El ejército romano construía fuertes temporales, permanentes y campamentos militares fortificados (castrum) a lo largo de las fronteras del imperio y dentro de territorios que requerían una presencia militar permanente para evitar levantamientos indígenas. Aunque tenían características defensivas básicas, los fuertes nunca fueron diseñados para resistir un ataque enemigo sostenido, sino más bien para proporcionar un lugar protegido para alojamiento e instalaciones de almacenamiento de alimentos, armas, caballos y registros administrativos. A lo largo de los siglos, los fuertes romanos adquirieron un diseño notablemente estandarizado, y hoy en día todavía se pueden ver en toda Europa las impresionantes puertas y ruinas de algunos de los más grandes.
Ubicación
Los fuertes se construían especialmente a lo largo de las fronteras del Imperio romano, como por ejemplo a lo largo de tramos del río Danubio y del río Rin. Esto impedía las incursiones de grupos vecinos hostiles. También se construían fuertes durante largos asedios, como en Numancia en España y Masada en Judea. Sin embargo, la mayoría de los fuertes se construían en el interior de las provincias para disuadir las rebeliones y controlar mejor a los pueblos conquistados. Gran Bretaña y Dacia son ejemplos de provincias que requerían una presencia militar permanente para mantener el control romano. En territorios tan hostiles, los fuertes estaban conectados en una red para el apoyo mutuo, pero también había fuertes aislados, especialmente en bases navales y de suministro. La Gran Bretaña romana tiene restos de más de 400 campamentos, pero algunos de ellos eran operaciones temporales o de práctica para que ingenieros y soldados perfeccionaran sus habilidades de construcción de fuertes.
Los primeros fuertes semipermanentes conocidos se construyeron en España durante el siglo II a.C., pero fue durante el reinado de Augusto (27 a.C. – 14 d.C.) cuando los fuertes romanos comenzaron a adoptar una forma estandarizada. Los fuertes variaban en tamaño: los más pequeños medían menos de una hectárea, mientras que los más grandes podían tener más de 50 hectáreas de superficie. Un ejemplo del tipo de fuerte más grande es el de Vetera y Oberaden en Alemania, que albergaban dos legiones cada uno.
típicamente, LOS FUERTES ROMANOS ERAn RECTANGULARES CON ESQUINAS REDONDEADAS Y PROTEGIDOS POR EMPALIZADAS, MURALLAS, TORRES Y ZANJAS.
Los fuertes más pequeños y los campamentos militares eran asuntos más temporales que proporcionaban a las tropas un alojamiento seguro cuando estaban de campaña. Las unidades auxiliares también utilizaban fuertes pequeños como puestos fronterizos, y durante el último período del Imperio se construyeron pequeños fuertes cuadrados (quadriburgia) con muros de 50 metros de largo y una sola puerta en todos los territorios romanos. Incluso los fuertes más grandes no era autosuficientes durante largos períodos de tiempo y, por lo tanto, generalmente estaban ubicados cerca de las ciudades o, alternativamente, surgían asentamientos (canabae) alrededor del fuerte para satisfacer sus necesidades, así como aprovecharse de los soldados romanos que estaban allí, quienes eran de los pocos que recibían un ingreso regular en mundo romano. Muchos de estos asentamientos evolucionarían hasta convertirse en ciudades medievales por derecho propio.
Si bien todos los fuertes tenían sus propias características individuales, había muchos elementos comunes en la mayoría. Los fuertes estándar eran típicamente rectangulares con esquinas redondeadas, y las paredes de la mayoría se construían con madera y, más tarde, piedra colocada sobre una muralla de tierra. Alrededor del perímetro había una doble hilera de fosos (clavícula), cuya tierra se utilizaba para formar la muralla inclinada. Las murallas tenían tres puertas principales y torres dispuestas a intervalos. A partir del siglo III d.C., cuando el uso de armas de artillería se generalizó, las torres se proyectaban hacia afuera desde las murallas para aumentar el ángulo de tiro.
Las puertas tenían dos entradas arqueadas que se podían cerrar con puertas de madera que quizás estaban protegidas del fuego mediante placas de metal. Se cerraban con una barra transversal en el interior, tenían sus propias torres de dos o tres pisos y estaban protegidas por una línea separada de fosos que sobresalían de las paredes. A pesar de estas precauciones defensivas, los romanos no diseñaban campamentos para resistir ataques sostenidos como en los castillos medievales, sino que pretendían proporcionar suficientes medidas para actuar como disuasivo de ataques enemigos improvisados. Sin duda, si un fuerte era atacado por una fuerza grande, entonces las tropas se movilizarían para enfrentarse al enemigo en el campo, pero la realidad era que durante la mayor parte de la existencia de Roma sus enemigos no eran capaces de la organización y las habilidades necesarias para lograr la victoria en una guerra de asedio (aunque el Imperio sasánida una excepción notable). En periodos posteriores del imperio, sin embargo, la amenaza de las bandas merodeadoras se hizo mucho mayor y los fuertes evolucionaron en consecuencia con menos puertas, torres curvas para proteger las entradas y torres en forma de abanico que se proyectaban desde las esquinas para maximizar el campo de fuego desde el interior y permitir que las murallas y puertas tuvieran una mejor protección. Los fuertes de la costa sajona de Gran Bretaña muestran estas características de diseño, además de tener torres almenadas especialmente diseñadas para permitir el uso de catapultas.
