Entre agosto y septiembre de 1943, tuvo lugar la segunda batalla por Smolensk, donde la Unión Soviética y el Tercer Reich volvieron a enfrentarse por el control de esta ciudad situada a orillas del río Dniéper, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Para el verano de 1943, el plan de Adolf Hitler (1889-1945) de ocupar permanentemente la URSS estaba hecho jirones. El Ejército Rojo soviético avanzaba sin descanso, recuperando ciudades que habían sido ocupadas. Smolensk iba a ser la siguiente en una prolongada batalla de tres fases que puso fin a cualquier esperanza que Hitler pudiera haber tenido de ganar la guerra germano-soviética.
La Liberación de Yelnya
Unknown Photographer (Public Domain)
La guerra germano-soviética
La decisión de Hitler de invadir la URSS en el verano de 1941 con la Operación Barbarroja había tenido un buen comienzo con ganancias territoriales masivas gracias a victorias como la batalla de Białystok-Minsk y la batalla de Kiev de 1941. Al año siguiente, sin embargo, el Ejército Rojo soviético comenzó a defenderse, ganando la batalla de Moscú en 1941-2, resistiendo en el asedio de Leningrado (San Petersburgo) y resistiendo al Sexto Ejército de Hitler en la batalla de Stalingrado, encuentro que finalmente ganaron en febrero de 1943. Otra gran victoria soviética llegó en la batalla de Kursk en julio y agosto de 1943. Los ejércitos del Eje simplemente no contaban ni con los hombres ni con los recursos materiales para enfrentarse a un enemigo que crecía cada vez más en fuerza y que mostraba una creciente confianza en su victoria final en la guerra germano-soviética.
Sokolovsky dependía de sus unidades de artillería para compensar la relativa falta de tanques en la próxima batalla.
Los ejércitos del Eje se veían ahora obligados a combatir en retirada, perdiendo de forma constante los avances que habían logrado en las primeras etapas de la guerra. Smolensk fue un buen ejemplo. La ciudad, ubicada en el río Dniéper (Dnepr/Dnipro) y la tradicional puerta de entrada a Moscú, había sido capturada por las fuerzas del Eje después de la batalla de Smolensk de 1941. Ahora era el momento de recuperar la ciudad. Iósif Stalin (1878-1953), que siempre había tenido la última palabra sobre cómo se llevó a cabo la guerra, comenzó a tomar un papel aún más directo. Stalin prohibió entonces las maniobras de cerco y ordenó a sus comandantes concentrarse en un frente amplio, utilizando múltiples ataques directos y aprovechando una abrumadora superioridad numérica sobre el enemigo. La nueva estrategia de Stalin dio lugar a ocho frentes soviéticos que lanzaron 19 ofensivas paralelas a lo largo de una línea de frente de más de 1.000 km (660 millas) de extensión. Una de estas ofensivas tenía como objetivo la liberación de Smolensk. Esta última ofensiva recibió el nombre en código de Operación Suvorov, en honor al gran mariscal de campo ruso Alexander Suvorov (1729-1800). El problema para los soviéticos era que subestimaron en gran medida lo bien atrincherados que estaban los invasores en este cruce esencial del Dniéper.
Ejércitos opuestos
El comandante del Frente Occidental de los soviéticos era el general Vasily Sokolovsky (1897-1968), que contaba con el respaldo de Stalin. Sokolovsky era un buen estratega, pero tenía la reputación entre sus compañeros de ser algo demasiado cauteloso. Quizás de manera típica, Sokolovsky dividió ahora su ofensiva en dos fases: la primera emplearía 16 divisiones, y luego se incorporaría una segunda oleada de 22 divisiones. En esta etapa de la guerra, una división estándar de fusileros del Ejército Rojo contaba con entre 6.500 y 7.000 soldados. Las divisiones de élite «Guardias» contaban con alrededor de 8.000 soldados. La división de «fusileros» es una denominación parcialmente incorrecta, ya que un gran número de infantes soviéticos portaban una subametralladora PPSh-41 (o equivalente), en lugar de un fusil, que era más preciso. La mayoría de las divisiones de blindados eran necesarias en otros frentes, por lo que solo una minoría de los tanques soviéticos que participaron en la operación Suvórov eran del mejor modelo T-34. Sokolovsky dependía de sus unidades de artillería para compensar la relativa falta de tanques en la próxima batalla, y estos incluían obuses de largo alcance de 152 mm y lanzacohetes múltiples. El Ejército Rojo en la Segunda Guerra Mundial aún no había perfeccionado las habilidades logísticas necesarias para llevar a cabo grandes ofensivas, y muchas unidades sufrirían por la falta de municiones y la carencia total de raciones en la ofensiva que se avecinaba.
