Séneca

Definición

Donald L. Wasson
por , traducido por Edilsa Sofia Monterrey
Publicado el 19 junio 2020
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Disponible en otros idiomas: inglés, francés, portugués
Seneca (by Matas Petrikas, CC BY-NC)
Busto de Séneca
Matas Petrikas (CC BY-NC)

Lucio Anneo Séneca (Séneca el Joven, quien vivió del año 4 a.C. al 65 d.C.) fue un autor, dramaturgo, orador romano y, más importante aún, el tutor y consejero del emperador romano Nerón (que reinó del año 54 al 68 d.C.). Influido por la filosofía estoica escribió varios tratados filosóficos y 124 cartas sobre cuestiones morales, las Epistulae morales (las Epístolas morales). Como tutor de Nerón, trató de transmitirle su filosofía de llevar una vida de virtud y con la ayuda del prefecto del pretorio (jefe de la guardia imperial), Burro, trató de mantener bajo control la autocomplacencia de Nerón. A pesar de sus mejores esfuerzos y acusado en falso de formar parte de una conspiración para asesinar al emperador, el cada vez más paranoico Nerón le ordenó que se suicidara.

Juventud y exilio

Nacido en Córdoba, Hispania (España) en el año 4 a.C., Séneca vino al mundo en el seno de una familia pudiente de linaje italiano, lo que automáticamente lo hacía ciudadano romano. Tenía dos hermanos, una madre llamada Helvia y un padre famoso, Séneca el Viejo, un autor y maestro de retórica. Séneca pasó sus años formativos estudiando gramática y retórica en Roma; mientras que estaba allí, desarrolló un interés en filosofía que le duró por el resto de su vida, asistió a lecciones sobre estoicismo, una filosofía griega que correspondía a su carácter y esto es evidente en los textos de sus tratados. Según uno de los defensores de esta filosofía, Epicteto, uno debe vivir una vida de tranquilidad, serenidad y compostura; la paz mental puede lograrse a través del autocontrol.

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JUNTO CON BURRO COMO ALIADO, ELLOS SE CONVIRTIERON EN LOS CONSEJEROS DEL JOVEN EMPERADOR y TRATARON DE CONTROLAR SU AUTOCOMPLACENCIA Y ENSEÑARLE A GOBERNAR SABIAMENTE.

Siempre enfermizo, Séneca viajó a Egipto para vivir con su tía y regresó a Roma en el año 31. Después de su regreso a esta ciudad fue cuando se ganó la reputación de orador; al final, llegó a ser un cuestor (del latín quaestor). Desafortunadamente, se indispuso con los emperadores Calígula (que reinó del 37 al 41 d.C.) y con Claudio (que reinó del 41 al 54 d.C.). Supuestamente estaba implicado en una relación de adulterio con Julia Livila, la hermana menor de Calígula, y en el año 41 fue desterrado a Córcega. Sin embargo, mientras que estuvo en el exilio no se quedó de brazos cruzados sino que continuó estudiando filosofía y escribió una serie de tratados.

En el año 49 fue llamado para que volviera a Roma por medio de la influencia de Agripina la Menor, la hermana de Calígula y madre del futuro emperador romano Nerón. En su libro Anales, Cornelio Tácito escribió sobre el retorno de Séneca:

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Mas Agripina… logra el perdón del exilio y al mismo tiempo la pretura para Anneo Séneca, pensando que sería un gesto popular en razón del brillo de sus estudios, y también para que la infancia de Domicio [Nerón] se desarrollara bajo tal maestro y aprovecharan ambos de sus consejos con vistas a sus esperanzas de dominación…[1]

(Tácito, Anales, traducido por J.L. Moralejo, Libro XII, páginas 53-54)

Tácito añadió que ella creyó que él le sería leal (gracias a su regreso por mediación suya) y hostil a su esposo Claudio, quien lo había enviado al exilio. Seguro en su posición de tutor y consejero del futuro emperador, Séneca se casó con Pompeya Paulina. También fue en este tiempo que forjó una estrecha amistad con el prefecto del pretorio Sexto Afranio Burro. Fue esta amistad lo que con el tiempo los benefició a ambos. Tácito los llamó «mentores del emperador… en un poder compartido» (Anales, Libro XIII, pág. 104).

