a principios del siglo XIV, ya se había expandido a Tracia. Estableciendo la capital en Adrianópolis, la expansión turca incluyó Salónica (Grecia) y Serbia. En 1396, en Nikopolis (Grecia) cerca del Danubio, un ejército otomano derrotó a un ejército cruzado. Constantinopla fue el próximo objetivo cuando Bizancio, al borde del colapso, se convirtió en nada más que un estado dentro del Imperio Otomano. La ciudad fue atacada en 1394 y 1422 logrando resistir en ambas ocasiones. Otro ejército cruzado fue derrotado en 1444 en Varna (Bulgaria) próxima a la costa del Mar Negro. Luego, el nuevo sultán, Mohamed II (reinado 1451-1481), después de largos preparativos de construcción, extensión y ocupación de fortalezas a lo largo del Bósforo, especialmente en Rumili Hissar y Anadolu (hoy Turquía) en 1452, se movilizó para acabar con los bizantinos y tomar su capital.

Los Defensores

La derrota del ejército cruzado en Varna (1444) significó que los bizantinos ahora estaban solos y sin esperanzas de recibir ayuda desde Roma, donde los Papas habían perdido interés en los bizantinos por su falta de entusiasmo para formar una sola la Iglesia bajo Roma. Los venecianos enviaron en abril de 1453 dos galeras y 800 hombres, Génova prometió otra galera e incluso el Papa prometió más tarde cinco galeras armadas, pero los otomanos ya habían aislado a Constantinopla. A la gente de la ciudad solo le quedó abastecerse de alimentos y armas, poniendo su confianza en que las murallas de Constantinopla los salvarían una vez más. Según el historiador y testigo griego del siglo XV, Jorge Sphrantzes, el ejército defensor estaba compuesto por menos de 5.000 hombres, un número insuficiente para cubrir adecuadamente todas las murallas de la ciudad, unos 19 km en total. Por otro lado, la armada bizantina, también disminuida, ahora constaba de solo 26 barcos y la mayoría de ellos pertenecían a los colonos italianos de la ciudad, así que los bizantinos estaban en desventaja en cuanto a número de hombres, barcos y armas.

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Greek Fire
Fuego griego
Unknown Artist (Public Domain)

Con este panorama sólo la intervención divina podría salvarlos nuevamente tal como en los muchos asedios anteriores se creyó los había salvado. Por otro lado también hubo presagios poco alentadores basados en profecías que proclamaban la caída de Constantinopla cuando el emperador se llamara Constantino (y un buen número lo fue) sumado un eclipse de luna que hubo en los días anteriores el asedio de 1453.

LA TECNOLOGÍA DE LA GUERRA HABÍA AVANZADO Y LAS MURALLAS TEODOSIANAS ESTABAN A PUNTO DE SER SOMETIDAS A LA PRUEBA MÁS SEVERA DE SU HISTORIA.

El emperador bizantino en el momento del ataque era Constantino XI (reinado 1449-1453) quien se hizo cargo personalmente de la defensa junto con figuras militares tan notables como Lucas Notaras, los hermanos Cantacuzenus, Nikephoros Palaiologos y el experto genovés en asedios, Giovanni Giustiniani. Los bizantinos contaban, como armas defensivas, con catapultas y el fuego griego, la mezcla altamente inflamable que se podía rociar desde las galeras o las murallas para incendiar al enemigo, pero la tecnología militar había avanzado y las murallas de Teodosio estaban a punto de ser sometidas a la prueba más severa de su historia.

Los Atacantes

Mohamed II disponía de algo que sería usado por primera vez contra las murallas de Constantinopla: cañones gigantescos. Los bizantinos habían tenido la primera opción para adquirir los cañones ya que se los había ofrecido su inventor, el ingeniero húngaro cristiano llamado Urban, pero Constantino no pudo pagar el precio. Urban entonces los ofreció al sultán Mohamed, el cual mostró más interés y le ofreció cuatro veces más de lo que estaba pidiendo. Estas temibles armas se utilizaron por primera vez en noviembre de 1452 cuando un barco veneciano, desobedeciendo la prohibición de tráfico fue hundido mientras navegaba por el Bósforo. El capitán sobrevivió pero fue capturado, decapitado y luego empalado en una estaca. Era una señal de lo que vendría.

