La Conquista Normanda de Inglaterra, liderada por Guillermo el Conquistador se llevó a cabo entre 1066 y 1071. La conquista condujo a la muerte del rey Haroldo II en la Batalla de Hastings y a la sustitución de la nobleza anglosajona ya que Guillermo repartió las tierras a sus compatriotas normandos. La coronación de Guillermo I (reinado 1066-1087) ocurrió el día de Navidad. Le tomaría cinco años al nuevo régimen tener por completo el control, derrotando diversas invasiones y rebeliones, pero una vez que se estableció registró profundos cambios en todas las áreas de la sociedad. Estos cambios incluyeron: la reestructuración de la Iglesia, nuevas técnicas militares, arquitectura religiosa, el desarrollo del idioma inglés, la expansión de feudalismo y un gran contacto con Europa continental, en especial con Francia.
Reclamos sobre la Corona Inglesa.
En 1066, cuando la invasión normanda empezó, el rey de Inglaterra era Haroldo II, antes llamado Haroldo de Godwinson, Conde de Wessex. Haroldo II casi no tuvo tiempo de reinar, fue coronado el 6 de enero de 1066 y pronto vería que el trono era el más peleado en la época medieval. Otros dos hombres consideraban tener el derecho a ser el rey de Inglaterra, y los dos eran grandes y peligrosos líderes militares.
Guillermo, Duque de Normandía (duque desde 1035), justificaba su reclamo a la corona inglesa debido al parentesco que tenía con el antecesor de Haroldo II, Eduardo el Confesor (reinado 1042-1066) quien era pariente lejano del Conde Ricardo I de Normandía (abuelo de Eduardo el Confesor y bisabuelo de Guillermo). También, Guillermo reclamaba que Eduardo el Confesor quien no tuvo hijos propios, alguna vez le prometió a Guillermo que él sería su sucesor. Sin embargo, resultó que en su lecho de muerte Eduardo escogió al anglosajón Haroldo como su heredero legal, miembro de la poderosa familia Godwine y, por consiguiente, el comandante militar más importante en Inglaterra. También, los normandos reclamaban que Haroldo estuvo en Normandía en 1064 y que había sido capturado por el Conde Guy de Ponthieu, según la versión normanda, cuando Guillermo se enteró, ordenó se la entrega el prisionero (pasaje escenificado en el Tapiz de Bayeux), la condición para que Haroldo fuera liberado, era que Haroldo debía hacer juramento como vasallo de Guillermo y preparar el camino para la invasión. Por lo tanto, Guillermo se sintió engañado y preparó un poderoso ejército a gran escala para hacer respetar su reclamo al trono e invadir Inglaterra.
En el verano de 1066 Guillermo dispuso de una fuerza naval muy numerosa, Haroldo II sabía muy bien a lo que se enfrentaba y organizó su ejército para esperar la llegada de la amenaza normanda. Por desgracia, para Haroldo, el tiempo pasó sin que los invasores llegaran y se vio forzado a retirar sus tropas. Peor aún, un tercer pretendiente al trono inglés escogió este momento para sumarse al complicado drama político.
Harald Hardrada rey de Noruega (alias Haroldo III, reinado 1046-1066), tenía dos puntos dudosos para su reclamo: primero, creía ser el legítimo soberano de Dinamarca, un reino que había reclamado por mucho tiempo el dominio de gran parte de Inglaterra y en segundo lugar, su antecesor Sweyn (Swein) rey de Noruega fue hijo ilegítimo de Aelfgifu, esposa del rey Cnut (alias Canuto), rey de Inglaterra desde 1016 hasta 1035. Igual que Guillermo, Hardrada se preparó e insistió en su reclamo por medio de la fuerza, así que reunió una flota la cual zarpó hacia Inglaterra en septiembre 1066. Para Haroldo II el 1066 en verdad sería un año lleno de incidentes ya que enfrentó una situación irrealizable; dos invasiones en lados opuestos del reino al mismo tiempo.
