Catherine de' Medici (en adelante, Catalina de Médici, 1519-1589) fue la reina de Francia, madre de tres reyes y dos reinas y, entre 1559 y aproximadamente 1576, la mujer más poderosa de Francia y posiblemente de toda Europa. Fue la fuerza detrás del trono francés durante casi 20 años, manteniendo la monarquía a través del caos de las guerras de religión francesas y de intrigas políticas.
Sus padres murieron poco después de su nacimiento, y los primeros diez años de su matrimonio con el rey Enrique II de Francia (que reinó de 1547-1559) fueron difíciles debido a su aparente infertilidad y la evidente preferencia de su esposo por su amante, Diane de Poitiers (1500-1566). En 1544, dio a luz a su primer hijo, Francisco II de Francia (también conocido como François II, que reinó de 1559-1560), y tendría un total de diez hijos, incluidos Isabel de Valois, reina de España (1545-1568), Carlos IX de Francia (que reinó de 1560-1574), Enrique III de Francia (que reinó de 1574-1589), Margarita de Valois, reina de Francia (1553-1615), Claudia de Francia, duquesa de Lorena (1547-1575), y Francisco, duque de Anjou (1555-1584).
Cuando su esposo falleció en 1559, Catalina finalmente pudo tomar control de su vida a través de sus hijos. Crió a María, reina de Escocia (1542-1587), en la corte francesa y organizó el matrimonio entre María y su hijo Francisco II con la madre de María, María de Guisa (1515-1560). Como regente, negoció cuidadosamente con la poderosa familia Guisa, en particular con los hermanos Francisco, duque de Guisa (1519-1563) y Carlos, cardenal de Lorena (1524-1574), quienes buscaban gobernar a través de su hijo.
Durante las Guerras de religión francesas (1562-1598), hizo lo posible para mantener el orden en medio de la agitación social y la violencia causada por la Reforma Protestante, y al principio intentó reconciliar a las facciones opuestas, incluso organizando el matrimonio de su hija católica Margarita con el príncipe protestante Enrique de Navarra (más tarde Enrique IV de Francia, 1553-1610) con la esperanza de lograr la paz. Sin embargo, fracasó dramáticamente cuando apoyó la masacre de San Bartolomé en agosto de 1572.
Su legado sigue siendo objeto de debate, ya que a menudo se la caracteriza como la maquinadora "reina negra" cuyas políticas ejemplificaban los medios y fines políticos de Maquiavelo y que se sumergió en el ocultismo de la época, o como una noble monarca que hizo lo mejor que pudo por Francia durante uno de sus períodos más oscuros.
Primera etapa y matrimonio
Catalina nació el 13 de abril de 1519 en Florencia (Italia moderna), hija de Lorenzo de' Medici, duque de Urbino (1492-1519, no el famoso Lorenzo de' Medici conocido como "el Magnífico"), y Madeleine de La Tour d'Auvergne (1498-1519), una pariente de Francisco I de Francia (que reinó de 1515-1547). Se dice que los padres de Catalina se sintieron felices por su nacimiento y acogieron calurosamente a su hija, pero ambos murieron al mes siguiente; su padre a causa de la sífilis y su madre a causa de la misma enfermedad o de la peste. Catalina fue acogida por su abuela paterna, quien también falleció poco después, y luego fue cuidada por su tía, Clarice de' Medici. Cuando su pariente Giulio de' Medici fue elegido papa y se convirtió en el papa Clemente VII en 1523, la hizo residir en el Palazzo Medici Riccardi, el palacio de la acaudalada familia Medici que había prosperado como banqueros.
CATALINA PASÓ TRES AÑOS EN CONVENTOS, SU VIDA AMENAZADA POR el nombre de su familia, HASTA QUE CLEMENTE VII ARREGLÓ SU MATRIMONIO.