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Mehmed II
Mohamed II
Gentile Bellini (Public Domain)

Según Jorge Sphrantzes, el ejército otomano contaba con 200.000 hombres, pero los historiadores modernos se decantan por una cifra más conservadora de 60.000 a 80.000. Cuando el ejército se reunió en las murallas de la ciudad de Constantinopla el 2 de abril de 1453 los bizantinos vieron por primera vez los cañones de Mohamed. El más grande tenía 9 metros de largo con una boca de un metro de ancho con capacidad para disparar una bola de 500 kilos tan lejos como 1,5 km. Este cañón era tan gigantesco que se tardaba muchísimo en enfriarlo y prepararlo de modo que solo se podía disparar siete veces al día. Aún así, los otomanos tenían muchos cañones más pequeños, cada uno capaz de disparar más de 100 veces al día.

El 5 de abril, Mohamed demandó la rendición inmediata de la ciudad, pero no hubo respuesta. El 6 de abril comenzó el ataque. Las murallas de Teodosio fueron atacadas implacablemente con los gigantescos cañones otomanos. Los defensores no podían hacer más que disparar con sus propios cañones más pequeños durante el día, contener a los atacantes donde los cañones habían perforado los agujeros más grandes e intentar reparar esos huecos cada noche lo mejor que podían utilizando rocas, barriles y cualquier cosa disponible. Las pilas de escombros resultantes fueron útiles contra los disparos de los cañones mejor que las paredes fijas, pero, eventualmente, uno de los asaltos de infantería seguramente lo atravesaría.

Luchando por Sobrevivir

El asedio se prolongó por seis semanas mientras los defensores resistían. El ataque otomano a la barrera que bloqueaba el acceso al puerto de la ciudad (la cadena de hierro), donde se encontraba la flota bizantina, fue repelido, al igual que varios asaltos directos a las murallas. El 20 de abril tres barcos genoveses enviados por el Papa y un barco que transportaba granos enviado por Alfonso de Aragón consiguieron romper el bloqueo naval otomano y alcanzar el puerto en el Cuerno de Oro. Mohamed, enfurecido y sabiendo que era necesario tomar el puerto, el flanco más débil del sistema de murallas, ingenia un plan para sortear la cadena de hierro que obstruye el acceso al puerto. Se construye un sistema de rodillos sobre el cual son transportados por tierra 70 de sus barcos, cargados en carros tirados por bueyes y de esta manera, y sin que los defensores se percataran de ello, la flota otomana es trasladada por tierra al interior de la bahía donde está el puerto del Cuerno de Oro. Ya dentro, los otomanos construyen sobre la bahía una estructura de pontones sobre el cual fijaron cañones para poder atacar también cualquier parte de la ciudad desde el mar. A los defensores solo les quedó destinar más hombres para cubrir este flanco, el más punto débil, ahora bajo asedio desde el mar.

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15th-century CE Ottoman Cannon
Cañon Otomano del Siglo XV
The Land (Public Domain)

El tiempo se agotaba, pero entonces llegó un respiro; Mohamed debe regresar temporalmente a Asia Menor para sofocar varias revueltas. Por este motivo, Mohamed le ofreció a Constantino un trato: pagar tributo y él se retiraría. Frente a la negativa de Constantino, Mohamed decidió un ataque total sobre la ciudad, así que para animar a sus tropas, les ofreció plena licencia para saquear lo que quisieran una vez conquistada.

Mohamed fijó la fecha para el asalto decisivo; la madrugada del 29 de mayo de 1453. Los primeros en ser enviados, después del habitual cañoneo, fueron las tropas de segunda clase con el fin de agotar físicamente a los defensores, luego se lanzó una segunda ola con tropas mejor armadas y preparadas para finalmente enviar una tercera ola, esta vez compuesta por tropas de elite, los jenízaros. Durante esta tercera ola es cuando el desastre golpeó a los bizantinos. Un incomprensible e inesperado suceso favorece a los turcos, una pequeña puerta peatonal, llamada Kerkaporta, que daba acceso al interior de la ciudad, estaba abierta y los jenízaros al descubrirla no dudaron en usarla. Subieron a la cima de la muralla, izaron la bandera otomana, para luego abrirse paso hasta la puerta principal y permitir la entrada del resto del ejercito atacante.

MUCHOS DE LOS HABITANTES DE LA CIUDAD OPTARON POR EL SUICIDIO PARA NO SOMETERSE A LOS HORRORES DE LA CAPTURA Y LA ESCLAVITUD.

