La arquitectura de la civilización etrusca, la cual floreció en la Italia central entre los siglos VIII y III a.C., ha quedado borrada en gran medida tanto por los conquistadores romanos como por el paso del tiempo, pero la propia influencia de los etruscos sobre la arquitectura romana y la impresión que sus edificaciones causaron en escritores posteriores ofrecen pistas tentadoras sobre lo que falta. Los modelos de cerámica, las pinturas en tumbas y las excavaciones en sitios tales como Tarquinia, Vulci, Veii, y Cerveteri han revelado evidencia tangible de que los arquitectos etruscos eran tanto innovadores como ambiciosos. La columna toscana, la puerta arqueada, la villa privada con atrio y los templos a gran escala sobre impresionantes plataformas elevadas con extravagantes decoraciones en terracota, son solo algunas de las innovaciones que copiarían y adaptarían sus sucesores culturales en Italia.
Problemas de la reconstrucción
Desafortunadamente, la reconstrucción de pueblos y edificaciones de los etruscos se complica por la ausencia de restos sustanciales. Lamentablemente, no hay un Partenón o una Pompeya de esta duradera e influyente civilización. Por añadidura. Además, un gran número de pueblos etruscos fueron cubiertos por completo por ciudades posteriores en los tiempos medieval y moderno, lo que hace que cualquier excavación de hoy en día sea problemática o imposible. Hacen falta otras fuentes de información y, afortunadamente, los mismos etruscos son capaces de suministrarlas en sus representaciones de la arquitectura en las pinturas de las tumbas y en recipientes de cerámica elaborados en la forma de edificaciones, desde chozas primitivas hasta grandes templos. Los escritores romanos también han contribuido al mejor conocimiento de la arquitectura etrusca por medio de sus admirativas descripciones. Finalmente, un ámbito donde no se necesitan textos o reconstrucciones son las miles de tumbas que se conservan de los etruscos, las cuales evolucionaron a través de los siglos desde túmulos hasta grandes cámaras con bóvedas de piedra que albergaban a múltiples generaciones de muertos.
DESDE MEDIADOS DEL SIGLO VI A.C., LAS EDIFICACIONES PRIVADAS MÁS GRANDES TENÍAN TEJADOS A DOS AGUAS SOSTENIDOS POR COLUMNAS Y UN ATRIO, lo que creaba UN JARDÍN ABIERTO AL FIRMAMENTO.
La vivienda etrusca
Aunque las tumbas etruscas parecían construidas para durar siglos, con cámaras de piedra o excavadas en la roca, la arquitectura doméstica cotidiana se construía con materiales más perecederos: madera, ladrillos de barro secados al sol o bahareque para las paredes. Los ejemplos de las chozas circulares y ovaladas, de los siglos VII y VI a.C. en Acquarossa, muestran que las paredes, alguna vez, tuvieron un revestimiento de yeso. Los postes de madera suministraban soporte adicional y sostenían un tejado de paja. No obstante, se usaba piedra algunas veces para las fundaciones y los niveles inferiores. Como en el caso de los edificios públicos más grandes, los techos de las casas pude que estuvieran decorados con aditamentos de terracota tales como palmetas (motivo ornamental basado en las hojas de las palmeras), motivos de loto y estatuillas. Las tejas a dos aguas del mismo material protegían el ápice del tejado de las edificaciones rectangulares, mientras que de las estructuras redondas se conservan ejemplos de una teja central con un agujero en ella, hecho para admitir la entrada de luz o permitir que el humo escape. Una teja de este tipo de Acquarrosa venía con una tapa de disco para cerrar el agujero en caso de lluvia. Las vigas se protegían clavando placas de terracota en los extremos expuestos. Con el tiempo, las tejas de techo reemplazarían a la paja.
Modelo de casa circular etrusca
Sailko (CC BY)
Desde inicios del siglo VI a.C., las casas tenían habitaciones múltiples intercomunicadas, algunas veces con un vestíbulo y un patio privado, aunque seguían teniendo una única planta. Las excavaciones demuestran que las comunidades más antiguas tenían alguna forma básica de planificación, con varias casas dispuestas alrededor de un patio compartido. Esto también era ventajoso para la construcción de canales de drenaje excavados en la roca entre las casas, los cuales conducían a cisternas, aunque en algunas ciudades, mientras más lejos del centro, más desordenada era la ubicación de las edificaciones.
Desde mediados del siglo VI a.C., las edificaciones privadas más grandes, probablemente influidas por la arquitectura de Asia Menor y Fenicia, tenían tejados a dos aguas soportados por columnas. Tenían un atrio, un vestíbulo abierto al firmamento en el centro y contaban con una pila poco profunda sobre el suelo, en el medio, para recolectar el agua de lluvia. Al frente estaba un gran salón con un fogón y una cisterna y habitaciones laterales que incluían alojamiento para sirvientes.