La riqueza de la familia Medici les permitió acceder al poder político en Florencia, pero no eran considerados iguales por la aristocracia. En 1527, fueron destituidos y Catalina pasó tres años viviendo en conventos, a veces con su vida amenazada debido a su nombre de familia, hasta que Clemente VII la llamó a Roma en 1530 para arreglar su matrimonio. Francisco I de Francia ofreció a su hijo Enrique en 1533, y Clemente VII vio esto como una oportunidad para que un Medici ascendiera a la aristocracia, por lo que aceptó. La pareja se casó en octubre del mismo año.
Aunque desempeñó el papel del novio esperado en la boda y la noche de bodas, Enrique no tenía interés en Catalina y pasaba la mayoría de las noches con sus amantes y, finalmente (o desde el principio, según algunas fuentes), con Diane de Poitiers. Diane era todo lo que Catalina no era: era sumamente segura de sí misma, hermosa, aristócrata, cuyos padres habían fomentado sus intereses deportivos y su educación en una amplia gama de materias, incluidas arquitectura y derecho. También era independientemente rica, ya que, después de la muerte de su esposo, había utilizado sus habilidades legales para retener su patrimonio sin necesidad de un consorte masculino supervisor.
Catalina era reina solo de nombre. No tenía poder político ni influencia sobre el rey o la corte. Desconfiaban de ella en la corte por ser extranjera y la evitaban por ser una plebeya. Complicando aún más su posición, parecía incapaz de concebir un hijo. En 1536, el hermano mayor de Enrique, Francisco, murió de fiebre, y Enrique se convirtió en heredero del trono. Ahora era más importante que antes que Catalina diera a Enrique un hijo, por lo que recurrió a remedios populares para aumentar su fertilidad, como ponerse estiércol de vaca en la vagina y beber orina de animales. Consultó a astrólogos y curanderos populares y, más tarde, al médico y vidente Nostradamus (1503-1566), a quien elevó al cargo de médico jefe de Carlos IX.
Su asociación con la astrología, condenada por la Iglesia, así como con remedios populares, con Nostradamus y otros como él, es la fuente de la posterior afirmación de que participó en prácticas ocultas. Sin embargo, al mismo tiempo también se sospechaba que era una bruja debido a su incapacidad para concebir. Se entendía que la función adecuada de una mujer era la procreación, y aquellas que no podían concebir tendían a levantar sospechas de brujería porque se entendía que las brujas estaban en alianza con el diablo, que no podía generar vida y, por lo tanto, eran infértiles. Catalina nunca fue acusada de brujería, pero hubo sugerencias por parte de la nobleza de que el rey debería divorciarse de ella.
Mientras tanto, Enrique pasaba sus noches con Diane. Diane había sido dama de compañía de la reina Claudia de Francia, madre de Enrique, quien murió cuando él era joven, y parece que, desde una edad temprana, este la veía como una figura materna. Como su amante, ella era la mujer más poderosa de Francia, pero alentó su relación con Catalina y, en particular, que pasara más tiempo en el dormitorio de Catalina que en el suyo propio para engendrar un heredero al trono. Catalina dio a luz a su primer hijo, Francisco II, en 1544 y, después, no tuvo dificultades para concebir más hijos, llegando finalmente a dar a luz a diez hijos, de los cuales siete llegaron a la edad adulta o la juventud.
Reina Catalina y los Guisa
En 1559, como parte del tratado que puso fin al conflicto entre Francia y el Sacro Imperio Romano Germánico, Enrique II casó a su hija Isabel de Valois con el rey Felipe II de España. La celebración de la boda incluyó torneos de justa, un deporte en el que Enrique II era especialmente hábil y del que se enorgullecía. Cuando fue desbancado por su oponente, Gabriel, conde de Montgomery, pidió una revancha durante la cual la lanza de Montgomery se rompió contra el casco de Enrique II, enviando astillas de madera a su ojo y a su frente. La madera penetró en su cerebro, y vivió poco más de dos semanas antes de sucumbir a la lesión. Falleció el 10 de julio. Durante todo este tiempo, Catalina permaneció a su lado, y aunque él llamó a Diane de Poitiers, ella le negó la entrada a la cámara. Después de la muerte de Enrique, Catalina se vistió de negro, como era la costumbre para las viudas que podían llevar blanco o negro, y tomó la lanza rota como su símbolo.
