Amor cortés

Definición

Joshua J. Mark
por , traducido por Emiliano S. Grill
Publicado el 03 abril 2019
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Disponible en otros idiomas: inglés, francés, portugués
Two Couples - Paris & Helen, Tristan & Iseult (by BurgererSF, Public Domain)
Dos parejas: Paris y Helena, Tristán e Isolda
BurgererSF (Public Domain)

El amor cortés (Amour Courtois) es un innovador género literario de la Alta Edad Media (1000-1300 d.C.) que elevó la posición de la mujer en la sociedad y estableció los temas del género romántico reconocibles en la actualidad. La poesía de amor cortés presentaba a una dama, normalmente casada pero siempre inaccesible de algún modo, que se convertía en objeto de la devoción, el servicio y el sacrificio de un noble caballero. Antes del desarrollo de este género, las mujeres aparecían en la literatura medieval como personajes secundarios y posesiones de sus maridos o padres; después, las mujeres ocuparon un lugar destacado en las obras literarias como individuos claramente definidos en las obras de autores como Chrétien de Troyes, María de Francia, John Gower, Geoffrey Chaucer, Christine de Pizan, Dante Alighieri, Giovanni Boccaccio y Thomas Malory.

Los académicos siguen debatiendo si la literatura reflejaba relaciones románticas reales de la clase alta de la época o si era solo una invención literaria. Algunos sugieren que la poesía era una alegoría religiosa relacionada el catarismo, movimiento religioso que, perseguido por la Iglesia, difundía sus creencias herejes a través de la poesía popular, mientras que otros afirman que representa juegos superficiales de las cortes medievales francesas. No se ha llegado a un consenso sobre cuál de estas teorías es la correcta, pero los académicos sí están de acuerdo en que este tipo de poesía no tenía precedentes en la Europa medieval y coincidió con una idealización de la mujer. La poesía fue muy popular en su época, contribuyó al desarrollo de la Leyenda Artúrica y estandarizó los conceptos centrales del ideal occidental del amor romántico.

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Origen y nombre

La poesía de amor cortés surgió en el sur de Francia en el siglo XII a través de la obra de los trovadores, poetas juglares contratados por la corte real o que viajaban de ciudad en ciudad. El más famoso de los primeros trovadores (y, según algunos estudiosos, el primero) fue Guillermo IX, duque de Aquitania (1071-1127), abuelo de Leonor de Aquitania (1122-1204). Guillermo IX escribió un nuevo tipo de poesía, muy sensual, en alabanza de la mujer y del amor romántico. Guillermo IX y los trovadores que le siguieron nunca se refirieron a su obra como poesía de amor cortés o poesía de amor provenzal: se trataba simplemente de poesía, pero no se parecía a ninguna otra literatura producida anteriormente en Europa occidental. El académico Leigh Smith analiza el origen del nombre:

El término se remonta a 1883, cuando Gaston Paris acuñó la expresión Amour Courtois para describir el amor de Lancelot por Ginebra en el romance Lancelot (alrededor del año 1177) de Chrétien de Troyes. La literatura medieval emplea diversos términos para designar este tipo de amor. En provenzal se habla de cortezia, en francés de fin amour (amor refinado) y en latín de amor honestus (amor honorable). (Lindahl et. al., 80)

Este amor alabado por los trovadores no tenía nada que ver con el matrimonio reconocido y santificado por la Iglesia, sino que era extramatrimonial o prematrimonial, elegido de forma libre (en contraposición a un matrimonio arreglado por los superiores de uno) y perseguido apasionadamente. Un matrimonio medieval de clase alta era un contrato social en el que una mujer era entregada a un hombre para favorecer algún plan de los padres de la pareja y que implicaba el traspaso de tierras. La tierra equivalía a poder, prestigio político y riqueza. La mujer, por tanto, era poco más que una moneda de cambio en las transacciones financieras y políticas.