La Batalla de Hastings
La incursión de Hardrada tuvo éxito al principio en la Batalla de Fulford cerca de York el 20 de septiembre, debido a que el ejército anglosajón estaba dirigido por dos inexpertos condes ingleses. Entonces, Haroldo II marchó con una segunda tropa hacia el norte y cinco días después, tuvo una victoria decisiva en la batalla del Puente de Stamford, también cerca de York, en la cual Hardrada murió junto con Tostig, el hermano traidor de Haroldo II. Más tarde, el 28 de septiembre Guillermo junto con su fuerza naval invasora desembarcó en Pevensey, Sussex en el sur de Inglaterra. Haroldo II no tuvo otra opción más que regresar al sur y combatir por segunda ocasión, la velocidad era primordial, ya que los normandos habían empezado a hacer algunas incursiones en el sudeste de Inglaterra.
Haroldo II llegó a Londres el 6 de octubre y reunió todos los hombres que pudo; una mezcla del ejército que combatió en el Puente de Stamford y reclutas poco entrenados (fyrd) y menos capacitados de los condados locales rurales. Ambos bandos, posiblemente, compuestos por 5000 hombres cada uno, se enfrentaron en Hastings el 14 de octubre. La fuerza anglosajona se componía, en su mayoría por infantería, además, de una elite de guardaespaldas del rey (huscarls) quienes vestían cota de malla y empuñaban grandes hachas. Por el contrario, los normandos y sus aliados franceses tenían un número importante de arqueros, una unidad de ballesteros probablemente, y cuando menos una caballería de 1.000 hombres.
Al inicio de la batalla, cuando Haroldo II se instaló en la cima de una pequeña colina conocida como 'cabeza de martillo', los ingleses resistieron bien los primeros ataques normandos gracias a su estrategia de protegerse mutuamente con sus escudos. Sin embargo, cuando los indisciplinados anglosajones abandonaron la seguridad de la 'muralla de escudos' para perseguir (quizá fingida) la retirada de la caballería normanda, la batalla giro a favor de Guillermo. Finalmente, la caballería tuvo éxito al romper la formación de 'muralla de escudos' de los anglosajones, Haroldo II y sus dos hermanos murieron en la batalla entonces, la victoria para Guillermo estaba asegurada. Según los relatos, el rey inglés fue derribado por una flecha que le atravesó el ojo, cayó al suelo y su cabeza quedó destrozada tras la batalla. Fue una gran victoria para Guillermo quien ordenó que sus hombres descansaran y después se preparó para continuar su invasión sometiendo el sudeste de Inglaterra y así tomar Londres.
Marcha de Guillermo sobre Londres
La gran ciudad de Londres era una de las prioridades de Guillermo, pero la urbe estaba protegida por el río Támesis por el sur, además, en el único punto por donde se podía cruzar el río había un puente fortificado muy bien defendido. Por consiguiente, el duque normando decidió que su ataque no sería tan directo. De hecho, Guillermo realizó una vuelta gigantesca alrededor del sudeste de Inglaterra y en noviembre 1066 finalmente, estaba en posición de cortar los caminos que conducían a Londres, atacó la ciudad por el norte. Durante el camino llegaron refuerzos desde Normandía, Guillermo tomó pueblos y fortificaciones importantes como Romney, Dover, Winchester y Canterbury. El éxito de Guillermo en otras partes, y en todo caso, se debió a la falta de armamento después de la Batalla de Hastings, testificada por los nobles anglosajones que quedaron y por su figura decorativa; el noble Edgar Ætheling bisnieto de Eduardo el Confesor (reinado 1042-1066), quienes entregaron la ciudad y el reino sin necesidad de pelear.
El victorioso duque normando fue coronado como Guillermo I de Inglaterra, el día de Navidad en 1066 en la Abadía de Westminster, y así terminaron los 500 años de gobernantes anglosajones. Por todos lados se construyeron castillos con una torre en el centro y muralla de madera alrededor, además, caballeros normandos asumieron el control a través de los territorios conquistados. Ahora Guillermo se concentró en el norte de Inglaterra y someter a los persistentes anglosajones amotinados allí, entre los cuales estaban Eadwine, conde de Mercia y Morcar y el conde Northumbria (ambos habían abandonado Londres cuando más los necesitaban). El 1066 fue un año muy exitoso para los normandos, pero Guillermo ahora enfrentaba cinco años de levantamientos y ataques para poder asegurar cada lugar de su reino.
