La Crisis del Siglo III

Definición

Joshua J. Mark
por , traducido por Martin Guzman
Publicado el 09 noviembre 2017
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Disponible en otros idiomas: inglés, francés
Emperor Aurelian & Sasanid Archers (by The Creative Assembly, Copyright)
El emperador Aureliano y los arqueros sasánidas
The Creative Assembly (Copyright)

La Crisis del Siglo III (también conocida como la Crisis Imperial, 235 - 284 d.C.) fue el periodo en la historia del Imperio romano en la que se dividió en tres entidades políticas separadas: el Imperio galo, el Imperio romano, y el Imperio de Palmira. Estos imperios separatistas, además del desorden social y el caos que caracterizaron al periodo, resultó de un número de factores: un cambio en el paradigma de liderazgo siguiendo el asesinato del emperador Alejandro Severo (222 - 235) en el año 235 por sus propias tropas, la mayor participación de los militares en la política, la falta de adherencia a una política clara en la sucesión de los emperadores, inflación y depresión económica causadas por una devaluación de la moneda bajo la dinastía Severa, una mayor presión en el emperador para defender las provincias de tribus invasoras, la plaga que incrementó miedos y destabilizó comunidades, y ejércitos más grandes que requerían más hombres y disminuían la fuerza de trabajo agricultora.

Después del asesinato de Alejandro Severo, el imperio vería más de 20 emperadores surgir y caer en los casi 50 años entre los años 235 - 284 d.C. a comparación de los 26 emperadores que reinaron desde el tiempo de Cesar Augusto (27 a.C .- 14 d.C.) a Severo, 27 a.C. - 235 d.C., un periodo de más de 250 años. El imperio fue restaurado a través de los esfuerzos del emperador Aureliano (270 - 275 d.C.) cuyas iniciativas fueron desarrolladas aún más por Diocleciano (284 - 305 d.C.) a quien se le atribuye el final de la crisis y asegurando la futura supervivencia del imperio.

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La Crisis Inicia

Septimio Severo (193 - 211 d.C.), quien fundó la dinastía Severa, inició la política de aplacar al ejército y comprar su lealtad a través de una paga incrementada y otras medidas. Severo aumentó la paga de un soldado de 300 a 500 denarii anuales, la cual estaba muy retrasada, pero al mismo tiempo incrementó las fuerzas armadas para atender los desafíos de más allá de las fronteras que Roma ahora enfrentaba. Para pagar a sus soldados, devaluó la moneda añadiendo menos metal precioso en la acuñación. A pesar de que esta devaluación inicial no causó ningún problema económico, sí estableció un precedente para los emperadores posteriores hacer lo mismo.

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El imperio vería más de 20 emperadores surgir y caer en los casí 50 años entre el 235-284 d.C.

Más allá, al jugar con los militares, Severo debilitó el papel tradicional del rol del emperador e hizo la posición dependiente de la lealtad del ejército. Aun cuando el emperador siempre confiaba en el soporte del ejército en un grado u otro, el cortejo de este por el emperador se hizo aún más pronunciado. A pesar de que, a través de la dinastía Severa, el peligro de este cambio en el modelo tradicional - en el cual el emperador era supremo por derecho de sucesión - no supuso algún problema, este sería evidente después de la muerte del último emperador de la dinastía, Alejandro.

Alejandro Severo estaba dominado por su madre, Julia Mamea, y su abuela, Julia Mesa, quienes lo dirigían desde el inicio de su reino como un muchacho pequeño. A pesar de un número de políticas positivas iniciadas, él nunca fue capaz de liberarse del yugo de su madre y esto, eventualmente, llevaría a su caída. La madre de Alejandro ya era impopular con las tropas debido a recortes salariales que había iniciado para ahorrar dinero para sus propios fines. A medida que se hizo más y más evidente de que Alejandro era solo una marioneta de su madre, las tropas perdieron el respeto a él, y el insulto final vino en campaña contra las tribus germanas.

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Siguió el consejo de su madre en pagar por paz a sus oponentes en lugar de enfrentarlos en batalla. Mientras su madre consideraba esta opción como la más prudente, la decisión de Alejandro de seguir su consejo fue vista como deshonorable y cobarde por las tropas de Alejandro; él y su madre fueron ambos asesinados por sus comandantes. Después, el soldado Maximinio el Tracio (235 - 238 d.C.) tomó el control y se convirtió en el primero de los llamados "Emperadores de Cuartel" quienes rápidamente vendrían y se irían a lo largo de la crisis de los siguientes 49 años.