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En el mundo del amor cortés, en cambio, la mujer era libre de elegir a su pareja y ejercía un control absoluto sobre él. En la actualidad se sigue debatiendo si este mundo reflejaba una realidad social o era simplemente una construcción literaria romántica, y en el centro de esa cuestión se encuentra la figura de Leonor de Aquitania.

La reina del amor cortés

Como ocurre con muchos aspectos de la discusión sobre el amor cortés, el papel de Leonor en el desarrollo del concepto sigue siendo controvertido. Leonor de Aquitania fue una de las mujeres más poderosas de la Edad Media, esposa de Luis VII de Francia (que reinó de 1137 a 1180) y Enrique II de Inglaterra (que reinó de 1154 a 1189), y madre de María de Champaña (1145-1198), fruto de su matrimonio con Luis, y de Ricardo I (que reinó de 1189 a 1199) y el rey Juan (que reinó de 1199 a 1216), fruto de su matrimonio con Enrique. Con Enrique II tuvo un total de ocho hijos, la mayoría de los cuales siguieron su ejemplo de mecenazgo artístico.

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Eleanor of Aquitaine
Leonor de Aquitania
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

Durante su matrimonio con Luis VII (1137-1152), Leonor llenó su corte de poetas y artistas. Cuando su matrimonio fue anulado en 1152, Leonor hizo lo mismo en su propia corte de Normandía, donde fue especialmente entretenida por el joven trovador Bernard de Ventadorn (siglo XII), uno de los más grandes poetas medievales, que la seguiría a la corte de Enrique II en 1152 y permanecería con ella tres años, probablemente como su amante.

Tras la marcha de Leonor, Luis VII expulsó a los trovadores de su corte por considerarlos malas influencias, y Enrique II parece haber tenido una opinión igualmente negativa de los poetas. Sin embargo, Leonor los admiraba y, cuando se separó de Enrique II alrededor de 1170 y estableció su propia corte en Poitiers, volvió a rodearse de artistas. No cabe duda de que inspiró las obras de Bernard de Ventadorn, pero es probable que inspirara a muchos otros artistas y que, a través de su hija María, inspirara las obras más grandes e influyentes de la literatura del amor cortés.

Chrétien de Troyes y Andrés el Capellán

La corte de Leonor en Poitier, hacia 1170-1174, es objeto de controversia entre los académicos modernos, ya que no se ha llegado a un consenso sobre lo que ocurría allí. Según algunos, María de Champaña estaba presente, mientras que otros sostienen que no. Algunos afirman que allí se celebraban verdaderas cortes del amor, en los que Leonor, María y otras mujeres de alta alcurnia presidían casos en los que demandantes y demandados presentaban pruebas relativas a sus relaciones amorosas; otros afirman que tales cortes o tribunales no existieron y que cualquier pieza literaria que sugiera tal cosa es sátira.

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El ejemplo más conocido de amor cortés es el amor de Lancelot por Ginebra, la esposa de su mejor amigo y rey, Arturo de Bretaña.

Sea lo que fuere lo que ocurría en Poitiers, parece que Leonor estableció las reglas básicas de un género literario (y posiblemente de una especie de juego social) que luego desarrolló su hija, que fue la mecenas del poeta Chrétien de Troyes (1130-1190) y del escritor Andrés el Capellán (siglo XII). Andrés es el autor de De Amore (traducido habitualmente como El arte de amar), que describe las cortes de amor presididas por María y las demás, al tiempo que sirve como una especie de manual en el arte de la seducción.

La obra se inspira en la obra satírica «Arte de amar» (Ars Amatoria) de Ovidio, publicado hacia el siglo II d.C., que se presentaba como una guía seria de las relaciones románticas, mientras que en realidad se burlaba de ellas y de cualquiera que se tomara esas cosas en serio. Dado que la obra de Andrés se asemeja tanto a la de Ovidio, algunos académicos afirman que fue escrita con el mismo propósito (como sátira), mientras que otros la aceptan como una guía seria para navegar por el mundo del amor cortés. Andrés establece las cuatro reglas del amor cortés, supuestamente derivadas de las cortes de Leonor y María:

  • El matrimonio no es excusa para no amar
  • Quien no es celoso, no puede amar
  • Nadie puede estar ligado por un doble amor
  • El amor siempre aumenta o disminuye

Según estas reglas: el hecho de estar casado no significaba que no se pudiera encontrar el amor fuera de ese contrato; el amor se expresaba más claramente a través de los celos, pues demostraban la devoción; solo había un amor verdadero para cada persona y nadie podía pretender honestamente amar a dos personas de la misma manera; y el amor verdadero nunca era estático, sino siempre dinámico, impredecible y, en última instancia, misterioso incluso para quienes lo experimentaban, porque lo iniciaba y dirigía un dios del amor (Cupido), no los propios amantes. Estos conceptos de la prosa de Andrés se reflejan en la poesía de Chrétien.

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Chrétien de Troyes es el poeta responsable de algunos de los aspectos más conocidos de la leyenda artúrica, como el romance de Lancelot con Ginebra y la búsqueda del Grial. Entre sus obras destacan Erec y Enide; Cligès; Lancelot, el caballero de la carretera; Yvain, el caballero del león y Perceval, el cuento del Grial, todas ellas escritas entre 1160 y 1190. Chrétien estableció los temas centrales del género de la poesía de amor cortés, que incluyen:

  • Una bella mujer inaccesible (porque está casada o encarcelada)
  • Un caballero noble que ha jurado servirla
  • Un amor prohibido y apasionado compartido por ambos
  • La imposibilidad o el peligro de consumar ese amor

El ejemplo más conocido es el amor de Lancelot por Ginebra, la esposa de su mejor amigo y rey, Arturo de Bretaña. Lancelot no puede negar sus sentimientos, pero tampoco puede hacer nada al respecto sin traicionar a Arturo y exponer a Ginebra como la esposa infiel de un noble rey. En la versión de Malory de la leyenda, la revelación de su romance es crucial para la destrucción de los Caballeros de la Mesa Redonda. Otro ejemplo es la famosa historia de Tristán e Isolda, de Tomás de Bretaña (hacia 1173), en la que Marco pide a su joven sobrino Tristán que acompañe a Isolda, la prometida de Marco, a su castillo. Tristán e Isolda se enamoran (en algunas versiones, a causa de una poción de amor ingerida accidentalmente) y su traición a Marco es el punto argumental que impulsa el resto de la historia.

Tristan & Iseult
Tristán e Isolda
Gwenaeth (Public Domain)

Aunque los académicos siguen debatiendo el papel de Leonor de Aquitania en el desarrollo de este tipo de historias, incluso un conocimiento superficial de la vida de la mujer indica con fuerza que la poesía del amor cortés se inspiró en ella. Al igual que el personaje de la dama de los poemas, Leonor nunca estuvo definida por ninguno de sus matrimonios, siempre hizo precisamente lo que le vino en gana, excepto durante el periodo en que Enrique II la tuvo encarcelada, e inspiró devoción en los demás. El papel de Leonor parece aún más destacado si se acepta la teoría de que la poesía del amor cortés era en realidad una alegoría religiosa que describía las creencias de la secta herética de los cátaros.

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Los cátaros y el amor cortés

Los cátaros (del griego "puros") eran una secta religiosa que floreció en el sur de Francia (precisamente en las regiones de las cortes de Leonor y María) en el siglo XII. La secta evolucionó a partir de los anteriores bogomilos de Bulgaria y sus seguidores eran conocidos popularmente como albigenses porque la ciudad de Albi era su mayor centro religioso. Los cátaros rechazaban las enseñanzas de la Iglesia católica por considerarlas inmorales y al clero corrupto e hipócrita.