Los primeros asentamientos etruscos se construyeron sobre altiplanos y crestas fácilmente defendibles, pero aquellas ciudades ubicadas en lugares considerados vulnerables a ataques estaban aún más protegidas por muros de piedra y fosos. El asentamiento en Marzabotto es un buen ejemplo de planificación urbana con las edificaciones del siglo V a.C. orientadas sobre un eje norte-sur y dispuestas en un patrón de cuadrícula. Se sabe que a los etruscos les preocupaban en especial los rituales y ceremonias relacionados con la planificación y la disposición de edificios y consideraban auspiciosas ciertas disposiciones.
Los espacios sagrados etruscos arcaicos no tenían arquitectura como tal, ya que eran meramente un área al aire libre definida como sagrada con un altar donde se realizaban los ritos. Algunas áreas tenían un podio rectangular desde donde se podían observar los presagios. Con el paso del tiempo, se fueron erigiendo edificaciones probablemente solo de madera y paja dentro de los espacios sagrados, que tenían una variedad de funciones, incluido el alojamiento. El primer templo etrusco de piedra aparece en Veii en torno al 600 a.C. La construcción de esas edificaciones secundarias en piedra también está atestiguada por la plataforma altar del siglo VI a.C. en Cortona. Con unas dimensiones de 5 x 6,5 metros y con una altura de 2 metros, al altar se accede por una escalinata de 10 peldaños con barandillas. Tales edificaciones secundarias y el área sagrada en sí a menudo estaban circundadas por un muro de mampostería bajo punteado por soportes ocasionales de bloques cortados o incluso un revestimiento completo de piedra labrada.
Modelo de templo etrusco
Carole Raddato (CC BY-SA)
Ha sido difícil reconstruir la arquitectura de los templos etruscos debido a la falta de ejemplos conservados. El arquitecto y escritor romano Vitruvio describe un «templo toscano» distintivo con un pórtico con columnas y tres pequeñas cámaras en la parte trasera interior, pero la evidencia apunta a una realidad más variada, aunque algunas características básicas son comunes. Los templos eran casi cuadrados, a diferencia de los templos griegos, notoriamente rectangulares y situados sobre una plataforma mucho más alta. Las columnas son conocidas como del tipo toscano y, al igual que en el orden dórico, no tienen estrías pero sí se apoyan sobre una base. Sostienen el techo, el cual sobresale de la entrada creando un porche profundo.
Uno de los templos etruscos mejor documentados es el de Portonaccio, en Veii, de alrededor de 510 a.C. Se construyó sobre una base casi cuadrada de bloques de toba volcánica que miden 18,5 m de lado. Con una entrada frontal escalonada, una veranda con columnas, una entrada lateral y una cella en tres partes, coincide con la descripción de Vitruvio. El tejado estaba decorado con esculturas en terracota de tamaño real de colores vivos, de las cuales se conserva una figura de Apolo en movimiento. Las antefijas en los aleros, de nuevo en terracota, representaban a las ménades y a las gorgonas. El templo, quizás, estaba dedicado a Menrva (la versión etrusca de Atenea/Minerva). Otros sitios con grandes templos similares incluyen Pyrgi (templos A y B), uno de los tres puertos de Cerveteri, Tarquinia (el Ara della Regina) y Vulci (el Templo Mayor). Al igual que en los templos griegos, el altar verdadero y el lugar de las ceremonias religiosas permanecían fuera del templo en sí.
Las sencillas cavidades de piedra perforadas en el suelo, en las que se colocaba una vasija con las cenizas del difunto y algunos objetos cotidianos diarios colocados en ellas, dieron paso a tumbas de piedra más grandes encerradas en túmulos e, incluso más tarde, a edificaciones independientes a menudo ordenadas en hileras. Estos últimos túmulos y tumbas en bloque de los siglos VII al V a.C. tenían bienes más impresionantes enterrados con los restos no cremados del fallecido tales como joyas, vajillas e incluso carros.
Tumba de los Carros, Populonia
Roberto Zanasi (Public Domain)
Los túmulos estaban hechos a partir de una base circular de bloques de toba y las capas bajas arregladas en círculo. También podían cortarse en la roca existente en el sitio seleccionado. Estos muros bajos podían tener una decoración moldeada sencilla. Un corredor de piedra conducía a una cámara principal, la cual estaba hecha para parecerse a una casa con puerta y ventanas pintadas o, en el caso de los más antiguos, con su techo bajo pintado para imitar la tela de tiendas y, por tanto, la práctica etrusca aún más antigua de sepultar a los muertos en tiendas. Algunos pasillos y cámaras tienen techos en voladizo tales como los de la tumba del siglo VII a.C. en Volterra, con su techo abovedado creado por los anillos decrecientes de pequeños bloques de piedra. El drenaje se proporcionaba ya fuese mediante losas de piedra inclinadas colocadas por todo el techo o construyendo la tumba completa sobre una base de piedra inclinada, como se observa en la Tumba de los carros en Populonia. Después, se cubría toda la estructura con un montículo de tierra. Algunos de los túmulos más grandes, tales como en Cerveteri, miden hasta 40 metros de diámetro. Muchas de estas tumbas estuvieron en uso por varias generaciones.