Francisco II fue coronado rey a la edad de 15 años y podría gobernar legalmente por sí mismo, pero se sometió a la autoridad de su madre y emitió decretos conjuntamente en su nombre. Tan pronto como pudo, Catalina desalojó a Diane de Poitiers del Château de Chenonceau y recuperó de ella las joyas de la corona.
Se estableció como la verdadera fuerza detrás de Francisco II, pero los hermanos Guisa tenían su propia agenda y aislaron rápidamente a Francisco II de los asesores de más confianza de la corona, incluidos Luis de Borbón, príncipe de Condé (1530-1569) y el poderoso Gaspar II de Coligny, almirante de Francia (1519-1572). Catalina reconoció la amenaza que los Guisa representaban y los invitó diplomáticamente a instruir y aconsejar a su hijo, situándose en un segundo plano, pero manteniendo aún su influencia sobre el rey.
Luis de Borbón y el almirante Coligny habían declarado su apoyo a la causa protestante, mientras que Catalina y los hermanos Guisa eran devotos católicos. Las tensiones entre la secta calvinista protestante y los católicos habían aumentado desde 1534 y se hicieron más evidentes después de la muerte de Enrique II y el intento de la facción católica de controlar a Francisco II a través de los hermanos Guisa. En 1560, un grupo de protestantes, incluido Luis de Borbón, planeó secuestrar a Francisco II para rescatarlo de la influencia de los Guisa, pero el complot (conocido como la Conspiración de Amboise) fue descubierto y los participantes fueron encarcelados o ejecutados.
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Juana de Albret (1528-1572), reina de Navarra, había prohibido el catolicismo en su reino ese mismo año, declarando públicamente su apoyo al calvinismo, y Catalina respondió en parte nombrando al esposo católico de de Albret, Antonio de Borbón (1518-1562, hermano de Luis de Borbón), como Teniente General de Francia. Algunos académicos creen que este acto tenía la intención de crear divisiones entre Antonio y su esposa protestante al hacer que él fuera responsable de reprimir la herejía protestante. Las tensiones en todo el país continuaron hasta 1562, cuando Francisco, duque de Guisa, masacró a miembros de una congregación protestante en la Masacre de Vassy, lo que dio inicio a las Guerras de religión francesas.
Catalina negoció la vida de Luis de Borbón a cambio de la renuncia de Antonio a su reclamación como regente, y así pudo mantener su posición.
Francisco II había fallecido en 1560 debido a una infección de oído, y Carlos IX se convirtió en rey a la edad de nueve años. La familia de los Borbones tenía derecho al trono en caso de que los Valois no pudieran proporcionar un rey mayor de edad, y por lo tanto, se esperaba que Antonio de Borbón asumiera el papel de regente de Carlos IX, pero su hermano había sido arrestado después de la conspiración de Amboise y estaba destinado a ser ejecutado. Catalina negoción la vida de Luis de Borbón a cambio de la renuncia de Antonio a su reclamación como regente, y así pudo mantener su posición. Sin embargo, este gesto resultó ser irrelevante, ya que Antonio murió en batalla en 1562.
Francisco, duque de Guisa, fue asesinado en 1563, debilitando el control que los Guisa tenían sobre el trono, y Catalina se apresuró a apuntalar un mayor control sobre Carlos IX. En 1564-1565, en un esfuerzo por reafirmar la autoridad de la corona, Catalina acompañó a su hijo en un gran recorrido por Francia para mostrar al pueblo que su rey respondía a sus necesidades. En ese momento, estaba interesada en reconciliar a protestantes y católicos y se reunió con Juana de Albret para alcanzar algún tipo de compromiso. Cuando estos esfuerzos fallaron, hizo que Carlos IX contactara con representantes del Imperio otomano con un plan para trasladar a protestantes franceses a la Moldavia otomana, pero no se ofreció ningún incentivo y los otomanos rechazaron la propuesta.