El comandante del Grupo de Ejércitos Centro del Eje era el mariscal de campo Günther von Kluge (1882-1944), quien, al igual que Sokolovsky, era un líder cauteloso. Kluge les otorgó una autonomía considerable a quienes estaban por debajo de él, en particular al general Gotthard Heinrici (1886-1971). La gran habilidad de Heinrici era la defensa, y en Smolensk aligeró de manera astuta sus líneas cuando la artillería soviética estaba en su punto más fuerte, para luego reforzarlas y dejarlas listas para el ataque de la infantería y los blindados. Las unidades de tanques de Kluge, al igual que las de su contraparte soviética, no eran las mejores que el ejército del Eje podía desplegar, ya que la mayoría eran tanques Panzer III y IV, inferiores al T-34 soviético pero superiores a los demás tanques que usaba el enemigo. En total, en la defensa de Smolensk participaron alrededor de 250.000 tropas del Eje, un gran número, pero que incluía una proporción significativa que no estaba bien entrenada y que no tenía las reservas adecuadas. Al igual que los soviéticos, las dotaciones de artillería del Eje no contaban con la munición necesaria para una batalla prolongada.
Los soviéticos tenían una clara ventaja en el número de aviones en Smolensk, tal vez 3:1, pero se vio contrarrestada por la mayor capacidad de combustible de los aviones del Eje que, por lo tanto, podían volar más veces por día. Los pilotos del Eje, en particular los mejores escuadrones alemanes y españoles, también eran mucho más experimentados y mortales que sus homólogos soviéticos.
Las líneas de batalla se formaron a unos 20 km (12,5 millas) al este de Smolensk. Las tropas del Eje no habían desperdiciado sus dos años de control del terreno y habían levantado una extensa serie de defensas. Sin embargo, los partisanos soviéticos, hasta 21.000 de ellos, operaban detrás de las líneas del frente, causando estragos con los suministros del Eje que llegaban a Smolensk en tren y carretera desde principios de agosto. Esta estrategia de sabotaje deliberado, autorizada por el Ejército Rojo, se conoció como la Operación Guerra Ferroviaria.
Günther von Kluge
Bundesarchiv, Bild 146-1973-139-14 (CC BY-SA)
La Operación Suvorov comenzó el 7 de agosto con el bombardeo de artillería habitual, primero golpeando las líneas del frente y luego moviéndose constantemente hacia las defensas secundarias. Cuando las divisiones de blindados e infantería se movilizaron, hicieron poco progreso contra las defensas del enemigo, que habían sido muy subestimadas. De hecho, el ataque se suspendió el 21 de agosto para reabastecer y aumentar las fuerzas soviéticas porque un problema particular era conseguir la munición suficiente para la formidable variedad de unidades de artillería. Incluso algunas divisiones de rifles se habían quedado sin balas.
El Ejército Rojo había debilitado seriamente las capacidades del enemigo de una defensa prolongada.
