Avicena, Al-Biruni y la Ilustración perdida

Artículo

Oxford University Press
por y S. Frederick Starr, traducido por Edilsa Sofia Monterrey
Publicado el 26 octubre 2023
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Disponible en otros idiomas: inglés, árabe

Avicena y Al-Biruni fueron dos de los más eminentes pensadores que vivieron entre el período de la antigua Grecia y el Renacimiento europeo. Estos dos gigantes de una era perdida de la Ilustración nacieron en Asia Central hacia el año 980. Por seiscientos años, el Canon de medicina de Avicena definió el campo de la medicina desde Europa hasta la India, mientras que sus consideraciones sobre Dios y la filosofía influyeron a musulmanes, a judíos y a cristianos, incluido santo Tomás de Aquino.

Persian Scholars
Pabellón de los eruditos persas
Yamaha5 (CC BY-SA)

En lo que se refiere a Al-Biruni, midió el diámetro de la tierra con más exactitud que nadie antes del siglo XVII, hipotetizó sobre la existencia de América del Norte y del Sur como continentes habitados e inventó el primer sistema para calcular globalmente las fechas.

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¿Genios olvidados?

A pesar de sus logros, ninguno de ellos se ha convertido en una persona famosa por varias razones. Una razón importante para empezar son sus nombres, los cuales transcritos fonéticamente del árabe son desconcertadamente complejos: Abū-ʿAlī al-Ḥusayn ibn-ʿAbdallāh Ibn-Sīna, y Abū al-Rayḥān Muḥammad ibn Aḥmad al-Bīrūnī. Los traductores medievales occidentales latinizaron el nombre de Ibn Sina como Avicena. Aquellos europeos de la Edad Media que habían oído siquiera hablar de Al-Biruni sacaron como por arte de magia varias versiones latinizadas de su nombre, de las cuales la más común fue Alberonius.

AL-BIRUNI HA SIDO ALABADO COMO «UN DA VINCI DEL SIGLO XI».

A pesar de sus nombres, ninguno era árabe. Ambos se hicieron conocidos por sus nombres en árabe porque escribían principalmente en árabe, el idioma del conocimiento en el mundo musulmán, tal y como lo era el latín en Occidente. Tanto Avicena como Al-Biruni nacieron dentro de las fronteras de lo que hoy es Uzbekistán y pasaron sus vidas en lo que hoy es Uzbekistán, Turkmenistán, Afganistán, Irán y Pakistán.

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A pesar de ser poco conocidos por el público en general, la literatura académica está repleta de elogios a estos dos hombres. Al-Biruni ha sido alabado como «un da Vinci del siglo XI», «uno de los más importantes eruditos de todos los tiempos», «precursor del Renacimiento», un «fenómeno en la historia del conocimiento oriental», «un genio universal» y simplemente, «El maestro». En el año 1927, George Sarton, el químico nacido en Bélgica que fue pionero del estudio sistemático de la historia de la ciencia, lo declaró como «el mejor monumento al conocimiento islámico».

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Del mismo modo, Avicena ha sido elogiado como «El maestro preeminente», «el príncipe de los médicos», «de lejos, el más influyente de los filósofos islámicos» y «podría decirse que es el filósofo más influyente de la era premoderna». Más de un historiador europeo lo ha elogiado como «el padre de la medicina moderna», mientras que sus homólogos en el mundo oriental lo han llamado «El líder entre los hombres sabios» y hasta «La prueba de Dios».

Logros

Los académicos han arado este campo por mucho tiempo. La mayoría, sino todos, han sido paladines de uno o del otro, de Al-Biruni o de Avicena, pero pocos fueron de ambos. En el proceso de defender a su héroe, presentaron una emocionante lista de argumentos referentes a su preeminencia. Se dice que Al-Biruni, por ejemplo, fundó la astronomía y la trigonometría como campos independientes de investigación e hizo avances en el campo de la trigonometría esférica. Pocos lo han sobrepasado al aseverar que las matemáticas pueden representar la realidad con exactitud. Utilizando una fórmula que no volvió a aparecer de nuevo sino hasta el siglo XVII, elaboró el primer ejemplo de un cálculo de diferencias finitas. Ayudándose de instrumentos simples, pero altamente sofisticados de su propio diseño, y de nuevos métodos en geometría y cálculo, sus paladines académicos afirman que midió los diámetros de la tierra y de la luna con más precisión que nadie hasta el siglo XVII. Además afirman que empleó el mismo método innovativo para expandir los parámetros del mundo conocido y que incluso hipotetizó sobre la existencia de América del Norte y del Sur como continentes habitados.

