Los Edictos de Asoka son 33 inscripciones grabadas en pilares, en grandes rocas y en paredes de cuevas, por orden de Asoka el Grande, quien reinó entre el 268 y el 232 a.C. como tercer rey del Imperio maurya, presente en la India entre el 322 y el 185 a.C. Uno de los conjuntos, denominado Edictos mayores inscritos en roca, transmiten un mensaje coherente dirigido a la adopción por el pueblo del concepto de Dhamma, el cual se define como «recto comportamiento», «buena conducta» y «decencia hacia el prójimo». Los edictos se expusieron en todos los dominios de Asoka, que incluían los actuales territorios de Afganistán, Bangladesh, India, Nepal y Pakistán. La mayoría de las proclamas se escribieron en brahmi, si bien uno, en Afganistán, también se lee en arameo y en griego. Los edictos grabados sobre los distintos elementos comprenden:
Edictos menores en roca
Edictos menores en pilares
Edictos mayores en roca
Edictos mayores en pilares
Se piensa que al principio hubo numerosos edictos inscritos en pilares de entre 15 y 20 metros (40 a 50 pies) de altura que pesaban cerca de 50 toneladas, de los cuales apenas 10 han sobrevivido. Los pilares culminaban en su parte superior en capiteles que representaban leones, toros, o caballos cuyos frentes miraban en cuatro direcciones. A partir de la independencia de la India en 1947, el capitel de león orientado hacia cuatro direcciones se adoptó como emblema de la nueva nación.
Los Edictos menores grabados en roca o en pilares están asociados a la etapa inicial del reinado de Asoka, los mayores, inscritos en pilares, se vinculan con la época final de su reino, mientras los mayores tallados en roca difunden la visión de Asoka de conducir una existencia pacífica mediante la práctica del Dhamma. Los Edictos mayores en roca son los de más fama, entre los cuales se incluye el Edicto XIII, que describe el dramático cambio ocurrido en la vida de Asoka al concluir la guerra de Kalinga. Alrededor del 260 a.C. Asoka lanzó una brutal campaña militar de conquista contra el apacible reino costero de Kalinga, que resultó en la muerte de 100.000 de sus habitantes, 150.000 deportados y miles más abandonados a morir de enfermedades y hambre. Asoka sintió tal horror por su actuación que renunció a la violencia y se dedicó a promover la paz, adoptó el budismo, y desarrolló el concepto de Dhamma.
el propósito de los edictos no solo era instruir a las gentes acerca del dhamma, sino exponer el compromiso de asoka con la paz.
El propósito de los edictos no se restringía a instruir a las gentes sobre el Dhamma, sino además a hacer pública contrición de su comportamiento anterior y evidenciar su dedicación a la paz a través del cumplimiento de los principios budistas. Después de convertirse al budismo, Asoka vivió en la práctica de la fe y alentó a otros a que condujeran de igual forma sus existencias, cualesquiera fueran las características de sus creencias. Envió misioneros a otros países, entre ellos China, Grecia, Sri Lanka y Tailandia, con el propósito de enseñar a las gentes, de manera pacífica, el ideario budista. Con esta acción Asoka transformó la reducida secta filosófico religiosa del budismo en una religión mundial.
El imperio de Asoka dejó de existir apenas transcurridos 50 años de su muerte, y sus edictos pasaron al olvido. Los pilares cayeron o se enterraron, y los escritos brahmi de los edictos grabados en roca sufrieron tan alto grado de abandono, que resultaba imposible leerlos. No fue sino hasta el siglo XIX que el académico y orientalista británico James Prinsep, (1799- 1840), descifró la escritura e identificó a Asoka como el rey de nombre Devanampiya Piyadassi, «Amado de los Dioses» y «Agraciado de Semblante», y trajo a la luz la admirable historia del rey.