El problema para el personal de artillería del Ejército Rojo era que, debido a que el enemigo movía sus piezas, «no sabían dónde se encontraban más de la mitad de las baterías de artillería alemanas» (Forczyk, 22). El problema para los tanques y la infantería eran la cantidad de obstáculos acuáticos en la zona y las zonas boscosas, los cuales dificultaban el movimiento de las tropas y favorecían más a los defensores bien camuflados que a los atacantes. La gran profundidad de las defensas del Eje a lo largo del frente, que consistía en minas, zanjas antitanque, trincheras, obstáculos de alambre, búnkeres camuflados y aldeas fortificadas, enlenteció seriamente el avance o imposibilitó el avance por completo. La ciudad de Smolensk también estaba rodeada por secciones concéntricas de defensas similares. Romper estas defensas del Eje iba a requerir otra gran ofensiva.
Al menos el Ejército Rojo había debilitado seriamente las capacidades de defensa prolongada del enemigo (algunas divisiones del Eje ahora se habían reducido a un mero 30% de su fuerza total). El enemigo también se había visto obligado a enfrentarse a sus limitadas reservas. Los defensores del Eje habían sufrido alrededor de 28.000 bajas en esta primera fase de Suvorov. El Ejército Rojo había sufrido alrededor de 75.000 bajas, pero todavía superaba en número al enemigo. Si los soviéticos conseguían reagruparse y organizar su logística, con certeza podrían ganar la batalla.
Al darse cuenta de la precariedad de todo su frente en esta zona, el 12 de agosto Hitler autorizó la construcción de una serie de defensas al oeste (cerca de Vítebsk) como lugar de retirada. Esta nueva línea se llamó Panther- Wotan y no se completaría hasta finales de septiembre, como muy pronto (si es que alguna vez se completaba). El Grupo de Ejércitos Centro no tuvo otra opción por el momento que tratar de resistir alrededor de Smolensk.
Tanque Panther capturado, Kursk, 1943
Imperial War Museums (CC BY-NC-SA)
La segunda fase
El Ejército Rojo recibió una afluencia de armamento nuevo, incluidos alrededor de 280 tanques nuevos y varios batallones de artillería adicionales para el siguiente avance hacia Smolensk. Sin embargo, la cantidad de municiones de artillería disponibles seguía siendo un problema o, como dijo un comandante soviético, «En cuanto a municiones, se nos mantenía con una ración mínima» (Forczyk, 59).
La Operación Suvorov se reinició el 28 de agosto con un bombardeo de artillería de 90 minutos. Poco a poco, el Ejército Rojo estaba obligando al enemigo a retirarse de sus mejores defensas hacia otras más débiles, más cercanas a Smolensk. Las fuerzas del Eje también se estaban debilitando constantemente, ya que no había posibilidad de reemplazar las pérdidas. Las ciudades de Yelnya y Dorogobuzh fueron liberadas el 30 de agosto y el 1 de septiembre, respectivamente. De hecho, el avance soviético estaba progresando demasiado rápido, ya que las unidades en la misma línea del frente comenzaron a quedarse peligrosamente sin combustible ni municiones. Las fuerzas del Eje en retirada tuvieron cuidado de no dejar nada aprovechable atrás, y, aun cuando tenían que abandonar los depósitos de suministros demasiado rápido como para destruirlos, como ocurrió en Yelnya, recurrieron a la fuerza aérea del Eje para destruirlos desde el aire. Para el 7 de septiembre llegaron al Dniéper y la ofensiva se detuvo por segunda vez para reabastecimiento vital.
