La cerámica es el primer material sintético creado por los seres humanos. El término se aplica a los objetos hechos de arcilla modelados a la forma deseada, secados y cocidos para fijar su forma. Debido a su abundancia y durabilidad, la cerámica es uno de los tipos de objetos más comunes encontrados por los arqueólogos durante las excavaciones y posee el potencial de suministrar información valiosa sobre el pasado humano.
Desarrollo temprano de la alfarería
La arcilla es abundante, barata y adaptable, lo cual la hace apropiada para la explotación humana. Debido a que la arcilla utilizable está ampliamente disponible, la alfarería se inventó independientemente en muchos lugares del mundo en diferentes épocas. La evidencia registrada más antigua del uso de la cerámica se remonta al período Paleolítico tardío en Europa central y occidental, donde se crearon figuritas de arcilla cocida y sin cocer como una forma de expresión artística. También se pueden observar evidencias, de ya hace 30.000 años, de una cierta experimentación con arcilla: en un sitio conocido como Dolni Vestonice (República checa) se encontraron figuritas de arcilla mezclada con hueso de mamut triturado.
LA aparición DE LA ALFARERÍA GENERALMENTE COINCIDE CON LA ADOPCIÓN DE UN ESTILO DE VIDA AGRÍCOLA, CUANDO SE NECESITAN RECIPIENTES Y CONTENEDORES RESISTENTES Y DURADEROS.
La evidencia más antigua de la fabricación de cerámica se encontró en un yacimiento arqueológico conocido como Odai Yamamoto, en Japón, donde se han datado fragmentos de un recipiente específico de hace unos 16.500-14.920 años. Los pueblos no agrícolas del periodo Jomon de Japón, hace unos 13.000 años, ya estaban produciendo vasijas de arcilla usadas para la preparación de alimentos, profusamente decoradas.
Aunque no existe necesariamente una relación causal entre el modo de vida sedentario y la alfarería, la introducción de ésta generalmente coincide con la adopción de un estilo de vida agrícola, cuando se requieren vasijas y recipientes duraderos y resistentes. Inicialmente, la cerámica se elaboraba en fogatas abiertas. No obstante, durante el Neolítico temprano, en torno al 8000 a.C., se estaban construyendo hornos especiales para tostar granos de cereales y para hornear pan en el Cercano Oriente, lo cual permitió que la gente controlara el fuego y produjera altas temperaturas en instalaciones cerradas. El uso de hornos añadió nuevas posibilidades para el desarrollo de la cerámica. En torno a la misma época, en algunas zonas de Sudamérica, también se estaban desarrollando tecnologías de la alfarería.
La sofisticación técnica en la producción de cerámica
Las técnicas de cocción abierta se usaban en la elaboración de las cerámicas más antiguas. Mediante este método, las temperaturas podían oscilar entre unos 600 y unos 800-900 grados Celsius, temperaturas relativamente bajas. La cerámica de Jomon japonesa (que data de hace 13.000 años) y los recipientes egipcios del Nilo medio (de hace unos 10.000 años) son algunos ejemplos de cerámica producida mediante esta técnica.
Plato de cerámica del período Uruk
Osama Shukir Muhammed Amin (Copyright)
Otro método de producción de cerámica es la cocción de la misma en un horno. Encerrar la cerámica dentro de una cámara conlleva ventajas clave: las temperaturas que pueden alcanzarse son superiores, se mantienen más tiempo, y el calor puede controlarse más eficientemente. Las formas más sencillas de hornos son los hornos de cuba, la cual es una instalación de horno de cuba donde el combustible se coloca en el fondo, seguido por la cerámica y más combustible en la capa superior. Otro tipo de horno es el tiro ascendente que, a menudo, es una construcción cilíndrica dividida en dos compartimentos: en el inferior es donde se coloca el combustible, mientras que la cerámica se ubica en el compartimento superior. De este modo, el calor asciende y la cerámica se cuece a un nivel de temperatura que, normalmente, oscila entre los 1.000 y los 1.200 grados centígrados.
En la antigua China las técnicas de cocción permitían alcanzar temperaturas de unos 1.300-1.400 grados centígrados, e incluso superiores en algunos casos. A estas temperaturas los componentes minerales de la cerámica se funden, resultando en un tipo de cerámica fina, translúcida y blanca vitrificada, conocida como porcelana. No todos los tipos de arcilla pueden soportar estas altas temperaturas, solo algunos tipos especiales de arcilla los cuales están prácticamente libres de impurezas.
En algunos casos, el color general de la cerámica puede cambiarse de su tonalidad rojiza natural a gris sin la necesidad de pigmentos, simplemente manipulando la temperatura y la entrada de aire en el horno durante el proceso de cocción. Este tipo de conocimiento, por lo general, es el último paso en una larga secuencia de experimentación, un indicio de que la producción de cerámica no era nueva en esa sociedad específica y, probablemente, se había estado desarrollando por varios miles de años.