Destrucción

Con los turcos dentro de la ciudad, el pánico se apoderó de los defensores produciéndose el caos. Muchos huyeron a sus hogares para defender a sus propias familias mientras solo algunos junto a Constantino, mantuvieron la disciplina para enfrentarse al enemigo. Constantino muere luchando, probablemente cerca de la Puerta de San Romanos y su cuerpo es ocultado para evitar que fuese usado por los turcos como símbolo de triunfo. Pronto surgió una leyenda en torno a Constantino la cual decía, que no había muerto sino que lo habían revestido mágicamente en mármol y enterrado debajo de la ciudad y que él volvería a gobernar de nuevo.

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Rendidos los defensores, comenzó el pillaje y la destrucción. Muchos de los habitantes de la ciudad se suicidaron para no sufrir los horrores de la captura y la esclavitud. Quizás 4.000 murieron directamente y más de 50.000 fueron enviados como esclavos. Muchos buscaron refugio en iglesias, incluso dentro de Santa Sofía, pero estas eran objetivos importantes por sus tesoros, y después que fueron saqueadas por sus gemas y metales preciosos, los edificios y sus íconos invaluables fueron destruidos. Se perdieron innumerables tesoros artísticos, se quemaron libros y todo lo que tuviera un mensaje cristiano fue hecho pedazos, incluidos frescos y mosaicos.

Mehmed II Conquers Constantinople
Mohamed II conquista Constantinopla
Jean-Joseph Benjamin-Constant (Public Domain)

Mohamed entró por la tarde en la ciudad, pidió el fin del pillaje y declaró que la iglesia de Santa Sofía se convertiría inmediatamente en mezquita. Fue una declaración poderosa que el papel de la ciudad como bastión del cristianismo durante doce siglos había terminado. Luego, Mohamed reunió a los supervivientes más importantes de la nobleza de la ciudad y los ejecutó.

Consecuencias

Constantinopla se convirtió en la nueva capital otomana, la enorme Puerta Dorada de las murallas de Teodosio pasó a formar parte del tesoro del castillo de Mohamed, mientras que a la comunidad cristiana se le permitió sobrevivir, guiada por el obispo Gennadios II. Lo que quedó del antiguo imperio bizantino fue absorbido por el territorio otomano tras la conquista de Mistra en 1460 y Trebisonda en 1461, ambas ciudades en Grecia. Mientras tanto, Mohamed, de sólo 21 años conocido en adelante como "el Conquistador", se instaló durante un largo reinado de 28 años como sultán. La cultura bizantina sobreviviría, especialmente en las artes y la arquitectura, pero la caída de Constantinopla fue, sin embargo, un episodio trascendental de la historia mundial, el fin del antiguo Imperio Romano y el último vínculo sobreviviente entre los mundos medieval y antiguo. Como señala el historiador J. J. Norwich:

Por eso, cinco siglos y medio después, en todo el mundo griego todavía se cree que el martes es el día más desafortunado de la semana; por qué la bandera turca todavía muestra una luna menguante, recordándonos que la luna estaba en su último cuarto cuando Constantinopla finalmente cayó. (383)

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Sobre el traductor

Juan Diego Jiménez Velázquez
Nací en Caracas, Venezuela (1967). Hijo de inmigrantes españoles, recibí educación estricta en mi hogar. Desde niño, los libros han estado siempre presentes en casa a lo largo de los años. Gracias a eso soy lo que soy hoy, un amante del conocimiento.

Sobre el autor

Mark Cartwright
Mark es un autor, investigador, historiador y editor a tiempo completo. Se interesa especialmente por el arte, la arquitectura y por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones en World History Encyclopedia.

Cita este trabajo

Estilo APA

Cartwright, M. (2018, enero 23). 1453: La Caída de Constantinopla [1453: The Fall of Constantinople]. (J. D. J. Velázquez, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-1180/1453-la-caida-de-constantinopla/

Estilo Chicago

Cartwright, Mark. "1453: La Caída de Constantinopla." Traducido por Juan Diego Jiménez Velázquez. World History Encyclopedia. Última modificación enero 23, 2018. https://www.worldhistory.org/trans/es/2-1180/1453-la-caida-de-constantinopla/.

Estilo MLA

Cartwright, Mark. "1453: La Caída de Constantinopla." Traducido por Juan Diego Jiménez Velázquez. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 23 ene 2018. Web. 20 abr 2024.

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