La batalla de Smolensk ocurrida en 1941 culminó con la victoria de la Alemania nazi y sus aliados del Eje sobre el Ejército Rojo de la URSS durante la Operación Barbarroja en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Smolensk, ubicada en el río Dniéper (Dnepr/Dnipro), era la puerta tradicional hacia Moscú, pero fue capturada a finales de julio mediante una combinación de divisiones de tanques e infantería.
Las fuerzas del Eje emplearon un gran movimiento de pinza para rodear al Ejército Rojo al oeste de Smolensk. Tras la batalla, se capturaron aproximadamente 340.000 prisioneros, y la capital rusa quedó en la mira de los invasores. Sin embargo, el avance a través de la URSS tuvo un alto costo en hombres y material, mientras que el Ejército Rojo permaneció dispuesto y preparado para seguir luchando. La batalla de Smolensk y su alta tasa de desgaste revelaron que las tácticas de la Blitzkrieg («guerra relámpago»), que utilizaban divisiones blindadas de rápido movimiento con apoyo aéreo y de infantería en un frente estrecho, no podían sostenerse a largo plazo en los vastos espacios de la Unión Soviética.
Adolf Hitler (1889-1945), líder de la Alemania nazi, confiado tras las rápidas victorias en los Países Bajos y Francia en 1940, creía que podía lograr mayores ganancias territoriales y de recursos en 1941 atacando a la URSS. El Pacto nazi-soviético (el Pacto Ribbentrop-Mólotov), firmado entre Alemania y la URSS en agosto de 1939, resultó ser un mero acuerdo de conveniencia hasta que Hitler estuvo listo para librar la guerra en el este. Hitler, como siempre había prometido, estaba decidido a encontrar Lebensraum («espacio vital») para el pueblo alemán, es decir, nuevas tierras en el este donde pudieran encontrar recursos y prosperar.
LOS SOLDADOS DEL EJÉRCITO ROJO LUCHARON TENAZMENTE, INCLUSO CUANDO SU ESTRUCTURA DE MANDO ESTABA GRAVEMENTE COMPROMETIDA.
La Operación Barbarroja, nombre en clave para el ataque a la URSS, se lanzó el 22 de junio de 1941. El objetivo general era aplastar al Ejército Rojo de la URSS al oeste de los ríos Dvina occidental y Dniéper y tomar el control de varias ciudades clave, lo que otorgaría a Alemania y sus aliados del Eje acceso a recursos naturales desde Leningrado (San Petersburgo) hasta Ucrania. La fuerza invasora, compuesta por tropas alemanas, eslovacas, italianas, rumanas y finlandesas, entre otras, constaba de 3,6 millones de hombres en 153 divisiones, 3.600 tanques y 2.700 aviones (Dear, 86). El comandante general fue el mariscal de campo Walter von Brauchitsch (1881-1948). Con el ejército más grande de la historia, Hitler les aseguró a sus generales que la victoria llegaría antes del invierno.
La fuerza del Eje se dividió en tres grupos de ejércitos: Norte, Centro y Sur. En la batalla de Białystok-Minsk, entre junio y julio de 1941, cuatro ejércitos soviéticos comandados por el general Dmitry Grigorevich Pavlov (1897-1941) se vieron abrumados por el Grupo de Ejércitos del Centro, liderado por el mariscal de campo Fedor von Bock (1880-1945). Los invasores avanzaron rápidamente por el este de Polonia y Bielorrusia, ocupadas por los soviéticos, utilizando las tácticas de la Blitzkrieg que tan bien les habían funcionado en Polonia y Europa Occidental. La Blitzkrieg consistía en una combinación de apoyo aéreo masivo con bombardeos de artillería y divisiones de infantería motorizada y blindada de rápido movimiento. Tras capturar Minsk mediante un gigantesco movimiento de pinza (Zangenangriff), los dos principales comandantes de tanques de Bock, Heinz Guderian (1888-1954) y Hermann Hoth (1885-1971), avanzaron rápidamente hacia el este. El siguiente objetivo era la ciudad de Smolensk en el Dniéper.