Un nuevo tipo de tumba apareció a partir del siglo VI a.C., el pequeño bloque independiente con techo a dos aguas. Estas estructuras cúbicas se pueden apreciar sobre todo en la necrópolis de Banditaccia en Cerveteri. Están construidas con grandes bloques de piedra y, de nuevo, puede que incorporen rocas naturales del sitio; cada una tiene una única puerta de entrada y en el interior hay bancos de roca sobre los cuales se colocaba a los fallecidos, altares excavados y, algunas veces, asientos de piedra. Las tumbas, dispuestas en hileras, puede que indiquen una mayor preocupación por el planeamiento urbano para la época.
Las tumbas etruscas del período helenístico evolucionaron hacia dos nuevos diseños, que donde mejor se pueden apreciar es en Chiusi. Un de estos tipos está construido a partir de bloques bien cortados y tiene una bóveda de cañón muy parecida a la de las tumbas macedonias. El segundo tipo tiene una entrada en túnel mucho más impresionante; algunos alcanzan los 25 metros de longitud. Los interiores, por el contrario, son más sencillos, con una cámara simple rectangular o en forma de cruz flanqueada por bancos y nichos en los cuales se colocaban vasijas funerarias y sarcófagos. Estas tumbas también se usaban durante varias generaciones y, en algunos casos, los túneles de entrada se convirtieron en la propia tumba sin cámara al final; un ejemplo tiene 39 nichos para colocar los restos.
Las paredes de las tumbas de la élite etrusca estaban pintadas con escenas vívidas y coloridas de la mitología, las prácticas religiosas y la vida cotidiana etrusca, especialmente banquetes y bailes. Hay elementos arquitectónicos presentes que enmarcan tales escenas o, incluso, aparecen representados en ellas. Por ejemplo, las tumbas suelen tener una puerta y un marco pintados, como una metáfora del paso del difunto a la vida otra. Entre los demás elementos que aparecen en las pinturas se pueden encontrar ventanas y columnas, útiles para apoyar las excavaciones arqueológicas de edificaciones auténticas.
Tumba cuadrada etrusca, Cerveteri
Johnbod (CC BY-SA)
Legado
Los techos abovedados, los arcos, la columna toscana y las puertas monumentales de ciudad típicas de la arquitectura etrusca influirían e inspirarían a los arquitectos romanos posteriores. De hecho, fueron constructores etruscos los responsables del templo más importante de Roma en sus primeros tiempos, el dedicado a Júpiter Optimus Maximus del siglo VI a.C. sobre la colina Capitolina. Las puertas arqueadas etruscas, al igual que muchos otros aspectos del diseño romano, se volverían mucho más grandiosas y ostentosas para acabar transformándose en el arco de triunfo. El uso etrusco de tumbas desde el período helenístico para enterrar un gran número de restos influiría a los romanos en sus posteriores columbaria, donde se sepultarían cientos de restos de manera ordenada en varios niveles. Por último, los romanos también adoptarían y adaptarían el diseño de la casa con atrio, que recibiría el nombre de atrium tuscanicum en reconocimiento a su deuda arquitectónica con los etruscos.
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Carlos es ingeniero metalúrgico de Barquisimeto, Venezuela. Desde la infancia se sintió muy atraído por la geografía y la historia antigua. Leer sobre estos temas se convirtió en una afición y fortaleció sus conocimientos sobre historia.
Mark es un autor, investigador, historiador y editor a tiempo completo. Se interesa, en especial, por el arte y la arquitectura, así como por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones de World History Encyclopedia.
Cartwright, M. (2017, enero 31). Arquitectura etrusca [Etruscan Architecture].
(C. A. S. B, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-15620/arquitectura-etrusca/
Estilo Chicago
Cartwright, Mark. "Arquitectura etrusca."
Traducido por Carlos A Sequera B. World History Encyclopedia. Última modificación enero 31, 2017.
https://www.worldhistory.org/trans/es/1-15620/arquitectura-etrusca/.
Estilo MLA
Cartwright, Mark. "Arquitectura etrusca."
Traducido por Carlos A Sequera B. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 31 ene 2017, https://www.worldhistory.org/Etruscan_Architecture/. Web. 19 jul 2025.
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Escrito por Mark Cartwright, publicado el 31 enero 2017. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.