Tutor y consejero de Nerón

Cuando el joven Nerón cumplió 12 años, Séneca asumió sus deberes como tutor de Nerón y junto con Burro como aliado, ellos se convirtieron en los consejeros del joven emperador y trataron de controlar su autocomplacencia y enseñarle a gobernar sabiamente. Ambos tuvieron mucha influencia sobre el futuro emperador, pero con métodos totalmente diferentes. Tácito escribió que la fuerza de Burro residía en la «experiencia militar y severidad de costumbres», mientras que Séneca era un hombre de principios.

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…[ellos] se ayudaban entre sí para controlar más fácilmente la deleznable juventud del príncipe, en caso de que rechazara la virtud, por medio de los placeres lícitos. Libraban uno y otro la ferocidad de Agripina, que ardiendo en todas las pasiones de la dominación injusta…

(Tácito, Anales, página 104)[2]

Además de escribir los discursos de Nerón, Séneca le enseñaba filosofía y literatura a su joven discípulo con la esperanza de que estas materias le guiarían para que se acomodara a la práctica del buen gobierno. El renombrado orador también le infundió el gusto por la música y el teatro; algo que sus homólogos lamentarían un día. Una nota curiosa es la definición que hizo Séneca del buen gobierno: el emperador tendría que tolerar la animosidad de aquellos que lo rodeaban. Uno debe saber la diferencia entre un buen emperador y un tirano.

Roman Emperor Nero
Busto del emperador romano Nerón
cjh1452000 (CC BY-SA)

La historia muestra que Nerón no escuchó el consejo de su maestro. Al final, en el año 54 cuando murió el emperador Claudio, Nerón subió al trono a la tierna edad de 17 años. Lamentablemente, al menos para el emperador, el poder no sería sólo suyo porque su madre creía que su influencia continuaría. Ella pronto sabría que esto no iba a ser. Su muerte cambió todo, no sólo para Nerón sino también para Séneca y Burro. Ahora, Nerón estaba libre para convertirse en lo que él quisiera ser y para realizar sus deseos íntimos.

Después de la muerte de su madre, Nerón envió una carta al Senado romano condenándola, acusando a Agripina, entre otros, de conjurar para asesinarlo. Según esta carta, su muerte fue «providencial».

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El Senado, por supuesto, no aceptó las acusaciones del emperador y según Tácito «… no sólo Nerón, cuyas monstruosidades superaban a las quejas de todos, sino incluso el propio Séneca era objeto de comentarios adversos, porque con un discurso tal había escrito su confesión» (Libro XIV, pág. 165) [3]. Desafortunadamente, el incidente manchó la reputación del orador y las cosas irían de mal en peor. Burro murió en el año 62, supuestamente, según el historiador romano Suetonio, envenenado, lo que hizo que Séneca se preguntara sobre su propio destino. Rápidamente se dio cuenta de que su influencia sobre Nerón se desvanecía. Poco a poco, Séneca se retiró de la vida pública para dedicarse a escribir tratados sobre filosofía estoica. Habiendo sido implicado en la conjura de Pisón para asesinar al emperador, Séneca recibió órdenes de suicidarse. En sus Vidas de los doce césares, Suetonio escribió:

Obligó a suicidarse a su preceptor Séneca, a pesar de haberle jurado solemnemente, cuando éste solicitó su retiro en varias ocasiones cediéndole además sus bienes, que sus sospechas carecían de fundamento y que prefería morir a causarle ningún daño.

(Suetonio, Vidas de los doce césares, traducido por R.M. Agudo Cubas, Libro VI, págs. 164-165)[4]

Muerte

Gracias a sus fuertes creencias estoicas, en el año 65, Séneca murió con dignidad. Del filósofo griego Epicuro, Séneca había aprendido que no había que temerle a la muerte. Llegado el día habló con sus amigos y abrazó a su esposa. Ella había planeado morir con él, pero Nerón dio órdenes de impedírselo. Su muerte no llegaría fácilmente. Séneca se cortó las arterias en los brazos, pero, a causa de su dieta frugal y de su estructura frágil, no murió. Tomó veneno (como lo hizo el renombrado filósofo griego Sócrates) y entonces lo metieron en un baño de agua caliente, donde se asfixió por los vapores.

Death of Seneca
«La muerte de Séneca» - pintura de M. Domínguez Sánchez
Manuel Dominguez Sanchez (Public Domain)

Su cuerpo fue inhumado sin ningún rito fúnebre. Según Tácito:

…como a Séneca debilitado en su cuerpo por la vejez y la parquedad en el alimento, la sangre se le escapaba lentamente, se abrió también las venas de los muslos y pantorrillas. Extenuado por crueles sufrimientos, a fin de no quebrantar con su dolor el ánimo de su esposa y no dejarse llevar a la debilidad al contemplar los tormentos que ella padecía, la persuade a que se retire a otra habitación.