Los Emperadores de Cuartel

Los "emperadores de cuartel" es un término acuñado por historiadores posteriores refiriéndose a los emperadores romanos que venían y llegaban al poder por el ejército. Mientras que en el pasado un emperador llegaba al poder a través de un sistema de sucesión - ya sea un hijo o un heredero adoptado por el actual emperador - ahora era seleccionado por el ejército basado en su popularidad con las tropas, la generosidad hacia ellos, y la habilidad de producir resultados inmediatos y perceptibles. Cuando alguno de estos criterios decepcionaba - especialmente el último - era asesinado y reemplazado por otro.

Entre el reino de Alejandro Severo y el de Diocleciano, hubo más de 20 emperadores que se levantaban y caían en una sucesión bastante rápida. Ellos eran:

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Maximinio el Tracio (235 - 238 d.C.) quien fue asesinado por sus tropas cuando se cansaron del estado de guerra constante, extranjera y doméstica, en el que continuaba sumergiéndolos. Además, fue considera un líder ineficiente ante la hambruna, plaga y el descontento civil a gran escala.

Maximinus I
Maximino I
Mark Cartwright (CC BY-NC-SA)

Gordiano I y Gordiano II (238 d.C., marzo - abril) eran padre e hijo, hechos emperadores por el Senado, quien tomó parte en el intento de derrocar a Maximinio. Gordiano II fue asesinado en batalla combatiendo fuerzas pro-Maximiano, y Gordiano I cometió suicidio al escuchar de su muerte.

Balbino y Pupieno (238 d.C., abril - julio) también opuestos a Maximinio pero fueron bastantes impopulares con el pueblo y fueron asesinados por la Guardia Pretoriana.

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Gordiano III (238 - 244 d.C.) cogobernó con Balbino y Pupieno hasta que fueron asesinados, después fue proclamado emperador por los seguidores militares de Gordiano I y Gordiano II. Fue asesinado, probablemente, por su sucesor Filipo el Árabe.

Filipo el Árabe (244 - 249 d.C.) era el prefecto del pretorio bajo Gordiano III e hizo a su hijo, Filipo II, su coemperador. Fue asesinado en batalla por su sucesor Decio, a lo que después su hijo de 12 años y coemperador fue asesinado por la Guardia Pretoriana.

Decio (249 - 251 d.C.) era un gobernador regional levantado al poder por sus tropas. Siguió la política de Filipo de hacer a su hijo coemperador en orden de asegurar una sucesión fluida, pero ambos fueron asesinados en batalla luchando contra la coalición goda bajo el liderazgo del rey Cniva en la batalla de Abrito en el año 251 d.C..

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Hostiliano (251 d.C., junio - noviembre), el hijo menor de Decio, murió en oficio por la plaga.

Galo (251 - 253 d.C.), un comandante bajo Decio, que también hizo a su hijo, Volusiano, coemperador; ambos fueron asesinados por sus propias tropas quienes elevaron a Emiliano.

Emiliano (253 d.C., agosto - octubre), un gobernador regional elegido por las tropas, quien demostró ser decepcionante y también fue asesinado en favor de Valeriano.

Valeriano (253 - 260 d.C.) hizo a su hijo Galieno coemperador. Fue capturado por los persas sasánidas bajo Sapor I (240 - 270 d.C.) en campaña, y murió como su prisionero. De acuerdo a algunos reportes, su cuerpo fue rellenado después de su muerte y presentado en la corte persa a los dignatarios visitantes.

Galieno (253 - 268 d.C.) fue un gobernante y líder militar efectivo que inició un número de importantes desarrollos en el ejército (notablemente la expansión del rol de la caballería) y también culturalmente. Aun así, no pudo escapar al clima de los tiempos y fue asesinado por sus tropas en campaña, en una conspiración que involucraba al futuro emperador Aureliano.

Claudio Gótico (268 - 270 d.C.) quien recibió su epíteto honorario "Gótico" siguiendo sus victorias sobre los godos. Se dice que se mostró reacio a aceptar la posición de emperador y vengó la muerte de Galieno. Mostró una gran promesa como un emperador capaz pero murió de la plaga a dos años de su reino.