Mapa de la Operación Barbarroja
Simeon Netchev (CC BY-NC-ND)
El Ejército Rojo
El Ejército Rojo enfrentó varios obstáculos en las etapas iniciales de la Operación Barbarroja. Primero, el líder soviético, Iósif Stalin (1878-1953), había prohibido cualquier retirada del frente occidental y cualquier acción ofensiva. Además, Pavlov había distribuido sus defensas de manera muy dispersa así que a las divisiones blindadas del Eje no les costó penetrar. Pavlov tampoco utilizó su blindaje al máximo y, en vez de eso, desperdició la mayoría de sus tanques al usarlos solo en pequeños grupos. Los tanques también eran en su mayoría inferiores a los del enemigo. El Ejército Rojo tenía algunos tanques T34 superiores, pero no suficientes, y sus tripulaciones carecían de experiencia con esta formidable nueva arma. Además, las defensas estáticas soviéticas permanecían incompletas en junio de 1941, y las tropas tenían muy poca experiencia en combate, a diferencia de las fuerzas del Eje.
Aunque se vieron superados en Białystok y Minsk, donde se capturaron más de 340.000 prisioneros soviéticos, los soldados del Ejército Rojo lucharon tenazmente, incluso cuando su estructura de mando estaba gravemente comprometida. El Ejército Rojo también combatía en unidades irregulares en áreas protegidas por bosques y pantanos, que resultaron imposibles de despejar completamente. Stalin había llamado a los partisanos a sabotear las líneas de suministro de los invasores y los grandes espacios creados entre las unidades motorizadas de movimiento rápido y las tropas de artillería e infantería mucho más lentas. Las unidades del Eje también enfrentaban problemas debido a la falta de caminos adecuados y al polvo de aquel verano largo y caluroso, que obstruía los motores de tanques y camiones. También resultó muy difícil vivir de la tierra. Aun así, el ejército del Eje avanzó a través de casi 475 kilómetros (300 millas) de territorio enemigo para intentar tomar Smolensk. Allí, el Ejército Rojo esperaba a los invasores. El mariscal Semyon Timoshenko (1895-1970), quien había estado al mando general del Ejército Rojo desde el inicio, asumió la gestión del frente occidental soviético el 2 de julio.
El Kessel de Smolensk
Timoshenko tenía a su disposición cinco ejércitos separados. Dos líneas defensivas masivas, de unos 320 kilómetros (200 millas) de largo, bloqueaban la ruta del Eje hacia Moscú. Hitler, consciente de estas líneas gracias al reconocimiento aéreo, escribió a su aliado Benito Mussolini (1883-1945), líder de la Italia fascista: «La fuerza y los recursos del Ejército Rojo superan con creces lo que sabíamos o incluso considerábamos posible» (Kirchubel, 47). Ese mensaje se envió el 30 de junio, pero incluso para el 8 de julio, los generales del Eje en el campo seguían subestimando al enemigo. Los comandantes alemanes de las dos puntas de lanza de tanques en Smolensk creían que enfrentaban 11 divisiones, cuando en realidad, gracias a los masivos refuerzos enviados, el Ejército Rojo bajo Timoshenko tenía 66 divisiones, además de considerables reservas. El avance del Eje se vio ralentizado por fuertes lluvias, caminos deficientes y la necesidad de reconstruir puentes destruidos mientras avanzaba hacia el este, pero, no obstante, continuó avanzando, tomando pueblo tras pueblo en su marcha implacable.
Hoth y Guderian lograron romper las líneas defensivas de Timoshenko al oeste de Smolensk y lideraron sus grupos de tanques en un gigantesco movimiento de pinza hacia las afueras de la ciudad durante la primera semana de julio. Smolensk era un centro de transporte y un centro comercial y religioso de importancia histórica. No era la primera vez que un ejército invasor que se dirigía a Moscú debía tomar el control de esta ciudad antes de avanzar. Hoth había avanzado desde Vitebsk y cubrió el lado norte de Smolensk. Guderian había cruzado el Dniéper en Kopys y, a pesar de enfrentar una fuerte resistencia soviética, se acercó a Smolensk desde el suroeste. Para el 16 de julio, como en Minsk, se creó un enorme bolsillo, lo que el ejército alemán llamó un caldero o Kessel, que intentó cortar al Ejército Rojo de las unidades que retrocedían desde el frente occidental soviético y de los refuerzos que llegaban desde el este. Sin embargo, una vez más, el tamaño relativamente pequeño de las unidades blindadas de avance alemanas, aún separadas de su infantería, significó que un cerco delgado no garantizaba una victoria instantánea, y aún había numerosos huecos considerables en lo que, en realidad, era un caldero bastante permeable.