Inicios del reino de Asoka y conversión
Asoka el Grande era nieto de Chandragupta, fundador del Imperio maurya que reinó en el período aproximado del 321 al 297 a.C., e hijo del monarca Bindusara, cuyo mandato duró del 297 hasta cerca del 273 a.C. Asoka no gozaba de la simpatía de Bindusara, que favorecía a su hermano mayor Susima como heredero directo. Al sobrevenir la muerte de Bindusara Asoka tomó el poder, ejecutó a Susima y a otro hermano, e inició un reinado caracterizado por la falta de compasión e innecesaria crueldad. Se dice, incluso, que creó una prisión conocida como Infierno de Asoka, donde se deleitaba en torturar a los prisioneros.
El reino de Kalinga era una pequeña entidad de gobierno ubicada en la costa de la India, rodeada por el vasto imperio de Asoka, con el cual había mantenido relaciones comerciales durante largo tiempo. Alrededor del 260 a.C. Asoka invadió Kalinga, aunque nada se sabe de los motivos por los que se inició la campaña, mató a 100.000 habitantes y deportó a otros 150.000, dejando que el resto murieran por otras causas. Se dice que al caminar por los campos de batalla y ver la masacre resultante, de repente comprendió la insensatez de la guerra, y se apoderó de él un profundo arrepentimiento por lo que había hecho.
Más adelante buscó redimirse y hallar paz interior mediante la realización de un viaje espiritual que a la postre lo condujo al budismo. Su comportamiento experimentó una transformación total después de adoptar la fe: reevaluó sus políticas, su visión de lo que debía ser su administración, y sus relaciones con el pueblo, a partir de lo cual puso énfasis en el Dhamma como valor fundacional de su imperio.Dhamma se basaba en el conocido concepto de dharma, deber, pero era más abarcador, y colocaba mayor fuerza en la práctica de «la compasión, la caridad, la veracidad, y la pureza» (Keay, 95). La visión pos-Kalinga de Asoka sustentaba que el Dhamma participaba de manera esencial en la conformación del comportamiento humano, y en garantizar una existencia pacífica tanto en la presente vida como en la siguiente; esta es la visión que se expresa en los Edictos mayores inscritos en roca.
El texto
A continuación se presentan los 14 Edictos mayores inscritos en roca, considerados los más elocuentes de los cuatro tipos, tanto como los más importantes, debido a la descripción que el propio Asoka hace de su visión. La traducción que sigue proviene de Los Edictos del rey Asoka: una traducción al inglés (The Edicts of King Ashoka: An English Rendering), del académico Ven S. Dhammika. La mayoría se reproduce en su totalidad, aunque algunos se parafrasean por razones de espacio.
El rey Piyadasi, Amado de los Dioses, ha causado que se escriba este edicto del Dhamma. En estos, (mis dominios), ningún ser humano será inmolado ni ofrecido en sacrificio. Ni deberán realizarse celebraciones, puesto que el rey Piyadasi, Amado de los Dioses, observa que hay mucho sobre lo cual objetar en esas celebraciones, si bien existen algunos festivales que el rey Piyadasi, Amado de los Dioses, sí aprueba. Con anterioridad, en la cocina del rey Piyadasi, Amado de los Dioses, centenares de miles de animales se sacrificaban cada día para preparar curry. Pero ahora, con la escritura de este edicto del Dhamma, solo tres criaturas: dos pavos reales y un ciervo se matan, y no siempre el ciervo. Con el tiempo, ni siquiera estas criaturas se sacrificarán.
Edicto II
En todas partes del dominio del rey Piyadasi, Amado de los Dioses, y entre las gentes de más allá de las fronteras… por doquiera el rey Piyadasi, Amado de los Dioses, ha hecho provisiones para la realización de dos tipos de tratamiento médico: el tratamiento médico para los humanos y el tratamiento médico para los animales. En los lugares que no se disponga de yerbas medicinales adecuadas para los humanos o para los animales, he hecho que se importen y se cultiven. Donde se carezca de raíces o frutas medicinales, he hecho que se importen y cultiven. A lo largo de los caminos he hecho que se abran pozos y planten árboles para beneficio de los humanos y de los animales.