Quintilo (270 d.C.), hermano de Claudio Gótico, llegó al poder brevemente después de la muerte de su hermano pero murió poco después, probablemente asesinado por Aureliano.

Aureliano (270 - 275 d.C.) fue uno de los pocos emperadores de cuartel que realizó un esfuerzo concertado en colocar el bien del pueblo y la seguridad del imperio arriba de su propia ambición personal. Reunió el imperio al derrotar a los imperios separatistas Galo y de Palmira, y trayéndolos bajo yugo romano, también fue victorioso sobre varias tribus hostiles diferentes, así asegurando las fronteras. A pesar de sus éxitos, fue asesinado por sus comandantes.

Durante los siguientes nueve años, Tácito, Floriano, Probo, Caro, Numeriano y Carino gobernarían - todos siguiendo el mismo paradigma de elevación por parte de las tropas y, en la mayor parte de los casos, asesinato por ellos - hasta que Diocleciano tomó el poder. En los años que todos estos hombres luchaban unos con otros sobre quien gobernaría o debería gobernar, el imperio que buscaban liderar se estaba cayendo a pedazos. Desde la muerte de Alejandro Severo, los aspirantes a emperador requerían ejércitos y provisiones cada vez más grandes, y carente de los fondos para pagar por ellos, devaluaban la moneda una y otra vez.

En respuesta al caos económico y social de los tiempos - y la calidad irregular de liderazgo al lidiar con un número de dificultades urgentes - no es sorpresa que el vasto imperio se haya dividido y líderes hayan surgido quienes sintieron que podrían hacerlo mejor para su gente sin el drama y la matanza que se había convertido el gobierno de Roma. En el año 260 d.C. el gobernador regional de Germania Superior e Inferior, Póstumo (260 - 269 d.C.), se separó para crear el Imperio galo que comprometía las provincias de Germania, Galia, Hispania y Britania, y en el año 270 EC, la reina Zenobia de Palmira (267 - 272 d.C.) en el este, formaba su propio imperio - el imperio de Palmira, que se extendía desde Siria hasta Egipto.

Los Imperios Separatistas

A pesar de que Póstumo y Zenobia son caracterizados frecuentemente como rebeldes contra Roma, no lo eran. No hay nada en las acciones oficiales de Zenobia, y poco en aquellas de Póstumo después de su golpe inicial, que podrían apoyar la definición de "rebelión abierta" contra el estado, ya que eran lo suficientemente prudentes para reconocer que, aún con los problemas de Roma, podría presentar una amenaza sustancial.

En lugar de confrontar a Roma con un nuevo enemigo potencial, Póstumo aseguró al Senado romano y al emperador que él estaba actuando en los mejores intereses de Roma al asegurar las provincias y, en el este, Zenobia siguió la misma política, e incluso se aseguró de acuñar monedas con la imagen de Aureliano en un lado y la de su hijo, Vabalato, en el otro. Zenobia parece haber esperado que su hijo sería considerado para el dudoso honor de convertirse en el siguiente emperador de Roma, por lo que la caracterización popular de su imperio como rebelión es insostenible. Póstumo, a pesar de que claramente actuaba por su cuenta al punto donde creó su propio senado y burocracia gubernamental, también honraba a Roma en sus políticas y cortejaba su favor.

Roman Empire 271 CE
Imperio romano 271 d.C.
Pomalee et al. (CC BY-SA)

Más que rebeliones abiertas, los imperios Galo y de Palmira deberían ser considerados como reacciones naturales y sensatas al caos al cual el Imperio romano se había degenerado. A pesar de ver claramente que tanto Póstumo como Zenobia estaban compitiendo por poder y la soberanía independiente de sus reinos, lo hicieron todo el tiempo bajo la apariencia de actuar bajo el nombre de Roma, y con la esperanza de alguna recompensa futura o reconocimiento por parte del gobierno romano.

Durante la mayor parte del periodo de la Crisis del Siglo III, los emperadores estaban demasiado ocupados, luchando uno contra el otro o repeliendo fuerzas invasoras, para prestar atención a los imperios separatistas en sus fronteras. Sin embargo, cuando Aureliano llegó al poder, hizo de la reunificación del imperio una prioridad.