En 1567, Carlos IX sufrió una emboscada de las fuerzas protestantes en la Sorpresa de Meaux, de la cual él y Catalina apenas lograron escapar. Luego, según algunos académicos, ella abandonó las esperanzas de reconciliación y, posiblemente, comenzó a formular un plan para ejecutar a los principales protestantes. Esta afirmación ha sido cuestionada, aunque existe evidencia de que nobles católicos habían sugerido tal plan muy temprano, en torno a 1560 o antes, y parece probable que Catalina hubiera tenido conocimiento de ello, aunque no fuera concebido por ella misma. Luis de Borbón, uno de los líderes protestantes más poderosos, fue ejecutado después de rendirse en 1569, Juana de Albret era intocable en su bastión de La Rochelle o en su Reino de Navarra, por lo que el blanco más accesible para el asesinato era el almirante Coligny.
La masacre de San Bartolomé
Aunque se ha sugerido que Catalina propuso a Juana de Albret el matrimonio de su hija Margarita con el hijo de Juana como parte de un elaborado plan para atraer a los principales protestantes a París para su ejecución, no hay evidencia que respalde esta afirmación. La boda estaba programada para el 18 de agosto de ese año y atrajo a protestantes de todo el país a la París católica. Juana de Albret llegó temprano y se enfermó después de hacer compras para la boda un día, muriendo, probablemente de tuberculosis, alrededor del 9 de junio de 1572. Se difundieron rumores de que había sido envenenada por Catalina a través de un par de guantes, pero no hay evidencia de esto. Los líderes protestantes, incluido el almirante Coligny, fueron alojados en un área específica de París, y tres días después de la boda, se intentó asesinar a Coligny cuando regresaba a su apartamento. Fue herido en la mano y el brazo por disparos y fue llevado a sus aposentos. El autor del intento de asesinato nunca fue identificado.
Los protestantes sospecharon que la corona estaba implicada en el intento de asesinato, y Carlos IX y Catalina, temiendo que los atacaran, ordenaron un ataque preventivo, que se conocería como la Masacre San Bartolomé. En la noche del 23 de agosto, se decidió que los líderes protestantes debían ser eliminados, y la masacre comenzó al día siguiente con el asesinato de Coligny, que fue asesinado en su apartamento, arrojado por la ventana y decapitado. Los otros líderes fueron rápidamente asesinados, y aunque Carlos IX luego pidió moderación y el fin de la violencia, la gente común salió a las calles, persiguiendo a protestantes y simpatizantes de estos y matándolos.
Las noticias de la masacre se difundieron, y más protestantes fueron asesinados en otras ciudades y pueblos de toda Francia, lo que resultó en un número de muertos que se podría estimar por millares, con un conteo a la baja de alrededor de 5.000 pero lo más probable es que fueran más de 25.000, o quizá más. El número exacto es difícil de determinar, ya que muchos cadáveres fueron arrojados al Sena en París, y no hay forma de saber con precisión cuántos fueron asesinados en otros lugares.
Reinado y muerte de Enrique
Francia estaba ahora dividida entre el norte católico y el sur protestante. Enrique de Navarra había logrado escapar de la ejecución en la masacre al prometer convertirse al catolicismo y luego asumió el mando de las fuerzas protestantes con Enrique I de Borbón (1552-1588, hijo de Luis de Borbón) contra la Liga Católica encabezada por Enrique I, Duque de Guisa (1550-1588, hijo de Francisco, Duque de Guisa). El hijo de Catalina, Enrique III, había dejado el país para reinar en Polonia-Lituania, y Catalina estaba trabajando con los Guisa y Carlos IX para encontrar una forma de restaurar la paz cuando Carlos IX murió en 1574. Catalina le escribió a Enrique III, quien regresó a Francia para reclamar el trono.
El hijo menor de Catalina, Francisco, duque de Anjou y Alençon, se alió con los protestantes a medida que continuaban las guerras religiosas en Francia y luego, después de la firma de otro de los muchos tratados de paz, partió hacia los Países Bajos, donde sus tropas fueron masacradas, y regresó a Francia para ser reprendido y despreciado por su madre, donde murió en 1584. Mientras tanto, Enrique III luchaba por mantener su autoridad contra las intrigas de Enrique I, duque de Guisa, quien había convertido a París en su contra, afirmando que era un simpatizante protestante. Aunque en un principio Enrique III tomaba consejos de su madre, había seguido su propio camino antes de la llamada Guerra de los tres Enriques (1585-1589) entre Enrique III, Enrique, duque de Guisa, y Enrique de Navarra.
