Livia Drusila

Definición

Donald L. Wasson
por , traducido por Edilsa Sofia Monterrey
Publicado el 13 mayo 2016
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Disponible en otros idiomas: inglés, francés, alemán, portugués
Bust of Empress Livia Drusilla (by Carole Raddato, CC BY-SA)
Busto de la emperatriz Livia Drusila
Carole Raddato (CC BY-SA)

Livia Drusila (58 a.C. - 29 d.C.) fue la tercera esposa del emperador Augusto de Roma, madre del emperador Tiberio y abuela del emperador Claudio. Fue una de las mujeres eminentes de la historia; logró ser un personaje destacado que vivía a la sombra de un líder fuerte, sirviéndole en silencio como su consejera y confidente. Al apoyar las políticas reformistas de su esposo y al hacer la vista gorda a sus infidelidades, Livia sirvió al imperio como símbolo de la esposa romana leal; sin embargo, entre bastidores en la corte imperial, pasó gran parte de su vida adulta asegurándole el futuro a su hijo para que llegara a ser heredero del trono de Augusto; quiéralo o no.

Augusto sube al poder

Aunque conocido por muchos en su juventud como Octavio, el hijo adoptivo de Julio César, el joven Augusto con el tiempo llegó al poder después del asesinato de su padre; se convirtió en el líder de un imperio que se extendía desde la Galia al norte, hasta España al oeste, Siria al este y el norte de África al sur, rodeando así todo el mar Mediterráneo. Para lograr esto tuvo que resistir años de guerra civil, hasta que finalmente venció no sólo a Marco Antonio y a Cleopatra en la batalla de Accio, sino también a su colega el triunviro Lépido a quien envió al exilio. Al regresar como un héroe a Roma y a su pueblo, el Senado le otorgó el poder ilimitado de un princeps (príncipe; primer ciudadano de Roma). En calidad de emperador, sus muchas reformas e innovaciones transformaron Roma, que de una república débil y moribunda pasó a ser un imperio fuerte y dominante; como es bien sabido, en sus últimos años de vida «pudo con justicia jactarse de dejarla de mármol, habiéndola recibido de ladrillo»[1] (Suetonio, Vida de los doce césares. Traducción de R.M. Agudo Cubas, página 211/394).

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En su activa y larga vida, Augusto se casó tres veces, sólo una vez por amor. Su primera esposa fue Claudia, la hija adoptiva de Marco Antonio con su esposa Fulvia; esta fue una alianza puramente política y el matrimonio nunca fue consumado. Después de divorciarse, se casó con Escribonia, una dama mucho mayor que él, otra alianza política; sin embargo, en el año 39 a.C., ella daría a luz a su único retoño, una hija llamada Julia. Se ha hecho mención de que Augusto dijo que se divorció de ella (el día después de que naciera Julia) porque no podía soportar la manera en que lo fastidiaba. Livia Drusila sería su tercera esposa.

Juventud y matrimonio con Augusto

Aunque se conoce muy poco de su juventud (lo que es común entre las mujeres de aquel tiempo), se sabe que Livia nació el 30 de enero del año 58 o 59 a.C., probablemente en Roma. Antes de contraer matrimonio con Augusto, ya se había casado con Tiberio Claudio Nerón, un miembro del muy antiguo y destacado clan Claudio. Desafortunadamente, su esposo no escogió sabiamente sus alianzas políticas; no sólo tomó partido de los optimates (los óptimos; la rama conservadora del Senado), sino que también apoyó a Marco Antonio en la batalla de Filipos. Livia siguió a su esposo, llevándose consigo a su hijo Tiberio, durante el exilio en Grecia; regresó a Roma en el 39 a.C. Tuvo dos hijos con Tiberio Nerón: el futuro emperador Tiberio que nació en el 42 a.C. y Nerón Claudio Druso, padre del futuro emperador Claudio. Livia estaba encinta de Druso cuando se divorció de su esposo para casarse con Augusto en el 37 (o 38) a.C. Este matrimonio unió a dos clanes destacados, los Julio (la familia de Augusto) y los Claudio (la familia política de Livia por alianza matrimonial).