(Tácito, Anales, Libro XV, página 261)[5]

Obras y filosofía

Aunque algunos se han perdido, sus escritos han pervivido a través de los siglos e influenciado a innumerables filósofos y autores de prosa y de poesía. La mayoría de la gente olvida que era dramaturgo además de filósofo. Sus nueve piezas de teatro tratan sobre los héroes de la mitología griega tales como Heracles (Hércules en la mitología romana), Edipo y Medea.

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La mayoría de sus tratados fueron escritos en forma de diálogos éticos y suelen dirigirse a su buen amigo Lucilio. Sus obras más importantes incluyen:

  • Ad Lucilium epistulae morales – la más larga de sus obras en prosa escrita alrededor del año 65 d.C., la cual incluye 124 sermones cortos en 20 libros; esta obra cubre una variedad de temas, desde el vegetarianismo hasta el trato humano de los esclavos.
  • De vita beata – sobre cómo vivir una vida feliz.
  • De beneficiis – un tratado sobre el código social romano.
  • De tranquillutate animi – sobre la tranquilidad mental.
  • De brevitate vitae – sobre la brevedad de la vida.
  • Consolatio ad Polybium – escrito para el liberto de Claudio con la esperanza de usar su influencia para que lo dejaran regresar del exilio.
  • Consolatio ad Helviam matrem – escrito para su madre Helvia durante su tiempo en el exilio.
  • De clementia – sobre la misericordia, obra escrita para Nerón aconsejándole que practique la virtud.
  • De ira – sobre el enojo.
  • Consolatio ad Marciam – Enseñanzas estoicas a una mujer cuyo hijo había muerto.
  • De providentia – sobre la providencia.
  • De constantia sapientis – ensayo en el que se integra la fuerza interior del hombre sabio.
  • De otio – sobre el ocio o tiempo libre.

La muerte es un tema preponderante en muchos de sus escritos y a través de sus cartas promovió sus creencias estoicas. Para Séneca, la muerte era liberadora, una parte natural del ciclo de vida: «es tan grande la imprudencia de los hombres, o mejor, su locura, que algunos se ven arrastrados a la muerte por el temor a morir» (Epístolas, pág. 203).[6] En sus Epístolas morales le escribió a Lucilio:

Quien aprendió a morir, se olvidó de ser esclavo; se sitúa por encima o, al menos, fuera de toda sujeción… Una sola es la cadena que nos mantiene sujetos: el amor a la vida…

(Séneca, Epístolas morales a Lucilio, traducido por Ismael Roca Meliá, pág. 210).[7]

Séneca sufrió de una condición respiratoria durante toda su vida y hasta contempló el suicidio. Para él, si la persona creyera que había pocas esperanzas, el suicidio sería una posible respuesta. «Pero, si el cuerpo es incapaz de sus funciones, ¿por qué no provocar la salida de un alma agotada?» (Epístolas, págs. 336-337)[8]. Sin embargo, él no se quitaría su propia vida a causa de una enfermedad si hubiera una cura, pero lo consideraría si perdiera la razón y solo tuviera aliento. Añadió, «¿juzgas mucho más cruel la renuncia a algunos días de vida que la renuncia al derecho de acabar con ella?» (Epístolas, pág. 337).

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En una carta dirigida a Marcia (Consolatio ad Marciam) escribió:

La muerte es la liberación de todos los dolores y el límite más allá del cual no pasan nuestras desgracias, la que nos restituye el reposo en que estábamos antes de nacer.

(Séneca, Diálogos - Apocolocintosis, traducido por Juan Mariné Isidro, pág.72)[9]

Si una persona se compadece de los muertos, entonces esa persona también debe compadecerse de los que no han nacido. Uno debe saber cómo morir bien. Nadie se va con alegría excepto aquellos que se han preparado. Le escribió a Lucilio contándole de su propia preparación:

Por mi parte es esto lo que procuro: no querer de viejo lo mismo que quise de niño… Me esfuerzo en que un día sea para mí como la vida entera. ¡Por Hércules! Que no por considerarlo el último me aferro a él, sino que lo contemplo cual si pudiera, muy bien, ser el último… He vivido, Lucilio carísimo, todo el tiempo que era suficiente. Satisfecho aguardo la muerte.

(Séneca, Epístola 61, páginas 346-347)[10]

Séneca vivió y murió de acuerdo a sus fuertes principios estoicos. Murió con dignidad, sin tener temor a la muerte. Era parte del ciclo natural de la vida.