El catarismo era dualista, lo que significa que veían el mundo dividido entre el bien (el espíritu) y el mal (la carne), y la Iglesia estaba decididamente del lado del mal, ya que el clero estaba más dedicado a los placeres terrenales que a las búsquedas espirituales, y el dogma enfatizaba el peso del pecado por encima de la esperanza de redención. Los cátaros renunciaban al mundo, vivían con sencillez y se dedicaban a ayudar a los demás. El clero cátaro era conocido como perfecti, mientras que a los adeptos se les llamaba credentes. Un tercer grupo de personas eran los simpatizantes: aquellos que seguían siendo nominalmente católicos pero apoyaban a las comunidades cátaras y las protegían de la Iglesia.

La Iglesia sospechaba que tanto Leonor como María eran simpatizantes, y esta sospecha se vio reforzada por las acciones de Raimundo VI, conde de Tolosa (que gobernó de 1194 a 1222), yerno de Leonor, que no solo era simpatizante cátaro, sino que era secretamente el obispo cátaro de su región. Raimundo fue el más ardiente defensor de los cátaros cuando la Iglesia lanzó finalmente la Cruzada Albigense contra el sur de Francia en 1209.

Pope Innocent III & the Albigensian Crusade
El papa Inocencio III y la cruzada albigense
Unknown Artist (Public Domain)

La correlación entre el catarismo, Leonor y la poesía del amor cortés es que este género parece aparecer de la nada al mismo tiempo que florece el catarismo y Leonor celebra sus cortes. Esta teoría (propuesta principalmente por el académico Denis de Rougemont en su obra El amor y Occidente) destaca que uno de los mayores principios del catarismo era el reconocimiento del principio femenino en lo divino, que reconocían como la diosa Sofía (sabiduría), y que el núcleo de la creencia era dualista. La teoría afirma que la poesía del amor cortés era una alegoría en la que la damisela era Sofía, cautiva de la Iglesia católica, y el valiente caballero era el cátaro, cuyo deber era liberarla.

La dama simbolizaba el bien como espíritu (y por eso el caballero nunca podría consumar su amor por ella), mientras que el matrimonio en el que estaba atrapada, santificado por la Iglesia, simbolizaba el mal del mundo. Esta teoría no goza de aceptación universal, pero hay que señalar que parece existir una correlación directa entre las actividades de los trovadores del sur de Francia y la propagación del catarismo en el siglo XII.

Un juego social

Otra teoría (defendida por el académico Georges Duby, entre otros) es que el amor cortés era un juego social medieval practicado por la clase alta en sus cortes. Duby escribe:

El amor cortés era un juego, un juego educativo. Era la contrapartida exacta del torneo. Como en el torneo, cuya gran popularidad coincidió con el florecimiento del erotismo cortesano, en este juego el hombre de noble cuna arriesgaba su vida y ponía en peligro su cuerpo con la esperanza de mejorarse a sí mismo, de aumentar su valor, su precio, y también de obtener su placer, capturando a su adversaria tras romper sus defensas, desbancándola y derribándola. El amor cortés era una justa. (57-58)

Según esta teoría, la dama de los cuentos sirve «para estimular el ardor de los jóvenes y valorar sabia y juiciosamente las cualidades de cada uno. El mejor hombre era el que mejor la había servido» (Duby, 62). Esta teoría explica los elementos misóginos de la poesía de amor cortés, en la que la mujer es un objeto a conquistar sexualmente, no un individuo, o sirve para medir el valor de un hombre basándose únicamente en su condición de mujer noble y, de nuevo, no por lo que ella es como persona.

Knight Battling the Seven Sins
Caballero luchando contra los Siete Pecados Capitales
Unknown Artist (Public Domain)

Sin embargo, este aspecto del género puede que no sea tan misógino, sino idealista. Si el amor cortés era un juego inventado por las mujeres, entonces los conceptos de «la mujer como premio» y «la mujer como jueza» habrían servido el mismo propósito: elevar su estatus. Otros académicos han señalado que hasta bien entrado el Renacimiento, la clase alta jugaba en la corte a juegos de rol, y que las cortes de amor que describe Andrés el Capellán no eran cortes reales, sino simples juegos que las damas de la nobleza creaban para divertirse; las obras de Andrés y Chrétien y otros se limitaban a aumentar la diversión o a proporcionar reglas básicas. Leigh Smith escribe:

Como en cualquier juego que depende de la creación de una realidad alternativa, la diversión depende de que todos los participantes traten esa realidad con la mayor seriedad. Por lo tanto, el tratado de Andrés puede entenderse como una guía para ser un cortesano de éxito en dicha Corte del Amor. (Lindahl et. al., 82)

El ganador en este juego sería el caballero que ejemplificara las virtudes de la caballerosidad y la cortesía al servicio de su dama. Es posible que estos juegos se jugaran a lo largo de meses (y tal vez eso es lo que ocurría en la corte de Leonor en Poitiers, aproximadamente entre los años 1170 y 1174), pero la teoría del juego no explica la pasión de las obras en sí, la devoción del caballero por la dama o su perdurable popularidad. Y lo que es más importante, la teoría del juego no explica del todo por qué, incluso si fueron las mujeres las que inventaron el juego, de repente se las encumbró tanto en este género como no lo había hecho ninguna literatura europea anterior.

Conclusión

El género fue considerado completamente original por los académicos de los siglos XIX y XX que, si bien reconocían el tema central de la elevación de la dama como un tema presente en algunas obras romanas y en el Cantar de los Cantares bíblico, tenían poco o ningún conocimiento de la literatura de la antigua Mesopotamia y Egipto. Como se ha señalado, el término «amor cortés» fue acuñado por el escritor francés Gaston Paris recién en 1883, y el concepto no fue desarrollado plenamente hasta 1936 por C. S. Lewis en su Alegoría del amor.

Ambos autores escribían en una época en la que el conocimiento de los jeroglíficos egipcios (en el caso de Paris) y de los cuneiformes mesopotámicos (en el de Lewis) era relativamente incipiente. Muchas obras de ambas culturas aún no habían sido traducidas; la más famosa es la obra de origen sumerio Canción de amor para Shu-Sin (de, aproximadamente, el año 2000 a.C.), considerada el poema de amor más antiguo del mundo, que no fue traducida hasta 1951 por Samuel Noah Kramer. Las obras de ambas culturas que habían sido traducidas no solían recibir mucha publicidad fuera de los círculos antropológicos.

En consecuencia, escritores como Paris y Lewis interpretaron la literatura del amor cortés como algo sin precedentes en la literatura universal cuando, en realidad, no lo era; simplemente era nueva en la Europa medieval. Tanto la cultura egipcia como la mesopotámica tenían en alta estima a la mujer, y así lo atestigua su literatura. De algún modo, ya fuera como alegoría religiosa o juego de roles o simplemente a través de los esfuerzos de una mujer, los poetas del sur de Francia (sin conocimiento de los apasionados poemas de Mesopotamia o Egipto) produjeron el mismo tipo de literatura en una cultura que no apoyaba esa visión. Las mujeres fueron sistemáticamente degradadas y denigradas durante la mayor parte de la Edad Media, pero en la poesía del amor cortés reinaron supremas.

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Sobre el traductor

Emiliano S. Grill
Nacido y criado en Uruguay, Emiliano es un traductor, subtitulador y aficionado a la historia. Le apasionan los idiomas, la lectura y la escritura.

Sobre el autor

Joshua J. Mark
Joshua J. Mark es un escritor independiente y antiguo profesor de filosofía a tiempo parcial en el Marist College de Nueva York. Vivió en Grecia y Alemania y ha viajado por Egipto. Ha sido profesor universitario de historia, escritura, literatura y filosofía.

Cita este trabajo

Estilo APA

Mark, J. J. (2019, abril 03). Amor cortés [Courtly Love]. (E. S. Grill, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-18065/amor-cortes/

Estilo Chicago

Mark, Joshua J.. "Amor cortés." Traducido por Emiliano S. Grill. World History Encyclopedia. Última modificación abril 03, 2019. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-18065/amor-cortes/.

Estilo MLA

Mark, Joshua J.. "Amor cortés." Traducido por Emiliano S. Grill. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 03 abr 2019. Web. 27 abr 2024.

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