Edicto III
Decreto concerniente a los recorridos de inspección de los funcionarios de Asoka para instruir al pueblo en el Dhamma y en la política de no violencia y benevolencia hacia todos.
Decreto concerniente a la no violencia. Registra la ausencia de señales celestiales en el pasado, cuando el rey empleaba medios violentos para lograr sus objetivos, y que en el presente, al haber adoptado una política no violenta, las señales reaparecen a manera de aprobación celestial. Discute la importancia del Dhamma y de comportarse de manera apropiada hacia todos. Instruye a sus sucesores a adoptar el Dhamma y a defender la visión de Asoka.
Edicto V
El rey Piyadasi, Amado de los Dioses, se pronuncia así: Hacer el bien es difícil. Aquel que hace el bien primero, efectúa algo difícil de realizar. He realizado muchas buenas acciones y si mis hijos, nietos, y sus descendientes, hasta el final del mundo actúan de manera similar, ellos también harán mucho bien. Pero quien entre ellos descuide esto, hará el mal. En verdad, es fácil hacer el mal. [El resto del edicto discute el tema del trato compasivo a los presos y a sus familias, y la manera apropiada de aplicar y de aprender el Dhamma].
Edicto VI
El rey Piyadasi, Amado de los Dioses, se pronuncia así: En el pasado los negocios del estado no se tramitaban, ni los reportes se entregaban al rey a toda hora. Pero ahora he dado esta orden, que en todo momento, esté yo comiendo, en las habitaciones de las mujeres, en el dormitorio, en el carruaje, en el palanquín, en el parque, o donde esté, los relatores han de ser puestos al corriente con instrucciones para que reporten a mi persona los asuntos del pueblo de manera que pueda atender a estas cuestiones dondequiera que me encuentre. [El resto de este edicto hace énfasis en que Asoka está disponible para todos, expresa su intención de dirimir debates con rapidez en las cámaras del consejo, y su compromiso de trabajar para el bienestar de todos sus súbditos].
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Edicto VII
El rey Piyadasi, Amado de los Dioses, anhela que todas las religiones moren en todas partes, puesto que todas alientan el control personal y la pureza de corazón. Pero las gentes poseen variados deseos y diferentes pasiones, y puede que pongan en práctica todo lo que debieran, o solo una parte. Así, aquel que recibe grandes dones y aún carece de control de sí mismo, de pureza de corazón, de gratitud y de firme devoción, tal persona es perversa.
Edicto VIII
En el pasado los reyes solían realizar viajes de placer durante los cuales había caza y otros entretenimientos. Pero el Amado de los Dioses,diez años después de ser coronado, partió de viaje hacia Sambodhi [el sitio donde Buda alcanzó la iluminación] y por ello instituyó los recorridos de Dhamma. Durante estos itinerarios las siguientes cuestiones tenían lugar: visitas y presentes a los brahmanes y ascetas, visitas y obsequios de oro a los ancianos, visitas a las gentes del campo, para instruirlos en el Dhamma y discutir el Dhamma con ellos como merece. Es esto lo que deleita al rey Piyadasi, Amado de los Dioses, y es, como se supone que sea, otro tipo de riqueza.
Edicto IX
Decreto que trata sobre las ceremonias apropiadas y las inapropiadas. Asoka afirma que muchas ceremonias, aquellas en que las gentes se ocupan sin un entendimiento adecuado del Dhamma, son «vulgares e inútiles», pero las ceremonias del Dhamma, para aquellos que están completamente informados, producen los mejores frutos. Describe que esas ceremonias conllevan un «comportamiento apropiado hacia los sirvientes y empleados, respeto por los maestros, templanza hacia los seres vivientes y generosidad», así como una correcta conducta hacia familiares, amigos y vecinos. Concluye con el comentario que aunque pueda parecer que el Dhamma no tiene efecto alguno en este mundo, en el siguiente lo tiene, pero que de resultar claro que el Dhamma logra su propósito, éste hace el bien tanto en esta vida como en la próxima.