La tercera fase
Las fuerzas del Eje se reagruparon y, de hecho, se encontraban en una mejor posición en términos logísticos ahora que la línea de frente se había acercado a Smolensk. Por otro lado, los aeródromos del Eje en la ciudad ahora estaban directamente bajo ataque, por lo que el apoyo aéreo del Eje se redujo en gran medida en la tercera fase de la batalla. La ofensiva del Ejército Rojo se reanudó el 13 de septiembre. Al día siguiente, se logró una brecha en el frente del Eje. Dos días después, se logró una segunda brecha. Cuando las ciudades de Dukhovshchina y Yartsevo fueron liberadas el 17 de septiembre, y todo el frente del Eje se encontraba en retirada, el camino hacia Smolensk quedó abierto. Algunas unidades del Ejército Rojo aún fueron objeto de fuego pesado; el 18 de septiembre, por ejemplo, una unidad recién llegada de tanques Tiger alemanes destruyó 26 tanques soviéticos (con la pérdida de solo un Tiger). Sin embargo, el final de la batalla estaba cerca, y se ordenó a las tropas del Eje que prepararan cargas para demoler infraestructuras clave en Smolensk como la estación de tren, las obras hidráulicas y la planta de electricidad. En total, alrededor del 85% de los edificios de Smolensk quedarían dañados o destruidos. Cuando cayó la noche el 24 de septiembre, la mayoría de las tropas del Eje habían abandonado la ciudad y, detrás de ellas, volaron tres puentes clave sobre el Dniéper. Las unidades restantes del Eje llevaron a cabo una retirada de combate al Panther-Wotan. Smolensk fue liberada en las primeras horas del 25 de septiembre, y una vez más la bandera soviética ondeó sobre la ciudad.
Tanques T-34 del Ejército Rojo
RIA Novosti archive, image #1274 / V. Kaushanov (CC BY-SA)
La Operación Suvorov terminó el 30 de septiembre cuando ambas partes se reagruparon. El Ejército Rojo había sufrido alrededor de 450.000 bajas, que incluían 107.000 muertos o desaparecidos. Los ejércitos del Eje sufrieron alrededor de 54.000 bajas, que incluyeron más de 14.000 muertos o desaparecidos. Las pérdidas fueron menores del lado del Eje, pero no podían hacer frente a ellas como lo hacía la gigantesca máquina militar soviética.
¿Te gusta la historia?
¡Suscríbete a nuestro boletín electrónico semanal gratuito!
Consecuencias
El régimen nazi en Smolensk había sido responsable de miles de ejecuciones de civiles sospechosos de ser partisanos o colaboradores, particularmente en las últimas semanas de la batalla. El pueblo judío había sido otro objetivo particular. Los Einsatzgruppen, escuadrones móviles de exterminio nazis, cometieron atrocidades por doquier, asesinando a hombres, mujeres y niños casi tan pronto como las fuerzas del Eje tomaron la ciudad en 1941. Ahora se ajustó cuentas con ciertos prisioneros y con cualquier civil sospechoso de colaborar. Se llevaron a cabo una serie de ahorcamientos públicos como advertencia a la población.
En 1944, Hitler no solo tuvo que lidiar con un Ejército Rojo desenfrenado en el este, sino con la perspectiva inminente de una invasión aliada de Europa en el oeste. Después de la operación del Día D de junio de 1944, Alemania se vio obligada a luchar en dos frentes y perdió ambos. El Grupo de Ejércitos Centro fue destruido en la Operación Bagratión en el verano de 1944. Berlín fue invadida en mayo de 1945 y Alemania se rindió. La guerra en Europa finalmente había terminado.
Marco Kunzler es psicólogo licenciado y traductor autónomo con experiencia en ONG internacionales. Apasionado por conectar con diversas culturas, apoya el aprendizaje permanente y valora las interacciones significativas entre profesiones y comunidades.
Mark es un autor, investigador, historiador y editor a tiempo completo. Se interesa, en especial, por el arte y la arquitectura, así como por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones de World History Encyclopedia.
Cartwright, M. (2025, abril 29). Batalla de Smolensk de 1943 [Battle of Smolensk in 1943].
(M. A. Kunzler, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2707/batalla-de-smolensk-de-1943/
Estilo Chicago
Cartwright, Mark. "Batalla de Smolensk de 1943."
Traducido por Marco A. Kunzler. World History Encyclopedia. Última modificación abril 29, 2025.
https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2707/batalla-de-smolensk-de-1943/.
Estilo MLA
Cartwright, Mark. "Batalla de Smolensk de 1943."
Traducido por Marco A. Kunzler. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 29 abr 2025, https://www.worldhistory.org/article/2707/battle-of-smolensk-in-1943/. Web. 12 jun 2025.
Licencia y derechos de autor
Escrito por Mark Cartwright, publicado el 29 abril 2025. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.