Legado

Los tratados de Séneca respaldan sus ideas de cómo un individuo debería ser, viviendo una vida de tranquilidad, serenidad y compostura. Como tutor y consejero del joven emperador Nerón trató de transmitirle su filosofía de llevar una vida virtuosa; ser un buen líder, no un tirano. Desafortunadamente, sus enseñanzas cayeron en oídos sordos. Después de la muerte de Agripina, Nerón estaba libre para hacer como quisiera y se convirtió en el tirano que Séneca había querido prevenir. Aunque no formó parte de la conspiración de Pisón para asesinar a Nerón, los días de Séneca estaban contados. El emperador paranoico que veía conspiraciones por todas partes estaba limpiando el entorno y su viejo tutor fue una víctima. Afortunadamente, las cartas de Séneca han pervivido e influido a innumerables generaciones de escritores.

***

[1] Tácito, Cornelio. Anales - Libros XI-XVI. Traducción y notas de José L. Moralejo; asesor para la sección latina: Sebastián Mariner Bigorra; traducción revisada por Lisardo Rubio Fernández. Biblioteca Clásica Gredos, 30. Madrid: Editorial Gredos (1980), Libro XII, páginas 53-54. https://archive.org/details/t-anales/mode/2up. Consultado el 31 de mayo de 2023.

[2] Ibid., Libro XIII, página 104.

[3] Ibid.,Libro XIV página 165.

[4] Suetonio. Vidas de los doce césares. Vol.II. Traducción y notas de Rosa M.ᵃ Agudo Cubas; asesores de la sección latina: Javier Iso y José Luis Moralejo; traducción revisada por Antonio Ramírez de Verger. Biblioteca Clásica Gredos, 168. Madrid: Editorial Gredos (1992), Libro VI, páginas 164-165. https://archive.org/details/suetonio.-vidas-de-los-doce-cesares-ii-g-ocr-1992/page/164/mode/2up. Consultado el 31 de mayo de 2023.

[5] Tácito, Anales, op. cit., página 261.

[6] Séneca, Epístolas morales a Lucilio – Tomo I. Introducción, traducción y notas de Ismael Roca Meliá; asesor de la sección latina Sebastián Mariner Bigorra; traducción revisada por José Esteve Forriol. Biblioteca Clásica Gredos, 92. Madrid: Editorial Gredos (1986), pág. 203. https://archive.org/details/EpistolasMoralesALucilioTomo1/Ep%C3%ADstolas%20morales%20a%20Lucilio%20Tomo%201/mode/2up. Consultado el 02 de junio de 2023.

[7] Ibid., Epístola 26:10 pág. 210.

[8] Ibid., Libro VI, Epístola 58, páginas 336-337).

[9] Séneca. Diálogos – Consolaciones a Marcia, a su madre Helvia y a Polibio – Apocolocintosis. Introducciones, traducciones y notas de Juan Mariné Isidro; asesores para la sección latina: José Javier Iso y José Luis Moralejo; traducciones revisadas por Juan Gil. Madrid: Editorial Gredos (1996), página 72. https://archive.org/details/se-neca-dialogos-apocolocintosis/page/n1/mode/2up"> https://archive.org/details/se-neca-dialogos-apocolocintosis/page/n1/mode/2up. Consultado el 03 de junio de 2023.

[10] Séneca, Epístolas morales a Lucilio, op. cit., página 346.

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Sobre el traductor

Edilsa Sofia Monterrey
Edilsa Sofía es una antigua diplomática y educadora, especialmente interesada en las Artes y los asuntos culturales. Además de otros grados, tiene una maestría en traducción literaria.

Sobre el autor

Donald L. Wasson
Donald impartió clases de Historia de la Antigüedad, de la Edad Media y de los Estados Unidos, en el Lincoln College (Normal, Illinois) y desde que comenzó a leer sobre Alejandro Magno, siempre ha sido y será un estudiante de historia. Le hace ilusión transmitir conocimientos a sus alumnos.

Cita este trabajo

Estilo APA

Wasson, D. L. (2020, junio 19). Séneca [Seneca]. (E. S. Monterrey, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-14031/seneca/

Estilo Chicago

Wasson, Donald L.. "Séneca." Traducido por Edilsa Sofia Monterrey. World History Encyclopedia. Última modificación junio 19, 2020. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-14031/seneca/.

Estilo MLA

Wasson, Donald L.. "Séneca." Traducido por Edilsa Sofia Monterrey. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 19 jun 2020. Web. 27 abr 2024.

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