Astronomical Diagram of the Lunar Eclipse
Diagrama astronómico de un eclipse lunar
bismikaallahuma (CC BY-NC-SA)

Estos paladines también le atribuyen a Al-Biruni haber inventado el concepto de gravedad específica y el método de medida del peso específico de los minerales con un grado de exactitud no superado sino hasta los tiempos modernos. Por otra parte, fue pionero en los campos de la antropología cultural y la sociología y expandió enormemente el estudio de la historia de la ciencia, la hidrostática y el estudio comparativo de la religión. Un académico afirmó que Al-Biruni fue el primero en introducir la filosofía india del yoga a Oriente Medio y a los mundos occidentales. Varios especialistas sostienen que inventó el concepto del tiempo integrado mundial y la historia del mundo y que precedió a los europeos del Renacimiento en la construcción de un globo del mundo y en enunciar un postulado de la teoría de la oceanografía. Sus innovaciones en todos estos campos combinaban las matemáticas sofisticadas con una apreciación del impacto de la lengua, la religión y la cultura sobre la vida humana.

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Respecto a Avicena, sus paladines afirman que no hizo nada menos que crear un marco intelectual único, integrado y exhaustivo que abarcaba la filosofía, la ciencia, la medicina y la religión. Por medio de su lógica revisionista reformuló la síntesis general de todo el conocimiento realizada por Aristóteles y lo hizo de tal manera que confirmaba un lugar para la fe religiosa, ya fuera la suya propia, que era el islam, u otras «religiones del Libro». También se le atribuye haber sido el fundador de la filosofía escolástica. Por otra parte, los expertos en el pensamiento filosófico medieval afirman que en su intento por explicar la naturaleza de la creación misma, santo Tomás de Aquino en su Summa (Suma teológica) sacó información directamente de Avicena. También muchos sostienen que Avicena contribuyó a campos tan diversos como la geología, las matemáticas y, quizás sobre todo, la medicina.

The Canon of Medicine
Ejempar del «Canon de medicina» de Avicena
Coffeetalkh (CC BY-SA)

Los historiadores de la ciencia han aseverado que Avicena resumió todo el conocimiento médico conocido y lo ordenó en una estructura única, lógica y accesible. De amplio alcance, su Canon de medicina enfocó la atención en cuestiones neurológicas, el funcionamiento del cerebro, así como en las condiciones ambientales y psiquiátricas, esenciales para la restauración y el mantenimiento de la salud. Entre sus muchas innovaciones se encontraban las reglas precisas que estableció para la realización de ensayos clínicos de nuevos medicamentos. Muchos sostienen que el Canon de medicina sirvió de base no sólo para la educación médica, sino también para la práctica médica a través del Oriente Medio, de Europa y partes de la India durante seis siglos y entre los expertos se considera ampliamente como la obra más duradera de la historia de la medicina.

Estudio moderno de los polímatas

Un problema al estudiar a los polímatas es que el dominio de la mayoría de los especialistas modernos rara vez se extiende más allá de una o dos de las muchas disciplinas relevantes. Además, el estado actual del conocimiento que tenemos de sus vidas nos impide proveer un retrato definitivo. Por citar solo un ejemplo, tanto Al-Biruni como Avicena, en ciertas fases de sus vidas, trabajaron como estadistas de alto rango, legisladores y pensadores estratégicos. Sin embargo, todos los papeles oficiales que documentaban sus actividades fueron destruidos hace muchos siglos o se perdieron por negligencia.

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Ahora bien, lo que sí sabemos es que las vidas de estos dos pensadores estuvieron llenas de dramas, de crisis y de asombrosos logros. Separados de su mundo por un milenio, hoy tenemos mucho que ganar reflexionando sobre sus vidas y obras. La historia de Avicena y de Al-Biruni transciende los siglos, y ofrece una percepción de sus infatigables esfuerzos para expandir el ámbito del conocimiento humano y en una parte del mundo que hoy a veces suscita preocupación por el papel del aprendizaje avanzado y de la ciencia. Que estos dos personajes extraordinarios puedan generar tales discusiones un milenio entero después de sus muertes es apropiado porque, al final, aunque fueran genios de su época, han superado el tiempo y el lugar, la religión y la política, para erigirse en ciudadanos de un mundo global de ideas y gigantes de los logros humanos.

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Sobre el traductor

Edilsa Sofia Monterrey
& S. Frederick Starr
Edilsa Sofía es una antigua diplomática y educadora, especialmente interesada en las Artes y los asuntos culturales. Además de otros grados, tiene una maestría en traducción literaria.

Cita este trabajo

Estilo APA

Press, O. U. (2023, octubre 26). Avicena, Al-Biruni y la Ilustración perdida [Ibn Sina, Biruni, and the Lost Enlightenment]. (E. S. Monterrey, Traductor). World History Encyclopedia. Recuperado de https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2260/avicena-al-biruni-y-la-ilustracion-perdida/

Estilo Chicago

Press, Oxford University. "Avicena, Al-Biruni y la Ilustración perdida." Traducido por Edilsa Sofia Monterrey. World History Encyclopedia. Última modificación octubre 26, 2023. https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2260/avicena-al-biruni-y-la-ilustracion-perdida/.

Estilo MLA

Press, Oxford University. "Avicena, Al-Biruni y la Ilustración perdida." Traducido por Edilsa Sofia Monterrey. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 26 oct 2023. Web. 02 may 2024.

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