La Restauración de Aureliano

Lucio Domicio Aureliano fue el comandante de la caballería bajo Galieno y un líder capaz y popular. Estuvo involucrado en la conspiración para asesinar a Galieno, pero antes de que pudiera tomar el poder, Claudio Gótico usurpó el trono, y después de su muerte, su hermano Quintilo. Muy probablemente, Aureliano se deshizo de Quintilo y fue apoyado por el ejército en este golpe.

Ya había demostrado ser un comandante excepcional y despiadado, y entre los años 270 - 272 d.C. elevó su reputación con campañas contra los vándalos, alamanes, jutos y godos, entre otros, asegurando las fronteras del imperio. Una vez que esto fue cumplido, cambió su atención hacia oriente y marchó contra Zenobia.

Zenobia in Chains
Zenobia encadenada
Sowlos (CC BY-SA)

Aureliano era un soldado, no un político, y por ello no estuvo interesado en los motivos de Zenobia para tomar Egipto ni en ninguna otra de sus acciones que, supuestamente, se hicieron al servicio de Roma. Al entrar en su territorio, implementó la misma política de tierra quemada que había funcionado tan bien contra sus otros adversarios, y destruyó cada ciudad a la que llegaba hasta que llegó a las afueras de Tiana. Esta era la ciudad natal del famoso filósofo y místico Apolonio de Tiana, y en un sueño, Apolonio se le apareció a Aureliano y le dijo que debía ser misericordioso si quería la victoria. Aureliano perdonó a la ciudad, y noticias de su misericordia se difundió rápidamente; las otras ciudades de la región abrieron sus puertas a su llegada, sin resistencia.

Zenobia reunió a sus ejércitos bajo el mando de su brillante general Zabdas, y enfrentó a Aureliano en la Batalla de Immae en el año 272 d.C. Aureliano ordenó a su caballería que se enfrentara y luego se retirara como en una fuga, forzando a la caballería enemiga a perseguir. La estrategia de Aureliano era en atraer a sus oponentes hacia una trampa al cansarlos y dirigiéndolos hacia el sitio de enfrentamiento de su elección, y funciono tal como lo había planeado.

En cierto punto, las fuerzas romanas giraron y se dirigieron hacia los palmirenos que avanzaban hacia un movimiento de pinza, el cual paralizó su carga y mató a la mayoría. Zenobia y Zabdas escaparon la batalla, se reagruparon y pelearon de nuevo en la batalla de Emesa donde Aureliano fue victorioso nuevamente usando exactamente la misma estrategia.

Zabdas fue probablemente asesinado (no es mencionado nuevamente), y Zenobia fue hecha prisionera por Aureliano. A pesar de que es famosamente representada desfilando a través de la calles de Roma en cadenas de oro, esto es probablemente ficción. Aureliano no habría deseado en llamar más atención de la necesaria hacia Zenobia, ya que era considerada una vergüenza el hecho de tanto esfuerzo contra una mujer.

Una vez que las regiones orientales fueran restauradas al imperio, Aureliano marchó al oeste para subyugar el área que Póstumo había reclamado como suya. Póstumo ya estaba muerto para este momento, asesinado por sus propias tropas en el año 269 d.C., y el Imperio galo era dirigido por Tétrico I (271 - 274 d.C.). La reputación de Aureliano le precedía en su marcha hacia el oeste, y Tétrico I parecía tener muy poco deseo en enfrentar al emperador en el campo de batalla. Aun así, los dos ejércitos se enfrentaron en la batalla de Chalons en el año de 274 d.C., donde las fuerzas de Tétrico fueron casi aniquiladas por Aureliano

En la batalla de Chalons en el año 274 d.C. las fuerzas de tétrico I fueron casi aniquiladas por aureliano.

Mucho debate y especulación rodean a la batalla de Chalons desde que los primeros reportes afirman que Tétrico I escribió a Aureliano, antes de la batalla, pidiendo rendirse o al menos, solicitar al emperador su perdón y el de su hijo. En este caso, Tétrico I y su hijo fueron perdonados y Tétrico I vivió el resto de su vida como un administrador, y esto fue visto como prueba de las afirmaciones posteriores de Aureliano de que Tétrico I traicionó a sus tropas.

Sin embargo, esta afirmación tiene poco sentido, ya que Aureliano habría estado mejor al perdonar un ejército entero y aceptar la rendición de Tétrico I antes de la batalla. Aun cuando ganó una decisiva victoria contra Tétrico I, aún le costó en hombres y provisiones, que eran recursos importantes en la manutención del imperio. Además, pudo haber hecho un mejor uso del ejército que Tétrico I reunió para la batalle en lugar de masacrarlo.