Rebeliones, invasiones y acoso del norte
En el verano de 1067, la primera de muchas amenazas apareció en el horizonte. La primera invasión llegó de alguien inusual, Eustaquio de Boulogne, antiguo aliado de Guillermo que atacó Dover con una flota desde el norte de Francia. Después de haber rechazado este ataque, otra amenaza llegó de Exeter donde una rebelión aún más grande estalló principalmente motivada por la nueva imposición de impuestos por parte de Guillermo. El rey marcho personalmente y sitió la ciudad por 18 días hasta que en enero de 1068 se rindieron. Guillermo se sintió seguro e invitó a su esposa Matilde, quién llegó desde Normandía y fue coronada reina de Inglaterra el 11 de mayo en la Abadía de Westminster.
Sin embargo, lejos de acabar, un nuevo peligro llegó con el nombre de Godwine, hijo de Haroldo II, quien estaba en auto exilio en Irlanda. Godwine reunió una flota de rebeldes y piratas y desembarcó en la costa occidental de Inglaterra, en Avonmouth, en el verano de 1068. Su objetivo era Bristol, pero la ciudad resistió y el condado local armó un ejército, el cual rechazó el ataque y forzaron a Godwine a regresar a Irlanda.
De manera simultánea a este ataque fallido de Godwine, una rebelión estalló en York, la ciudad clave del norte, de hecho, toda la región había tenido problemas para ser gobernada por reyes cuya sede estaba en el sur. Guillermo respondió otra vez, con energía y marchó en dirección al norte, arrasando cada levantamiento en villas y pueblos por los que pasaba, además, construyendo castillos entre los que destacan Warwick y Nottingham. Los sublevados en York se juntaron para apoyar a su líder Edgar Ætheling quien estaba beneficiándose tanto del refugio como del apoyo del rey de Escocia, Malcolm III (reinado 1058-1093) esposo de su hermana Margarita. Los rebeldes querían recuperar lo que habían perdido desde la Batalla de Hastings, y querían a Edgar como su rey. Afortunadamente para Guillermo, su ejército había sido tan despiadado durante la marcha hacia el norte que cuando los normandos llegaron a York, la ciudad decidió que era mejor rendirse. Guillermo construyó un castillo, una guarnición y tomó rehenes, todo esto para asegurarse de que la ciudad no olvidara quien era el rey legítimo.
La paz no duro mucho, ya que en enero de 1069, fuerzas rebeldes saquearon tanto Durham como York. De nuevo, Guillermo avanzó hacia el norte y derrotó a los sublevados en batalla. Guillermo no se durmió en sus laureles y unos meses después, enfrentó otra invasión extranjera, en esta ocasión, en la figura del rey Sweyn II de Dinamarca (r. 1047-1076). Sweyn envió a su hermano Asbjorn y 300 barcos para atacar la costa noreste de Inglaterra y ver que podía saquear del agitado reino. En este lugar, guerreros vikingos se asociaron con los insurrectos anglosajones para arrasar York. Por tercera ocasión, Guillermo marchó al norte de la ciudad, pero cuando llegó ahí los rebeldes había escapado y los daneses había zarpado por el río Trent. A la antigua usanza, el rey les pagó a los vikingos para que se fueran a casa, y así dejar claro sus intenciones de gobernar Inglaterra completa, Guillermo paso la Navidad de 1069 en York.
En el invierno de 1069-1070, Guillermo alentó su política (actualmente polémica), de 'hostigar al norte'. En ese tiempo, esta táctica de arrasar la tierra era bastante común entre los gobernantes que luchaban por conservar ciertos territorios, y eso involucraba quemar ganado, cosechas y equipo de labranza, así de este modo, ningún ejército rebelde en el futuro tendría apoyo en el norte. No hay duda que mucha gente murió en el proceso, y probablemente un gran número de inocentes, y como resultado hubo una gran hambruna por la devastación, pero para Guillermo esta drástica estrategia valió la pena ya que a partir de entonces la mitad del norte estaría asegurada para el reino. Desgraciadamente para Guillermo, ahora enfrentaba una última amenaza en el sur.