Retrato de cerámica moche
Patrick Charpiat (CC BY)
La datación de la cerámica y los sitios arqueológicos
Según el contexto en el cual se encuentre la cerámica, hay varias técnicas que pueden aplicarse para datarla. La cerámica puede datarse basándose en una secuencia estratigráfica: esto significa que, durante una excavación, los arqueólogos estudian las diferentes capas del suelo y analizan cómo se relacionan unos con otros los diferentes objetos encontrados en ellas. Si las capas no están alteradas, entonces los objetos hallados en las capas inferiores son más antiguos que aquellos encontrados en las capas superiores. Algunos de estos objetos pueden datarse independientemente: la datación por radiocarbono puede aplicarse a restos humanos y animales e incluso al carbón vegetal. Se pueden encontrar, por ejemplo, fragmentos de cerámica en la misma capa y de esta manera las fechas de radiocarbono obtenidas para el carbón vegetal se pueden aplicar también a los fragmentos de cerámica, lo cual suministra una fecha aproximada para la cerámica.
Si los fragmentos de cerámica encontrados pertenecen a un tipo bien conocido (por ejemplo cerámica china o griega, las cuales han sido estudiadas ampliamente), entonces la datación puede basarse en lo que se conoce como una secuencia tipológica. Existen sistemas tipológicos de cerámica bien establecidos para la mayoría de las regiones del mundo: los cambios en los estilos de decoración de la superficie y en la forma de los recipientes son, a menudo, graduales, así que cuando un fragmento de cerámica puede relacionarse a una tipología bien conocida, esto suministra una base para asignarle una fecha a la pieza.
Cerámica egipcia de Ballas
Osama Shukir Muhammed Amin (Copyright)
Otro método que puede aplicarse para datar la cerámica se conoce como termoluminiscencia. Este método puede aplicarse a la cerámica y a otros materiales cerámicos que han sido cocidos y enterrados en el suelo. La termoluminiscencia se utiliza a menudo cuando no se dispone de otro método, principalmente, porque hay restricciones para su aplicación y porque su precisión rara vez supera el +/- 10% de la edad de la muestra.
La cerámica puede usarse para datar yacimientos o sitios arqueológicos. Esto es particularmente importante en donde los registros escritos no pueden ofrecer referencias cronológicas, ya sea porque no pueden encontrarse o porque todavía no se han descifrado. Un ejemplo famoso está en la isla de Creta, donde Arthur Evans fue capaz de datar la excavación del palacio de Cnosos basándose en artefactos egipcios importados que fueron encontrados allí, incluida cerámica, al permitir a los investigadores extender la cronología egipcia a Creta. Esto conduce a otro aspecto importante de la cerámica: puede suministrar evidencia de redes de intercambio y comercio. Arthur Evans también demostró, durante las excavaciones en Creta, la existencia del comercio y los lazos culturales entre Creta y Egipto sobre la base de que en Creta se encontraron artefactos egipcios así como también se identificó cerámica cretense en Egipto.
La cerámica puede analizarse sobre la base de varias características: forma, tipo de superficie, colores, patrones de dibujo y estilos decorativos. Todos estos elementos, estudiados en detalle para cada cultura y época en particular, pueden ayudar a entender el desarrollo artístico de una sociedad y también permiten a los especialistas identificar fragmentos de cerámica cuando se encuentran en sitios alejados de su centro de producción, lo que refleja la actividad comercial y las redes de intercambio.
Carlos es ingeniero metalúrgico de Barquisimeto, Venezuela. Desde la infancia se sintió muy atraído por la geografía y la historia antigua. Leer sobre estos temas se convirtió en una afición y fortaleció sus conocimientos sobre historia.
Cristian es orador público y escritor independiente con gran pasión por el pasado del ser humano. Inspirado por las inestimables lecciones de historia, su objetivo es estimular las ideas y provocar la curiosidad intelectual de su público.
Violatti, C. (2014, septiembre 13). Cerámica en la Antigüedad [Pottery in Antiquity].
(C. A. S. B, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/1-23/ceramica-en-la-antiguedad/
Estilo Chicago
Violatti, Cristian. "Cerámica en la Antigüedad."
Traducido por Carlos A Sequera B. World History Encyclopedia. Última modificación septiembre 13, 2014.
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Violatti, Cristian. "Cerámica en la Antigüedad."
Traducido por Carlos A Sequera B. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 13 sep 2014, https://www.worldhistory.org/pottery/. Web. 10 may 2025.
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Escrito por Cristian Violatti, publicado el 13 septiembre 2014. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.