En septiembre de 1588, Enrique III invitó a los Guisa a una reunión en Blois, donde hizo asesinar a Enrique de Guisa y a su tío, el cardenal, y luego eliminó a otros miembros de la familia. El hermano menor de Enrique de Guisa tomó el control de la Liga Católica y denunció a Enrique III, quien se alió con Enrique de Navarra contra los católicos. Catalina quedó devastada por las acciones de su hijo y, según algunas fuentes, esta aflicción contribuyó a su deterioro de salud. Falleció el 5 de enero de 1589, muy probablemente a causa de una pleuresía. Enrique III fue asesinado en 1589, que nombró a Enrique de Navarra como su sucesor. Enrique de Navarra, al darse cuenta de que París nunca aceptaría a un rey protestante, se convirtió al catolicismo, tomó el nombre de Enrique IV y concluyó las Guerras de religión francesas en 1598 a través del Edicto de Nantes.
Conclusión
La asociación de Catalina con la Masacre de San Bartolomé ha definido en gran medida su legado y ha dado lugar a la afirmación de que fue una reina maquiavélica, involucrada en constantes intrigas y conspiraciones, de las que la masacre no es más que el ejemplo más destacado. En realidad, sus "intrigas" no fueron más nefastas que las de cualquier otro monarca de la época y más o menos le fueron impuestas por las circunstancias mientras hacía lo posible por gestionar en beneficio de sus hijos, de ella misma y de Francia.
Aunque sus logros personales y su educación fueron ignorados por su esposo, Catalina fue una arquitecta e intelectual tan capaz como Diane de Poitiers, ampliando y mejorando de manera significativa el Château de Chenonceau y otras estructuras. Fue una mecenas activa de las artes, siguiendo la práctica de su familia en Italia, y gastó sumas importantes en producciones teatrales, monumentos y pinturas.
Durante la mayor parte de los primeros 40 años de su vida, Catalina de Médici vio cómo su vida la dirigían otros, y una vez que pudo establecer su propio lugar y poder personal, luchó por mantenerlo. Aunque esta descripción de su vida puede no ser tan intrigante como "ocultista" o "intrigante maquiavélica", parece ser más precisa y se ajusta mejor a una de las grandes reinas de Francia.
Catalina de Médici fue reina de Francia y madre de los reyes franceses Francisco II, Carlos IX y Enrique III. Gobernó Francia a través de sus hijos durante la época de las guerras de religión francesas.
¿Por qué es famosa Catalina de Médici?
Catalina de Médici es famosa por ser la mujer más poderosa de Francia entre 1559 y alrededor de 1576, posiblemente también la mujer más poderosa de toda Europa. Es infame por el papel que jugó en la masacre de San Bartolomé de 1572.
¿Planeó Catalina de Médici la masacre de San Bartolomé?
Las pruebas sugieren que Catalina de Médici no planeó la masacre de San Bartolomé por adelantado, sino que se la sugirió a su hijo Carlos IX poco antes de que empezara por miedo a un levantamiento protestante.
¿Cómo murió Catalina de Médici?
Catalina de Médici murió de causas naturales en 1589, muy probablemente de pleuresía.
Joshua J. Mark no sólo es cofundador de World History Encyclopedia, sino también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.
Mark, J. J. (2022, junio 22). Catalina de Médici [Catherine de' Medici].
(A. D. Calatayud, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-20882/catalina-de-medici/
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Traducido por Alberto Díaz Calatayud. World History Encyclopedia. Última modificación junio 22, 2022.
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Traducido por Alberto Díaz Calatayud. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 22 jun 2022. Web. 07 dic 2024.
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Escrito por Joshua J. Mark, publicado el 22 junio 2022. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.