La rebelión de Ely y la consumación de la conquista
El rey de Dinamarca Sweyn llegó a costas inglesas en 1070. Las fuerzas comandadas por su hermano el año anterior nunca dejaron Inglaterra como le habían prometido a Guillermo. Pero, el duro invierno y la hambruna había diezmaron sus miembros significativamente. De lo contrario, Sweyn hubiera planeado lanzar una invasión a Inglaterra a gran escala. En cambio, los daneses se unieron a los rebeldes anglosajones junto con el noble local Hereward el Exiliado de Anglia Oriental. Hereward había perdido las tierras familiares después de la conquista y él y sus aliados comunes saquearon y atacaron Peterborough en el verano de 1070 robando el monasterio local. Desgraciadamente para Hereward, los daneses huyeron llevándose los tesoros y dejando a Hereward solo para enfrentar la cólera de Guillermo. A pesar del contratiempo, el líder de la guerrilla continúo con algo de éxito y poco a poco se le unieron más seguidores a través del país, incluyendo el Conde de Morcar.
Guillermo se vio obligado a guiar su ejército en persona, después de que varias expediciones pequeñas fallaron al penetrar en Anglia Oriental debido al terreno pantanoso. Astuto como siempre, en el verano de 1071, el rey se movilizó tanto por tierra como por mar y finalmente construyó un paso elevado que le permitió transportar equipo para sitiar y atacar la Abadía Ely, donde se escondían los rebeldes. Después, construyó fortificaciones alrededor de la abadía, al darse cuenta los insurrectos que Guillermo se acercaba a los cuarteles algunos de ellos se rindieron y otros huyeron. Guillermo acabó con la última rebelión anglosajona que amenazaba su reino, En 1072 atacó Escocia para detener los atracos continuos en Northumbria, y cuando Malcolm III exigió paz, parte del trato fue la expulsión de Edgar Ætheling a Flandes. Un nuevo capítulo de la historia inglesa estaba en marcha: los normandos llegaron para quedarse.
Impactos en la conquista
Además, de las muertes terribles, la devastación generalizada y la construcción de castillos por todos lados, hubo muchas otras consecuencias por la conquista normanda en Inglaterra y en el extranjero. El impacto más notable fue, casi el total remplazo de los gobernantes anglosajones y aristocracia terrateniente por un pequeño número de normados, a quienes Guillermo les otorgó propiedades y títulos. Este dramático cambio de propiedad está descrito crudamente en el Libro Domesday de Guillermo en 1089-7. Las repercusiones de esta política fue el desarrollo del sistema de feudalismo, como lo es el otorgamiento de tierras (feudo) a un noble (vasallo), quienes prometían servicio militar al rey (ya sea en persona o pagando caballeros o ambas opciones). Con esta política, el sistema señorial también evolucionó para volverse mucho más extendido. Esto es: mano de obra de un hombre libre o no libre (siervo o villano) para trabajar la tierra con ganancias para el propietario.
La elite eclesiástica tampoco escapó de esta norma casi todos los obispos fueron sustituidos por obispos normandos, las oficinas de las diócesis fueron a menudo instaladas en centros urbanos, además, nuevas catedrales de estilo Románico-Normando con estructura de piedra se construyeron como: Winchester, York y Canterbury.
Aunque no hubo grandes desplazamientos de habitantes desde Normandía a Inglaterra, la gente común atestiguó de primera mano el cambio de la nobleza, sin embargo, algunas formas de gobierno anglosajona como los condados continuaron (aunque los cargos eran para los normandos). El idioma francés se hablaba por todos lados, y la lengua tuvo una influencia duradera en el vocabulario y sintaxis del inglés. Finalmente, los nobles normandos como Guillermo a menudo mantenían sus tierras en Normandía, la política, economía y cultura de los dos países se mezclaron, en ocasiones, con consecuencias radicales para los siglos venideros. Inglaterra ya estaba desarrollándose bajo los gobernantes anglosajones en un reino poderoso en Europa, pero la invasión normanda aceleró este proceso y convirtió a Inglaterra en un país dominante en las Islas Británicas y a partir de entonces, en uno de los participantes principales en los asuntos de la Europa continental.