Asera es una palabra hebrea que designa a una diosa o a un objeto de culto, o quizás a ambos. Aunque muchos señalan que Asera era una diosa individual conocida por los israelitas, algunos expertos creen que el contexto de la palabra denota principalmente que se trata de un objeto de culto, como sugiere Mark Smith en The Early History of God: Yahweh and the Other Deities in Ancient Israel, 2nd Edition. La Biblia se refiere con frecuencia a asherah (singular) y asherim (plural) como símbolos de culto desde la época de los jueces israelitas hasta justo antes de la destrucción de Judá a principios del siglo VI a.C. Por otra parte, algunos pasajes de la Biblia hacen clara referencia a Asera como una diosa. En la Biblia, el texto de la Edad de Hierro de 1 Reyes 18:19 afirma que Asera tenía profetas en Tiro, al igual que el dios cananeo Baal tenía los suyos. Además, 2 Reyes 23:6 declara que los sacerdotes del Templo de Salomón sacaron «todos los objetos hechos para Baal y Asera, y todo el ejército del cielo». Este verso también parece indicar que, al menos en algunas ocasiones, Asera era considerada una deidad.
Asera y otras deidades
No se ha encontrado a Asera en ningún texto tirio o fenicio de la Edad de Hierro, por lo que 1 Reyes 18:19 podría sugerir que los israelitas asociaban a Asera con la diosa fenicia de la Edad de Hierro, Astarté. En la Edad de Bronce, la cananea Asera, conocida como Athirat, esposa de El y madre de los dioses, era una deidad principal en Tiro; y la conexión de Asera con la diosa materna Astarté ha sido una teoría de larga vigencia entre los estudiosos. Sin embargo, el nombre específico de Astarté también se encuentra en la Biblia, como en Jueces 2 y 1 Samuel 7; por lo tanto, si existe una conexión entre Asera y Astarté, en ocasiones también se diferenciaban por razones desconocidas.
Los cambios en los nombres divinos y las correlaciones interculturales son comunes en muchas mitologías antiguas. Del mismo modo, Asera se entrelaza a menudo con otras deidades de diferentes nombres y se cree que tiene una iconografía variada. Su mitología es difícil de determinar porque, además de Astarté, con frecuencia adoptó también atributos de Anat e Ishtar-Inanna. En la metrópoli cananea de Ugarit, se la conocía como Athirat, la esposa de El y diosa madre como la madre de los dioses. Algunos estudiosos creen que ya se la conocía en el segundo milenio a.C. como una deidad femenina popular en la cultura hitita. También puede estar asociada a la diosa Elat. La diosa babilónica Ashratu parece ser una versión de Asera, y era conocida por su aspecto erótico. Los babilonios tuvieron contacto con ella a través de los amoritas, que la veían como la consorte del dios Amurru. En Babilonia, se pensaba que era la nuera de Anu y se la conocía como la «dama de las praderas». Su asociación con las montañas en Babilonia puede ser un indicio de sus orígenes cananeos.
De la mitología cananea, las tradiciones y los epítetos del dios El fueron absorbidos en la creación del Yahveh israelita, el Dios de la Biblia hebrea, por lo que es probable que también adaptaran a Athirat/Asera. La evidencia arqueológica de esto puede encontrarse en las inscripciones de Kuntillet Ajrud del siglo VIII a.C., encontradas en la parte noreste de la península del Sinaí. Estas inscripciones están escritas en hebreo y se traducen como «Yahveh y su Asera». Asera también se asocia con Yahveh en una frase posesiva similar en las inscripciones de Khirbet el-Qom del siglo VIII a.C., encontradas en Cisjordania.
Diosa u objeto de culto
Existe un debate sobre si estas inscripciones se refieren a la diosa Asera o a una asera como objeto de culto. Una de las razones del debate es que en las inscripciones de Kuntillet Ajrud y Khirbet el-Qom los sufijos pronominales muestran que Yahveh está en posesión del sustantivo «asera», lo que implica que se trata de un objeto. El hebreo antiguo no utilizaba sufijos pronominales en los nombres propios como personas o deidades; sin embargo, otras lenguas semíticas estrechamente relacionadas con el hebreo sí utilizaban dichos sufijos. Posteriormente, en la tradición deuteronómica israelita, se prohibió terminantemente el culto a Asera y a todas las deidades que no fueran Yahveh. Las censuras a Asera parecen haber sido escritas en el siglo VIII a.C. o más tarde, apareciendo al mismo tiempo que las inscripciones de Kuntillet Ajrud y Khirbet el-Qom.
Cuando no se alude a una diosa, los términos asherah/asherim en la Biblia se refieren a objetos cultuales que eran postes de madera, imágenes o árboles asociados al culto pagano y que se supone que fueron destruidos por los israelitas. Los verbos relacionados con asherah/asherim en la Biblia son palabras a menudo asociadas con la madera, como «caer», «aplastar» y «quemar con fuego». Es posible que los asherim fueran originalmente árboles vivos a partir de los cuales se desarrolló el poste de madera como símbolo de Asera para ser colocado junto a un altar. También en contextos extrabíblicos, la diosa Asera se representaba a veces como un árbol sagrado estilizado.
En la Biblia, parece haber una diferencia funcional en las formas singular y plural de la palabra, con el singular siendo establecido junto a los altares y el plural en asociación con los árboles situados en lugares altos. Los dos versículos siguientes demuestran la distinción. Deuteronomio 16:21 ordena:
No plantarás ningún árbol como poste sagrado [asherah] junto al altar que hagas para el Señor tu Dios...
Y 1 Reyes 14:23 establece:
Porque ellos también se construyeron lugares altos, pilares y postes sagrados [asherim] en toda colina alta y debajo de todo árbol verde...
Estos son solo dos ejemplos entre varios que relacionan sistemáticamente lugares separados para las formas singular y plural. Una teoría propuesta por J. R. Engle es que el plural asherim se asociaba a las estatuillas judeas en pilar, mientras que el singular asherah era un poste de madera. Aunque es una teoría interesante y a menudo aceptada, no hay nada en el texto bíblico que implique que los asherim fueran figuras de arcilla. Sin embargo, junto con la desaparición de las estatuillas judeas en pilar de todo registro arqueológico, también desapareció el culto a Asera de los sitios de Judea después del Exilio de Babilonia.
Conclusión
Como posible evidencia de que Asera era principalmente un símbolo y no una diosa, está el hecho de que, en las historias y genealogías, no hay nombres propios asociados a Asera, a diferencia de los nombres asociados a El, Yahveh y Baal. Debido a la falta de pruebas en la Biblia y en la arqueología de que Asera fuera una diosa en Israel (y no solo un símbolo), parece que tal vez las representaciones estilizadas del árbol y del poste de madera son reminiscentes posteriores al desvanecimiento de la creencia original en la entidad sobrenatural subyacente, posiblemente como símbolos de fertilidad. Algunos expertos, como G. Boström, H. Ringgren y W.F. Albright, creen que la representación femenina de la sabiduría y el árbol de la vida en la literatura sapiencial bíblica puede haber surgido de los vestigios de una tradición de Asera.