Edicto X
El rey Piyadasi, Amado de los Dioses, no considera que la gloria ni la fama sean de gran importancia, a menos que se alcancen como efecto de hacer que sus súbditos respeten el Dhamma y practiquen el Dhamma, tanto en el presente como en el futuro. Solo a causa de esto el rey Piyadasi, Amado de los Dioses, desea la gloria y la fama. Y cualesquiera esfuerzos que el rey Piyadasi, Amado de los Dioses, haga, todo ello es solo para el bienestar del pueblo en el siguiente mundo, y para que se vean afectados por menor malevolencia. Y no tener mérito es maligno. Esto es difícil, tanto para la persona humilde como para el individuo de más rango, de hacer, salvo con un enorme esfuerzo, y absteniéndose de otros intereses. De hecho, puede que sea más difícil de hacer para una persona de más rango.
Edicto XI
El rey Piyadasi, Amado de los Dioses, se pronuncia así: No existe regalo como el regalo del Dhamma, (ni relación como) la relación con el Dhamma, (no hay difusión como) la de difundir el Dhamma, y (no hay cognación como) la cognación a través del Dhamma. Y consiste en esto: comportarse de manera apropiada hacia la servidumbre y los empleados, respetar a la madre y el padre, ser generoso con los amigos, compañeros y relaciones, brahmanes y ascetas, y no matar ser viviente alguno. Por esto el padre, el hijo, el hermano, el maestro, el amigo, el compañero, o el vecino deben decir: «Esto es virtuoso, esto requiere hacerse». El individuo se beneficia en este mundo y acumula gran mérito en el siguiente al ofrecer el obsequio del Dhamma.
Edicto XII
Decreto relativo a la tolerancia religiosa y el respeto mutuo entre los adeptos de diferentes fes. Asoka condena la práctica de elevar la religión que se profesa a costa de la de otro: «El crecimiento en las cuestiones esenciales puede llevarse a cabo de distintas maneras, pero todas llevan en sus raíces sobriedad en el habla, es decir, no exaltar los credos personales, ni condenar los de otros sin que exista una buena causa. Y si obra alguna razón para la crítica, esta debe hacerse con mesura. Pero es mejor honrar otras religiones. Al comportarse de esta manera, la creencia que se ha abrazado se beneficia y también las demás creencias, mientras que si se actúa de otra forma, se hace daño a la religión propia y a las de los otros. Quien elogia a su propia fe debido a una excesiva devoción y condena a las demás con la idea de “glorificar mi religión” no hace otra cosa que dañar la creencia que practica… Se deben escuchar y respetar las doctrinas que otros veneran». El edicto concluye con la advertencia que la religión que se ha adoptado crece a través del Dhamma y en consecuencia, todas las fes mejoran con la tolerancia y la comprensión.
Edicto XIII
Famoso decreto que trata sobre la guerra contra Kalinga, en la que Asoka describe las consecuencias de la campaña, se arrepiente, y expresa que a partir de ese momento «conquista» a los pueblos por medio del Dhamma, del amor universal, y de la comprensión que une a las gentes y las conduce a una existencia armoniosa. En parte, manifiesta: «El rey Piyadasi, Amado de los Dioses, conquistó a los kalinga ocho años después de su coronación. Ciento cincuenta mil se deportaron, cien mil fueron muertos y muchos más fallecieron (de otras causas). Tras someter a los kalinga el Amado de los Dioses sintió una fuerte inclinación hacia el Dhamma, amor por el Dhamma, y deseos de instruirse en el Dhamma. Ahora el Amado de los Dioses experimenta un profundo arrepentimiento por haber subyugado a los kalinga… Ahora es la conquista por medio del Dhamma la que el Amado de los Dioses considera la mejor de las conquistas… He hecho escribir este edicto sobre el Dhamma para que mis hijos y bisnietos nunca consideren realizar nuevas ocupaciones, o si se efectuaran sometimientos militares, que se hagan con dominio de uno mismo y leves castigos, o mejor aún, que consideren realizar conquistas únicamente mediante el Dhamma, puesto que esto produce fruto en este mundo y en el próximo. Que toda la intensa devoción que profesan se ofrezca a esto que tiene resultados en este mundo y en el siguiente».
