Jenofonte de Atenas (430-354 a. C.) fue contemporáneo de Platón y compañero de estudios de Sócrates. Es conocido por sus escritos, especialmente su Anábasis, Memorabilia y su Apología (los dos últimos tratan de Sócrates y, además de los escritos de Platón, son la base de lo que conocemos de Sócrates), aunque las fuentes antiguas afirman que escribió más de cuarenta libros que fueron muy populares (incluido un importante tratado sobre los caballos). Su Anábasis ha sido muy leída y admirada durante siglos. Las descripciones de Jenofonte sobre el terreno y la batalla son tan precisas que la Anábasis fue utilizada por Alejandro Magno como guía de campo para su propia conquista de Persia.
Según Diógenes Laercio (que escribió hacia el año 200 d. C.),
Jenofonte, hijo de Grilo, ciudadano de Atenas, del municipio de Erchia, era un hombre de gran modestia y tan guapo como puede imaginarse. Dicen que Sócrates se encontró con él en una callejuela, le impidió el paso con su bastón y le preguntó dónde se vendían toda clase de cosas necesarias. Y cuando le hubo respondido, le preguntó de nuevo dónde se hacían buenos y virtuosos los hombres. Y como no lo sabía, le dijo: "Sígueme, pues, y aprende". Y a partir de este momento, Jenofonte se convirtió en un seguidor de Sócrates. Y fue el primero que anotó las conversaciones que se producían, las publicó entre los hombres, y las llamó Memorabilia. También fue el primer hombre que escribió una historia de los filósofos.
Se cuenta que, cuando era estudiante, Jenofonte pidió consejo a Sócrates sobre si debía alistarse en el ejército de Ciro el Joven y este le envió a hacer la pregunta al Oráculo de Delfos. Sin embargo, en lugar de hacer la pregunta directa, Jenofonte se limitó a preguntar a cuál de los dioses era mejor rezar para conseguir el fin deseado de un viaje exitoso y un regreso seguro. El Oráculo le respondió con los nombres de los dioses, Jenofonte rezó y sacrificó en consecuencia y, cuando regresó a Atenas y le contó a Sócrates lo que había hecho, este lo regañó por su pereza. Esta historia se suma al retrato del hombre tal y como se recoge en otros relatos antiguos sobre Jenofonte. Todos parecen coincidir en que fue una combinación única de hombre de acción y hombre de letras que eligió la practicidad sobre la filosofía abstracta. Aunque se dice que intentó emular a Sócrates durante toda su vida, parece que lo hizo a su manera. Curiosamente, esto está en consonancia con todos los alumnos de Sócrates, cada uno de los cuales creó escuelas y vivió vidas a veces radicalmente diferentes entre sí, al tiempo que afirmaba que cada uno llevaba el "verdadero" mensaje de Sócrates.
Jenofonte escribió extensamente sobre temas domésticos en el Económico, donde definió los deberes de la esposa (la supervisora del hogar y de los hijos) y el matrimonio como una "sociedad ordenada por los dioses". Sin embargo, es más conocido como soldado y autor de la Anábasis ("La expedición" o "La marcha tierra adentro"), su relato de la expedición persa bajo el mando de Ciro el Joven contra el hermano de Ciro, Artajerjes II de Persia, en el año 401 a. C. El objetivo de Ciro era derrocar a su hermano y hacerse con el trono. Jenofonte sirvió como mercenario en el ejército de Ciro y, aunque lograron la victoria en la batalla de Cunaxa, Ciro fue asesinado y quedaron abandonados en territorio enemigo. El general espartano Clearco y el ateniense Proxeno (que había invitado a Jenofonte a la expedición) fueron traicionados y asesinados por los persas bajo el mando de Tisfernes, que había negociado una tregua con ellos, y Jenofonte se encontró como uno de los nuevos líderes elegidos del ejército mercenario de diez mil hombres. Jenofonte, junto con su compañero general Quirísofo, ayudó a dirigir a sus hombres a través de un país hostil, luchando por regresar a Grecia contra los persas, los armenios, los calibios, los medos y muchos otros. Este viaje heroico a través de un territorio hostil ha inspirado innumerables obras similares a lo largo de los años y, en el siglo XX, el argumento de películas como The Warriors (1979 d. C.) y muchas novelas de ciencia ficción y ficción especulativa.
Tras su regreso a Grecia con sus diez mil, Jenofonte y sus hombres se unieron a las fuerzas del general espartano Tibrón y acabó luchando contra su propia ciudad-estado de Atenas, por el rey espartano, en la batalla de Coronea. Por este crimen contra su estado natal, fue desterrado de Atenas y vivió en una propiedad proporcionada por los espartanos cerca de Olimpia. Allí compuso la Anábasis y sus obras sobre Sócrates. Se ha especulado que el fuerte apoyo a Sócrates en su Apología y la tierna descripción de su antiguo maestro en la Memorabilia fueron más causa de su destierro de Atenas que su trabajo mercenario para Esparta. Su hijo Grilo murió por Atenas luchando en la Batalla de Mantinea y, en consecuencia, se revocó el destierro de Jenofonte, que murió hacia el año 354 a. C. por causas desconocidas, bien en Atenas o en Corinto.