Se construía un campamento temporal cada noche cuando un ejército estaba en marcha, o durante unos días para descansar, hacer reparaciones y reabastecerse, prepararse para una batalla, durante un asedio o para los cuarteles de invierno (hiberna). Probablemente se necesitaban unas horas para construir un campamento y, en ocasiones, había que hacerlo bajo fuego enemigo. Se construía una empalizada de madera protegida por un foso, nuevamente, de planta rectangular, con tiendas de campaña en lugar de edificios pero manteniendo la distribución general que se describe a continuación. Diez hombres de cada centuria tenían la tarea de construir el campamento, supervisados por un topógrafo militar (gromaticus) que seleccionaba una zona adecuada en un terreno elevado cerca de una fuente de agua. En ocasiones, los soldados amontonaban piedras contra sus tiendas de cuero para protegerse mejor de los elementos, una costumbre útil para los arqueólogos a la hora de reconstruir campamentos romanos temporales. Una sola tienda habría albergado a ocho hombres.
Diseño interior
Dentro de los muros de los fuertes permanentes había una serie de edificios separados, que incluían cuarteles para legionarios (ocho hombres por habitación) y caballería (los hombres y sus caballos compartían habitaciones), alojamiento para el oficial al mando, su familia y esclavos (praetorium), y en ocasiones también viviendas para tribunos, graneros (horrea) construidos sobre plataformas elevadas para proteger mejor su contenido de la humedad, talleres (fabricae), un hospital (valetudinarium), una cisterna y, en el caso de fuertes más grandes, varias tiendas (tabernae) o un mercado (macellum) y termas romanas. Estos últimos a menudo se construían fuera de los fuertes anteriores, en su mayoría de madera, ya que los hornos necesarios para proporcionar calefacción subterránea constituían un verdadero peligro de incendio. Una amplia avenida rodeaba todas estas estructuras internas para que estuvieran a salvo de los misiles enemigos que cayeran sobre el muro.
El complejo del fuerte estaba dominado por el edificio de la sede o principia, ubicado en el centro del fuerte. Dentro del principia había una basílica con naves laterales y un tribunal colocado sobre una plataforma elevada en un extremo desde donde el comandante del campo dirigía las asambleas, llevaba a cabo audiencias disciplinarias y desempeñaba sus deberes judiciales locales. También había salas para la recreación de los oficiales (scholae) y para uso como oficinas, el aedes, un santuario donde se guardaban los estandartes de la legión o de la unidad, salas largas utilizadas como armerías (armamentaria) y un patio abierto. Debajo del aedes estaba la cámara acorazada excavada en el suelo donde se guardaban las reservas de efectivo del fuerte.
Los fuertes tenían dos calles internas que conducían a las tres puertas principales, formando así una T. Se llamaban via praetoria (que conducía desde la puerta principal o porta praetoria) y via principalis, y la principia estaba ubicada donde se unían las dos calles. Las puertas en el lado izquierdo y derecho del fuerte se conocían como porta principalis sinistra y porta principalis dextra respectivamente. La puerta trasera se conocía como porta decumana y estaba conectada por un camino que conducía directamente a la principia o tienda del comandante en el caso de los campamentos. Un buen ejemplo de un fuerte romano construido según este plan estandarizado es el fuerte Wallsend (Segedunum) de finales del siglo II d.C. en el Muro de Adriano, que albergaba a 480 legionarios y 120 jinetes.
Magíster en Historia Militar con más de 20 años de servicio militar, actualmente realizando trabajos de investigación sobre desarrollo tecnológico en buques y memoria histórica con veteranos.
Mark es un autor, investigador, historiador y editor de tiempo completo. Se interesa, en especial, por el arte y la arquitectura, así como por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones de World History Encyclopedia.
Cartwright, M. (2016, noviembre 02). Fuerte romano [Roman Fort].
(R. Pedraza, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-15401/fuerte-romano/
Estilo Chicago
Cartwright, Mark. "Fuerte romano."
Traducido por Rodrigo Pedraza. World History Encyclopedia. Última modificación noviembre 02, 2016.
https://www.worldhistory.org/trans/es/1-15401/fuerte-romano/.
Estilo MLA
Cartwright, Mark. "Fuerte romano."
Traducido por Rodrigo Pedraza. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 02 nov 2016. Web. 31 oct 2024.
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Escrito por Mark Cartwright, publicado el 02 noviembre 2016. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.