LA FUERZA AÉREA DEL EJE REALIZÓ 1.500 SALIDAS ENTRE EL 14 Y EL 16 DE JULIO.
Las divisiones de infantería, muy dependientes de caballos para transportar su artillería, suministros y equipo, solo podían avanzar en promedio 32 kilómetros (20 millas) al día, en comparación con los 96 kilómetros (60 millas) logrados por las divisiones motorizadas. El Ejército Rojo, atrapado en el centro, estaba lejos de rendirse. El general Gotthard Heinrici (1886-1971), comandante de infantería alemán, señaló: «Los rusos son muy fuertes y luchan con desesperación. Aparecen repentinamente por todas partes, disparando, atacando columnas, vehículos individuales, mensajeros, etc. Nuestras pérdidas son considerables» (Trigg, 189). Los francotiradores del Ejército Rojo representaban un problema particular. No fue hasta el 26 y 27 de julio cuando el alto mando del Eje consideró cerrado el Kessel de Smolensk, pero incluso entonces, aún había un espacio de 16 kilómetros (10 millas) cerca de Yartsevo. Dentro del cerco había tres ejércitos soviéticos, aproximadamente 400.000 hombres.
Timoshenko lanzó importantes contraataques desde mediados de julio. Los flancos de Hoth y Guderian fueron atacados desde dentro del bolsillo y desde el exterior, retrasando el cierre total del Kessel. Los combates en Yelnya fueron particularmente feroces y debilitaron aún más las fuerzas de avance del Eje, especialmente en términos de escasez de municiones y pérdidas de tanques. Muchas divisiones de tanques estaban por debajo del 50% de su capacidad total. Esto iba a ser una prueba mucho más dura que las batallas del mes anterior. Como señaló Bock el 26 de julio:
Se ha descubierto que los rusos han completado una nueva concentración de fuerzas alrededor de mi frente saliente. En muchos lugares han intentado pasar al ataque. Sorprendente para un enemigo golpeado tan severamente; deben tener cantidades increíbles de material, pues incluso ahora las unidades de campo siguen quejándose del poderoso efecto de la artillería enemiga. Los rusos también están volviéndose más agresivos en el aire. (Stahel, 299)
Tropas alemanas, Smolensk, 1941
Imperial War Museums (CC BY-NC-SA)
La artillería soviética, como observó Bock, estaba demostrando ser notablemente efectiva, y esto se convertiría en una característica del frente oridental. El Ejército Rojo pudo desplegar una nueva y devastadora arma, el lanzacohetes múltiple BM-13 Katyusha. Esta arma podía disparar cohetes de 132 mm en ráfagas que duraban diez segundos. Un soldado alemán veterano recordó que esta arma, apodada «los órganos de Stalin», era «lo más terrible y impactante que he encontrado» (Stahel, 299).
En la propia Smolensk, los puentes de la ciudad sobre el Dniéper (que dividía la ciudad en dos) fueron destruidos, y se ordenó a los defensores luchar hasta el último hombre. Las divisiones de tanques del Eje volvieron a la acción tras un breve descanso de unos días para reagruparse, reequiparse y redistribuir material, disolviendo las divisiones más diezmadas para reforzar las restantes. Al final, la lucha por controlar Smolensk se convirtió en una serie de feroces batallas callejeras cuando la infantería del Eje finalmente alcanzó la línea del frente. Los atacantes se beneficiaron de un masivo apoyo aéreo, ya que la fuerza aérea del Eje realizó 1.500 salidas entre el 14 y el 16 de julio. En la segunda mitad de julio, se realizaron más de 12.500 salidas (en comparación con las 5.200 de la fuerza aérea soviética). Los bombarderos en picado Junkers Ju 87 Stuka causaron estragos entre las columnas de tanques soviéticos dentro del bolsillo de Smolensk. Mientras tanto, los bombarderos más pesados atacaron repetidamente la ciudad de Smolensk. Un miembro de la tripulación de un bombardero alemán, Hans Vowinckel, escribió: «Smolensk está ardiendo; fue un espectáculo monstruoso… No necesitábamos buscar nuestro objetivo, la antorcha ardiente iluminaba nuestro camino en la noche desde lejos» (Trigg, 190).