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LA GENTE DE ROMA LA VEÍA COMO «UN MODELO DE DECENCIA A LA ANTIGUA» CON INTELIGENCIA, BELLEZA Y DIGNIDAD.

Para Augusto, este matrimonio fue, a todos los efectos, una decisión sabia; Livia fue un apoyo fuerte para su esposo al mismo tiempo que no llamaba la atención. Además, la gente de Roma la veía como «un modelo de decencia a la antigua» con inteligencia, belleza y dignidad. Como Augusto respetaba su opinión, muchos dentro y fuera de la corte imperial consideraban que ella ejercía una influencia importante en los asuntos administrativos de su esposo. También estaba considerada como una persona muy generosa pues alentaba a Augusto a que fuera piadoso con sus opositores políticos. Desafortunadamente, algunos en la corte imperial tenían otras opiniones (para ellos, ella era una intrigante despiadada). Su bisnieto Cayo [Calígula] dijo que era mordaz, y la llamó «Ulixes stolatus», o sea, «Ulises (Odiseo) con estola».

Aunque siempre sostuvo que tenía poco impacto sobre las decisiones de su esposo, en sus Anales el historiador Tácito, contemporáneo de Livia, hizo mención de «sus ocultos artificios» (Tomo I, Libro I, p.4/303). Tácito escribió:

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Habíase hecho Livia tan señora del viejo Augusto, que le hizo desterrar a la isla de Planasia [hoy Pianosa] a su único nieto Agripa Póstumo, mozo a la verdad inculto y rudo; y por ocasión de sus grandes fuerzas, locamente feroz, aunque no convencido de algún delito.

Tácito, Los Anales. (Traducción de Carlos Coloma, páginas 4-5/303)[2]

Asuntos de familia

Como muchas esposas romanas, los deberes oficiales de Livia tenían que ver principalmente con los asuntos domésticos (supervisar el buen funcionamiento de la casa y la educación de sus hijos y nietos). Como no había un palacio para el emperador, el emperador y su esposa vivían en una casa en la colina Palatina, adyacente al templo de Apolo. Su casa servía como residencia privada y oficial. Sin embargo, había una serie de ventajas al ser la esposa del emperador (algunos privilegios legales). Aparte de tener derecho a los asientos de primera fila en el teatro, ella tenía independencia económica, así como derecho a no ser atacada ni física ni verbalmente , es decir, sacrosanctitas o inviolabilidad. Era conocida como romana princips, algo similar a una primera dama. Sin embargo, al mismo tiempo que apoyaba a su esposo, su preocupación principal fue la de asegurarse de que uno de sus hijos (Tiberio o Druso) fuera el heredero al trono.

The House of Livia on the Palatine Hill, Rome
Casa de Livia en la colina Palatina, Roma
Carole Raddato (CC BY-SA)

Livia tenía buenas razones para preocuparse por quién sería el heredero de Augusto. Aunque Julia sólo le trajo problemas durante su vida (con el tiempo fue exiliada), la única hija de Augusto dio a luz a dos niñas, Julia y Agripina, y a tres varones. Sus hijos, Cayo César, Lucio César y Agripa Póstumo (llamado así porque nació después de la muerte de su padre), estaban todos considerados posibles herederos al trono y como estaban directamente relacionados por medio de Julia (su hija verdadera), ellos tenían precedencia sobre los hijos de Livia, Tiberio y Druso (hijos adoptivos).

Julia se había casado (un matrimonio arreglado, por supuesto) con Cayo Claudio Marcelo, el sobrino de Augusto que tenía 17 años. Después de su muerte prematura, ella se casó con Marco Vipsanio Agripa, un amigo de Augusto y también un comandante a quien habían forzado a que se divorciara de su esposa para que se casara con Julia. Su suerte matrimonial continuó porque Agripa murió en el año 12 a.C. Sin embargo, su matrimonio le daba a Augusto tres posibles herederos al trono.