Edicto XIV
El rey Piyadasi, Amado de los Dioses, ha hecho que se escriban estos edictos sobre el Dhamma de manera breve, con mediana extensión, y en forma más extendida. No todos se observan en todas partes, puesto que mi dominio es vasto, pero mucho se ha escrito, y aún haré que se escriba más. Y además, algunos temas se exponen aquí sobre los cuales se ha hablado una y otra vez por causa de su benevolencia, y para que las gentes actúen de acuerdo con ellos. Si algunas cuestiones que se han escrito resultan incompletas, esto por causa de la localidad, o por consideración al objeto, o debidas a las faltas de los escribas.
Conclusión
El último de los Edictos mayores grabados en roca se dirige a una preocupación que a menudo han expresado los académicos de la actualidad: la repetición del mensaje de Asoka, considerada innecesaria por algunos. Esta crítica, sin embargo, parece ignorar el hecho que estas inscripciones se ubicaban en distintas localidades separadas por distancias significativas, por lo que requerían ser repetidas. Además, el propio Asoka, en el Edicto XIV aclara que algunos conceptos se reiteran debido a «su benevolencia», lo cual proporcionaría regocijo a su audiencia. Debido a que la mayoría de la población era analfabeta los edictos tendrían que haberse leído a viva voz, es probable que por uno o más de los emisarios itinerantes de la corte de Asoka, arriba mencionados, y de esa manera la repetición oral podría haber tenido un efecto más profundo en las gentes que si cada quien hubiera leído las partes de manera individual.
Como se ha dicho, antes de que transcurrieran 50 años de la muerte natural de Asoka, el Imperio maurya cayó, y sus edictos, junto con su nombre, quedaron relegados al olvido. En el siglo XIX James Prinsep leyó en una estupa sanchi una inscripción escrita en una lengua desconocida que a la postre se identificaría como brahmi. Los pasajes hacían referencia a un rey nombrado Devanampiya Piyadassi, por demás desconocido. Los Puranas, la literatura enciclopédica de la India concerniente a sus reyes, héroes, dioses y leyendas, asocian el nombre de Asoka al de un rey maurya, pero no añaden información alguna.
No obstante, los textos budistas de Sri Lanka, así como otras piezas probatorias, a la postre condujeron a Prinsep a la conclusión de que Devanampiya Piyadassi no era otro que el rey Asoka. Prinsep publicó sus hallazgos en 1837, lo que desencadenó un interés mundial en la extraordinaria historia del tirano convertido al pacifismo, cuya reputación, reflejada por el epíteto «el Grande», no ha hecho más que crecer con el tiempo.
Interesado en el estudio de las migraciones, costumbres, las artes y religiones de distintas culturas; descubrimientos geográficos y científicos. Vive en La Habana. En la actualidad traduce y edita libros y artículos para la web.
Joshua J. Mark no sólo es cofundador de World History Encyclopedia, sino también es su director de contenido. Anteriormente fue profesor en el Marist College (Nueva York), donde enseñó historia, filosofía, literatura y escritura. Ha viajado a muchos lugares y vivió en Grecia y en Alemania.
Mark, Joshua J.. "Edictos de Asoka el Grande."
Traducido por Waldo Reboredo Arroyo. World History Encyclopedia. Última modificación junio 29, 2020.
https://www.worldhistory.org/trans/es/1-19022/edictos-de-asoka-el-grande/.
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Mark, Joshua J.. "Edictos de Asoka el Grande."
Traducido por Waldo Reboredo Arroyo. World History Encyclopedia. World History Encyclopedia, 29 jun 2020. Web. 12 oct 2024.
Licencia y derechos de autor
Escrito por Joshua J. Mark, publicado el 29 junio 2020. El titular de los derechos de autor publicó este contenido bajo la siguiente licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike. Por favor, ten en cuenta que el contenido vinculado con esta página puede tener términos de licencia diferentes.