Una razón más probable para la supervivencia de Tétrico I es la lección que Aureliano aprendió en la campaña de Palmira respecto al beneficio de la misericordia. Al perdonar a Tétrico y su hijo, Aureliano se mostró como un líder que solo hacía lo necesario para restaurar el orden y que perdonaba, en lugar de castigar, transgresiones.

Es probable que Aureliano pensó en esta política trabajaría a su favor en el futuro, si otros decidían separarse del imperio, pero no vivió lo suficiente para averiguarlo. Fue asesinado por sus comandantes que estaban bajo la falsa impresión que él pretendía ejecutarlos y reemplazarlos.

Conclusión

La Crisis Imperial terminó no tanto con la restauración del Imperio romano a lo que había sido como un cambio fundamental en los aspectos más importantes del gobierno. Diocleciano trató con firmeza con cada uno de los aspectos que habían contribuido al caos de los 50 años que le precedieron. Trabajando sobre las iniciativas de Aureliano para asegurar las fronteras del imperio y elevar la posición del emperador sobre la gente común o militar, Diocleciano fue más allá en crear un aura de divinidad alrededor de la posición mientras reducía la dependencia del gobernante en el apoyo militar.

Roman Emperor Diocletian
Emperador romano Diocleciano
Carole Raddato (CC BY-SA)

Diocleciano disminuyó el poder del ejército implementando una política de defensa en profundidad donde fuerzas móviles dentro del imperio reforzarían fuerzas estacionarias acuarteladas en la frontera, lo que significaría que ya no necesitaba grandes ejércitos en los fuertes quienes podrían apegarse a su comandante o gobernador regional. Los ejércitos móviles también se encargaban de otro problema: la propensión de soldados a servir en sus regiones de origen. Mientras esta política había sido considerada una ventaja - uno pelearía más resueltamente por su hogar que por el de un extraño - también permitía mayores lazos forjados entre los hombres y su comandante regional que entre los hombres y el emperador.

Diocleciano también emitió una moneda más estable y frenó la inflación rampante y, para asegurar una sucesión suave y un gobierno más estable, promulgó la tetrarquía (gobierno de cuatro) donde las responsabilidades de gobernar un imperio vasto fueron divididas entre dos gobernantes separados cuyos sucesores ya estaban en lugar cuando asumieran su posición. Su solución final a los problemas del imperio fue su famosa división del reino entre los Imperios romanos de Occidente y Oriente, que hacía cada uno más manejables bajo el reinado de sus respectivos emperadores.

Los esfuerzos de Aureliano y Diocleciano sostendrían el Imperio romano de Occidente por casi 200 años y al Imperio romano de Oriente (conocido como el Imperio bizantino) hasta el año 1453 d.C. Sin embargo, el legado de Roma continua hasta el presente día y ha afectado significativamente por siglos generaciones de personas alrededor del mundo en cierto modo que no podría haberlo hecho de no haber sobrevivido su crisis en el siglo III d.C..

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Sobre el traductor

Martin Guzman
Ingeniero en Tecnologías de la Información. Interesado en temas históricos pero especialmente en historia militar. Busca compartir el interés de estos temas y hacerlo llegar a una mayor cantidad de personas.

Sobre el autor

Joshua J. Mark
Joshua J. Mark es un escritor independiente y antiguo profesor de filosofía a tiempo parcial en el Marist College de Nueva York. Vivió en Grecia y Alemania y ha viajado por Egipto. Ha sido profesor universitario de historia, escritura, literatura y filosofía.

Cita este trabajo

Estilo APA

Mark, J. J. (2017, noviembre 09). La Crisis del Siglo III [The Crisis of the Third Century]. (M. Guzman, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-16450/la-crisis-del-siglo-iii/

Estilo Chicago

Mark, Joshua J.. "La Crisis del Siglo III." Traducido por Martin Guzman. World History Encyclopedia. Última modificación noviembre 09, 2017. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-16450/la-crisis-del-siglo-iii/.

Estilo MLA

Mark, Joshua J.. "La Crisis del Siglo III." Traducido por Martin Guzman. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 09 nov 2017. Web. 19 abr 2024.

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