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Queda un heredero

Ya sea por sus maquinaciones o por mera suerte, al final la promoción de los hijos de Livia sería exitosa. La muerte llevaría a Tiberio al trono. Primero, en el año 9 a.C., Livia perdió a Druso, su hijo más joven, cuando murió en una batalla al caerse de su caballo. Después, aunque relativamente jóvenes, Cayo César y Lucio César, también morirían; Cayo en el año 4 d.C. a los 23 años en una batalla y Lucio en el año 2 d.C. a los 19 años de una enfermedad en Galia. Aunque ninguno estaba en Roma en aquel tiempo, la historia todavía cuestiona si las maquinaciones de Livia jugaron un papel en estas muertes. El tercer hijo de Julia, Agripa Póstumo, fue exiliado cuando era muy joven; y aunque fue adoptado por el emperador, fue ejecutado poco después de la muerte de Augusto.

Empress Livia Drusilla
Cabeza de la emperatriz Livia Drusila
Carole Raddato (CC BY-SA)

Curiosamente, el imperio sería un día gobernado por los descendientes de Druso, padre de un futuro emperador y abuelo de otro. Druso tuvo dos hijos, el distinguido comandante Germánico, padre del innoble Calígula quien gobernó Roma del 37 al 41 d.C., y Claudio que gobernó del 41 al 54 d.C. Su abuela Livia trataba a Claudio con total desprecio porque cojeaba, tartamudeaba y babeaba. Ella no soportaba mirarlo a la cara. Cuando se predijo que Claudio un día gobernaría el imperio, «su hermana Livila abominó públicamente y en voz alta de la suerte tan miserable e indigna que le estaba reservada al pueblo romano»[3]. Muchos creen que el popular Germánico que murió en el 19 d.C. a los 34 años posiblemente fue envenenado por orden de Tiberio para eliminar cualquier amenaza a su reinado.

Las muertes prematuras de Lucio César y de Cayo César hicieron que Tiberio pasara al primer lugar, aunque Augusto no tuviera ningún deseo de nombrar a Tiberio como su heredero. Tiberio siempre sostuvo que el emperador lo trataba como a un felpudo. En lo que concierne la aparición de Tiberio como el nuevo emperador, Tácito escribió:

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Muerto Agripa, murieron también Lucio César yendo a gobernar los ejércitos de España, y Cayo, enfermo volviendo de Armenia, por una apresurada sentencia del hado, o por industria de su madrastra Livia; con que muerto ya mucho antes Druso, quedó de todos los antenados sólo Tiberio Nerón, a quien al punto se volvieron los ojos de todos.

Tácito, Los Anales. (Traducción de C. Coloma, página 4/303)[4]

Aunque Livia bregó para asegurarse de que uno de sus hijos fuera un día emperador, parece que nunca discutió el asunto con el hijo mayor, Tiberio. A pesar de que se había distinguido en política y en el campo, él se sentía completamente fuera de lugar en la casa imperial. Hubo un momento en que se exilió en Rodas y sólo en el año 2 d.C. regresó a Roma; «so color de recrear el ánimo con la soledad pasó su destierro en Rodas.»[5] A esto Augusto lo llamó deserción. Sin embargo, su madre tenía otros planes para su hijo. Ella tenía que garantizarle un lugar como heredero legítimo. Para lograr esto, a Tiberio lo forzaron a divorciarse de su amada esposa, Vipsania Agripina, que estaba embarazada, y en el año 12 d.C. a que se casara con Julia que para entonces ya era viuda. En realidad, él odiaba a Julia y puede ser que se escapara a Rodas para evitarla. Pero, a pesar de sus sentimientos, defendió a Julia cuando Augusto la envió al exilio. Más tarde, aunque ya era un cuadragenario en el año 4 d.C., Tiberio fue adoptado por Augusto. Ahora estaba en la línea de sucesión para ser el único heredero del trono romano.

Últimos años de Livia

Augusto murió el 19 de agosto del 14 d.C. Augusto y Livia estaban fuera de Roma en el momento de la muerte del emperador, a más de 150 km de la capital. Años antes de su muerte, delicado de salud, Augusto se volvió cada vez más retraído; se comunicaba con su esposa sólo por cartas. Hay quienes dicen que la fecha de su muerte es errónea porque Livia pudo haber retrasado deliberadamente el anuncio del deceso debido a que Tiberio también estaba fuera de Roma, a cinco días enteros de distancia. Como sucede con la muerte de sus hijastros, muchos historiadores creen que Livia pudo haber tenido un papel en la muerte del emperador, habiéndole servido higos envenenados.