Con las divisiones de infantería ahora en acción dentro del bolsillo, parte del equipo blindado del Eje pudo avanzar hacia el este, capturando refuerzos del Ejército Rojo que se dirigían a Smolensk, como trenes cargados de nuevos tanques T34. El 16 de julio, las fuerzas del Eje tomaron el control de la principal línea de tren y la carretera principal de Smolensk.
Smolensk cayó en manos del Eje el 22 de julio. El cerco al oeste de la ciudad no fue finalmente despejado y eliminado hasta el 5 de agosto. Una vez más, se capturó un enorme número de prisioneros del Ejército Rojo, unos 300.000, junto con 3.205 tanques, 3.120 cañones y 1.098 aviones (Kirchubel, 58). Un segundo cerco aislado rindió otros 38.000 prisioneros. Hitler voló al cuartel general del Grupo de Ejércitos Centro para felicitar personalmente a Bock y su personal.
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Consecuencias
Al igual que en ciudades capturadas como Minsk, el régimen nazi se instaló rápidamente en Smolensk, y se llevaron a cabo miles de ejecuciones de civiles sospechosos de ser partisanos o colaboradores. Las personas judías fueron otro objetivo particular. Los Einsatzgruppen, escuadrones móviles de exterminio nazi, cometieron atrocidades en todas partes.
Hitler detuvo cualquier ataque a Moscú y, en cambio, envió la mayor parte de sus fuerzas al norte y al sur para tomar Leningrado y la Ucrania rica en recursos, respectivamente. Más tarde, cambió de opinión y ordenó a sus fuerzas atacar Moscú después de todo. Hasta ese momento en la campaña, había habido grandes victorias, pero también grandes pérdidas de material y hombres: 200.000 hombres y 1.300 tanques solo en el Grupo de Ejércitos Centro. Tales pérdidas, aunque no fueron cruciales en los primeros meses, resultarían significativas porque la campaña duró mucho más de lo previsto. Además, el reabastecimiento de hombres y materiales era lamentablemente inadecuado. Se había perdido un gran número de hombres y oficiales experimentados, prácticamente no quedaban reservas estratégicas, y todo, desde proyectiles de artillería hasta pernos para las orugas de los tanques, escaseaba gravemente.
En resumen, el Ejército Rojo había frenado la Blitzkrieg del Eje y, mientras se mantuviera el frente, independientemente de su ubicación exacta, la URSS permanecía estratégicamente invicta y capaz de continuar una guerra de desgaste que los invasores no podían ganar, dada la escala del territorio. La apuesta de Hitler por un golpe rápido y decisivo había fracasado. Con retrospectiva, la batalla de Smolensk indicó que se requería una nueva forma de combate distinta a la Blitzkrieg y, aún más importante, que Alemania y sus aliados no podían ganar la guerra con los recursos disponibles.
La contraofensiva soviética comenzó en la batalla de Moscú (octubre de 1941 a enero de 1942). La guerra germano-soviética entró en una nueva fase, que duraría cuatro años más y resultaría en más muertes que en cualquier otro teatro de la Segunda Guerra Mundial. En la batalla de Smolensk de 1943, el Ejército Rojo recuperó el control de la ciudad mientras avanzaba hacia el oeste. En mayo de 1945, Berlín fue ocupado por la URSS y Alemania se rindió.
Mark es un autor, investigador, historiador y editor a tiempo completo. Se interesa, en especial, por el arte y la arquitectura, así como por descubrir las ideas compartidas por todas las civilizaciones. Tiene una maestría en filosofía política y es el director de publicaciones de World History Encyclopedia.
Cartwright, M. (2025, marzo 17). Batalla de Smolensk de 1941 [Battle of Smolensk in 1941].
(R. Garcia, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2668/batalla-de-smolensk-de-1941/
Estilo Chicago
Cartwright, Mark. "Batalla de Smolensk de 1941."
Traducido por Ramon Garcia. World History Encyclopedia. Última modificación marzo 17, 2025.
https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2668/batalla-de-smolensk-de-1941/.
Estilo MLA
Cartwright, Mark. "Batalla de Smolensk de 1941."
Traducido por Ramon Garcia. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 17 mar 2025, https://www.worldhistory.org/article/2668/battle-of-smolensk-in-1941/. Web. 12 jun 2025.
Licencia y derechos de autor
Escrito por Mark Cartwright, publicado el 17 marzo 2025. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.