Tiberius & Livia
Tiberio y Livia
Carole Raddato (CC BY-SA)

Mientras Augusto yacía al borde de la muerte, su esposa se mantuvo a su lado gobernando a todos los que veían al emperador, enviando boletines sobre su salud. Tácito escribió: «…porque Livia había hecho poner guardias alrededor del palacio y por los caminos, dejando tal vez correr algunas alegres nuevas, hasta que, acomodadas las cosas necesarias al tiempo, se publicó a un mismo punto que Augusto era muerto y que quedaba todo el poder en Tiberio Nerón.»[6] Al llegar Tiberio se anunció la muerte del emperador. En su testamento, Augusto le dejó la mayor parte de su herencia a Livia y a Tiberio. También adoptó a Livia; por eso se convirtió en Augusta. Después, Tiberio se cansó de las intromisiones de su madre y la apartó de todo lo que tenía que ver con asuntos públicos. Es posible que se exiliara en Capri para alejarse de ella.

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En el 29 d.C., Livia murió a los 86 años de edad; su hijo murió ocho años después. Es mejor dejarles a otros la discusión de si ella tuvo o no un papel en la muerte de su esposo o incluso en las muertes de sus nietos adoptivos. La historia la recuerda como una mujer fuerte que permaneció junto a su esposo el emperador pero aun así quitó todos los obstáculos que pudieran impedir que su hijo Tiberio se sentara en el trono. Un miembro del clan de los Julio-Claudios gobernó el imperio hasta el 68 d.C. cuando el hijastro de Claudio, Nerón, se suicidó. De una manera u otra, el imperio resistió los reinados de Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón. Ninguno de ellos logró la grandiosidad de su distinguido antepasado Augusto.

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[1] Suetonio. Vida de los doce césares. Vol.I. Traducción de Rosa M.ᵃ Agudo Cubas; asesores para la sección latina: Javier Isso y José Luis Moralejo; revisión de la traducción e introducción general de Antonio Ramírez de Verger. Biblioteca Clásica Gredos, 167. Madrid: Editorial Gredos (1992); Libro II, página 211/394. https://archive.org/details/suetonio.-vidas-de-los-doce-cesares-i-g-ocr-1992/page/n1/mode/2up. Consultado el 07 de agosto de 2023.

[2] Cayo Cornelio Tácito. Los Anales. Traducido por don Carlos Coloma. Biblioteca Clásica. Madrid: Librería de la viuda de Hernando y Compañía (1890); Tomo I, Libro I, páginas 4-5/303, https://archive.org/details/tacitus-los-anales-v-1/mode/1up, consultado el 22 de agosto de 2023. Tomo II, https://archive.org/details/suetonio.-vidas-de-los-doce-cesares-ii-g-ocr-1992/page/n1/mode/2up, consultado el 23 de agosto de 2023.

[3] Ibid., Tomo II, Libro V, página 76/373.

[4] Ibid., op. cit., Tomo I, Libro I, página 4/303.

[5] Ibid., página 6/303.

[6] Ibid., páginas 6-7/303.

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Bibliografía

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Sobre el traductor

Edilsa Sofia Monterrey
Edilsa Sofía es una antigua diplomática y educadora, especialmente interesada en las Artes y los asuntos culturales. Además de otros grados, tiene una maestría en traducción literaria.

Sobre el autor

Donald L. Wasson
Donald impartió clases de Historia de la Antigüedad, de la Edad Media y de los Estados Unidos, en el Lincoln College (Normal, Illinois) y desde que comenzó a leer sobre Alejandro Magno, siempre ha sido y será un estudiante de historia. Le hace ilusión transmitir conocimientos a sus alumnos.

Cita este trabajo

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Wasson, D. L. (2016, mayo 13). Livia Drusila [Livia Drusilla]. (E. S. Monterrey, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-10454/livia-drusila/

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Wasson, Donald L.. "Livia Drusila." Traducido por Edilsa Sofia Monterrey. World History Encyclopedia. Última modificación mayo 13, 2016. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-10454/livia-drusila/.

Estilo MLA

Wasson, Donald L.. "Livia Drusila." Traducido por Edilsa Sofia Monterrey. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 13 may 2016. Web. 26 abr 2024.

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